Extraña condición médica Mi novio y sus amigos 2
Comienzan las vacaciones de Isa, donde sin poder disfrutar de la verga de su novio, disfrutará de las de sus amigos, y por donde mejor sabe: en su culo.
Extraña condición médica Mi novio y sus amigos 2
Para comprender este relato, es necesario leer las entregas anteriores o, cuando menos, la introducción.
Poco más de pasada la media noche, terminó la velada nocturna de celebración. Tyron estaba bastante bebido, y al tener que levantarnos temprano al día siguiente, me dejó directo en mi casa.
Me quedé dormida jugando con un dedito en mi ano, y gracias a mi despertador me levanté bien temprano, totalmente descansada y lista para nuestra aventura playera. El chocho me hacía agua nada más pensar que iba a tener la verga de Tyron disponible para mí durante 5 días, y quien sabe si alguna otra verga más también.
Me coloqué mi micro-traje de baño, con un pareo bien colorido pero casi transparente por encima y una pequeña camiseta blanca de tiritas, que dejaba mi ombligo al aire y de milagro me llegaba a la parte baja de las tetas. Me puse mi respectivo supositorio para evitar la picazón anal, ayudándome con la polla de mamá a que me llegara al fondo. De esta manera, con la verga de mamá en el culo, me despedí de ella por unos días. Puntualmente, Tyron me pasó buscando. Él iba vestido con una "guayabera" blanca y unos pantalones cortos.
¡Que rica estas, Isa! me dijo comiéndome literalmente con los ojos tan pronto me senté en el asiento delantero del coche.
Todo para ti solito, mi amor le dije al tiempo que abría un poco mi pareo y me hacía a un lado el hilo dental en mi coño para meterme un dedito. Levanté un par de centímetros más mi camiseta y dejé al aire mis pezones, por los cuales me pasé un dedo ensalivado para ponerlos lo más erectos posibles.
Si sigues así, te follo aquí mismo y nos olvidamos de la playa me dijo con una erección más que evidente.
No te preocupes, vamos para la playa, que yo te ayudo con tu "problema"
Le abrí la bragueta y le saqué la polla para comenzar a mamársela. Así, con mi boca abrigando su verga, partimos rumbo a buscar a sus otros amigos. Con nosotros, vendrían 5 más. Ninguno de ellos eran de los que tenían novia, pero entre ellos tampoco estaba el que me había cogido en el baño la noche anterior. Dos de ellos vendrían con nosotros, y los otros tres, irían en otro coche.
Tyron acabó en mi boca pocos minutos antes de llegar a donde los íbamos a recoger. Me acomodé la ropa pero, a propósito, dejé en la comisura de mis labios un poco de leche recién ordeñada, para que sus amigos supieran la calidad de puta con la que iban a convivir durante unos días. Una vez repartidos en los dos coches, partimos hacia la playa. Todos iban vestidos con pantalones cortos, y a un par de ellos se les notaba una jugosa herramienta entre sus piernas. Serían vacaciones para ellos, pero mi culo iba a trabajar horas extra. Roco, Mandingo, Sombra, Dongo y Pipe eran sus nombres. No sus nombres reales, sino el apodo por el que los conocían en el equipo. Con semejantes nombres, esperaba sinceramente que sus herramientas les hicieran honor.
El viaje fue relativamente tranquilo. Llegamos a la casa que habían alquilado y dejamos nuestros equipajes allí. Luego nos fuimos a almorzar a un local cerca de la playa, cuya especialidad eran los "frutos del mar". Nada más apropiado para unos buenos días de sexo que un banquete de mariscos afrodisíacos.
Nos sentamos en la terraza, con Tyron a mi lado y los demás muchachos flanqueándonos. Por debajo de la mesa, Tyron no dejaba de meterme mano bastante indiscretamente, y a mi oído me decía frases bastante lascivas, las cuales estaban empezando a ponerme a tope. Mis pezones ya a amenazaban por escaparse por debajo de las escueta franelilla blanca que llevaba, y mi coño ya comenzaba a hacer aguas.
Entre todos pedimos una gran parrilla de mariscos variados, pero a Tyron se le ocurrió pedir una sopa, que degustó con gran placer. Toda la cena transcurrió normal, sin ningún incidente similar al de bar la noche anterior, ya que esta vez Tyron estuvo muy pendiente de mí (y de meterme mano) durante todo el almuerzo. Al no estar con nosotros el que me había cogido la noche anterior, ninguno de los que estaban allí sospechaban, o al menos eso creía yo, de mi insaciable sed de vergas.
Terminamos de comer, pagamos la cuenta y nos fuimos rumbo a la casa. Al llegar, comenzó lo que sería un calvario para el pobrecito de mi novio. Apenas unos minutos después de haber llegado fue directo al baño y vomitó toda la sopa de mariscos que había ingerido. Se había intoxicado con la dichosa sopa.
Al salir, su semblante era horrible, estaba pálido y ojeroso.
¿Cómo te sientes, amor? le pregunté con real preocupación.
Mmmal atinó a responder mientras se desplomaba en la cama de la que iba a ser nuestra habitación.
Te dije que no te comieras esa sopa, que no estas acostumbrado a ese tipo de comida le reprendí El único mejillón que te hace bien es este le dije mientras me levantaba el pareo y le mostraba mi rosado chocho.
Ay Isa, ni siquiera la visión de tu delicioso coño me hace sentirme mejor. Es más ¡buaaaahhjjj!
Volvió a vomitar, esta vez en una papelera que estaba al lado de la cama. La situación era grave. Si Tyron estaba tan indispuesto que hasta mi coño le daba nauseas ¿qué iba a ser de mí durante 5 largos días? ¿Quién se iba a ocupar de rellenar de carne mis orificios?
¿Cómo se siente Tyron, Isa?
Mi pregunta acababa de ser respondida. A mi lado se encontraba Dongo, uno de los muchachos. Instintivamente, baje mi mirada hacia su entrepierna.
Muy mal, Dongo, muy mal le respondí sin dejar de mirarle la verga que guardaba dentro de su pantalón corto.
Tyron se había quedado dormido en ese momento. Tomé de la mano a Dongo y salí al salón principal, donde todos estaban sentados preocupados por el estado de salud de Tyron. Allí me dirigí a todos ellos.
Muchachos, necesito un favor de ustedes
¿Qué será, preciosa?
Tyron está indispuesto, por lo que su verga no está disponible para mí. Yo vine para este viaje para disfrutar de su verga, y si él no puede complacerme, pues necesito otra verga que sí lo haga. Mi culo necesita estar lleno de verga todo el tiempo, así que necesito que ustedes 5 me follen ininterrumpidamente ¿Entendieron?
Al principio no sabían cómo reaccionar, todos excepto Mandingo.
Algo así me lo esperaba, Isa. Miguel me contó del pequeño "trabajito" que le hiciste en el baño del bar la otra noche, así que yo ya estaba prevenido del tipo de puta que eres.
Vaya que viajan rápido las noticias le respondí sin darle mayor importancia al asunto.
No te preocupes, que si de nosotros queda, tu culo va a estar relleno siempre de rica morcilla, ¿no es así muchachos?
¡Claro que sí! gritaron los otros cuatro al unísono.
¡Pues qué esperamos para comenzar! les animé.
Me coloqué en cuatro patas en el sillón e hice a un lado mi tanguita, para luego abrirme los cachetes del culo.
¡Si será puta! ¡Tiene el ano tatuado! ¡"Depósito público de semen"!
¡Mierda! ¡Se me había olvidado el tatuaje de mi ano! Quería que Tyron fuera el primero en disfrutarlo (el primero es algo relativo, ya que antes lo habían disfrutado Daniela, Tronco el tatuador, mi nuevo amigo José Luis, el vigilante del centro comercial, mi mamá, mis hermanas, etc., etc., etc.). Pero eso no iba a poder ser, así que tendría que resignarme. Ya les había ofrecido el culo a los muchachos y no podía defraudarlos.
¡Así es! les dije olvidando mis tribulaciones anales Mi ano está disponible para que lo llene de leche quien quiera.
¿Pero de dónde se habrá sacado Tyron semejante puta? Esto no es algo que se ve todos los días comentó Sombra con sorna.
¡Estamos hablando mucho para el tiempo que nos conocemos! ¡Más acción y menos palabras, coño!
Ofreciendo mi culo en pompa, no pudieron aguantarse, y uno a uno fueron pasando por mi ano. Sus vergas eran de diferentes contexturas, unas más grandes, otras más chicas, unas más gruesas y otras más delgadas, pero todas eran deliciosas. Una hora después, 5 corridas se almacenaban en mi recto y 5 vergas descansaban en reposo.
¡Me gusta mucho como comienzan estas vacaciones! exclamé antes de llevarme a la boca la verga que tenía más cercana.