Explorando el sexo entre amigos.

Unos jóvenes adolescentes dan rienda suelta a su curiosidad sobre el sexo por la provocación de uno y el seguimiento del resto. Todo queda grabado por las cámaras de seguridad de mi chalet, donde acontece todo.

Hace mucho que leo ocasionalmente relatos en esta web, unos muy buenos y bien escritos y otros no tanto. Esto es lo que me motivo en su momento a escribir sobre una experiencia que viví, en la distancia, el pasado verano y ahora he creído oportuno publicarlo.

Este relato se limita a describir, sin artificios, lo que grabaron unas cámaras de seguridad en mi segunda residencia; un chalet en la costa catalana.

Hay algunos pequeños detalles que he omitido, por escaso interés para la historia o por privacidad y alguno lo he modificado, como los nombres de los implicados, por el mismo motivo.


Vivo en Barcelona desde hace  bastantes años, que me trasladé desde el País Vasco por motivos de trabajo. Resido en un barrio de la zona alta de la ciudad, tranquila y con un nivel socioeconómico alto. Yo no soy rico, pero sí me gano bien la vida. Estoy separado desde hace un par de años.

Soy padre de una parejita de adolescentes, ella de 15 años y el chaval de 13. Ellos viven con su madre y mi relación con ella es lo que se puede decir, cordial. Yo los tengo los fines de semana alternos, más parte de las vacaciones. Sé que mi hija ya ha tenido algún noviete, o más de uno. Tampoco me cuentan mucho.

El pasado verano, pasamos un par de semanas de vacaciones mis hijos y yo en el chalecito que tengo en la Costa Brava, en una urbanización cercana al pueblo. Más algunos fines de semana que también vamos, como hicimos el siguiente a la historia que os voy a contar.

Mis hijos ya tienen a sus amigos, cada uno los suyos, y alguno común que han hecho con el paso de los años compartiendo su tiempo de vacaciones y descanso. Compañeros de esos de verano que todos hemos hecho en el lugar de vacaciones y que solo ves en ese tiempo de ocio. Yo me quedé, tras la separación, con el chalet y ella con la casa, que es donde vive con los críos.

El chalet, no es excesivamente grande ni tiene piscina, pero si un jardín bonito y bien cuidado. Un jardinero de la zona se encarga de ello. Tiene un salón comedor bastante grande y tres habitaciones. El salón, que está pegado a la cocina formando un conjunto, tenía un par de cámaras de seguridad no visibles, monitorizadas desde mi móvil y desde casa, que me dio por instalar el pasado año, tras haber sufrido un intento de robo. Luego otra en el exterior, con la alarma, que ya estaban instaladas. Mis hijos solo saben de la alarma, por si han de desconectarla o conectarla en algún momento en que este yo ausente.

De las cámaras del salón no les he comentado nada. De hecho, no hace mucho decidí desinstalarlas, tras ver con ellas un día a mi hija con un amigo en una situación diríamos que embarazosa para un padre, aprovechando que estaba su hermano conmigo pasando la tarde fuera. Ella no se apuntó, ya que por lo visto, tenía otros planes mejores.

Antes de regresar de las vacaciones, mi hijo le dejo una copia de las llaves del chalet, y la clave de la alarma a un amigo de confianza, con el que se conocen desde hace tiempo. No me lo dijo él, lo descubrí yo después con la conversación de los chicos grabada en mi chalet.

Tras lo sucedido, opté por no recriminarle nada a mi hijo, hice ver que no sabía lo que había pasado, pero les advertí a los dos que no dejaran nunca las llaves a sus amistades en nuestra ausencia. Por si acaso.

Veo que ya no lo ha hecho más. Supongo que lo hizo para que los amiguetes se pegaran alguna fiesta en privacidad, cosa que hicieron.

Las cámaras del interior estaban programadas para grabar y emitir al detectar movimiento, y luego por un periodo de más de 3 horas. Las grabaciones eran subidas a un servidor o nube, que yo podía luego ver, e incluso seguirlas en directo (no desde el móvil) si yo me conectaba desde casa a las cámaras del chalet. También tenían micro y eran de alta calidad.

El móvil me avisaba de cualquier incidente en el chalet, y en este caso me dio la señal de esas incursiones de los colegas de mi hijo en las dos ocasiones que lo visitaron. En esta primera ocasión, el aviso me causó cierta alarma al pillarme por sorpresa. A menos que sonara la alarma, cosa que no sucedió en esas ocasiones, el móvil solo me marcaba que las cámaras estaban grabando, por la detección de movimiento, pero había de esperar a llegar a casa para ver las grabaciones.

El primer día que entraron, iba el amigo de confianza, Álvaro, moreno de pelo rizado, corpulento y buena gente. Un año mayor que el mío, junto a dos colegas más, Marc, rubio y con pelo algo largo, media estatura, y Jaime, de edad parecida y el más desarrollado de los tres.

Yo vi la primera grabación de las 2 cámaras del salón por la noche, ya que en ese momento estaba trabajando.

La visita fue por la tarde. Vi que se habían traído unas bebidas y unas patatas, y miraban videos en un portátil que teníamos allá. Lo usaba yo a veces y los críos también.

Se veía bastante detalle de lo que ellos veían por la pantalla del portátil, especialmente cuando la ponían a pantalla completa, y por lo que se escuchaba. Algunos de música en Youtube, de algunos Youtubers, y luego se animaron con otros de porno, sexuales. Por lo visto hoy los jóvenes se educan sexualmente con esos referentes de pelis e imágenes porno a las que tienen acceso desde niños. No es que nosotros tuviéramos referentes mucho mejores, de hecho apenas teníamos.

Estuvieron como un par de horas o algo más, con risas, y excitaciones varias con sus planes que escuché en la grabación…

– ¿Qué os parece si mañana traemos a Lucia y Sara y pasamos la tarde? Dijo Marc.

– No sé si aceptaran, ya nos conocen y saben que vamos un poco salidos. Respondió Álvaro entre risas.

– Hay que intentarlo. Luego ponemos algún video de estos y les proponemos algo, algún juego, algo para ver si pillamos, jaja. Sara es la más guarrilla, diría yo, y Lucia, no sé, nunca se sabe, a veces las que parecen más paraditas luego se lanzan más… ¡hay que probar tiossss!

La conversación o planes duraron poco más, siguieron viendo videos, charlando y pasándolo bien. El regreso no fue al día siguiente sino dos días después.

Yo nunca había sentido una atracción especial por las adolescentes hasta que vi el cuerpo de mi hija hace año y medio desnuda saliendo del baño y ver su desarrollo, su vello púbico y sus pechos ya formados. Por cierto, tengo unos hijos muy guapos, ella especialmente. Desde entonces sí me fijo mucho más en las adolescentes cuando se pasean con esos shorts tan cortos y camisetas ajustadas, o en la playa, mostrando su cuerpo ya desarrollado, como pequeñas mujeres. No sé si es normal, pero por lo que he comentado algunas veces con amigos cuarentones y de otras edades, ellos también afirman mirar detenidamente a esas jovencitas, y ellas, muchas lo saben que son objeto de deseo de hombres adultos e incluso muchas fantasean con ello. Por lo visto no soy un caso aislado y pervertido.

La expectativa de ese encuentro de los colegas de mi hijo en el chalet me excitaba de alguna forma y me mantuvo alerta para poder ver las imágenes de las cámaras grabadas o en directo, si se terciaba que ese día libraba del trabajo por la tarde, cosa que sucedió, ya que estábamos en medias vacaciones o a medio gas en pleno agosto.

Tal como esperaba y suponía, los chicos habían convencido o sin convencerlas, no sé, a las dos jovencitas que mencionaron dos tardes atrás. Tenían más amigas, pero por lo que fuere o ese día no se apuntó ninguna más o no quisieron complicarse si venían más y ellos se quedaban en minoría. Los planes los habían hecho pensando en ellas y así se cumplió.

Se habían traído algo para picar otra vez, y algunas bebidas. Además en la nevera en esa época que yo iba y voy muchos fines de semana, siempre está llena de bebidas, junto al mueble bar, con varias botellas de licor de graduación.

No sé la edad exacta que tienen Lucia y Sara, entre 13 y 14. Las he visto estos años con mi hijo y sus amigos, y ya el año pasado estaban bastante desarrolladas, no del todo pero sí lo suficiente, ya tenían buenos pechos, Lucía especialmente y Sara algo más pequeños, pero ya se le marcan. Ya tenían silueta de mujer, con caderas. Está claro, están buenas.

Me sonó la alarma del móvil, y como estaba en casa, conecté con las cámaras de chalet, desde el portátil en el despacho. Llegaron sobre las 7 de la tarde, los cinco. Tal como van la mayoría de veces en verano ambas llevaban unos shorts cortos tejanos y una camiseta de tirantes. Se pusieron unas cervezas ellos, de la nevera, y ellas algún combinado. No vi  bien que botellas cogían.

Se pusieron a charlar, reír, y ver algún video de Youtube, cada uno tenía los suyos preferidos. Tampoco apreciaba bien lo que veían, solo algún momento según giraran el portátil hacia una de las dos cámaras, la que enfocaba más al sofá.

Las conversaciones fueron grabadas mientras yo las veía en directo, así luego pude verla en otras ocasiones, hasta que una vez escrito esto, las eliminé. Escribiré algunas de las transcripciones de las charlas de esa tarde, ya que estuvieron como 3 horas en total. Vamos, lo más interesante.

– ¿Supongo que vosotras ya habéis visto algún video porno, algunas pollas en acción… no?

– Tu que te crees tío… que nos chupamos el dedo… ya somos mayorcitas ¿o no nos ves?

– jajaja, no sé lo que chupáis….

– No seas grosero Marc… ¡que borde el chaval!

– No se os puede decir nada tías… pronto os mosqueáis

– Tranqui Marc, es broma… no nacimos ayer... es para picaros…

– Ahh, vale. Dijo Marc. – Vamos Álvaro, pon algún video a ver si les gusta…

Pusieron algún video erótico o porno, y les entro esa risa tonta, de vergüenza, a ellas junto a una cara de aparente pero no muy creíble asombro… por estar viendo eso delante de ellos…

Ya llevaban una hora allá y entre risitas y cachondeo empezaban con la segunda copa.

Al poco tiempo vi que dos de los chicos, Álvaro y Jaime ya empezaban a tener erecciones, no es que se viera el bulto en la cámara o no me fijé, pero si lo comento Sara…

– ¡Hostia! Mira Lucia como marcan paquete estos dos…

– Sí, Sara, jaja, se están poniendo rojos….

– Sí, los huevos tenemos rojos, jajaja. Dijo Álvaro.

– A ver que los veamos, si están tan rojos….

– Sí, a ti te los voy a enseñar… Respondió

– ¿A que no te atreves? Le soltó.

– ¿Y tú que me das a cambio?

– No sé, ya veremos…

– Tú me dejas tocarte las tetas…

– Vale, venga… pero yo te bajo los pantalones…

– Sara le desabrochó el pantalón a Álvaro y se lo bajo, se lo quitó, y ya más despacio y tarareando una canción, –tarára tarára– le bajo el bóxer que llevaba. El miembro erecto salió como rebotado, y ellas lo miraron con sumo interés, i les entro esa risa tonta….

Álvaro ya no esperó y le puso la mano en las tetas de Sara sobre la camiseta, y se las sobó un poco… – ¡Bueno, no te pases ahora tú! Le soltó ella.

– Ahora te toca a ti Jaime… enséñanos tus huevos coloraos, jajaja. Ahora fue Lucía la que le quitó las bermudas a Jaime y le bajó con la misma parsimonia los calzoncillos. Ya estaban los dos en pelotas… y ellas atónitas… Jaime la tenía más larga y gruesa y con más vello púbico que su compañero… bueno, y que Marc, como vería más tarde…

– ¡Uauuu!, exclamaron, riéndose… – ¡Que tranca tienes chaval! Soltó Lucia.

Jaime ni corto ni perezoso hizo lo propio y le tocó las tetas a Lucía. Ellos se volvieron a subir los boxes, algo ruborizados, pero no los pantalones que ya los dejaron tirados por ahí.

– Y qué pasa con Marc que no se le empina, dijo Sara…

– Tendréis que ayudarlo le espetó Álvaro.

– Sara le dice, ponte de pie, y él ni lo dudó, salto del sofá de un brinco. Ella empezó a tocarle las partes por encima del pantalón, y al momento se lo bajó, y siguió por encima del bóxer…. Se lo masajeaba bien y no tardo en ponérsele bien dura a lo que ella va y le baja el bóxer, y en esta ocasión se lo siguió masajeando ya a pelo, a lo que él se apartó medio cortado… al momento él se cobró su parte tocándole sus pechitos por encima….

Uno de ellos, no sé cuál, le dijo – ahora nosotros os queremos ver las tetas, venga tiassss… Su vena de salidos había de hacer presencia más pronto que tarde. En verdad, con esa edad y en esas circunstancias todos los hombres somos un poco salidos… y ellas también bastante, pero más disimuladamente, por el tabú impuesto por la sociedad a través de los siglos.

– Ellas, como suele ocurrir, se hicieron las duras pero no demasiado tampoco, lo justo para no parecer unas chicas fáciles.

Acordaron sacarse las prendas juntas y así lo iban a hacer, pero Marc se adelantó y les dijo que se las quitaban ellos, cosa que así hicieron.

Yo también me estaba excitando bastante viendo la escena y escuchándolos.

Lucia era medio rubia, con melena larga, y tenía un cuerpo que prometía, esbelto y con pechos ya prominentes. Sara era algo más bajita, morena con el pelo ondulado, no tan esbelta pero con un buen cuerpo también, un buen trasero respingón aunque con pechos algo más diminutos, pero bonitos.

Ya una vez con los pechos desnudos, Sara va y sin previo aviso, entre risas, le baja el bóxer a Marc, que como sus amigos se lo había vuelto a subir. Y le siguió Lucia con Jaime, y va y se los quita y los tira sobre los pantalones. Luego entre las dos se lo quitan a Álvaro. Ya solo les quedan las camisetas a ellos, con sus vergas al pelo. Ahora ya no la tenían tan dura sino morcillona.

Álvaro entonces va y le pide tocarle las tetas a Lucia, que las tiene más grandes. No son tontos los chicos, no. Ella accede y son  los tres que se las manosean, y a Sara también, sobándolas bien… En esto que Jaime se agacha y le chupa un pezón a Lucia. Ella en un primer momento se deja, pero al instante se aparta y le recrimina un poco el gesto…

Estaban bastante desinhibidos ya, con el paso del tiempo, pero tampoco demasiado…

Con la sobada se les pone dura otra vez, y Sara les pide permiso para tocársela, cosa rara, porque ya casi no se pedían permiso para nada. Obviamente el chico accede y el resto también… se ponen de pie con el miembro a la altura de la cara de ellas y ellas se los tocan, como  inspeccionándolos, y los huevos también. Les hacen tres o cuatro movimientos tipo paja, descubriéndoles el prepucio, e incluso Sara acerca su cara y le da un leve beso en la punta del miembro de Jaime. Ahí quedó la cosa, como de aprobación, de que se sentían a gusto y que lo comenzó podía seguir…

Luego ellos dijeron que era el turno de ellas de quitarse el short, pero que lo harían ellos.

Ahora se sentaron ellos en el sofá y ellas de pie, les bajan el short, y se lo quitan, y acto seguido empiezan pausadamente, como ellas hicieron con ellos, a bajarles las braguitas y también se las sacan. Lucía esta depilada, pero Sara tiene el pubis con vello, pero se ve arreglado.

Ya hacía un rato que yo me estaba tocando, y empecé a masturbarme lentamente, no pude evitarlo, viendo que la cosa se animaba pero que podía durar. No quería yo correrme demasiado pronto, y eso que la situación se ponía caliente por minutos.

Por lo que comentaron aun eran todos vírgenes, vamos, que no habían follado, si bien ya hacía un tiempo que se masturbaban, y tampoco habían tenido contacto sexual físico, como ese día. Hoy los chavales son muy lanzados y veo que no tienen muchos reparos en abrirse, si la situación es propicia, y lo era y el alcohol hacía el resto.

De forma inocente Álvaro les dice que ellas abran los labios, ellas siguen de pie. Sara no lo duda y separa sus labios, y le dice, vale, pues ahora me lo comes, como hemos visto antes en la peli porno. Álvaro no con mucho convencimiento acerca su cara al sexo de Sara y le pasa su lengua por el coño.

Viendo la imagen, Lucia hace lo mismo y agarra la cabeza a Marc y la acerca a su entrepierna y él, primero la aparta un poco, pero luego vuelve y primero con cierto asco, pero sí que le metió la lengua en su rajita. Ella le agarra la cabeza y la aprieta contra su sexo indicándole el clítoris. Luego lo aparta y le dice a Jaime que él no sería menos, e hizo lo mismo.

Él no se cortó tanto y no solo eso sino, que le dice –vale, pero ahora te meteré un dedo en el coño…

A ella se la ve muy caliente por la postura que mostraba, los gestos, y las palabras que la excitación impide que fluyan correctamente, y le permite la invasión de su cueva, vamos, que no dice nada. Él le introduce suavemente un dedo, lo saca, se lo vuelve a meter ya más adentro y así como tres o cuatro veces. Le hace darse la vuelta y agacharse para que los tres puedan contemplar bien su trasero. Ya están las dos morenitas de tomar sol.

Ellas estaban de pie y ellos sentados viendo todo el culo en pompa de Lucia… le hace separar un poco las piernas, y le vuelve a meter un dedo en el sexo, lo mete y saca unas pocas veces pero despacio y le dice…. –vaya Lucia, sí que lo tienes mojado….jajaja. Lo saca y le dice…. ahora te lo meteré más arriba. Ella dice algo asustada – ¡No tío!, por ahí no que duele y me da cosa.

– ¡Venga va tía, no te cortes ahora! Tranquila que lo haré con cuidado.

Ella no dijo nada pero como no se apartó ni nada, sino que se acomodó como dando permiso a su amigo para satisfacer sus pretensiones. Él lo interpreta así y procede a encularla, con el dedo ya mojado por los efluvios de la chica. Lo acerca al agujerito, empuja suavemente y sin dificultad se va perdiendo dentro de su ano hasta el fondo, lo saca y vuelve a introducírselo y así unas pocas veces, hasta que ella se aparta y dice toda seria ella –¡Vale, venga, ya está, ya me has desvirgado el culo!

Álvaro agarró a Sara, la acercó y le dice, –Vamos, ahora tú también. Ella, más predispuesta que su amiga, o eso parecía, abre otra vez sus labios vaginales, él le pasa la lengua como antes y seguidamente le mete el dedo hasta el fondo y le aplica unos vaivenes…. y le dice – ¡tú también estas bien mojada, ehhh Sara!! Y ella responde  – Tu que te crees… como voy a estar.

En eso él le da media vuelta como hicieron a su amiga antes y la hace agachar para contemplarle el pompis bien abierto. Sara separa las piernas para facilitarle el trabajo a lo que él le mete otra vez el dedo en el chochito para lubricarlo bien y seguidamente y sin preguntar ni pedir permiso, dando por entendido que ella accederá, la penetra analmente, con lentitud, hasta que los nudillos se topan con sus nalgas, deslizando su dedo por su interior, metiéndoselo y sacándoselo, como si fuera un coito.

Marc no quiso ser menos y le dice, –Aparta que yo también quiero meterle el dedo y así lo hizo. Ella seguía agachada, mostrándoles a los tres su respingón trasero bien abierto. Primero le mete un dedo en el coño como sus colegas antes, hizo los gestos propios del coito, pero con dedo y seguidamente se lo inserta en el ano que ya estaba algo dilatado, se lo saca y mete varias veces, y al sacar el dedo, como habían visto en alguna peli, le agarra las nalgas y se las separa mostrándoles a sus compañeros el agujero bien dilatado y abierto. – ¡Uau como se te ha puesto el culito, imagínate si te meto la polla, como se pondría, jajaja.!  – ¡Sí pero no serás tú quien me lo folle, chaval! Le responde Sara, mientras se incorpora.

Ellos todavía no tenían mucho vello púbico, si bien sus penes ya mostraban un tamaño nada despreciable, para su edad, especialmente el de Jaime que ya estaba bien desarrollado y grandote, y este sí era más peludo ya.

Seguían bebiendo mientras jugaban, y con las risas y los gestos se notaba que estaban contentos, vamos, animados y excitados, bastante excitados, todo en ellos lo revelaba.

Con tal excitación a ellos parecía no bajarles la erección, en esto que Álvaro propone que al igual que ellos han lamido el sexo de ellas, ahora sean eran ellas las que prueben el sabor de un pene. – ¡Venga! Dice Sara, con tono apresurado, que se le nota que tiene ganas de marcha.

– Poneros de pie venga, que os vamos a comer la polla, jajaja.

Lucia se la queda mirando, como diciendo, – ¡Pero que dice la loca esta!

Se postraron los tres delante de ellas con las vergas bien duras, vamos, si alguno no estaba bastante empalmado, la sugerencia de su amiga disparó el resorte e hizo el resto.

Ellas permanecían sentadas en el sofá. El primero fue Jaime. Pone su polla a la altura de Sara y ella la agarra con la mano, pasa su lengua por el glande, le mete una lamida de arriba abajo y se la introduce en la boca, a lo que él le agarra por detrás de la cabeza, como ya había visto de algunos hombres en las pelis porno. Al tercer vaivén Jaime empuja con mayor energía la cabeza de la niña hacia sí y ella se la saca tosiendo y con arcadas. Con la mano le da un bofetón en el pene – ¡cabron! ¡¿Que me quieres ahogar o qué?!

Jaime se reía…. – ¡Perdona chica, no era la intención hacerte daño, es que lo había visto en las pelis y a ellas parece que les gusta!  – ¡Pues no, no me gusta que se me clave en la garganta, ya lo sabes!

Luego le toca a Marc que hace lo propio, se acerca, ella le da unos lametones a lo largo del tronco, se la mete en la boca y se la mama un poco. Marc ya no intenta agarrarla visto lo de su colega. Después fue el turno de Álvaro que disfrutó de su momento de gloria, de tener su preciada verga rodeada por los labios de la niña.

Sara da paso a Lucia que con menos convicción que su compañera, acerca su tímida boca al falo erecto de Álvaro y al igual que su amiga, le da unos lametones, abre su boca y deja que el pene se pierda en su interior, le pega unas chupadas más o menos decentes y pasa a Marc haciendo más o menos lo mismo, pero con algo más de decisión y destreza. Se iba soltando la chica.

Cada francés no superaba el minuto. La intención por lo que veía no era terminar, no se atrevían, solo probar, como hicieron toda la tarde, explorando acerca del sexo, jugando. No estaba en ellos la semilla del desenfreno, de querer hacer de todo, culminar, ni una orgía sino aprovechar el calentamiento iniciado por las imágenes pornos y regadas por el alcohol. Eran aún bastante inocentes, supongo que no por mucho tiempo. Era un tipo de juego inconsciente en que se van soltando por un lado y frenando a la vez.

El turno final fue para Jaime, el que la tenía más grande de los tres y que inicio la tanda con Sara y que casi la ahoga. Lucia se lo quedó mirando como advirtiéndole que a ella no se lo hiciera.

Él no dijo nada, se dejó hacer. La chica ahora se lo toma más con calma, sabiendo que es la última y que el pene ese tan grande, comparado en los otros, merece más atención. Empieza lentamente a lamerle desde los huevos hasta el glande varias veces, y a continuación se la mete en la boca, primero un poco y luego hasta la mitad. Empieza a chupar y a chupar, Jaime la agarra de la cabeza como con Sara, –tenía esa manía el chaval– pero Lucia no dice nada, solo lo mira fijamente mientras sigue succionando su polla gruesa.

Jaime ya empieza a cerrar los ojos, a convulsionarse, a dar síntomas claros de que no va a aguantar mucho, (ni lo desea) de lo excitado que está viendo a Lucia como le succiona su miembro viril con una dedicación, que días antes no hubiera ni soñado.

Como comenté anteriormente, una cámara estaba algo cerca del sofá, así que podía ver suficientemente bien la escena, así que ya estaba yo también a punto de estallar contemplando aquellas criaturas haciendo esas “guarradas” propias de adultos.

Como decía, Lucia sigue en faena, metiéndose más de medio rabo hasta hacer tope con la campanilla, y él acompañándola con su mano por detrás de la cabeza, pero sin empujar demasiado.

El ritmo empieza a acelerarse algo más, ella suelta la mano del miembro y la dirige a los testículos, frotándolos con suavidad, mientras sigue mamándosela, ahora ya más rápido y más profundamente, y en esa que Jaime no aguanta más y sin previo aviso, descarga toda su leche en la virgen boca de Lucia, que, no sé si por lo caliente que estaba o que ya puestos a descubrir, descubrámoslo todo (parecía más mojigata) se la siguió chupando durante escasos segundos, suficiente para degustar el semen por primera vez, tras lo que se aparta con cara de asquito y finge burdamente enfadarse con el… –¡pero qué has hecho tiooo!, te has corrido en mi boca y sin avisar…. –¡idiota! y claro, Jaime respondió excusándose

– Perdona tiaaa, es que con lo bien que lo has hecho no me he podido controlar…. Sorry!

Sara le dice a ella –Tíaaaa, ¿seguro que es la primera vez que se la chupas a un tío?

– Sí, responde ella, es que me fijo bien cuando veo los videos, jajaja. No es tan difícil…

En el momento que vi el semen derramarse por la comisura de los labios de la nena, no aguanté y también yo me corrí… Parecían unas mosquitas muertas estas jovencitas, pero las mujeres siempre te sorprenden.

– ¡Esto no es justo! Dijo Lucia – ¿Y Sara no va a probarlo? No sabían cómo terminar aquello…

Sara dejo claro que ella no quería probar el semen de Jaime, por traidor… así que dice.

–Vale, pero Marc y Álvaro tendréis que cascárosla delante de mí y el que primero se corra probaré de su leche y el último se quedará con las ganas.

Ellos les exigieron a ellas que se tocaran para así acelerar y como no, animar el proceso viéndolas como se masturbaban.

Ellos empiezan a pelársela de pie, con ellas sentadas frente a ellos, y tocándose, –cada una a si misma– jugando con sus dedos en su vagina y tocándose los pechos. Sara está más incorporada, supongo que para estar más a punto a fin de degustar ese elixir sexual. Lucía jadeaba un poco, y como había visto en las pelis les decía, – ¡umm, sí, que pollas que tenéis, me gustaría que me follarais los tres, ummmmm, que rico!

La cosa no duró demasiado, poco más de cinco o seis minutos, y Álvaro ya anunciaba con sus gestos y luego de palabra, que se iba a correr. Acerca su polla a la cara de Sara, ella primero hace un gesto leve hacia atrás pero la cabrona de su amiga le agarra la cabeza se la acerca al miembro de él, y le dice – ¡Abre la boca cacho perra y traga!

Sara no tiene tiempo de reaccionar, o más bien no quiere. Abre la boca y el chico, aprovechando que su amiga la sujeta la cabeza por detrás le mete su caliente verga dentro. Ella cierra los labios alrededor del miembro viril y se dispone a chupar, y nada, a la primera succión él sin poder ni querer evitarlo, se corre dentro. Lucia todavía le sujetaba la cabeza para que no la apartara. Sara le da unas cuantas chupadas, y ya sí, él mismo se retira y entonces ella escupe el semen.

– ¡Que, capullo! Estarás contento ¿ehhh?  Le espeta. – ¡Y tú, que puta que eres, ese no era el trato!

Todos se rieron, incluso Marc, que al ver la escena ya dejo de masturbarse sabiéndose perdedor.

A Álvaro se le veía exhausto… y satisfecho también.

Sara dice –Por hoy ya está bien creo… esto que ha pasado esta tarde ha sido muy fuerte, y espero que no salga de aquí, ¿vale? No se lo digáis a nadie, ni al dueño de la casa (mi hijo).

Se fueron vistiendo, siguieron charlando, pero ya no comentaron nada de lo sucedido, como si no hubiese ocurrido, como sintiendo cierta vergüenza de todo lo que acaeció en esa tarde, de dar rienda suelta, tanto a sus deseos de descubrir nuevas realidades reservadas a los adultos, como a sus temores de sucumbirlas por el pecado social implícito.

Recogieron los restos de lo consumido y limpiaron alguna que otra mancha de semen que de forma accidental pintó el suelo y el sofá y se largaron.

Ya no volvieron más al chalet de la costa. A la semana siguiente volví yo con mis hijos, como si no hubiese visto nada, de todo lo que vi y disfruté. Al día siguiente y por casualidad, de camino al supermercado del pueblo, me crucé con esas dos nenas por la calle, a las que saludé con un simple adiós, y como ocurriría desde entonces y en el futuro, ya nunca más podría volver a verlas con los mismos ojos de antes. Ya estaban viciados por esa marca indeleble en la memoria que deja una escena vivida y sentida, como la que presencie esa tarde en mi segunda residencia, consumada por esos chicos, sin mi consentimiento, pero con la aprobación inherente a mis deseos ocultos.

Luego vi la grabación algunas otras veces, con el morbo que me provoca, especialmente cuando lo vi en directo la primera vez, hasta que tras escribir este relato, que me fue útil para describir los detalles, y con el aliento de mi sentimiento de cierta culpa, decidí eliminarlo de mi pendrive para siempre….