Éxtasis Anal.
Esa noche fue magica me ano cayo en un éxtasis de deso y placer anal, ahora se que no me equivoque al acceder a a las relasiones anales.
Éxtasis anal.
La tarde caía y las hojas de los arboles cayendo, le daban un toque de nostalgia al ambiente, mire por la ventana esperando la llegada de Mario, quien había dejado de buscar hombres para que me cogieran; no me había dado alguna explicación, ni yo se la pedí…respete su decisión, 6 semanas de ayuno sexual, eso a me preocupaba y mucho, incluso el solo me había tomado una sola ves en esas 6 semanas.
Mi cuerpo se encontraba en un estado de excitación constante, deseaba sentir nuevamente las caricias de un hombre, pero no pasaba nada; y ahora con la llegada del otoño me sentía melancólica, sin embargo esa noche mi ayuno seria recompensado, y ahora comprendía el por que de ese ayuno.
Encendí el televisor y miraba un programa común, de pronto escuche que Mario llegaba, y cuando entro me encontró realmente en un estado que le preocupo.
¿Sonia? ¿Te sucede algo?
¡No, no me pasa nada! Bueno en realidad, si me sucede algo y no voy a callar más, tengo que hablar o me volveré loca.
¡Tú me llevaste a disfrutar del sexo! Y ahora tú me cortas el placer, no te lo reprocho, pero ¿dime por que? ¡Ahora ni tu me haces el amor! Cuando mi cuerpo reclama ser tomado y llevo días en un estado de excitación y no puedo mas. ¿Qué sucede Mario?
¡Ven mi amor! Te diré lo que sucede y después de escucharme, comprenderás mi actitud, yo igual deseo mucho estar contigo, pero hice una promesa a alguien y la tengo que cumplir…y ahora te diré a quien le prometí que te entregaría a el, así cuando estuvieras en ese estado de deseo como lo estas.
Ahora solo te pido seas un poco paciente, y esperes a que haga una llamada, todo será aclarado hoy mismo… ¿te parece Sonia?
Esta bien, seré paciente, pero ni un solo día mas. Mario tomo el teléfono y solo escuche lo que el decía a quien llamaba.
Si, no hay problema, creo que ya es el momento, justo ahora estamos hablando del tema, y ya no podemos esperar, ¿quieres que te comunique con ella? Bueno, entonces aquí te esperamos, hasta pronto y no tardes por favor.
¡Media hora Sonia! Solo tienes que esperar media hora, alguien que apagara tu fuego sexual viene en camino.
Me fui a la recamara, tratando de adivinar de quien se trataba, imagine a muchos hombres con quienes Mario me había llevado, menos de quien tanto deseaba y hacia mucho no llamaba.
Cuando escuche su voz, no pude evitar sentir tanta emoción, Salí casi corriendo y sin dudarlo me arroje a sus brazos y le plante un prolongado beso en la boca, Roberto, que alegría… ¿Por qué no has llamado?
Solo sonrió y como respuesta le comento a Mario.
¿Te molesta si toco su rajita aquí delante de ti?
No, no hay problema Roberto, puedes hacerlo.
Roberto metió su mano debajo de mi falda y comprobó lo excitada que estaba, mi tanga estaba mojada, y el solo roce de sus dedos hizo que mis piernas temblaran de deseo.
Muy bien, si que estas excitada Sonia, y bueno solo falta acordar algo, mira Mario como te lo dije cuando hablamos, me gustaría le dejaras pasar unos días a mi lado, desde luego tu sabes que siempre serás quien tome la ultima decisión.
¿Quieres ir con Roberto Sonia? ¿Quizá un par de días?
Si, tu sabes que es lo que mas deseo, iré con el a donde sea y los días que el desee.
Pues por mí no hay problema Roberto, ¿Cuándo vendrás por ella?
Ahora mismo me la llevare, si ella acepta ser obediente y hacer todo lo que yo le ordene.
Mario me observó y espero mi respuesta.
Si, acepto, seré tuya y hare lo que tu me ordenes, no dudes de mi… no sabes cuanto deseo estar contigo.
Bien, me agrada escucharte… ¡desnúdate!
Dirigí mis pasos a la recamara pero Roberto me ordeno de inmediato.
¡No, aquí mismo hazlo! Quítate toda la ropa.
Al quedar desnuda me dio una prenda que me hizo recordar mis inicios, se trataba de un corsé, solo que esta ves era rojo, con bordes negros, una tanga negra de las que se atan a los costados y me pregunto lo siguiente.
¿Te gusta Sonia? Ve y busca tus zapatillas negras, te pones la ropa y regresa aquí para irnos.
¿Algún vestido o falda?
No, así solo así, bueno búscate algún suéter o algo que te cubra solo para subir al auto, después te lo quitaras. Pero antes de ponerte el sueter, sal quiero que Mario te mire como te veras esta noche, y como regresaras aquí, cuando yo lo desee.
Salí y me pare frente a ellos, solo Roberto fue quien dijo lo siguiente.
Mira nada mas, ¡que linda te ves! Oh preciosa, apenas te pusiste la tanga y ya esta mojada, no cabe duda, estás en el punto exacto, veras que deliciosos momentos pasaremos estos días, bueno ponte tu suéter y vamos.
Antes de salir, no pude evitar abrazar a Mario y darle un beso en señal de agradecimiento por tan deseada sorpresa, el hizo algo que jamás había echo, me dio una fuerte nalgada al tiempo que me decía seguro de si mismo.
¡Vamos mi amor! Sabes que lo hago para que tú lo disfrutes, ahora ve y disfruta de todo lo que Roberto te hará.
Salí sin importar si había alguien en la calle, subí al auto y me acurruque sin dudarlo en el hombro de Roberto, apenas avanzo unas cuantas calles cuando me dio la primer orden de esa noche.
Sal del auto, camina a esa tienda y compra unos cigarros, de regreso, finges que se te caen y te agachas a levantarlos, de forma natural, sin importarte que alguien te vea la tanga, después regresas al auto, ah y no mires a ningún lado solo actúa normal.
Baje y camine sin los nervios que sentí en la primer cita precisamente con Roberto, ahora disfrutaba del momento, al regreso de forma natural deje caer la cajetilla de cigarros, me agache a levantarlos en cuestión de segundos, pero sin apresurarme, claro que quienes miraron el espectáculo lo tienen que haber disfrutado mucho, regrese al auto y Roberto me recibió como no lo esperaba.
¡Eso es Sonia! Así tienes que actuar de forma natural, mira a los hombres que te miraron, están pensando en tu cuerpo. Ahora vamos a donde recibirás un gran premio mi amor. Quítate tu suéter.
Así semidesnuda llegamos a donde ya había estado antes, la casa de Arturo ahí donde estrenaron mi ano por primera ves, sabia que en verdad seria una noche placentera.
¿Recuerdas esta casa?
Si, aquí vive Arturo.
Así es, que bueno que lo recuerdes.
Toco el claxon y Arturo salió, abrió la puerta y me ayudo a bajar, la calle estaba desierta igual que las ves pasadas…Roberto se fue a dar la vuelta para entrar por la cochera mientras Arturo me abrazaba de la cintura y caminaba conmigo.
Ya dentro la casa Roberto se nos unió, la silla de montar estaba ahí, al centro de la habitación, Arturo tiro de los amarres de la tanga y esta cayo al piso, solo me quede con el corsé y las zapatillas, sin perder el tiempo me empino sobre una silla y se arrodillo, separo mis nalgas y dio un gran lengüetazo, pasando de mi ano a mi raja.
A,a,a,a,a,a, si no te detengas Arturo por favor, a,a,a,a,a,a, que rico.
Roberto dio la vuelta y quito la silla, me ofreció su verga y sin dudarlo abrí la boca dejando entrar toda, Arturo seguía chupando mi ano la calentura de mi cuerpo aumentaba con cada segundo.
Sentía las palpitaciones anales, poco a poco estaba entrando en un gran momento de excitación, ambos cambiaron de lugar, y ahora Roberto chupaba mi ano, a,a,a,a,a,a,a, robertooooooooooooo, massssssssssssssssssssss, a,a,a,a,a,a,a, no había duda mis gemidos eran de una verdadera mujer en celo, ahora sin necesidad de ser tocada mi raja dejo escapar un torrente de líquidos, Roberto se apresuro a meter su verga en mi raja y la saco de inmediato, llena de mi leche, totalmente blanca, le pidió cambiar de lugar a Arturo y le chupe su verga dejándola limpia totalmente.
Ahora Arturo tomo una de mis piernas y la levanto en todo lo alto, la apoyo en su hombro y me ha dado una gran masturbada… mis gritos salieron de mi garganta, y casi sentí desmayarme de placer. Ay,ay,ay,ay,ay,ay,ay,ay, espera Arturo, esperaaaaaaaaaaaaaaa, a,a,a,a,a,a,a,a,aa,a,a,a,a,a,a,a,a, sonriendo ambos me soltaron y me dejaron sentarme un rato en la silla.
Un poco mas calmada, me atreví a decirle a Roberto… ¿me van a sentar en la silla de montar? ¿Como la ves pasada?
No, amor esta ves será muy diferente, vas a gozar mucho mas, ya lo veras pequeña, ven ahora subirás a la silla, pero esta ves te penetraras por el culito, tienes que meterte toda la verga del toro.
Espera Roberto, tengo un nuevo juguete, y Sonia será quien lo estrene.
Arturo saco de un cajón unas bolas anales, de 6 secciones de tamaños diferentes, entonces me pidió separara las piernas y pusiera flojo mi ano, antes embadurno de aceite las bolas y fue metiendo una a una, hasta que solo quedo la cinta de fuera, fue una sensación única tener esas bolas dentro del ano, ahora Roberto metió sus dedos en rajita y mientras su dedo gordo acariciaba mi clítoris, los otros dedos me masturbaban, a,a,a,a,a,a,a,a,a, yaaaayaaaaaaaaaaaaaaayaaaaaaaaaaaaa.
A,a,a,a,a. solo gemidos salían de mi garganta, estaba cansada pero el placer era enorme.
Roberto se sentó en un banco sin respaldo me atrajo hacia el y me penetro por la rajita, enloquecí de placer al sentirme penetrada y seguir con las bolas anales en el ano.
Arturo tomo el hilo de las bolas y las saco despacio, al estar libre mi ano, se apresuro a meter su verga en el…aah,ah,ah,ah,ah,ah,ah, que ricooooooooooo, diosssssssssssss. Involuntariamente sentí necesidad de contraer mi vagina y así descubrí un nuevo motivo para dar placer.
A,a,a,a, que rico, hazlo nuevamente mi amor, a,a,a,a,a,a así pequeña, mira que rico lo haces.
Cada ves que contraía mis labios vaginales apretaba fuerte su verga y así en pocos minutos se derramo en mi vagina, después Arturo recibió el mismo tratamiento y ambos quedaron satisfechos pero yo seguía caliente y solo espere que continuaran con mi tratamiento.
Arturo me tomo en sus brazos de mi cintura y me subió a la silla, ya había untado aceite en la verga de toro y así me fui penetrando poco a poco, cerré mis ojos y disfrute cada momento, con los ojos cerrados entre en algo parecido a un estado de éxtasis, jamás había estado tan satisfecha con algo dentro de mi ano como esa noche. Roberto aprovecho para acariciar mis tetas, y mis pezones, por su parte Arturo acariciaba mi clítoris, continué con los ojos cerrados y por fin en un momento de perfecta armonía espiritual, solté un gran torrente de leche vaginal, mi cuerpo sudaba y temblaba al mismo tiempo, las sacudidas que asemejaban un espasmo, se prolongaron por unos minutos, exhausta les pedí me ayudaran a bajar.
Mi ano se contraía, las palpitaciones me hacían creer que estaba satisfecha, Arturo me llevo en brazos a su cama, me recostó y cubrió con una sabana, me quede dormida, sintiendo todavía los espasmos de mi cuerpo…esa noche todo había concluido.
Desperté después de las 10 de la mañana, me quite el corsé y Salí en busca de Roberto, sobre la meza había un papel escrito.
“salimos un momento no tardamos” báñate y desayuna algo, al regresar saldremos a donde alguien nos espera.
El agua al caer sobre mi cuerpo me dejo relajada, me sentía satisfecha sexualmente, no quería mas por el momento, pero ellos tenían planes diferentes, y termine aceptando sus requerimientos y mentiría si dijera que no lo disfrute mucho.
¿Cómo amaneciste Sonia? ¿Descansaste bien?
Si Roberto, gracias, por cierto, Arturo tome una camisa tuya espero no te moleste.
No pasa nada Sonia, pero aquí traemos un vestido para ti, aunque deberías ir con la camisa te ves divina cielo.
El vestido me parecía totalmente normal, sin transparencias ni escotes, debajo de la rodilla y con gran vuelo, eso si no llevaba ni sostén ni tanga, así salimos y abordamos el auto de Roberto, tomo la carretera con destino a Veracruz y nos alejamos de la ciudad, durante el trayecto solo se limitaron a decirme algunas cosas del lugar donde iríamos.
Arturo, ¿crees que este lista para ir con el burro?
Totalmente seguro, ese culo tan rico que tiene, se dilata de una forma tan natural que no dudo que se comerá toda esa gran verga de nuestro amigo.
Yo solo escuchaba su platica sin intervenir, pero sentí algo de temor tan solo por el sobrenombre “el burro” así continuamos el trayecto y cuando estábamos por llegar a nuestro destino Roberto detuvo la marcha del auto y le dijo a Arturo, ¿puedes hacerlo tu?
Claro Roberto, faltaba mas, ven pequeña acompáñame.
Salimos del auto y caminamos a un manchón de arbustos, ahí un gran árbol daba una deliciosa sombra, Arturo se tiro en el suelo a un costado del árbol y me dijo.
Sonia, estamos cerca de donde iremos, ahí te cogerá un amigo nuestro, solo que el no sabe hacer cosas ricas, como mamar la rajita ni el culito…así que yo te mamare la rajita para que llegues excitada y disfrutes al máximo esa gran verga. Remanga tu vestido y pon tu raja en mi boca, la voy a chupar. Y no te preocupes nadie pasa por este lugar.
Le aproxime mi raja y la chupo delicadamente, aprisionaba mi clítoris con maestría, sus manos apretaban mis nalgas y subían a mis tetas alternadamente, tomo mas tiempo en mi clítoris y lo apretaba con sus labios, claro que lo logro, en pocos minutos estaba tan caliente como el día anterior… mi mente enferma de sexo imaginaba lo que tendría esa tarde para mi solita.
Al regresar al auto Roberto pregunto intrigado.
¿Tan rápido lo lograste?
Claro amigo, quieres comprobar como ha quedado, hazlo.
Roberto metió su mano y comprobó que mi rajita estaba al punto nuevamente…continuamos el camino y llegamos a una vieja choza donde un hombre sentado tomaba un vaso de agua.
Buenas tardes ¿Cómo has estado?
Que tal amigos, pues aquí pasando el tiempo, y esperando su llegada…¿acaso esta cosita es para mi?
Claro, la trajimos para que le llenes el culito de leche. ¿Qué tal andas de ganas?
Carajo amigos, llevo 3 meses en ayuno, imagínense como esta el cántaro, jajajajaja.
Bueno, pues aquí esta, trátala bien, ella es muy joven todavía.
Camine a donde el hombre estaba parado, me tomo de los hombros y me paso a la vieja choza, ahí se quito el pantalón me mostro su enorme verga y esta se irguió desafiante y palpitante, me levanto la falda y estaba por penetrarme por mi raja cuando tímidamente le pedí.
Espera, ¡por favor! ¿Me dejas darle una chupadita? ¿Si?
El hombre me miro y sonriendo dijo.
Vamos pues, hazlo si eso te complace. Chúpala.
Apenas logre meter la punta, a pesar de su color de piel obscura, su suavidad era fantástica, invitaba a acariciarla sin detenerse…pero al eso no lo complacía así que un poco enfadado me dijo.
Suficiente, ahora abre las piernas y apóyate en la meza, quiero cogerte, primero lo hare por tu raja y después por ese lindo ojete.
Apenas termino de hablar y su verga se abrió paso en mi raja, afortunadamente estaba mojada por las mamadas que Arturo me había dado, sentí que me partiría en dos, no se detuvo hasta meter toda, sentí sus grandes huevos chocar con mis nalgas, solo unos segundos y la saco, al salir escurría de mi leche, me dio la vuelta y sin piedad me abrió el ano, empujo y no pude evitar gritar de dolor, pero el no se detuvo pese a mis suplicas.
Espera por favorrrrrrrrrrrrrr, me matassssssssssssss a,a,a,a,a,a,a,. Se sacudió violentamente y sentí un torrente correr por mi ano, me dejo ir toda su leche, me inundo como jamás alguien me había inundado, el dolor era intenso, por fin me soltó y caí desfallecida a sus pies. Roberto entro cuando el salió, me tomo en sus brazos y me llevo al auto, me deposito en la parte de atrás y nos fuimos de aquel lugar, dormí el resto de la tarde y la noche, al siguiente día regresamos a la ciudad, me llevo a casa, y antes de dejarme salir me miro y me dijo.
¿Estas bien? ¿Te duele tu ano?
No, todo esta bien Roberto, gracias por traerme a casa.
Bueno Sonia, ahora muestra tu ano a Mario y tu raja, que mire la leche que el burro te dejo, y pronto pasare por ti, para pasar un tiempo solos tu y yo.
Entre a casa mire a Mario y el se apresuro pedirme detalles de lo acontecido, me quite el vestido y le mostré como me había dejado el “burro” le dije que todavía me dolía que quería descansar. El comprendió y me dejo descansar.