Extraña y sucia atracción

Un hombre de 60 años aborda a mary en la calle y aprovechando su ingenuidad la posee en su apartamento.

EXTRAÑA ATRACCION

A mas de un año de el suceso que estoy a punto de relatarles todavía no me explico porque lo hice, solo se que sucedió y fue muy excitante.

Mi nombre es Mary, tengo 21 años, en aquel momento contaba con 18 años, mi piel es apiñonada clara, tengo unos ojos verdes muy coquetos, físicamente mido 1.68 m, soy bastante delgada, mi busto es demasiado pequeño (talla 32a) como de niña, pero mis pezones son paraditos y muy sensibles, tengo un trasero paradito y redondeado, además tengo unas caderas que realzan muy bien mi cintura.

En aquel tiempo tenia novio y estaba muy enamorada, aun lo estoy pero eso nada tiene que ver, teníamos una vida sexual muy activa. La historia comenzó en un día normal, como a las 12 del día, venia de regreso de mis clases de ingles, ese día mi mamá ocupo el auto y tuve que caminar, llevaba unos jeans ajustados y una blusa blanca de botones que se ajustaba a mi figura delgada.

Al ir caminando se me acerco un señor de unos 55 o 60 años, era más alto que yo, con pelo cano y bigote y una protuberancia abdominal propia de la edad – Buenas tardes, disculpa no soy de aquí y estoy buscando una dirección ¿podrías ayudarme? – su acento era indudablemente ibérico. Le pregunte que lugar buscaba y cuando me lo dijo le dije que si le conocía y le dije como llegar, estaba retirado del lugar en el que nos encontrábamos. De pronto me pregunto:

  • Eres muy hermosa, dime ¿tienes novio? –

La pregunta me desconcertó y le dije que si y que ya tenia que irme a mi clase en la universidad, entonces me dijo:

  • No te molestes preciosa, mejor cuéntame si te ha hecho el amor de la manera en la que un hombre de verdad se lo haría a una lindura como tu –

La pregunta me molesto bastante y decidí que era mejor continuar mi camino entonces me tomo por el brazo y me dijo que lo disculpara, fue solo una pregunta para hacer conversación porque llevaba ya un mes en mi país de trabajo y se sentía un poco solo y nostálgico. Me hizo una invitación a comer para sanar su error y lo sentí arrepentido y sincero, además en ese momento tenia bastante apetito porque no cene ni desayune por que estaba en exámenes finales en la universidad y no tenía dinero conmigo mas allá del necesario para tomar el bus de regreso a mi casa. No creí que fuera correcto ir con él, aun no se porque lo hice, pero acepte.

Fuimos hacia su auto y me comento de un restaurant muy agradable, de pronto sonó su celular. Al colgar me dijo que debía pasar un momento al departamento donde se estaba quedando por unos papeles que urgían en su trabajo. Fuimos a su apartamento y me invito a pasar, no tenía intenciones de hacerlo pero tenía unas ganas inmensas de ir al baño, no podía aguantar hasta el restaurant así que bajamos.

Entramos y fui al baño a orinar, al salir decidí salir del apartamento y esperar en el auto, de pronto salio de la habitación, me tomo por el brazo y me beso, forcejeaba por quitármelo pero era demasiado fuerte, – que haces maldito cerdo?... suéltame – le rogaba, intentaba meter su lengua en mi boca y me decía: – Eres una nena muy atractiva y me pusiste caliente desde que te vi, deseo meter mi verga en tu conchita - yo estaba aterrada, el viejo se me pegaba y sentía su bulto restregándose en mí, de pronto en cuestión de segundos arranco mi camisa y me subió el brasier, entonces apretó mi pezón y sentí un placer inmenso, de pronto un calor me invadió por todo el cuerpo y lo bese con pasión.

Tenía sentimientos encontrados, sabía que eso no estaba bien, pero la calentura la tenia en todo mi cuerpo, mi raja estaba empapada y tenia ganas de que me hiciera suya.

Me metió en el cuarto mientras me quitaba el pantalón, de pronto me hizo ponerme de rodillas y se saco la verga, de inmediato la lleve hasta mi boca y comencé a chuparla, mi tanga estaba empapada para ese momento y mi boca llena de su miembro. Se deshizo de su camisa y yo hice lo propio con su pantalón. Me levanto de golpe y me aventó a la cama.

  • Ahora si perrita sabrás lo que es que te haga el amor un hombre -

Adoro que me traten como su puta al poseerme, que me digan cosas sucias y es lo que hacia este hombre que podía ser mi padre.

De pronto puso cara entre mis piernas, arranco mi tanga y comenzó a hacerme un oral con tanta fuerza que tuve mi primer orgasmo.

  • Po…porfavor metemelo – me limite a decir, mi excitación estaba a tope. Talvez el saber que estaba haciendo algo indebido me impulsaba a seguir, el sentirme sucia me excitaba más.

Me embistió de una manera animal provocándome un gran dolor y haciéndome gritar, - me lastimaaas!!! -, a lo cual el respondía mientras me penetraba cada vez mas rápido pero con la misma fuerza: - disfruta puta, toda mi verga es tuya -.

El dolor dio paso al placer y tuve mi segundo orgasmo, el mordía mis pezones y los apretaba entre sus dedos haciéndome sentir un placer increíble. De pronto sonó mi celular dentro de mi pantalón, el se desprendió de inmediato y fue por el, - contesta puta – me ordeno. Era mi novio así que no pensaba hacerlo, de pronto el abrió la comunicación y puso el teléfono en mi oído mientras me volvía a penetrar con una embestida mortal, tuve que morder mis labios para no gritar pero un leve gemido escapo de mi garganta de manera inevitable.

  • Bueno… amor estas bien? – pregunto mi novio.

  • Ssi amor –, mi respiración era agitada, - es que acabo de golpearme -.

  • Te oigo agitada bonita, esta todo bien? – el sentimiento de culpa de saber que le estaba siendo infiel, junto con el miedo de que se diera cuenta me éxito más todavía.

  • Si amor... te llamo luego tengo clases – colgué el teléfono y de inmediato tuve mi tercer orgasmo, fue demasiado intenso, sentía que el placer me hacia desvanecerme.

El viejo me volteo y me puso en cuatro patas, - ahora serás mi perra -, al decir esto separo mis nalgas y me introdujo su pene en mi ano provocándome un dolor insoportable, el muy péndelo me había desvirgado analmente.

  • Aaaaa… ssacalo… me haces mucho daño -, sentí como las lágrimas salían de mi y esto pareció excitarlo aun más.

El dolor era intenso pero comenzaba a transformarse en placer con cada movimiento, comencé a mover mis nalgas a su ritmo y el placer me invadió, tuve mi cuarto orgasmo y después de esto el viejo termino dentro de mi ano.

Caí rendida en la cama y el encima de mí. Nos vestimos y vi que mi blusa estaba rasgada, por suerte traía un suéter en mi mochila. Salimos de su apartamento y me llevo a mi casa, por suerte mi madre no estaba.

Jamás supe mas de ese viejo, pero lo recuerdo con mucho placer por cada uno de esos orgasmos.

Saludos!!!