Expo92... una experiencia con el Vigilante

Saque su polla de mi boca y baje la cabeza hasta introducírsela entre sus piernas, comenzando lamer y chupar sus huevos, intentando introducírmelo con cuidado, mientras le escuchaba gemir y suspirar… uuuffff!!.

Expo92... una experiencia con el Vigilante

Me considero un chico normal a pesar de mi libertinaje, me considero afortunado por todas y cada una de mis experiencias, ya que han sido anécdotas y el fruto de mi vida. Experiencias que la mayormente han sido esporádicas, casuales e imprevistas ocurridas en sitios impensables, claro está inapropiadas, muchas veces inadecuados, pero otras claro está… buscadas, explotando las virtudes en unas y en otras el ser tan puta. Considerándome amigo de mis amigos o incluso de mis follamigos, aficionado tanto a la ‘carne’ como al ‘pescado’, dicen que tengo una buena boca tragona, un buen culito, duro y estrechito (muchos dudan de no haber sido usado).

Está experiencia entre otras, me ocurrió por el año 1992 en Sevilla en plena Expo´92, tendría por esa época los dieciocho años, año que como todo el mundo estábamos disfrutando de esta gran exposición, donde raro era el día que no estábamos allí. Bueno dicho esto comenzare…

No recuerdo el día con exactitud que ocurrió, pero sí que fue un día entre semana, quizás por la poca afluencia, recuerdo que habíamos quedados unos amigos para ir a la Expo a seguir visitando pabellones. Iré resumiendo a medida que vea, pues tanta información que no viene a cuento, tampoco es buena, pero bueno… sigamos. Pues estábamos en uno de tantos pabellones, para ser más exacto, estábamos en el Pabellón de África, estábamos de aquí para allá viendo los Stan, cuando me quede observando uno de ellos solo sin mis amigos. Viéndome sorprendido cuando alguien me soltó…

  • “No te des la vuelta, simplemente escucha, asiente si lo has comprendido… vale”.

Cosa que hice, asentí con la cabeza, quedándome escuchando a esta persona decirme…

  • “Hombre maricona cuanto tiempo, mira que el mundo es grande para encontrarnos, y precisamente hoy nos hemos encontrado”.

Dice y continua, explicándome…

  • “Vengo con mi mujer y una pareja amiga”.

Acabando con…

  • “Mira, voy a perderme un cuarto de hora que espero perderlo contigo, vete a los aseos que hay en la planta superior al fondo a la derecha, no tardes te espero”.

Tardo en desaparecer esta persona el mismo tiempo que tardó en aparecer… o sea nada, fue darme la vuelta y no estaba, pero aun así no dude en aceptar su proposición, propuesta arriesgada pero también muy morbosa. Pues eso, antes de marcharme hacia el lugar de encuentro, me dirigí hacia donde estaban mis amigos, haciéndoles saber que debía de ir a los aseos, pues tenía una indigestión quedando en todo caso más tarde en el Pabellón de la Cruzcampo. Tras el cachondeo propio por mi excusa, acabe por despedirme de ellos, tomando las escaleras hasta el piso superior, girando a la derecha hacia el fondo, topándome con las puertas cerradas, ante mi dura acabe solicitando la ayuda del vigilante de planta. Vigilante que, aunque correcto tenia aspecto de ‘gorila’, una persona recta y de cuerpo del tipo de ‘armario empotrado’, pero aun así hablaba con educación y respeto.

Este me informo que los aseos abierto al público, estaba en el lado apuesto, cosa que no era lo que ese conocido me dijo, no haciendo caso al vigilante, alejándome lo posible para que este no me viera. Pues acabé por tomar el camino opuesto cuando subí las escaleras, tomando el pasillo de la izquierda hasta el fondo, topándome con unas puertas que pude abrir y acceder. Acceso que di por hecho que no eran para el público, pero aun así caminé hasta el fondo, encontrándome unos aseos, entrando en el de caballeros, abrí la puerta y allí estaba ese ‘conocido’, no siendo otra persona que uno de tantos follaamigos del ‘Charco de la Pava’.

Fue dirigirme hacia esta persona que comenzó a echarme en cara la tardanza, persona que nada más tenerme cerca, me tomo del cuello con una de sus manos mientras la otra la poso directamente sobre mis glúteos. Mano que comenzó a magrearme las nalgas, acabando por intentar introducir sus dedos entre mis glúteos, sintiendo como presionaba mi orificio… ooohhh!!. Soltándome…

  • “Uuuffff!!, no veas lo que me he acordado de ti nada más verte, me ha venido a la cabeza esa boquita tuya como ese culito tan estrecho… ooohhh!!”.

Dedos que presiono hacia arriba, presión que me hizo ponerme de puntilla, pues daba la sensación que aquellos dedos me los iba a meter a pesar de mis prendas… aaahhh!!. Mientras acerco su boca a la mía, labios que evite y que este acabo por dirigirlo hacia mi cuello, comenzando a babeármelo y darme muerdos… uuummm!!. Preguntándome…

  • “¿Desde cuándo no te follan?”.

No contestándole, mientras siento como su mano abandona i cuello, deslizándola hacia mi pecho, palpando y acariciándome y sentir un escalofrió, no precisamente de frio sino de placer, pues aquellos dedos de esa mano comenzaron a juguetear con mis pezones… ooohhh!!. Soltando…

  • “Supongo que por tu silencio debe de hacer ya tiempo, pues como te tengan como mi mujer me tiene, ¡debes de tener otra vez ese culito otra vez muy estrecho… uuuffff!!”.

  • “Joder cabrón… no veas como me pone eso, pensar que te lo voy a romper…  uuuffff!!”.

Separándose de mi lo justo para poder bajarse la cremallera y sacar su polla fuera, haciéndome saber que la tiene limpia, pues ha aprovechado el tiempo que he tardado en llegar. Acabando por pedirme que no perdiera el tiempo y que se la chupara, cosa que hice nada más colocarme en cuclillas, comenzando por cogérsela y deslizar mi mano a lo largo de su miembro, mientras ya comenzaba a suspirar. Acerque mis labios a su glande, comenzando a darles bocaditos e ir besando y lamiendo hasta los huevos, volviendo a retroceder, chupando y lamiendo su glande, absorbiendo… ooohhh!!. Sacándome su polla de entre mis labios, sugerí el meternos en una de las cabinas, cosa que este a duras penas accedió. Fue levantarme y dirigirme a una, esperando que este se acercara, encajando la puerta, pero sin llegar cerrarla, justificándose con…

  • “No cierro del todo que, si no nos asfixiamos, ya hace bastante calor y encima lo que lo vamos a caldear”.

Cosa que al final lo deje, comenzando este nuevamente a sacársela, pero en bajarse solo la cremallera, cogió y se quitó el cinturón, desabotono el botón de su pantalón, bajándose pantalones y calzoncillos hasta las rodillas. Soltándome…

  • “Bueno tu a trabajármela, vale…”.

Comenzando nuevamente a comérsela al tiempo que lo pajeaba, deslizando mi mano a lo largo de su tronco, subiendo desde la base hasta un par de centímetros por debajo de su glande, volviendo a bajar mientras le escuchaba gemir al tiempo que este me acariciaba la cabeza, cuello, oreja, hombros y espalda… uuummmm!!. Deslice su glande por mis labios, restregándomelos una vez tras otra, entreabriéndolos y metiendo la punta una y otra, metiéndome su glande poco a poco como si boca fuera un ‘coñito’… ooohhh!!. Introduciéndomela lentamente y con suavidad hasta que las arcadas me lo permitían, retrocediendo y volviendo lo a intentar… aaahhh!!. Soltándome este…

  • “Joder… que bien la chupas cabrón, como te echaba de menos… uuuffff!!.

Saque su polla de mi boca y baje la cabeza hasta introducírsela entre sus piernas, comenzando lamer y chupar sus huevos, intentando introducírmelo con cuidado, mientras le escuchaba gemir y suspirar… uuuffff!!. Soltándome…

  • “Ostias cabrón, vas a hacer que me corra y aun no te he follado, ¡como echaba de menos esa boquita tuya… aaahhh!!”.

Volviendo a sacar mi cabeza de entre sus piernas y comenzar a engullir esa polla, metiéndomela poco a poco hasta llegar a mis amígdalas, no dejando este de gemir… mientras pellizcaba mis pezones, alternando con inclinarse e intentar llegar a mi culo, abandonando la idea, pero siento como sus dedos arañan mi espalda. Sentía su polla vibrar como el resto de su cuerpo, no dejaba de gemir o suspirar, pero estos fueron en aumento y más seguido, tanto como su agitada respiración… ooohhh!!. Aquellas manos que magreaban mis cabellos, acabaron por presionarme como lapas, impidiéndome que me apartara, impidiendo que me la sacara, mientras descargaba. Soltándome mientras se corría…

  • “Aaahhh!!... puta, me corro… me corro… aaahhh!!”.

Obligándome a tragar en su totalidad toda sus descargas, corrida que fue abundante y que en mismo se encargó de hacérmela tragar, pues a pesar de haberme detenido, él me embestía una y otra vez, follando mi boca… ooohhh!!. Sacándomela de mi boca… morcillona, soltándome…

  • “Me has vaciado… cabrona, me has dejado para el arrastre, ¡y yo que pensaba follarte… uuuffff!!”.

Mira el reloj, pero bien recuerdo que debió de mirar algo más, pues me dio la sensación que giro su rostro, acabando por decirme…

  • “Tenemos algo de tiempo, me haría un favor… sino quieres no pasa nada, pero me pondría un montón que lo hicieras”.

Cuando pregunte por el favor, me dejo helado pues no era otra cosa que el verme desnudo, helado digo porque ese lugar era un edificio oficial y el encontrarnos de dicha forma, podría tener un castigo algo más que económico. Pero tras insistir este un poco más, acabe por aceptar, comenzando a desnudarme delante de él. Comenzando por desabotonar los botones de mi camisa y quitármela, despojándome acto seguido del calzado, finalizando por los pantalones y calzoncillo, quedándome como Dios me trajo al mundo. Este tenía los ojos como platos, nervioso e incluso babeante, cuya polla comenzaba a tomar forma… uuummm!!. Viendo su reacción… lo provoque un poco más, inclinándome levemente hacia la pared, separando mis piernas, sacando y levantando el culo, girando mi rostro y preguntarle…

  • “¿Qué, te pone o no te pone?, comienzas ya o no”.

Fue decirle esto, cuando mira de nuevo el reloj, recordando perfectamente esa contestación, como…

  • “Mira no sabes cuánto lo siento dejarte de esta manera, pero que me tengo que marchar, sino mi mujer sospechara algo y no tengo ganas que me mate”.

Y es cuando me suelta el sorpresón, diciéndome…

  • “Pero quizás no tanto como tú, cuando te diga que no te dejo solo, ya que te dejo en buenas manos, pues como las manos del segurata no hay ‘na’, además este no ha perdido detalle de todo lo que me has hecho”.

Y es cuando con pánico más que temor me da por mirar hacia detrás, descubriendo que en efecto ahí estaba el vigilante de seguridad, ese hombre al cual rato antes pregunte por la ubicación de los aseos. Observando como esta persona debía de haber estado disfrutando, ¡pues lo digo por el estado de su pollón… uuuffff!!. Antes de marcharse este conocido, me dijo…

  • “Supongo que, tras esta putilla… este será nuestro último encuentro, siento que pierdo yo más que tú, menuda boquita voy a echar de menos”.

Fue decir esto mientras me magreaba mis nalgas, sintiendo con cierto dolor como intentaba introducir uno de sus dedos dentro de mi orificio, acabando por palmear mis nalgas. Fue marcharse este y entrar el Vigilante, preguntándome…

  • “¿Quieres polla?”.

No le respondí, daba miedo con tan solo mirarla, volviéndome este a soltar…

  • “Por tu cara veo que estas deseándola, ¿tienes condones?”.

Fue decirle que no y este soltarme…

  • “Pues te la voy a tener que meter a pelo, pero no te preocupes que cuando me vaya a correr, doy marcha atrás, te vale…”.

Tirando de mí, me hizo poner de nuevo contra la pared, siendo ahora la de enfrente, quedando con las piernas separadas al tener entre esta el bate, tomándome por las caderas hacia atrás y flexionar mis rodillas. Giré mi cabeza hacia él, pues vi cómo se alejaba, observando como llegaba a los lavabos y se echaba jabón líquido en una de sus manos, volviendo hasta quedarse detrás de mí. Acto seguido, siento como embadurna mi orificio de jabón, sintiendo como me introduce uno y luego dos de sus dedos… ooohhh!!, siendo yo quien facilito sus dedos entrar… uuummm!!. Soltándome este…

  • “Vaya si tenemos aquí a toda una putita… eeehhh!!”.

Momento en que siento como aloja su glande entre mis glúteos, como con una mano separa uno de mis glúteos al tiempo que con su otra mano la conduce, sintiendo su glande en mi orificio, como presiona y como este me va entrando… ooohhh!!. Retira sus manos…  colocándolas ambas en mi cintura, notando como su glande va entrando muy despacio… ooohhh!!, retorciéndome de dolor pero al mismo tiempo de placer… aaahhh!!. Viéndome como me disfruto, acaba por retirar un de sus manos de mi cadera, sintiéndola como asciende por mi espalda hasta mi hombro y desde aquí desciende hasta mi pecho… uuuffff!!. Comenzando a penetrarme con solidez, metiéndomela poco a poco cada vez más profundo, mientras le escucho gemir y suspirar, soltándome obscenidades con firmeza que me va a hacer gozar… ooohhh!!.

Los escalofríos del placer recorren mi medula espinal, me hace retorcerme de gusto, sintiendo como comienza embestirme con fuerza, dejando a un lado cualquier muestra de afecto… aaahhh!!. ¡Me tuve que poner de puntilla ante las embestidas que me estaba dando… aaahhh!!, sintiendo su glande golpear mi próstata, comenzando a gemir con fuerza y a respirar cada vez de forma más agitada. Soltándome…

  • "Ostias, ¡joder… aaahhh!!”.

  • “Puta… aaahhh!!, aaahhh!!, ooohhh!!... me vengo"

Dándome cuenta de que como este, eso de la marcha atrás como que no, pues a partir de ese anunciado, debo deciros que en cada embiste que me estaba dando, este me estaba dejando una parte de él. Me estaba llenando por dentro lleno de su esencia, dejándome bien preñadito, sensación que, sin llegar a tocarme, acabe por correrme solo, ante sus risas e insultos, sintiéndome humillado e incluso usado, pero totalmente satisfecho. Tras sacarla de mi orificio, toco descansar un poco y las presentaciones, toco justificar mi presencia en esos aseos destinados al personal del pabellón.

Luego tras ayudarme a asearme y vestirme, me acompaño a la salida no destinada del público, pues deseaba seguir magreando mi culo, no dejándome de insistir en repetir. Toco antes de despedirnos en un intercambio de contacto, donde me sugirió pasarme una noche en la cual le tocaba turno de noche, turno que me aseguro que lo pasaríamos bien, llegándome a proponer un trío con otro compañero.

Me marche con un dolor de cervicales que no estaba en los escritos, me marche con mis amigos lo justo de tomar algo fresco y que me quitara el sabor agrio de la boca, marchándome y excusándome con algún pretexto. Me marché con la experiencia en la memoria, no enfadado ni molesto por aquel conocido que me dejo en las garras de este insaciable segurata, sino más bien agradecido, como le demostré el día que nos vimos. Con el segurata os he mentado, os puedo asegurar que le hice pasar buenos turnos de noche, donde hubo noches que me compartió con otro segurata, pero bueno no adelantemos acontecimientos, ya que eso son otras historias que quizás algún día os la cuente.

Bueno, os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os ha aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).