Extracto de Dave&Diane chapter 7

Te he guardado el mejor semental para ti, encanto. Este es el más grande de los que tienen aquí. Maldita sea, incluso yo, nunca he podido introducirme toda su tranca. Y encanto, soy la mejor del grupo"

This material is Copyright protected. (c) AnnabelleandJay 2002.All Rights Reserved.

Extracto de "Dave & Diane Ch. 7" traducido creativamente por Gafa

"Hemos pensado que os podria gustar una pequeña lección de zoologia," dijo Bob, "así, para esos que nunca lo han visto, nos gustaría mostraros lo que las señoras están a punto de disfrutar. Sólo necesitamos a una de las damas para que nos ayude."Sin vacilar ni un segundo la voz de Kari se oyó por entre la muchedumbre. ¡ "Oh, por favoooor!! ¡Yo! ¡Yo ayudaré!. Por favor, ¿puedo?" Y en ese momento salio de la multitud.

"Porque no, señorita, claro que puede. Sólo tendra que agacharse y no moverse muy bruscamente entre los animales," Bob pronunció con lentitud, como si fuera el presentador de un concurso televisivo. "Ahora baje aquí e intente hacerlo como le he dicho."

Kari se dejó caer bajo el caballo y comenzo a seguir las instrucciones de Bob y él le indico como acariciar al animal mientras Harriet le pasaba un trozo de tela al animal bajo la nariz.

"Vamos a ayudar con un poco de olor a yegua en celo. Se ha entrenado bien a estos animales, para que sepan de que se trata. Si estos sementales hablasen, nos dirian que prefieren hacerlo antes con las damas que con las yeguas," pronunció con lentitud.

Oleadas de carcajadas hicieron erupción entre la muchedumbre. Diane comprendió que era un chiste normal que Bob usaba en cada uno de las reuniones. Tenía la clara impresion de que estaba en un circo.

En un momento la rosacea polla maciza del caballo empezó a emerger de su funda y Bob adiestró a Kari a acariciarla suavemente y denspues empezar a lamer. Como alumna aventajada, Kari no vaciló y dejo resbalar la cabeza, en forma de hongo, de la polla del caballo en su boca. Diane observó a su alrededor y se dio cuenta que todos los hombres del grupo exibian sus rigidas pollas mientras miraban como trabajaba Kari. Algunos de los hombres fotografiaban la acción. Diane también notó que las pocas mujeres del grupo ayudaban a algunos de los tipos y chupaban cualquier polla disponible. Emma se aferraba a la polla de su marido Phil, mientras la cabeza de Rita subia y bajaba sobre el miembro rígido de un muchacho de la universidad.

Diane se dio la vuelta buscando a Dave pero vio como LeAnn se arrodillaba delante de su hijo, Doug, su boca y mejillas atiborradas con el miembro del muchacho. LeAnn tenía ambos manos alrededor del trasero del muchacho y atraia las caderas rapidamente hacia su cara, mientras su polla desaparecia en sus labios llenos. Su marido, Roy, estaba cerca, no fotografíaba a Kari y al caballo como los otros, sino que tomaba instantaneas de LeAnn chupando a Doug.

Diane miró otra vez a Kari y se asombró ahora cuando vio la polla gigantesca del caballo , totalmente erecta oscilando debajo del animal y la joven muchacha forcejeando con el miembro macizo.

"Oh Dios, ese cosa es enorme," Diane murmuró para si, asombrada no tanto por la longitud, sino más bien por el grosor. "es imposible, imposible."

Kari pudo deslizar la cabeza y cuatro pulgadas en su garganta cómodamente, pero más no era posible. Después de varios minutos de frenético chupar, Kari estaba a punto de dejarlo, cuando de repente la tranca hizo erupción, y la boca de la muchacha se llenó de corrida lechosa de caballo. Diane vió como Kari aplasto su boca contra el miembro, intentando tragar toda la enorme descarga y por un momento pareció tener éxito. En un momento el semen se desbordo a borbotones, cubriendo su cara y empapandola en una ducha de semen del caballo. Kari tosió y tuvo arcadas mientras trataba de recuperarse del torrente de líquido lácteo que caia por su barbilla, hacia su pecho.

"Bueno, como podeis ver, todo en los caballos es a gran escala," le dijo Bob al grupo, mientras ayudaba a Kari a levantarse. "Algunos la tienen más grande que otros, unos producen más semen que otros. Es similar a lo que pasa con los hombres," dijo. "Dos o tres tazas de semen estan dentro de lo normal, pero tengo uno que , lo juro, da mas de dos cuartos de galón. Así que dirijamonos al granero, por favor."

Dentro del granero luces potentes iluminaban el amplio interior. Sólo una plataforma inclinada de madera llenaba el espacio vacio y todas las luces parecian iluminar y enfocar a ese punto. La plataforma estaba forrada y tenia asas cubiertas de cuero en un extremo. Diane al instante reconoció el artefacto de las fotografías de Internet. Recordó que se habia puesto caliente como nunca al ver el corto video de LeAnn siendo follada por un caballo en aquella misma plataforma. Empezo a sentir debilidad en las rodillas al imaginarse a si misma alli arriba, mientras el grupo le obserbaba y fotografiaba.

Mientras, Harriet, la esposa de Bob, sacaba un gran semental castaño del establo y lo acercaba a la plataforma, se murmuraba entre el publico que Emma, la pequeña esposa de Phil, al ver que Kari casi se ahoga con la tranca maciza del caballo, habia abandonado y estaba ahora sólo como espectadora. De manera que solo quedaban Diane y Rita, la chica gordita. Fué ella quien habló y pidió ser la primera.

Las cámaras empezaron a hacer clic y a zumbar cuando Rita desgarbadamente subió a la plataforma, agarró las asas de cuero y esperó con su gran trasero, redondo y tieso hacia arriba en el aire. Dejando al caballo por un momento, Harriet se fué hacia Rita.

"Relajate Querida," dijo Harriet, mientras untaba un puñado de una sustancia pastosa sobre la vagina expuesta de Rita y le colocó las piernas, extiendoselas un poco más separadas.

"Este producto hara que el caballo se excite y hará ciertamente que tu estes mucho más cómoda," explico la mujer mayor, segun movia sus dedos morenos por los labios vaginales de la mujer joven. Despues fué otra vez hacia el caballo, le tomó de las riendas y lo dirigió a la plataforma. El caballo se paró momentáneamente, olfateó al trasero que sobresalia delante de él, y despues siguió hacia delante. Con ambas patas delantera subidas en la plataforma, el animal colocó su patas traseras en posición. Con una indiferencia que viene de la costumbre, Harriet agarró la enorme ereccion negra y rosa que cogaba bajo el animal y la apretó contra los lubricados labios sexuales de la mujer. "Bien, alla vamos," Harriet advirtió y dirigió el gran miembro hacia la abertura.

"AHHHHHHH!" la joven chilló y empezó a agitar su trasero de lado a lado, intentando evitar el tronco que le invadia.

¡ "Aguanta un poco, querida! Te acostumbraras a el enseguida," le confortó Harriet, mientras sostenia fuertemente el salvaje trasero de la mujer. Poco a poco cuatro pulgadas del gigantesco tubo rosa resbalaron hacia dentro y desaparecieron mientras Rita continuaba quejandose.

Diane miró la escena que se desplegaba ante su s ojos y estaba a punto de volverse y salir fuera del granero cuando sintió un brazo familiar alrededor de su cintura desnuda. Era Dave, que le obserbaba.

¿"Que piensas ahora? ¿Todavia quieres hacerlo?" Le preguntó Dave, Señalando con el menton en la dirección de la plataforma, Rita, y el caballo.

Diane se quedó en silencio, pensando su contestación, cuando sintió la mano de él resbalando alrededor de su cintura, bajando alrededor de su trasero, por entre sus piernas y empezando a dar caricias a su hinchada vagina.

"Has sido una putita en el camino hasta aquí," Dave susurró en su oreja. "Y sabes cuanto te gusta ser una mujerzuela caliente, ¿No?" Diane se quedó en silencio. "¿Tengo razón? Quieres mostrarles a todos lo guarra que eres, ¿verdad?" susurró Dave.

"Sí," dijo Diane suavemente.

"Sí, qué?" le presionó Dave.

"Sí, soy un putón y quiero que todos lo sepan," contestó Diane calladamente.

Dave la besó profundamente y pudo sentir como los dedos de él extendian sus ardientes labios. Sintió una presión por detrás según Dave le abria en su intimidad. Una polla rígida resbaló entre las mejillas de su trasero por detrás y se hundió profundamente en su abertura expuesta. Dave apretó la boca duramente contra la suya mientras la polla continuaba adentrandose en su humedad y entonces empezó un cadencioso bombeo.

"Ohhhhh," gimió Diane cuando Dave rompió el beso. Podría sentir su mano todavía frotando y extiendo su vagina caliente, abriendola completamente para que el otro le penetrase por detrás. Se volvió ligeramente y vio la cara resplandeciente de Chad que bombeaba en su interior.

"Mira allí," De nuevo Dave le susurró en la oreja. " Mira esa tranca caliente de caballo. Lo quieres hacer, ¿verdad?" Dijo Dave, haciendo un gesto con la barbilla en dirección a la plataforma. "Chad, tu quieres ver como Diane folla con un caballo, ¿verdad?"

Chad se abalanzo hacia delante y mordisqueó en su oreja mientras continuaba golpeando con su polla desde atras.

¡ "Sí, Dios sí! Eres la mujer más caliente que he visto. Estoy impaciente por ver enterrado todo ese mastil enorme en tu dulce conchita" Murmuró Chad en su oreja.

La cabeza de Diane giraba mientras las voces se vertian por sus oidos. Miró hacia la pltaforma y vió como el semental castaño se bajaba de ella. Rita había conseguido tomar 20 cm. de la bestia y pidió que se lo sacasen de dentro, incapaz meterse nada mas. Vio a la joven rechoncha bajar, su cara llena de lágrimas y la muchedumbre aplaudiendo. Ahora el miedo inundó la mente de Diane y estaba a punto de gritar, para acabar con aquel sueño salvaje, cuando otra polla erguida se apretó contra su barriga. Unos dedos ágiles empezaron a manipular y frotar su rigido clítoris, y una voz nueva llegó a su oido. Era Doug, su hijo, ahora frotando su polla hinchada contra ella, mientras Dave y Chad ahora se apretaban fuertemente contra su cuerpo tembloroso, y ella estaba encerrada herméticamente entre los dos, incapaz moverse, incapaz pensar.

"Puedes hacerlo, Mamá. Los chicos me han dicho lo bien que les trataste en el camino hacia aquí," Doug susurró. Empezó a rozar su duro clítoris, segun le estímulaba con susurros en uno de sus oidos y Dave en el otro con Chad susurrandole desde detrás.

"quieres llegar , ¿no?. Lo has deseado todo el día. Todo el tiempo nuestras pollas duras te han llenado de semen. Ahora es tu oportunidad. ¡No lo dejes escapar.!" Dave dijo y en uno solo movimiento, la polla de Chad salio ruidosamente de su vagina y Diane se vió propulsada hacia delante.

"Bien. Aqui esta nuestra próxima pequeña dama," Harriet gritó. "¡Y ya esta caliente!." Todo el mundo en la muchedumbre gritó y aplaudió, pues habian sido testigos de los preliminares de Diane con Chad. "Así que estimado publico, tengan las camaras listas porque la chica promete."

Diane caminó hacia la plataforma, como aturdida y estaba a punto de subirse cuando vio un gran semental negro emerger del área del establo. Conduciendo a la enorme bestia iba LeAnn, con una gran sonrisa en la cara, sus pechos magníficos oscilando a con cada paso que daba. Los dos se acercaron a Diane y cuando la rubia llegó al lado de ella, LeAnn se detuvo.

"Te he guardado el mejor para ti, encanto. Este es el más grande de los que tienen aquí. Maldita sea, incluso yo, nunca he podido introducirme toda su tranca. Y encanto, soy la mejor del grupo," Dijó LeAnn, su sonrisa retorcida en una mueca de desprecio. "Así que coloca tu viejo trasero ahi arriba, porque yo disfruto verdaderamente de esto."Diane le miró fijamente, primero confusa, despues con enojo. Entonces desvió su mirada hacia el caballo, una gigante y amenazante bestia negra. Diane miró otra vez a LeAnn, entonces de nuevo al caballo y caminó hacia el semental. Se acercó y en un cuchicheo en la oreja de la animal, en una voz lo suficientemente fuerte para que fuese oído por todo el mundo, dijo, "Vas a penetrarme, caballito. !Lo he deseado todo el dia!"

Y así Diane subió a la plataforma, agarró las asas de cuero y empezó a menear su trasero en el aire. El establo irrumpió en aplausos al ver como Diane aparentemente provocaba al caballo, extendiendo las piernas y girando las caderas. Pero no era al caballo al que provocaba, sino a LeAnn. Y la rubia lo comprendió inmediatamente. LeAnn zambulló su mano en un recipiente del lubrificante con aroma de yegua en celo y caminó hacia Diane mientras esta meneaba su explendido trasero. "Como te he dicho, Voy a disfrutar de verdad viendo como lo haces," siseó LeAnn untando la mezcla grasienta sobre los hinchados labios vaginales de Diane. LeAnn agarró las riendas del caballo y en un momento colocó el amenazante animal encima de Diane, su polla enorme ahora totalmente fuera de su vaina. Diane miró atrás para ver casi dos pies de gruesa tranca caballo oscilando ferozmente detrás ella. La gigantesca cabeza negra en forma de hongo era como un iman para los ojos de Diane que al instante se arrepintió de su decisión de seguir adelante. Entonces LeAnn subió a la plataforma, con ambas manos agarro el órgano gigantesco y lo posicionó contra la resbaladiza abertura de Diane. A pesar de estar tan bien lubricada, su cuerpo se negó al principio a admitir el enorme grosor de la punta. Diane soltó las asas de cuero, y con la cara y los hombros apoyados en la plataforma, metió las manos entre las piernas y separó sus pliegues vaginales. Sentia como lentamente la tension aumentaba mas y mas, aunque todavia podia soportarla. Despues de presionar durante unos interminables minutos, LeAnn no pudo reprimir su admiración al ver como la abertura se distendia y lentamente dejaba pasar al intruso. Diane ya no podia soportar mucho mas la tension, Con una mano haciendo de calzador, Leann dirigia el gran mastil, presionando con la otra, y asi, de repente, la negra cabeza bulbosa separó de golpe la ultima resistencia de los tensos pliegues de los labios y desapareció dentro del cuerpo de la mujer. Diane notó un cierto alivio en su entrada, para inmediatamente sentir que era inflada como un globo.

"OHHHHHH," gimió , según el aire de sus pulmones era despedido de su cuerpo. Diane quería gritar pero en cambio se mordio el labio. Sentia como si le estubiese abriendo en dos por dentro debido a la presión que ejercia en su interior. No se imaginaba como algo tan grueso podia estar entrando en su interior. Estaba a punto de gritar y pedir que se suspendiese el acto, cuando miro hacia arriba y vio como LeAnn le sonreia con perverso placer, una mirada de satisfacción en su cara. En ese momento Diane Stone supo que no se iba a hechar a atras. Asió de nuevo las empuñaduras y trató de quedarse inmovil por un momento para asi dar a su atiborrada vagina la oportunidad de acomodar el glande gigante que tenia dentro, pero el caballo tenía otras ideas. Segun empezaba a aliviarse, sintió el gran bulto intentar resbalar fuera de ella. Diane pensó que el caballo había cambiado de idea y que se habia acabado todo. Entonces sintió realmente terror cuando, sin advertencia, la bestia invirtió el movimiento y enbistió más hondo. "Ahhhh," gimió y trató de moverse hacia delante tanto como pudo. De nuevo el animal empezó a retirarse. Y otra vez el grueso embolo, tras una fugaz pausa, arremetió ciegamente. Lo que en un principio parecian movimientos descuidados del caballo, comenzaron a repetirse ritmicamente sin compasion y Diane comprendió que estaba a su merced y que aquello solo era el principio. La tranca gigantesca del semental continuó machacando sin pausa en su interior. Avanzaba sin misericordia, abriendose camino, haciendo que Diane se tambalearse con cada arremetida. El golpeteo constante en su intimidad le estaba dejando sin aliento. Una y otra vez el poste de carne se deslizaba cadenciosamente hacia fuera y otra vez penetraba mas adentro. Solo se acordaba del nacimiento de sus hijos como la unica vez que tanta carne habia pasado por su entrepierna, como si un enorme tapón se introdujese y luego se retirara de su interior. Y cada vez que retrocedia, el caballo, segudamente, arremetia implacablemente hacia delante y se hundia más y mas hondo en ella, ensanchando salvajemente a su paso toda su entrada y el tenso conducto. Después de unos interminables minutos de incesante avance, Diane sintió que podía respirar y que iba a sobrevivir a aquello. Se estaba maravillando por un instante de la elasticidad de su antes estrecha vagina pues empezaba a sentir placer, en lugar de sólo molestias.

Vio a la muchedumbre alrededor de ella, las luces, las cámaras moviendose, pollas rígidas ondeando a diestro y siniestro y todas las caras vueltas hacia ella y el semental. Caras sudorosas, caras llenas de lujuria , todas pendientes de ella.

Agarrando las asas de cuero fuertemente, empezó a empujar hacia atras, reaccionando a los movimientos del animal, impulsando el enorme y grueso cilindro más hondo en su útero. Entonces tiró con sus brazos y sintió como se retiraba el monstruo de su interior. Despues se empujó hacia atras, cada vez permitiendo que el tubo gigante de carne se hundiese más y más hondo. Y sentia que aun quedaba profundidad en su interior antes que tocase el fondo de su antes estrecho tunel. Otras pollas humanas habían ido más hondo de lo que el caballo estaba, pero la maldita cosa de la bestia seguramente media mas de 10 cm. de ancho en la base y sentia que le iba a rasgar en dos en cualquier momento.

Pero gradualmente, cada vez que Diane empujaba su trasero en pompa contra el animal, podía sentir la panza en su espalda, gotas de sudor cayendo de su cuerpo y como la gigantesca polla avanzaba implacable en sus profundidades, dilatando aun mas sus labios y su interior. Embestida tras embestida, Diane podía sentir como el gran miembro se le hundia más y más hondo, con largas pasadas. Cuando se paraba en lo mas profundo de su cuerpo sentia una tensión casi insoportable en sus extendidos labios y en toda su vagina, que abrazaban aquella mole de carne. Deseaba ser destrozada por aquel mastil casi tan grueso en la base como una de sus piernas. En pocos minutos ya se deslizaba placenteramente con su propio cuerpo, una y otra vez por toda la longitud del grueso embolo, y todas las molestias se habian diluido en una agradable tension. Solo quedaban el éxtasis, las endorfinas, la adrenalina y la lujuria. Ella cabalgaba como una mujer salvaje, aullando y chillando de placer. Podría sentir el calor y el roce en todo su extendido interior según se desbocaba locamente, a delante y atras, ahora totalmente despreocupada de si alguien le miraba, fotografíaba, o si estaba a kilometros de de ella y su caballo.

¡ "SI! ¡SI! FOLLAMEEEEEEE!" Diane gritaba. ¡ "SIIIIIIIIIIIII! ¡SIIIIIIIIIIIII! ¡VOY A LLEGAAAAAAAAAAR!!!!" chilló. Toda la pasión y la calentura, guardadas durante un día entero de excitacion sexual y tormento, explotaron hacia fuera. Llego con una furia que no habia alcanzado nunca. La gigantesca polla era incansable y estaba toda a su disposición. Su cabeza se sacudia de lado a lado según el orgasmo la consumia y su cuerpo se agitaba y contraia bruscamente pués el enorme tronco carnoso la rellenaba deslizandose en suave vaiven por sus intimidades mas escondidas.

"SIIIIIIIIIIIIIII. SIIIIIIIIIIIIIII. SIIIIIIIIIIIII," gimió, según los espasmos surcaban atraves de ella, fluyendo desde el epicentro de su cuerpo, su vagina, por las sensibles paredes de su dilatado tunel.

Deseó desplomarse y descansar cuando los temblores empezaron a menguar pero entonces se dio cuenta de que su cuerpo todavía estaba empalado en casi 60 cm. de rigida y gruesa carne de caballo. Y mientras había experimentado ese orgasmo enloquecedor, el semental continuaba sacudiendose y deslizandose, duro y gigantesco, todavía allí en sus profundidades.

Débil hasta el agotamiento y sin respiración, Diane intentó reunir bastantes fuerzas como para elevarse en la plataforma inclinada e intentar desengancharse del animal. Pero no importaba cuanto se elevase a si misma tirando de las asas de cuero, la polla maciza continuaba entrando y retrocediendo pero no salía. No podía creer cuanto del miembro del animal se había enterrado en su cuerpo.

"AHHH!" Diane exhaló, y dio un empujón grande hacia atrás esperando que el rebote le daría el impulso necesario para retirarse. Pero sintió la cosa más extraña. El caballo se introdujo aun más profundamente en el interior de su cuerpo, que se abrio para recibirlo sin ningun dolor, y por primera vez pudo sentir las pelotas macizas golpèar contra su entrepierna. Entonces sintió algo mas. Gradualmente, sin casi advertirlo y contra su voluntad, pudo sentir como su cuerpo se contraia bruscamente y empezaba a agitarse de nuevo.

"Oh, Dios, no. Otra vez no," pensó para si cuando sintió su abdomen contraerse y sus caderas sacudiendose de nuevo. Diane se sentiá como si se fuese a desmayar cuando su cuerpo empezó a retorcerse y a temblar, moviendose a delante y atras según el órgano masivo se embutia dentro de ella. Su visión se volvió borrosa pues su cabeza se movia violentamente a uno y otro lado. Los sonidos en sus oidos se volvieron un rugido enorme- su pulso latiendo, los ecos de sus gemidos resonando dentro del establo, cámaras pulsando el botón, y el sonido humedo del golpe de las pelotas de las animal contra su grasiento trasero.

Estaba totalmente desprevenida cuando sintió la explosión. "OHHHHHH, DIIIIIOOOOSSSS!" Diane gritó, cuando sintió una erupción tremenda dentro de ella, pues un torrente de jugo viscoso manó dentro de ella hasta que no hubo mas espacio y empezó a verterse fuera chorro a chorro. Podría sentir el líquido humeante vertiendose en sus maltratadas profundidades, escurriendose entre el abrazo que su tenso tunel daba al grotesco cilindro para despues gotear fuera, por sus temblorosas piernas encharcando la plataforma. Su propio cuerpo parecia transformar la corriente en placer y no dejaba de estremecerse. Diane estaba segura de que por lo menos cinco litros de corrida de caballo habian sido bombeados dentro de su sudoroso y cansado cuerpo. Entonces, sintió la gigantesca ereccion del caballo aflojarse y rápidamente se retiró de dentro de ella, y como si fuera un títere al que hubiesen cortado las cuerdas, se derrumbó de golpe en la plataforma.

Diane se quedó inmóvil por lo que le pareció una eternidad, y entonces se movió cuando el establo hizo erupción en un gran aplauso. Alegrías y gritos llenaron el edificio y Diane trató de alzar la cabeza, moverse, o hacer cualquier cosa que le indicase que había sobrevivido. Podía sentir gotear el sudor por su cara, y más torrentes vertiendose de dentro de su cuerpo.