Experimentando en el festival

Esta es la historia de un joven que, en un festival de música alternativo acabó experimentando algo que le cambió la vida.

EXPERIMENTANDO EN EL FESTIVAL

Esta es la historia de un joven que, en un festival de música alternativo acabó experimentando algo que le cambió la vida. Era Julio, en un caluroso verano que solo el alcohol podía mitigar. El protagonista de la historia, heterosexual hasta entonces, nunca se imagino que aquella noche, más bien día, acabaría dejándose llevar por sus instintos más básicos.

Había ido junto a varios de sus amigos y amigas a uno de esos festivales que tan de moda se han puesto ahora. Era el primer día, y todos estaban como locos por disfrutar. Esa primera noche bebieron todos juntos, incluso se les sumaron algunos vecinos del camping. Las chicas del grupo pronto se apartaron de sus amigos para quedarse absortas charlando con aquellos vecinos, salidos todos del mismo patrón: camisetas de tirantes, pelos engominados y cuerpos exageradamente musculados. Los chicos del grupo ya intuían que aquella noche iban a quedarse solos de fiesta, por lo que cogieron sus bebidas y se fueron a la zona donde mucha gente se reunía para hacer un macrobotellon. Ahí bebieron alcohol con las prisas que provocan los festivales, y pronto los chavales estaban borrachos, excitados y con ganas de liarla esa noche.

Se fueron al recinto en el que se ofrecían los conciertos y allí se mezclaron con la multitud. Pasó la noche y, aunque lo estaban pasando bien, ninguno de ellos había conseguido ligar, por mucho que lo hubiesen intentado. Estaban ya a mediados del penúltimo concierto, cerca del amanecer, cuando el animo de sus amigos comenzó a decaer.

-Tío, nosotros nos vamos para la tienda ¿te vienes?

-¿Cómo? ¿Ya? No jodáis, que es muy pronto, aun queda el ultimo-dijo nuestro protagonista, a quien llamaremos Alex

-Es el primer dia Alex, hay que guardar energías para el resto

-Pues yo no me muevo de aquí, id sin mi

A Alex le quedaban muchas ganas de fiesta en el cuerpo, así que sus amigos marcharon sin él. Llegó el último concierto y, con él, el amanecer. En uno de sus bailes, Alex tropezó, más por su borrachera que torpeza y acabó chocando con un joven que tenía al lado.

-Hostia, tío, perdona perdona. Ha sido sin querer

-Jaja, no te preocupes hombre, son cosas que pasan

-Pero ¿Estas bien?

  • Sí, hombre. Si no ha sido nada. Por cierto, me llamo Rober, ¿Y tú?

El tal rober era un chico de media estatura, muy delgado y vestía de forma llamativa. Llevaba una camiseta de tirantes exageradamente corta y caída en forma de pico, dejando a la vista su huesudo pectoral. También llevaba unos shorts vaqueros medio rotos que cubrían escasamente su culo. Adornando todo aquello llevaba uno de esos exóticos peinados teñidos de platino y de una estructura indescriptble, y en la nariz llevaba un septum que tan de moda estaba. No hacía falta ser muy avispado para saber que ese chico era seguramente gay.

-Yo soy Álex, encantado

-Veo que estás solo, ¿Y eso?- Alex comenzó a explicarle las pocas ganas de fiesta de sus amigos cuando apareció otro chico

-Ah, mira, este es Fernando- dijo Rober

Fernando no llamaba aparentemente la atención, era un chico de aproximadamente 1.80 que llevaba una camiseta de un grupo de música y unos vaqueros cortos. Llevaba en su mano un vaso de medio litro de alcohol, pero no se veian en el signos de extrema ebriedad, para llevar toda una noche bebiendo.

Se quedó entonces Alex disfrutando del concierto con sus dos nuevos amigos. Los saltos y bailes frenéticos eran constantes, por lo que chocar con quien tienes al lado es frecuente. Pero aun asi, había demasiado roce con Rober, y todo parecía que para nada era accidental. Rober restregaba su culo contra Alex cada vez que tenia la ocasión e, incluso, su mano se escapaba de vez en cuando hacia el paquete de Alex, quien sin querer estaba teniendo una erección

“Este marica quiere ligar conmigo, no me lo puedo creer” Pensaba Alex. Él nunca había estado con otro hombre, pero su estado de excitación no le dejaba pensar con claridad y, al fin y al cabo, una boca es una boca y, un culo es un culo. Tan absorto estaba en sus pensamientos que ni se dio cuenta de que el concierto había acabado.

-Pfff ¿Ya? Yo aun tengo ganas de fiesta- dijo Alex

-¿Por qué no te vienes con nosotros a nuestra tienda? Tenemos un altavoz, y el móvil lleno de música. Ademas, vamos a fumar unos porros, que asi no podemos dormir.  Vente anda, que creo que mi amigo le has gustado- Dijo Fernando con una expresión picara.

Alex no se lo pensó dos veces, esa erección no iba a bajar sola y, antes que matarse a pajas en su calurosa tienda, preferia darle una lección a aquella reinona que tan cachondo le había puesto. Llegaron al camping, y entraron en una espaciosa tienda, de 4 o 5 personas

-Wow que tienda, ¿solo dormís vosotros dos aquí?

-No, dormimos con un tercero, pero vino con la novia y usan una tienda aparte para…ya sabes

Fernando se metió en un rincón apartado que tenía la tienda y comenzó a fumarse un porro. Nada más girarse Alex, tenía a Rober justo enfrente. Rober tomó la iniciativa y besó a Alex; un beso que más que apasionado, era vicioso, como todo lo que hacía. Mientras los dos se besaban, Rober acariciaba con rapidez su cuerpo, en una declaración de deseo y ganas de explorar. A medida que Rober bajaba en sus caricias, sucedía una cosa que no podía creer. La erección de Alex estaba desapareciendo, probablemente debido a la enorme cantidad de alcohol que había bebido. O puede que fuera por nervios, ya que la idea de que un hombre se la chupase le era nueva. Cuando rober bajó sus calzoncillos, lo que encontró era una polla flácida, que no se levantaba ni con la acción de la experta lengua del joven homosexual.

-Anda que vas cojonudo, chaval. Menos mal que estoy yo aquí para dar biberón a esta viciosa, que sin leche no se duerme – Fernando había salido de su oscuro rincón y se puso delante de rober, quien ya estaba a cuatro patas esperando su “biberón”

Mientras Fernando se desnudaba, Alex se masturbaba en un intento desesperado de que su pene volviese a estar duro. Cuando Fer se quitó toda la ropa, Alex cayó en un estado de hipnosis. Alex no tiene un miembro despreciable, 16cm por los 20 que tenía Fer; Pero no era solo el tamaño, había algo en esa herramienta de los dioses; las proporciones, el grosor, el color… no sabía qué, pero le parecía perfecta.

“¿Qué me está pasando?” No podía creerlo, estaba mirando absorto el pene de otro hombre, y le gustaba. De hecho, tan absorto estaba que no se había dado cuenta de que Fernando llevaba largo rato mirándole.

-¿Pero se puede saber que haces mirándomela, cerdo? Entre eso y que no se te levanta… a ver si va a ser que eres más marica que aquí mi amiga la viciosa

-Y..y..y..yyo…n..no…es que.. – Su propio nerviosismo le delataba

-Cómo lo sabía. Ven aquí anda, que tengo suficiente para vosotras dos

En un fuerte y dominante gesto, le empujó del hombro, haciéndole caer ante ese monumento a la virilidad masculina, que desprendía un fuerte olor que volvia aun mas loco al confuso chaval.  24 horas antes, Alex no dudaba de su heterosexualidad, y ahora se encontraba tumbado ante la polla de un hombre, junto a una marica loca que engullía con hambre aquel rabo. Entonces, rober paró de mamar y, agarrando con fuerza la polla de Fernando, apuntó hacia nuestro protagonista, dándole antes un morreo. El sabor fuerte y dulzón tras mamar, mas que repelerle, acrecentaba su excitación

-Venga, puta, come-le increpaba

No sabía que hacer, pero ahí descubrió que nadie saber hacer mejor una felación que otro hombre, puesto que sabe perfectamente qué le gustaría a él mismo. Comenzó con unos timidos besos en la punta y el tronco, subiendo después el tono y lamiendo la venosa superficie. Cuando se sintió preparado, se introdujo aquella delicia en la boca. Al principio no se coordinaba en los movimientos, ya que su primera preocupación era pensar que no, que aquello era físicamente imposible que entrase en su boca. Entonces vino la primera traición; Su macho comenzó a follarle violentamente la boca, provocándole una arcada en una de las arremetidas. Alex se zafó como pudo y se giró, tosiendo e intentando como fuese no vomitar, momento que aprovechó su compañero para retomar el monopolio de mamar aquella polla. Podia irse, Fernando estaba tan concentrado en follarse la boca de aquel experto mamador que podía largarse de aquella tienda en ese mismo momento. Pero no lo hizo, algo le hacia desear quedarse ahí.

Rober, como si le hubiese leído la mente, se puso a un lado de la polla de Fer y con un dedo le hizo gestos a Alex de que se acercase. Los dos jóvenes comenzaron a atacar aquella maravilla de la naturaleza, cada uno desde un costado, alternando la felación con besos entre ellos, a veces haciendo el capullo como intermediario. Estaba Alex disfrutando como nunca, cuando un gemido gutural le bajó de la nube.

-Aaahhh, me corro zorras… poned las boquitas juntas

Alex y Rober juntaron sus cabezas, con la boca bien abierta esperando recibir aquel néctar de dioses.

-Siisii..oooohh…tomad joder tomaad

Comenzó a llover sobre él una cantidad exageradamente grande de caliente semen. Salia disparado, cayendo sin orden alguno sobre los pelos, rostros y bocas de los dos sumisos. Alex tragó lo que cayó dentro de su boca, y el sabor no le desagradó, pero el resto se lo quito con la mano y lo limpio donde pudo. Rober, sin embargo, recogía todo con los dedos y lo introducía en su boca, en un espectáculo tan grotesco como excitante.

El macho cayó sobre la tienda, pidiendo un tiempo para recargar fuerzas. Rober, mientras tanto, se quito los shorts dejando a la vista un tanga rosa. Menudo vicioso era. Cuando miró debajo suyo, se dio cuenta que había recuperado la erección, con lo que se disponía a follarse el culo del insaciable tragón. El cuerpo de Rober, que antes le hubiese sido completamente indiferente, le parecía ahora de tremenda belleza. Su delgado culo, en pompa ya, dejaba marcar los huesos superiores, creando un contorno de fuertes y marcadas curvas. No llevaba mucho tiempo follándoselo cuando unos brazos tiraron de él hacia atrás,

-Venga, ya estoy listo para más. ¿Estas tú listo para seguir probando lo que es ser una putita sumisa?

-Joder..yo es que estaba…no se..- de nuevo el nerviosismo le delató. No era capaz. No podía alzarse como macho alfa de aquella tienda y reclamar lo que era suyo. Sabia que no era así. El era tan sumiso, o mas, como aquel chico a quien hacia unos segundos estaba follando

-Venga va, tú decides ¿Quieres probar?

-….sí

-¿Seguro? No hay vuelta atrás. Una cosa es comerse una polla, todos lo han probado. Pero como te de por culo y te guste… será tu fin. Serás una putita maricona y sumisa toda tu vida.

-Fóllame joder- ¿Aquello había salido de su boca? Alex estaba ya completamente fuera de si

Fernando fue a por un condón mientras Rober se acercó con un botecito para Alex. Era un bote transparente con un liquido de color parecido a la colonia

-Toma esto, hará que te entre mejor

-Pero ¿qué es?

  • Es Popper, tranquilo que no es ninguna droga de violadores de esos.

Abrió el bote y de él salio un fuerte olor. Siguiendo las instrucciones de Rober, esnifó un poco de esos vapores, experimentando una sensación de calor repentino. Rober se retiro un poco, masturbándose a la espera de su turno.

Fernando se acercó, poniéndole el culo a la altura de su miembro. Era el macho dominante de aquel lugar, pero no era tonto. Habia conseguido que el vicioso que tenia debajo suyo descubriese su faceta homosexual, pero sabia que si ahora lo trataba mal echaría todo a perder. Por eso, no se dejo llevar por los instintos que le empujaban a sodomizar violentamente ese culo virgen. Con cariño se consiguen mas cosas.

Así, introdujo su polla poco a poco en aquel estrecho agujero. Alex por su parte estaba sintiendo algo de dolor, e incluso estaba pensando en echarse atrás. Era imposible que alguien sintiese placer en ese dolor. Ahí es donde entraba Rober, quien se acercó a el y comenzó a besarle suavemente, haciendo que este se relajara. Poco a poco su cuerpo iba cediendo a ese cuerpo extraño…incluso a aceptarlo. El dolor se esfumó, dejando paso a un placer tan extremo, tan primitivo que nunca había experimentado. Estaba perdiendo los papeles, y a medida que el bombeo de Fernando se incrementaba y aceleraba, lo hacia también su excitación

-Follame joder, si…soy tu puta, soy una puta de mierda… soy la mayor guarra de este festival

Su estado de excitación era tan descontrolado que gritaba estas cosas sin parar, y gemia. Gemia mucho, tan alto que los de las tiendas cercanas tenían que estar escuchándole, pero le daba igual. Entonces llegó la segunda traición de la noche. Estando como estaba, con los ojos casi en blanco y la mandibula desencajada, no vio venir a Rober, que hábilmente introdujo su polla en la boca de Alex. Era una nueva prueba a su hombría. Habia entrado en aquella tienda creeyendose el alfa, que iba a sodomizar a aquella reinona mientras el amigo miraba y, quien sabe, a participar. Pero la realidad era muy distinta, el sodomizado era el, mientras que el que a priori era mas sumiso, tenia su pequeña y delgada polla en su boca. Pero no hizo nada por evitarlo, se limito a mamar con toda la pasión que podía. Asi, en un estado de incontrolable lujuria, eyaculó. No podía ver cuánto salio, pues estaba ocupado en ambos extremos. Pero por la fuerza, sabia que jamás había echado tanto.

Poco después, Rober también se corrió dentro de su boca y Alex, encantado con ello, se tragó obedientemente todo aquello. El último, como no, fue Fer, quien se corrió entre fuertes gimoteos, dejando aquel recién estrenado culo palpitando, lleno de caliente leche.

No hubo despedida, ni un triste adiós. Los dos hombres que habían desatado en el oscuras facetas que desconocia, se fueron a dormir fingiendo que él no existía, que no estaba el. Cuando sus piernas recobraron algo de fuerza, se vistió y se alejo rápido de aquella tienda, pues había que ser muy sordo para no oir lo que ocurrió ahí dentro.

Ya lejos de ahí, todavía le quedaba camping por recorrer hasta llegar a su tienda. El camino, con el sol ya en lo alto, fue una tortura para el. Se sentía sucio, humillado…una puta. Para mayor vergüenza, sentía que todo aquel con quien se cruzaba le miraba fijamente…como si supiese qué había hecho. Estaba en un estado de paranoia, pensaba que todos a su alrededor sabían que no era mas que una zorrita viciosa, y querían aprovecharse.

Casi a carreras, llegó a su tienda. Afortunadamente nadie del grupo se había levantado aun. Se tumbó en su esterilla, con la cabeza dando vueltas. Se sentía avergonzado, se convencia a si mismo de que estaba arrepentido. Sí, se había comido una polla, pero era por la confusión y el calor del momento. Seguro que no era el primer hetero en comerse una polla. Y que le diesen por culo…el Popper, tenia que ser eso. Le habían drogado.

“No soy gay, no soy gay, no soy gay…” pensando esto se durmió.

Horas después, sudando por el calor, se despertó. Y para su sorpresa, estaba empalmado. No se había levantado arrepentido, se había levantado cachondo. Era consciente, los cambios eran inevitables. Esa noche iba a salir a cazar. O más bien… a ser cazado.