Extraña condición médica – Mi novio y sus amigos 1

Isa es una novia fiel, pero su culo no lo es tanto, por lo que a falta de la verga de su novio, buenas son las de sus amigos.

Extraña condición médica – Mi novio y sus amigos 1

Para comprender este relato, es necesario leer las entregas anteriores o, cuando menos, la introducción.

Hacía apenas un par de días que Daniela y yo habíamos decidido tatuarnos el ano, incitadas por el que la negra Futambo, amiga de mi mamá, porta en el suyo. Me moría por enseñárselo a mi novio Tyron y cualquier oportunidad sería buena.

Mi novio Tyron es un fornido negro de casi 2 metros de altura, con una gran verga que hace las delicias de todos mis orificios. Es un espléndido deportista, y actualmente es el capitán de la selección de baloncesto de la universidad en la que ambos estudiamos. Precisamente, y gracias a él, el equipo había ganado el campeonato universitario de baloncesto, y se avecinaba una gran celebración.

Acababa de terminar el encuentro final, y luego de la entrega del trofeo y de la respectiva celebración en la cancha, se encontraban todos en los vestidores. Aproveché la ocasión y me colé para poder felicitar a mi novio por su hazaña.

¡Isa! ¿qué haces aquí? – me preguntó sorprendido, vestido únicamente con una toalla anudada en la cintura. Junto a él, se encontraban los demás miembros de la selección. Algunos ya vestidos, y otros con toallas en la cintura, pero casi todos completamente desnudos.

Nada, mi amor, solamente vine a felicitarte – le dije mientras le estampaba un beso. Con mi lengua dentro de su boca, intentaba no perder detalle de todas las vergas que se encontraban a disposición, "catándolas" visualmente. Todos eran negros, con una contextura similar a la de mi novio, así que sus vergas no eran nada despreciables.

Está bien, mi amor. Pero si quieres espérame afuera, que me visto y ya salgo.

Me dirigí afuera, meneando mi culo y sin perder detalle de todos los instrumentos. Inconscientemente, me estaba relamiendo el labio inferior, gesto que estoy segura más de uno habrá notado.

Al salir, Tyron me explicó que tenían pensado ir a celebrar a un bar, y que al día siguiente, se irían por 5 días a una casa en la playa que habían alquilado previamente. Por supuesto, como su novia, yo estaba invitada a todos los "actos".

Ni corta ni perezosa me fui a mi casa a cambiarme de ropa y a hacer la maleta para irme a la playa con mi novio. Empaqué mis trajes de baño, los cuales son bastante eróticos y no dejan mucho a la imaginación. El primero es un bikini de tipo hilo dental, que no tiene casi tela y son puros hilos. La parte inferior es una tanga que únicamente tapa mis labios vaginales al mínimo, y por detrás es sólo un hilito que se mete por dentro de mis nalgas. La parte superior son dos minúsculos triángulos que apenas tapan los pezones. El otro es de una sola pieza, y es como un tanga cuyos laterales suben hasta mis hombros, se conoce como modelo "sling". Al pasar por encima de las tetas, se abre sólo un poco, lo necesario para tapar los pezones. Por la parte trasera, es más erótico aún, ya que el hilo pasa por toda la raja de mi culo y sube hasta mis hombros, completamente tensado. Deje la maleta lista y me vestí acorde para ir a celebrar al bar. Me coloqué un pequeño vestido ceñido al cuerpo y totalmente descubierto en los hombros color turquesa. Por supuesto, nada de ropa interior. Me calcé unas sandalias de tacón alto del mismo color y esperé a que mi galán llegara.

Me pasó buscando a eso de las 9 de la noche, y nos fuimos a un local nocturno donde nos esperaban todos sus amigos. Apenas llegar, noté que todos ellos me devoraban con los ojos, una buena señal de que no estaba tan equivocada y que, si movía correctamente las piezas, iba a poder saborear todas sus vergas en mis diferentes orificios sin problema.

Además de Tyron, habría nueve jugadores más. Sólo tres de ellos tenían novia, las cuales se encontraban allí también, los otros seis estaban solteros por el momento.

Nos sentamos todos en una gran mesa, y Tyron me los presentó a todos, incluidas las novias. Poco a poco, ellos comenzaron a charlar de deportes y chicas, así que las cuatro mujeres tuvimos que empezar a congeniar. Sus charlas eran insustanciales, sobre la última moda, el último modelo de teléfono móvil, los zapatos que se habían comprado, etc., así que no tardé en aburrirme.

Tyron estaba enfrascado en su charla, y casi no me hacía caso, por lo que ideé un plan para divertirme sin él. En un determinado momento, uno de los solteros se levantó para ir al baño, y yo, ni corta ni perezosa, lo seguí lo más disimuladamente que pude. Entró al baño de caballeros, y a los pocos segundos entré yo detrás, cerrando la puerta a mis espaldas.

Allí estaba él, de frente a un urinario, vaciando su vejiga. Yo estaba a unos pocos metros de él, y desde allí, comencé a subirme el vestido, hasta dejar mi coñito al descubierto. El se sorprendió un poco al principio, pero luego me dedicó una sonrisa cómplice. Deslicé el vestido también por arriba, liberando primero una de mis tetas y luego la otra, pasándome un dedo ensalivado por cada uno de mis erectos pezones.

Con el vestido arremangado en mi cintura, me dirigí hacia él. Me coloqué detrás de él, pegando mis tetas a su espalda. Aún seguía orinando, por lo que delicadamente pasé mis manos por su cintura y aferré su miembro viril, haciendo que lo él lo soltara. Se llevó ambas manos a la nuca, mientras yo sujetaba su verga para que terminara de mear. Cuando finalizó, le di unas suaves sacudidas para terminar de vaciarlo, y así mismo comencé a pajearlo.

La situación era excitante, estaba pajeando a un amigo de mi novio en el baño de caballeros, sabiendo que en cualquier momento alguien más podía entrar.

Se dio la vuelta y yo me agaché un poco para comenzar a mamársela. Era una verga significativa, de al menos 30 cm. de largo, no muy gruesa. Me coloqué en cuclillas frente a él, y con mis manos en sus nalgas, comencé a follarme la boca.

Estaba a punto de acabar, pero yo quería más. Detuve mi trabajito oral y, tomándolo de la verga, lo guié hasta el último de los reservados, diseñado especialmente para personas discapacitadas, por lo que tiene bastante más espacio. Le indiqué que se acostara en el piso, y yo me coloqué en cuclillas, dándole la espalda. Con una mano guié su verga hasta mi orificio trasero, y cuando estuvo bien metida, me recosté hacia atrás y comencé el sube y baja. Intencionalmente, no cerré la puerta del reservado. Al no haber mucha luz y debido a la posición, mi querido follador no podría disfrutar del espectáculo de mi ano tatuado. Mejor así, ya que quería reservarle ese primer honor a mi novio.

Su polla se sentía deliciosa en mi interior, y el morbo agregado de la situación me estaba excitando al máximo. Me estuvo percutiendo el culo en esta posición por al menos 10 minutos, cuando de pronto, escuchamos que se abría la puerta del baño. Alguien había entrado. Afortunadamente, siendo el último reservado, no se veía nada a menos que alguien llegara hasta el final de la fila de urinarios.

El dueño de la verga en mi culo detuvo su bombeo momentáneamente, para evitar hacer algún ruido. Su verga estaba insertada por completo en mi interior.

Quiso la casualidad que la persona que había entrado decidiera utilizar el último de los urinarios, el que queda justamente enfrente del reservado donde mi "amigo" y yo nos encontramos.

Casi me da un infarto al verlo. Allí estaba mi novio Tyron, vaciando su vejiga aun par de metros de nosotros. Bastaba sólo con que se volteara para que nos viera. De hacerlo, vería en primera plana a su noviecita, abierta descaradamente de piernas y coño, con el culo invadido al máximo por la polla de uno de sus amigos.

Para darle más morbo a la situación, comencé a mover mis caderas en círculo, sin sacarme ni un centímetro de la polla que me taladraba el interior de mi recto. Los segundos parecían interminables. Mientras yo le daba placer a la verga en mi culo, Tyron seguía orinando. Me sentía como la más sucia de las putas, y en más de una ocasión pensé en llamarle "¿mi amor?", pero deseché la idea de inmediato.

Justo cuando Tyron vaciaba las últimas gotas en el urinario, la verga de mi amigo comenzó a correrse en mi interior. Oleadas y oleadas de leche caliente invadieron mi recto, mientras enfrente de nosotros, Tyron sacudía su miembro para extraer las últimas gota de orina. No podía creerlo, me estaban llenando el culo de leche frente a mi novio, sin que este se enterase de nada. Las últimas corridas en mi interior coincidieron con las últimas gotas de la verga de Tyron.

Tyron se guardó su verga y salió del baño. Mi amigo y yo nos quedamos en silencio un rato, sopesando la situación por la que acabábamos de pasar.

Eres demasiado puta – me dijo al oído.

Y aún no has visto nada – le respondí.

Me levanté del piso, pero impedí que el lo hiciera, y en esa misma posición, comencé a limpiarle con mi boca y mi lengua todos los restos de su corrida de su cipote. Cuando estuvo bien limpia, nos incorporamos. Yo acomodé mi vestido lo mejor que pude, y de mi ano comenzó a escaparse un par de delicados hilillos de semen que recorrían y refrescaban todas mis piernas.

Así mismo, salimos del baño, primero él y luego yo, dando un tiempo prudencial para evitar sospechas. En el trayecto hasta la mesa, un par de goterones más de semen se escaparon de mi recto, y cualquier observador bien aguzado habría notado como mis piernas brillaban cubiertas por el masculino líquido.

Me senté en la mesa, donde las otras novias seguían con su charla sin sentido, pero ahora, definitivamente ya no estaba aburrida. Distraídamente, llevé un dedo hasta mis piernas y recogí un poco de leche, para proceder a degustarla en mi boca. Quién diría que yo, allí sentada, estaba disfrutando del resultado de una buena cogida por el culo proporcionada minutos atrás en presencia de mi inocente novio. De vez en cuando, mi follador me dedicaba lascivas miradas, las cuales yo, como fiel novia, no le correspondía al encontrarse presente mi novio.