Fabricando Arte

Dos jóvenes pintores comparten una experiencia que les hace descubrir cual es su verdadera musa en el mundo del arte.

Fabricando arte

Al principio ella lo considero como un rival, pero luego entendió que lo que sentía no eran mas que celos que con el tiempo pasaron a ser admiración ante su talenteo.

Clara tenía un cierto sentimiento de rencor hacia Gerardo, su primer día en la galería no había podido contener sus deseos al ver por primera vez sus cuadros.

La manera en que todos observaban con gran admiración obras que mostraban sexualidad explicita despertaba en ella un sentimiento de morbo producido por el falso interés en el arte de las personas que miraban su trabajo, pero no los culpaba.

Ella tampoco podía evitar sentirse provocada ante semejante belleza, sola aquella noche había tratado de continuar su cuadro pero el aroma de de óleo la hizo recordar sus propios sentimientos reprimidos ante la multitud de gente en la galería, pero ahora estaba sola y las imágenes de grandes orgías en aposentos romanos y de parejas jóvenes que recreaban el tierno acto de amor seguían frescas en su memoria.

Al principio fue casi imperceptible, un escalofrió que la recorría de arriba a bajo cada ves que recordaba.

Su pulso se acelero, el pincel temblaba en sus dedos cada ves que trataba de negar lo que sentía, se llevo la mano a la entrepierna y la dejo ahí un momento, solo sintiendo su calor incrementarse, pero su cuerpo le pedía mas, rápidamente dejo el pincel en el caballete y coloco una mano sobre la otra haciendo presión en su sexo con la palma, comenzó a moverla haciendo grandes círculos acreedor de toda su vagina.

Cuando pequeños puntos de humedad comenzaron a formarse en su pantalón comprendió que se había demorado en quitárselos, al hacerlo se dio cuenta de cuan excitada estaba realmente, al abrir las piernas y sentir la fría brisa de la ventilación vino a su mente una pintura de una niña desnuda masturbándose tranquilamente a la sombra de un árbol.

Recordando la escena Clara se sentó despreocupadamente en el piso y abrió sus piernas solo para dar espacio a sus manos y luego volver a cerrarlas forzando sus dedos a penetrarla, comenzó a moverlos en todas direcciones compulsivamente en su interior presionando con sus muslos hasta notar la punta del pincel que sobresalía de su caballete.

Sin pensarlo dos veces lo tomo y utilizo la brocha para estimular su monte de venus siguiendo la forma de sus labios, al llegar a su clítoris las cerdas del pincel causaron que se estremeciera por la sensación de placer tan extraña que le produjo, siguió moviendo su pincel como si diera trazos en su vulva extendiendo la sobrecogedora sensación por todo su sexo hasta que sus propios fluidos cambiaron la textura de las cerdas.

Con un movimiento Clara giro el pincel y comenzó a introducirse la punta, pero como esta era delgada siguió penetrándose con sus dedos pero ahora con las piernas abiertas y solo con la mano que sostenía le pincel ya que utilizaba la otra para masajear sus senos mientras recordaba la pintura en la que un demonio mamaba con fuerza los pechos de una diosa desconocida.

Clara presionaba con fuerza sus senos intentando sentir lo mismo pero disfruto mas hacerlo con calma y jugando con sus pezones.

Comenzaba a sentir que corría dentro de si cuando comenzó a apretar su pequeño clítoris sobresaliente con el pincel aun en su interior y sus dedos frotando desesperadamente sus labios vaginales buscando un punto en que no hubiera acariciado aun. La sensación la impulso a hacerlo cada vez con más fuerza y velocidad, haciendo esto perdió totalmente el control de sus sentidos y estallo de placer dando tumbos recostada en el suelo mientras abría y cerraba sus piernas con fuerza sobre su mano humedecida incrementando sus sensaciones y quedando totalmente quieta al estirar su cuerpo con la ultima descarga de sensaciones producidas.

Inmediatamente se sintió molesta ante lo que acababa de experimentar, las obras da Gerardo habían conseguido degradarla a la chusma que veía el arte como algo burdamente pornográfico y eso era algo intolerable para alguien cuyo mas grande deseo era ser una gran artista.

En sus cuadros el lograba capturar la esencia del ser humano en docenas de cuerpos desnudos danzantes en sugestivas poses que emulaban el erotismo en un cierto estado de inocencia.

Clara se preguntaba si el imaginaba aquellas escenas o si recreaba recuerdos de sus propias experiencias, ciertamente era un chico muy callado pero, siempre envidio su increíble talento para recrear el cuerpo de una persona y su infinita inspiración.

Una tarde cuando no quedaba nadie en la galería aparte de ellos dos decidió descubrir cual era su fuente de inspiración.

Gerardo trabajaba solo en un gran cuadro mientras Clara se acerco por su espalda y sorprendió al joven pintor.

Para el Clara resultaba muy atractiva, tenia el mas hermoso y brillante cabello negro que jamás hubiera visto, un par de piernas largas y de lozana piel morena que terminaban en un trasero muy bien redondeado y firme, también era la dueña de un bello gran par de senos ocultos bajo el delantal de pintura.

Los dos hablaron por un tiempo, ambos se entendían muy bien pintores pero mientras mas profundizaba su charla Clara podía sentir como el retenía lo que ella quería saber, así que decidió preguntarle directamente y sin rodeos cual era la fuente de su inspiración.

Cuando el respondió lo hizo de una manera en que ella pudiera entenderlo.

Antes de que ella pudiera darse cuenta Gerardo le había introducido su lengua y estaba besándola con una lujuria desmesurada que convenció a Clara a dejar de luchar a los pocos segundos.

El solo la sujeto con ambos brazos reteniéndola al principio pero envolviéndola luego, bajando una mano hasta la base de su espalda sobando su trasero y acariciando su cuello con la otra mano, cuando finalmente le permitió respirar otra ves Clara solo quiso preguntarle si esa era la forma en que se inspiraba, pero el solo sonrió y volvió a besarla.

En ningún momento ella quiso detenerlo, Gerardo no era solo el mejor pintor del estudio si no que también el mas apuesto, si esa era la forma en que el se inspiraba, ella estaba deseosa de poder ser su musa.

Alzándola con sus fuertes brazos la coloco gentilmente en el diván de las modelos, donde comenzó a desnudarla con mucha calma tomándose su tiempo para disfrutar.

Desabrocho la pechera de su bata mientras Clara se daba gusto toqueteando le cuerpo de Gerardo hasta que este dejo al descubierto sus senos que no tardaron en demostrar la excitación que sentía por hacerlo entre obras de arte. Gerardo se detuvo para quitarse la camisa y dejar que fuera ella quien desabrochara los botones de su falda.

Apartándose un poco para permitirle ver, el dejo caer su pantalón al piso al mismo tiempo que ella dejaba a un lado su falda y abría las piernas invitándolo tomarla.

Ambos contemplaron sus cuerpos un segundo antes de que Gerardo se abalanzara sobre su cuello para comenzar a besarla vorazmente y sin despegarse su cuerpo ni un instante siguió besándola bajando sus labios hasta encontrarse besándole los senos y chupándole los pezones ,bajo la lengua por su abdomen y relamiéndole el ombligo sus manos quitaron de un tirón las bragas blancas de Clara donde el hundió el rostro y comenzó a hurgar con la punta de su lengua todas las formas y texturas de su coño caliente y húmedo causando que Clara tensara sus piernas y llevase las manos a la nuca de Gerardo en un acto reflejo cuando el pareció encontrar el pequeño botoncito endurecido en la parte superior de su sexo.

El diván de cuero rojo brillaba cubierto por una fina capa de sudor que impregnaba el ambiente, Clara sentía espasmos de placer cada ves que Gerardo recorría con su lengua la forma de su sexo para terminar mordiéndole suavemente el coño, pero ella quería mas cerca su presencia, le tomo las mejillas y guió su rostro hasta el de ella donde le permitió besarla una ves mas mientras ella bajaba sus manos hasta su cadera para poder sentir su trasero.

Los dos se besaban con los ojos cerrados pero el sentir las manos de Clara el hizo lo mismo bajando sus manos hasta la base de su culo pasando sus dedos en círculos alrededor de su ano y siguiendo la forma hasta su sexo humedeciendo sus dedos en los fluidos que escurría, luego subió sus manos hasta su cadera y le ayudo a darse la vuelta restregando su pene erecto por su cuerpo hasta llegar a su culo y plantarlo entre sus nalgas.

Clara no quería dejar de besarlo, le gustaba sentir la lengua de Gerardo provocándola desde su boca, pero el coloco la mano en su espalda y le indico que se reclinara, Clara se sintió observada con la cabeza apoyada en el respaldo, estudiada por los ojos de docenas de pinturas inmóviles que parecían mirarla con cuidado, todas ellas practicando el sexo de una manera u otra, savia lo que venia ahora y no quería hacerlo esperar, hundió la cabeza en la almohadilla y levanto la cadera lo mas que pudo dejando su sexo a merced de los deseos de Gerardo ,quiso ayudarse con los dedos pero era tal la lujuria que sentía en ese momento que no pudo evitar introducirse un poco los dedos mientras intentaba abrir el camino al pene de Gerardo, cuando quiso voltear a verlo el estaba inclinado a su espalda contemplando su chorreante coño mientras sujetaba su pene con una mano y buscaba algo con la otra, comenzó a frotar la cabeza de su miembro contra su sexo cuando de pronto Clara sintió que algo rígido y frió entraba por su culo, Gerardo acababa de introducirle un pincel por el trasero antes de embestirla por primera ves metiéndole casi la mitad de su verga de un solo golpe, lentamente siguió empujando hasta que toda estuvo dentro de Clara, ella sintió como la desgarraba por dentro ,era un poco mas gran de de lo que esperaba y eso la tomo por sorpresa.

La dejo ahí por un instante esperando que su cuerpo se acostumbrara y en cuanto ese momento paso la saco con una lentitud engañosa permitiendo que su cuerpo se relajara involuntariamente pero en cuanto estuvo fuera lo metió otra vez asegurándose de que entrara completamente de un solo impulso, Clara logro contener un gemido de dolor al ser penetrada duramente.

Comenzó un movimiento rítmico cada ves que Gerardo introducía y sacaba con fuerza su verga del interior de Clara quien sentía como la llenaba por dentro separando el interior de su ser en dos cada ves que se la metía.

Movió el pincel haciendo que girara dentro de ella, para luego sacarlo con cuidado para remplazarlo con un dedo que había humedecido en saliva.

Despacio se inclino sobre ella y deslizo su lengua por su espalda hasta estar besando su cuello nuevamente, pero Clara jiro su cabeza y consiguió besarlo en la boca, le subió sus manos hasta alcanzar sus senos y comenzar a acariciarlos con la palma abierta apretándolos y sobando sus pequeños pezones endurecidos y suaves como pequeños duraznos en sus dedos.

Clara disfrutaba la sensación de calor que producía en su cuerpo cuando Gerardo deslizaba su verga que ahora entraba con facilidad, lubricada por sus jugos vaginales empujándola hasta el fondo, sintiendo un delicioso calor en el vientre cada ves que le hacia eso, estaba segura de poder sentirla en su estomago mientras la punta de su lengua le hacia sentir cosquillas en la garganta, ella podía sentirlo en todo su cuerpo.

El sentimiento de desgarre fue remplazado por el de un calor abrasador que ardía en su interior con tal intensidad que había comenzado a escurrir y encharcarse entre las piernas de los artistas.

Gerardo acelero sus movimientos al sentirla apretar las piernas como si intentara arrancársela causándole gran placer cada ves que le clavaba la verga en su muy caliente y húmedo coño.

Su respiraciones se transformaron en gemidos cuando ambos pudieron sentir que estaban apunto de terminar, Clara había empezado a sentir como le temblaban las piernas y sus rodillas resbalan a causa del sudor en el diván, su corazón latía mil veces por segundo mientras Gerardo parecía haberse tornado salvaje embistiéndola sin piedad hasta que repentinamente se abalanzo para sujetarla de las muecas y tirar de ellas forzándola hacia a tras al instante en que una inmensa ráfaga de placer invadía todo su cuerpo con eléctricas descargas tensando sus músculos y obligándola gritar de excitación cuando sintió una mezcla de caliente de fluidos escurrir por sus piernas ahora relajadas cuando Gerardo saco su miembro y solo se dejo rendir a su lado abrasándola desde su espalda y fue ahí rodeada de cuadros y esculturas cuando Clara finalmente entendió el significado de ser un verdadero artista.

El día siguiente el le explico que no podemos pintar lo que no sentimos, y que si no tenemos un sentimiento que expresar lo que hacen no tendría ningún significado.

Clara se transformo en su musa y su enamorada.

Cada semestre Gerardo organiza una exposición con sus obras más destacadas donde Clara siempre es la pieza central, ya sea en un lienzo o en un pedestal luciendo vestida solo los retazos de pintura corporal que el uso en ella.