Explorando ser Perra Sumisa
Pruebo ser tu perra por unas horas y esto es lo que pasa.
Silvana yacÍa arrodillada en el suelo con una venda y las manos maniatadas a la espera de Manuel que volviese. Su corazón latía como un caballo a galope y estaba pensando que había sido un error encontrarse con él.
Le había traicionado el deseo, lo desconocido, la excitación y todo aquello que podria acarrearle problemas. Que tal si la mataban? Y no encontrasen su cuerpo? No, eso no podia ser, se metió ella sola al piso, a su habitación sabiendo que tenia companeros de piso y "Todo" tenia que ir en silencio, así que si le pasaba algo, solo tendria que gritar.
Escuchó un ruido de una puerta, unos pasos, y acto seguido el tomo de la puerta girarse. Ella no sabia que estaba haciendo él, supuso que se había bajado los pantalones y los calzoncillos, sintió la mano de el posándose en su cabeza y le dijo,
- Abre la Boca Perra...
Silvana se sintió disgustada porque la llamase Perra, y no hizo ningún ademán. Pero pronto cambio la decisión al percibir una bofetada en su cara.
Manuel, le susurro:
Recuerda que has venido aqui sin obligación, que aceptaste a ser mi perra y harás lo que yo te digo mientras estes aquí.
-Abre tu boca ya.
Silvana abrió la boca, sintió una polla entrarle hasta el fondo sin nisiquiera darle tiempo a que la mojase, y esto la provocó una arcada y que sus dientes marcasen la polla de manuel. El sacó la polla y le cruzó la cara al otro lado, Silvana perdió el balance y cayó tumbada al lateral.
A sollozos le pidio que le dejara cguparsela para acostumbrarse a su polla. y el le dijo que no tendria mas remedio, porque se iba a sentar en su cara y follarle los sesos hasta que el se corriera.
Yacía tumbada boca arriba y sus manos atadas detras de su espaldase le incomodaban, entre su cara tenia las rodillas de Manuel que le introducia su pene erecto hasta el fondo. Primero la punta, lluego hasta el medio de su polla, y seguia empujando hasta el final, se sentia poderoso cuando la dejaba sin aire y ella intentaba zafarse de la boca, al sacarsela su cara se llenaba de todas las babas que le producía follarle la boca, se las limpiaba arrastrandole por toda la cara.
Manuel se levantó, estaba haciendo demasiado ejercicio, Silvana estaba para comerle la polla, tomarse su leche y ser su perra sumisa.
La incorporó y colocó de rodillas otra vez, mientras el se sentaba en la silla y jugaba a darle la polla , restregarsela por la cara, abofetearla con su pene, en fin, disfrutar de esta oportunidad que se le había puesto al tiro después de muchas cartas escritas y muchos chances fracasados, a disfrutar cada minuto de ser finalmente un macho alfa, un amo.
- Abre la boca y saca la lengua-
Asi hizo Silvana, ya estaba cansada de la situacion, le dolia la boca y la mandíbula...cuanto mas iba a tardar. Le gustaba sentirse usada, pero en su mente ella pensó, que ambos sentirian placer, y el unico que estaba disfrutando como un cosaco era Manuel.
El le escupió, ella fue a cerrar la boca y le detuvo, metiendole los dedos hasta el fondo.
-Me encanta tu boca perra. Pídeme que te vuelva a escupir.
Silvana le pidió, vuelve a escupirme, y le añadió, Vuelve a escupirme amo.
Esta vez le escupió la cara y eso le dió a ella mucho mas asco, el lo notó en su cara, y disfrutó que ella lo pasara mal,
Insertó su polla en la boca y le dijo que no parase de moverse hasta que sintiera su leche caliente por la garganta y le exprimiese hasta la ultima gota.
Ella se dedicó concienzudamente a moverse a un ritmo, a chuparle la polla, apretarsela con los labios, y cada vez que se acercaba hasta el fondo el la empujaba mas hasta su campanilla, y frenéticamente cuando sintió que estaba cerca el ya le ayudaba con sus manos.
Sintió como su polla tocaba la campanilla y los actos reflejos de la garganta lo querían expulsar y fue la guinda del helado cuando su leche se disparo llenándola por dentro, apretando su cabeza hacia el, un escalofrio recorrio su cuerpo y le solto la cabeza.
Silvana no tuvo otra oportunidad que tragarse toda le leche, por suerte no probo su sabor, su lengua estaba machacada de tanto chupar ,había perdido el gusto y no le hables de su mandíbula.
El se vistió, tomo una toallita mojada y le limpio la cara.
Le quito la venda, y desamarro las manos. Le ayudo a levantarse. Ella pidió el baño para lavarse la cara de su olor, q se sentia toda sucia e impregnada.
No se dijeron nada y ella se marchó, no quedaron en repetir, ni nunca más entablaron comunicación.