F.A VIII: Nico, un festival de centímetros

Rubén y Roberto inician a su amigo Nico en sus aventuras sexuales

Pasaron los días y por fin volvió Nico de la playa. Era un chico de 15 años, rubito y con gafas, que de vez en cuando se juntaba con nosotros. De cara era guapete y de cuerpo la verdad es que estaba bastante bien. No estaba mazado, pero se le marcaban los abdominales lo suficiente. Como era casi de la edad de Rubén y Roberto, era con ellos dos con quienes mejor se llevaba, por lo que fueron ellos dos quienes quisieron introducirle en nuestras aventuras.

Aitor, Diego y yo aceptamos a regañadientes, ya que queríamos follarnos a Nico tanto como ellos. Sin embargo, Diego tuvo una idea.

-Está bien, seréis vosotros dos los que os lo folléis la primera vez, pero con una condición. Lo grabaréis todo.

La idea no le gustó mucho a Roberto.

-Qué dices tío, y una mierda. Que luego eso se difunde y la liamos.

-A mí me da mucho morbo -replicó Rubén-. Pensar que estos tres ven cómo nos la come Nico, y cómo se la chupamos nosotros a él... Es una idea que me pone muy cachondo, la verdad.

-¿Y si hacemos videollamada? Sin que se entere Nico, claro; no aceptaría -comentó Aitor.

-Así podríamos ver en vivo y en directo cómo follan entre ellos -añadí yo-. Me gusta la idea.

-Bueno, pues habrá que hacerlo -concluyó Roberto.

Llegó la tarde y Rober y Rubén fueron a llamar a Nico mientras nosotros tres nos quedamos en la habitación de Diego, ya que sus padres no estaban. hicimos la videollamada al móvil de Rubén y pudimos escuchar cómo le pedían a Nico salir.

-Qué va tío, me han dejado solo en casa y tengo que deshacer la maleta, que hemos llegado hace nada.

Rubén y Rober cruzaron miradas con complicidad.

-Podemos ayudarte -dijo Rober-. Tres mejor que uno, ¿no?

-Sí, supongo. Pasad. Y muchas gracias.

Entraron en casa de Nico y fueron a su habitación. La maleta estaba encima del escritorio, que se encontraba en frente de la cama.

-¿Puedes traerme un vaso de agua, Nico? Estoy sediento -pidió Rubén.

Nico salió del cuarto y Rubén aprovechó para colocar el móvil en la posición correcta. Apoyado en la maleta y un poco oculto, desde ahí teníamos visión casi completa de la habitación de Nico, incluyendo su cama, y este no se daría cuenta del móvil. Rubén no esperó más y le quitó los pantalones a Roberto, que estaba sentado en la cama. Su pene estaba flácido y no era de gran tamaño, pero todos sabíamos que podía llegar a alcanzar un tamaño considerable para un chaval de trece años.

-Dios, menuda polla tienes Rober.

Rubén comenzó a comerle la polla a Rober, pero no duró mucho tiempo.

-¿Qué cojones... hacéis?

-Oh, Nico -dijo Rober, tapándose-. Estas semanas hemos descubierto cosas... y hemos aprendido otras.

Rober se levantó y se acercó a Nico. Este se echó un poco para atrás, pero Rober le agarró a tiempo. Le cogió el paquete al instante y lo masajeó unos segundos.

-¿De qué vais? -dijo Nico apartando la mano de Rober de su entrepierna.

-Tranquilo. Déjanos hacerlo, y si no te gusta no se volverá a repetir.

Nico tragó saliva y se dejó hacer. Lo tumbaron en la cama boca arriba. Podía observarse un bulto en su entrepierna. Rober se puso de rodillas sobre sus piernas, con su cabeza a la altura de su paquete, mientras que Rubén se tumbó junto a él y comenzó a darle besos en el cuello. Nico se estremeció y facilitó los besos. Rubén le quitó la camiseta. Mientras tanto, Rober ya le había quitado los pantalones. Con sus dientes quitó también los calzoncillos de Nico. Cuando quedó al descubierto su polla, todos nos asombramos.

-Joder -dijo Aitor al otro lado de la pantalla-. Ese capullo la tiene más grande que yo.

Y así era. La naturaleza había dotado a Nico con 17cm de polla a sus apenas 15 años. Toda una maravilla que yo ya estaba deseando meterme en la boca.

-Menuda pedazo polla que tienes, Nico -dijo Rober, absorto en el falo-. Es igual de larga que la de mi hermano.

-Espera, ¿le has visto la polla empalmada a tu hermano?

Rober rio y, sin responder, comenzó a jugar con el glande de Nico.

-Hay muchas cosas que no sabes -le susurró Rubén-. Diego se ha follado a Rober... Víctor me ha follado a mí... Rober se la ha metido a mi hermano, y Víctor y yo le hemos hecho una doble penetración a Diego. Hemos follado todos juntos. Solo queremos que te unas para que sientas el mismo placer que nosotros.

Mientras Rubén le decía esas palabras, Rober seguía lamiendo su glande sin parar. Movía su lengua en círculos y Nico disfrutaba de un placer que no conocía hasta la fecha.

-Esto es mucho mejor que las pajas, desde luego -comentó.

-Y lo puedes tener todos los días, como las pajas... -contestó Rubén.

Nico se atrevió y comenzó a dar besos al cuello de Rubén, que cerró los ojos. Los besos fueron subiendo hasta llegar a su boca. Sus labios se juntaron y, lentamente, sus lenguas se fundieron. Aquel besó me tensó la polla. Antes de que me diera cuenta, Diego tenía su mano en mi paquete y yo tenía la mía en el de Aitor.

Pero la acción estaba en la pantalla. Rubén se quitó la camiseta y se puso sobre Nico. Su cuerpo rodeó al de este y su culo quedó a la altura del cipote de Nico. Rober no lo dudó y cambió el falo por el ano.

-Oh Dios, que te coman el cula es una sensación increíble. Qué placer...

-Sigue comiéndomela, Rober -pidió Nico.

El pequeño obedeció y se tragó de golpe la polla de Nico. Le costó meterse los 17 centímetros en la boca, pero con esfuerzo lo consiguió. Al fin y al cabo ya estaba acostumbrado a meterse tales pollones en la boca.

-Menudo tragapollas estás hecho, ¿no?

-Ten en cuenta que se la ha comido a su hermano y a Victor, que la tienen más grande que tú.

-Ostia es verdad, ¿quién de todos la tiene más grande?

-Víctor, con 19 centímetros. Aunque la de Diego es más gruesa, eso sí.

-¿Y vosotros? ¿Cómo vais de tamaño?

-Compruébalo por ti mismo.

Nico sonrió, pero prefirió dejarlo para más tarde. La saliva de Rober ya había lubricado lo suficiente tanto la polla de Nico como el ano de Rubén, por lo que les avisó y acomodó el pene de Nico en la entrada de Rubén.

-Ahora vas a sentir un placer incluso mayor a las mamadas -dijo Rober-. Yo llevaré el ritmo para que no le hagas daño a Rubén.

Nico asintió y Rober se dispuso a empujar la polla de este contra el ano de Rubén. Este gemía con una mezcla de dolor y placer. Cuando el glande entró, el resto fue paciencia. Poco a poco la polla de Nico se introducía en el agujero de Rubén. Cuando hubo entrado por completo, Rober comenzó a comerle los huevos a Nico.

-Uf, me voy a quedar unos segundos quieto porque aún duele.

Y tras unos segundos, Rubén se comenzó a mover. se podía observar cómo la polla de Nico entraba y salía casi por completo del culo de Rubén.

-¡Joder Nico, tu polla me está destrozando! -gritaba Rubén.

-Ha sido idea vuestra, así que no te quejes y déjame follarte duro -contestaba este.

Por su parte, Rober había situado su boca en el nabo de Nico, de tal modo que podía chupar el tronco cada vez que salía del culo de Rubén. Un rato después, Rober decidió cambiar y se puso junto a Nico.

-Te toca a ti darme placer.

Nico le quitó la camiseta, le bajó los pantalones y también los calzoncillos.

-Joder, para tener trece años la tienes grande eh. No sé si me entrará.

-Venga ya, son 14 centímetros. Te cabe seguro. Come.

Nico obedeció y se metió la polla en la boca. Lo hacía torpemente, pero una mamada es una mamada, y Rober disfrutaba igualmente. De fondo se escuchaban los gemidos de Rubén.

-¡Ahh, oh sí! ¡Ah, fóllame Nico, métemela hasta el fondo! ¡¡Oh joder qué gustazo!!

-Joder, ha este paso me voy a correr en breve. Parad parad.

Rubén paró y Rober le quitó la polla de la boca.

-Rober, déjame follarte -dijo Nico.

-¡Eh! -dijo Rubén, indignado-. Yo quería que me follarais los dos a la vez.

-Habrá que dejarlo para la próxima. Hay que respetar los deseos de Nico, que es su primera vez.

Rubén se puso de pie y Rober se puso en perrito, con su culo junto al nabo de Nico, que se situó tras él con la entrepierna de Rubén frente a su cara. De este modo, Nico se follaría a Roberto mientras se la comía a Rubén. Este ya se había quitado los pantalones, pero no los calzoncillos.

-Veamos qué maravilla esconden estos boxers... -insinuó Nico mientras le bajaba lentamente la prenda-. Wow, menudo cipote. Y decíais del mío.

-Hombre, a ti te mide 17 teniendo 15, a mí me mide 15 teniendo 14. No es tan grande comparada con la tuya.

-Eso es verdad. Pero aun así, es una polla bastante grande para tu edad.

Nico le agarró la polla a Rubén al tiempo que le comía el culo a Rober para lubricarlo, Una vez hecho esto, se dispuso a introducir su pene en el agujero de Rober, que no se quejó en ningún momento.

-Vaya, tu culo es más accesible.

-Eso es porque está más acostumbrado a recibir visitas...

Nico se la metió hasta el fondo, y una vez ahí, se metió la polla de Rubén en la boca. Y ahí estaban los tres pequeños, haciendo un trío que no me habría ni imaginado a principios de verano. Ver a Nico follándose a Rober mientras le comía el cipote a Rubén era la ostia. Sin darme cuenta ya había metido mi mano por dentro de los pantalones de Diego y Aitor y les estaba palpando su polla, así como ellos a mí.

En cambio, lo interesante estaba con los pequeños. Ahora era Rober quien no paraba de gemir. Se notaba que le gustaba sentir los diecisiete centímetros de Nico dentro suyo.

-Cada polla es un mundo -decía-. Aunque tengan el mismo tamaño, cada uno le da un uso distinto... y el placer es distinto. Tú la usas muy bien...

-Pues es la primera vez, así que gracias, supongo -respondió Nico.

Rubén le sujetó la cabeza a Nico y presionó, haciendo que sus quince centímetros se introdujeran por completo en la boca de Nico. Este los recibió sin problemas al principio, pero tras unos segundos se atragantó. Luego Rubén comenzó a follarle la boca, llevando el ritmo de las embestidas. Nico, por su parte, estaba preocupado en follarse a Rober, por lo que era él quien marcaba el ritmo de la follada que le estaba dando.

-¡Oh joder! Qué puto gusto. Tu culito es increíble, Rober. Menuda delicia -decía mientras le daba azotes.

-Sigue azotándome -pedía el pequeño-. Dime lo mal niño que soy. Dime lo que me vas a hacer a partir de ahora.

-Eres un niño muy malo... Y cada vez que hagas algo malo te voy a castigar... ¿Te vas a portar bien?

-No... voy a ser un chico malo para que me castigues con tu látigo...

-Ohhh joder, creo que me voy a correr -dijo entonces Nico.

Rober se incorporó y se puso boca arriba.

-Córrete en mi cara -pidió.

-Como tú quieras.

Nico se situó junto a él y, apenas un par de segundos después se corrió. De su nabo salieron tres trallazos que empaparon la cara de Rober. Acto seguido fue Rubén quien se corrió, y también lo hizo en la cara de Rober, que esta vez recibió los cuatro trallazos con la boca abierta.

Nico se puso encima de Rober, rodeó su cuerpo con los brazos y pasó su lengua por la cara del pequeño, limpiando el semen que tenía. Cuando lo hizo, se fundió en un beso en el que compartieron la leche.

-Y ahora haz que me corra yo -ordenó Rober.

Nico no lo dudó y de inmediato empezó a comerle la polla a Rober, que tras un par de minutos sintió que se venía.

-Ya va, Nico. Quítate para que no te manche.

Pero Nico no se apartó, Al contrario, continuó con la mamada hasta que sintió los tres trallazos de semen en su garganta. El cabrón se había tragado la corrida de Rober.

-Menudo cerdo estás hecho -dijo Rubén.

-Me ha dado mucho morbo. Y bien, ¿cuándo lo haremos con los demás?

-Mañana mismo -respondió Roberto.

-¿Por qué no ahora?

-Jajaja, creo que ya están ocupados ahora mismo... -contestó Rubén, señalando el móvil.

Nico se acercó y dijo:

-Ya lo habéis oído, mañana follamos. Ah, y correos en mi honor...

Y tras eso, colgó. Yo seguía con las pollas de mis amigos en la mano y con la mía en las suyas.

-Bueno, ya que estamos... -dijo Aitor. Y comenzó a quitarse la ropa.