Éxtasis sexual
Ágata experimenta el camino del placer, con un descubrimiento final.
Éxtasis sexual.
( LA FALSA ESPOSA 4)
En la habitación hacía un calor terrible, a oscuras , no veía nada. Sólo me sentí abierta, estirada por mis ataduras. Intenté dormir pese a la incomodidad de mi postura y que mis pezones y el clítoris, de tanto toqueteo, los sentía paspados.
Apenas empezaba a dormitar, alguien entraba y me volvía a tocar en mis zonas erógenas , impidiéndome dormir , pero sin llevarme al orgasmo. Tenía mucha sed, y también en esas visitas me daban el diabólico mejunge que si bien me refrescaba, me excitaba.
En algún momento quedé dormida, notando lo que me ocurría como si fuera una terrible pesadilla.
Me movieron para despertarme. La habitación seguía a oscuras, y no supe quien me sacó de ella, hasta que me llevaron junto a la pileta. Era la muchacha india, que se llamaba María. Me ayudó a quitarme los jirones de la ropa que había usado el día anterior.
"Dúchate"- . Lo hice, sentir el frío del agua, pareció como si me revitalizara.
Dejó que me secará al sol, parada como un animal que no conocía la toalla. Cuando vio que no había humedad en mi piel, me tomó de la mano y me llevó hacia la casa. Ya era medio día y yo tenía un hambre horrible, no había comido prácticamente nada en veinticuatro horas, sólo aquella bebida que supe mas tarde era una mezcla de mate de coca , con otras hierbas.
Me dejó en la puerta de una sala , apenas entré , los vi. Mis amos Adolfo ,Olga y Gabriel sentados en unos sillones de cuero frailunos. Estaban desnudos y los hombres tenía el pene gordo, dilatado , pero no erecto.
Me quedé en medio de la sala esperando que me dijeran que debía hacer.
"Esta hembrita está buena."
"Una linda rubia tetuda"- me habían descrito perfectamente.
"Ven acá y cómeme el coño"
Fui hasta donde estaba sentada Olga que adelantó su bajo vientre para que pudiera acceder a él. Me arrodillé ante el templo de su sexo, y comencé a lamerlo.
Al intentar ayudarme con la manos, me las retiró.
"Atádla las manos "- Gabriel me puso los brazos a la espalda y me colocó unas esposas.
"Sigue , puta"- me ordenó la mujer.
Mi boca buscó su concha y mi lengua su clítoris. Puso sus manos en mi nuca y me empujó mas fuerte contra ella. Apretó los muslos contra mi rostro y sentí como se iba en los espasmos de un orgasmo.
"Es vuestra"-
Gabriel se acercó y tirando de las esposas me levantó. Creí que se me saltaban los omoplatos. Me llevó hasta una mesa, me obligó a apoyar mi cuerpo contra la madera. Mis lolas estaban oprimidas, apretadas .
Detrás de mí, le noté rebuscar en la raja entre mis nalgas, y como la cabeza de su miembro buscaba el más estrecho de mis orificios. Me la metió por el culo lentamente, llenándome. Enseguida empezaron sus embestidas , fuertes y profundas.
Se retiró y me di cuenta que dejaba su puesto a Adolfo que ocupó el mismo lugar dentro de mi.
La minga del alemán era enorme y sus empellones salvajes , me dolía , apenas sentía placer, era sentirse usada , sabiendo que yo no tenía derecho al placer pese a estar muy caliente.
Sin soltar su semen , como había hecho Gabriel, la sacó y me separó de la mesa haciendo que me arrodillara y sin preámbulos ,me la puso en la boca, agarrándome de la cabeza , que movió adelante y atrás hasta que soltó toda su leche . Me atragante y tuve unas arcadas.
"Será cerda. En pie"-
Me quedé asustada, ante mis ojos estaban Olga y Gabriel con látigos de los que duelen , te escuecen, te ponen la piel colorada, pero no te marcan. Y empezaron a azotarme . En los senos , en la cola , en los muslos. Cada vez más fuerte, Adolfo se había sumado a mi martirio. Me dolía todo el cuerpo, pues todo el cuerpo me estaban golpeando.
"¡Cómo estas Gabriel!"- dijo Olga, y era verdad mientras me azotaba, estaba con una erección enorme. La minga ni se le movía al moverse él, dura como una piedra.
" Al suelo"- me derribaron de un empujón, tirada , vi como Olga agarraba la pija de Gabriel y la meneaba, estaban sobre mi. No hizo falta muchos movimientos, comenzó a escupir leche que me mojó toda. Fue una cantidad enorme.
Los hombres se fueron a sentar, y Olga dio una palmada entrando María , que me miró con envidia , aquella muchacha era una sumisa excepcional, pues yo podía dar todo, menos envidia.
"Límpiala, y prepararla"
Me llevó a la habitación donde me habían duchado el día anterior. Allí estaban otras dos mujeres , que comenzaron a lavarme con esponjas , tras soltarme las manos y lamerme la piel donde quedaba semen .
Era lo primero suave que había tenido en dos días, la sensación de la textura de la esponja con gel sobre mi carne. Cerré los ojos para poder relajarme.
Me tumbaron en una camilla y con un cuidado extremo , me quitaron cualquier pequeño vello de mi sexo y ano. Aunque yo suelo depilarme esa parte de mi anatomía , aquello era especial. Era un rito.
Después me dieron la crema que me excitaba , por todo el cuerpo. Al ponerla sobre mi piel azotada, sentí una sensación de frío y alivio en mi carne ardiente, que al cabo de unos segundos , se convirtió en un fuego, que me erizó los pezones y el clítoris.
Y de pronto, hicieron algo que no esperaba. Me comenzaron a pintar todo el cuerpo. Rayas , círculos , negros, rojos en mi cara , en mis senos , que quedaron como dianas , en las que el centro eran mis pezones que estaban duros y salientes amenazando al aire. Mi ombligo, mi sexo, de un rojo intenso los labios íntimos.
Me volvieron a llevar a la sala donde me esperaban mis amos, desnudos.
"Esta es Ágata, una hermosa guerrera , aunque se crea una porteña fina y educada"-
" Nunca pensé que se la vería así"- dijo Gabriel- "Parece una princesa vikinga prisionera"
Olga se acercó a mi, me miró a los ojos con una enorme dulzura y malicia.
"Ahora, vas a encontrarte a ti misma. Esta es la última sesión. Te pondremos oro, que es un regalo para ti, mi pequeña nena. Ven"
Me llevó de la mano a la mesa , donde me habían cogido antes. Allí estaban unas cajas pequeñas,.
Abrió la más grande y sacó unas pulseras, eran 10 aros finos de oro. Me los pasó por las muñecas, me hizo mover los brazos. El sonido del metal dejaba una extraña música.
Otra caja, allí unos brazaletes, con forma de serpientes, que me puso en los brazos, me apretaban la carne pero eran preciosos.
Otra caja , otros aros , estos fueron a mis tobillos.
Me estaba adornando como a una princesa.
Otra caja , un collar , apenas un aro con una piedra, que al ponérmelo, colgó entre mis pechos.
Otra caja, unos pendientes , también de aro que colocó en mis lóbulos.
Quedaban dos cajas.
" Ven , mírate" me acercó a un espejo. Estaba hermosa, pintada toda mi piel , con las joyas doradas que destacaban aún más los dibujos, un maquillaje que me estaba transformando en algo que no yo sabía que tenía en mi.
"Ahora, bebe primero ."- me dio una copa de piedra que tenía un líquido caliente , espeso, humeante. Al tomarlo, sentí un calor en el cuerpo, raro, que me dilataba , que me llevaba a otro mundo.
" ¿ Sabes lo que te vamos a hacer ahora?"-
No sé como contesté, con una voz que no era la mía , era mucho mas ronca y sensual, era como el gemido de una gata en celo.
" SI, HAZLO"- y lo sabía , así que cuando sacó de la penúltima caja aquellos dos aros de oro , me estiré hacia delante, exponiendo mis pechos al sacrificio. Tenía los pezones totalmente erectos, punzantes.
Noté el pinchazo en el pezón derecho, un dolor agudo al atravesar mi carne. Cerró el aro.
El otro pezón anhelaba sentir el dolor de la punción , Olga me lo clavó despacio, muy despacio, para que paladeara el dolor. Lo cerró. Abrí los ojos para verme en el espejo. Dos pendientes de oro, como los aros que tenía en las orejas, estaban allí, en mis senos.
Debía ser la bebida que me había dado , estaba en trance, no era yo.
Me tumbó en la mesa, y yo me movía en temblores que levantaban mi concha , golpeándome las nalgas contra la madera con fuerza.
"Tranquila, espera "- me puso una mano en la nuca, me levantó la cabeza para darme otro trago de la misma copa.
Me arqueé con mi pelvis en alto , ofreciéndola. Con su palma en el monte de Venus me obligó a parar mis espasmos incontrolados. Adolfo le trajo la última caja, sacó otro aro.
Me quedé quieta, expuesta toda mi intimidad. Los tres estaban parados. Adolfo me sujetó los brazos, Gabriel me mantuvo las piernas abiertas y Olga empujó mi clítoris erguido, rojo, hacia arriba . Juntó los labios enmarcándolo y los atravesó con el oro.
Debería haberme dolido , pero no era la sensación, era algo que ni ahora que lo estoy contando , con un mate al lado, puedo explicar. Estaba fuera de mí, las monjas me habían hecho leer a santa Teresa y a san Juan de la Cruz, y era como lo que ellos sentían cuando entraban en éxtasis. Me parecía que levitaba.
Me levantaron de la mesa y me tumbaron sobre una manta .
Me tocaron como a un violín , me lamieron , me comieron , me penetraron por todos mis orificios , con sus penes enormes , con sus puños
Era más que un orgasmo, era una fuerza sexual que como un río salía de mi cuerpo .
Fue una explosión, reventé y me desmayé
Me desperté , miré a mi alrededor , estaba en la cama , en la cabaña donde había dormido la primera noche, a mi lado estaba Gabriel , que cuando vio que abría los ojos , me los cerró con sus labios, me besó las sienes, me mimó como se mima a un bebe. Los aros de oro estaban en el velador.
"Anda, cariño, nos esperan a cenar. Vístete. Ponte esa túnica es un regalo de nuestros anfitriones"
Me levanté, no sabía cuanto había dormido , pero estaba relajada, ligera, como si hubiera vuelto a nacer.
Toda mi ropa era una túnica blanca, de seda con hilos dorados, transparente y unas sandalias con un taco enorme. La de Gabriel era un albornoz de algodón, y unas babuchas.
Cuando llegamos a la casa principal, nos recibió María que nos acompaño al salón donde habíamos cenado la primera noche. Allí nos esperaban Olga y Adolfo, iban vestidos igual que nosotros.
"Vamos a cenar muy bien. Ágata creo que tiene un hambre canina"
" Si tengo mucha hambre , de comida y de vos"- dije y acercándome a Olga , me apreté a ella, notando su cuerpo generoso a través de la telas ligeras y la besé en la boca, cuando nuestras lenguas comenzaron a jugar comprendí que empezaba un juego de iguales.
Me separó con dulzura " Tenemos tiempo para todo. Ahora creo que necesitas comer"
Era cierto , tenía un hambre perruna, cenamos servidos por las muchachas . Yo estaba relajada tras las viandas y bebidas, y además contenta al pensar en la comisión , la figura y la cantidad de oro de los aros de adorno. Los hombres encendieron unos puros y Olga me ofreció un Camel. El lanzar las volutas de humo, con un gin tónic en la mano, era entrar en una fase de placer tranquilo.
" Ágata has pasado todas las pruebas, si lo deseas puedes entrar en la Orden del Éxtasis Sexual o de los Ángeles Perversos. Es una vieja cofradía que viene desde Sodoma y Gomorra, se ha mantenido a través de los tiempos. Sus miembros , pocos, saben que el placer y la riqueza son los motores del mundo. Tendrás que hacerte sabia en el uso del poder, pero todo estará a tu alcance"- la voz de Adolfo sonaba litúrgica y me impresionó. No entendía de qué me hablaba, pero sonaba bien la idea.
" Ágata necesita descansar, lleva sin dormir bien dos días. Mañana ya le diré YO absolutamente todo. Te atenderán tus nuevas sirvientas Juana y Jerónima"- dijo Olga, dando una palmada. Dos mujeres aparecieron en el salón. " Acompañad a vuestra ama a sus aposentos"
La habitación estaba en la casa principal, una cama enorme la presidía . Me ayudaron a desnudarme, apenas me tumbé , sin darme cuenta me quedé dormida.