Experimentando
Después de Fabián me hizo esa fabulosa mamada cuando me dio aventón, nos volvimos a encontrar
Experimentando
Hola! Soy Víctor y les contaré la continuación de mi primera experiencia gay.
Llegó la noche del miércoles y yo estaba nervioso. Aún no había decidido si asistir a la cita o no, tenía sentimientos encontrados. Por un lado, al recordar la experiencia anterior, un escalofrío recorría mi espalda y mi pene comenzaba a elevarse. Por el otro lado, sentía vergüenza y temor de que alguien más se enterara. Por fin, decidí ir al gimnasio para dejar de pensar en ello.
No funcionó.
No funcionó porque el gimnasio es el lugar perfecto para observar todos los rituales de apareamiento que sigue nuestra especie. Ahí se dan cita mujeres con cuerpos de diosas, hombres con cuerpos de adonis y toda la gama de en medio en la que estamos incluidos la mayoría de los mortales.
Empecé a fijarme en los paquetes de los hombres que se ejercitaban, me preguntaba de qué tamaño tenían la verga y si sería agradable mamárselas. Además, a la mayoría ya los había visto desnudos en los vestidores y en el sauna y me imaginaba lo que sentiría si fuera penetrado por una tranca como la de esos tipos musculosos. Eso empezó a calentarme y a decidirme. Quería la experiencia completa.
Fabián pasó por mí a las 22:00 y sin dudarlo me subí al auto. En el camino comenzamos a conversar sin mencionar la espectacular mamada que me había hecho dos días antes.
Fabián iba vestido un poco más informal, pero debo reconocer que se veía muy bien. Tenía puesta una playera (remera) negra ajustada y se notaba que no tenía ni un gramo de grasa de más. Jeans ajustados que resaltaban su paquete que se apreciaba muy bien.
Seguimos bromeando en el auto y la verdad es que me relajé mucho, parecíamos un par de buenos amigos de regreso del trabajo.
En un momento dado, Fabián se reía y me acariciaba la rodilla izquierda y yo sólo le dejaba hacer. Como la caricia continuaba me abrí de piernas para facilitarle el acceso. Ese día yo llevaba puesto un conjunto deportivo algo holgado en la parte inferior. Como la vez anterior, tampoco llevaba ropa interior.
Con la caricia mi polla empezó a crecer y Fabián se percató de inmediato.
—¿Te gusta verdad?—preguntó
—La verdad sí—contesté—pero tengo que confesarte que no sé exactamente cómo proceder.
—No te preocupes, no haremos nada que no quieras!!—me dijo y me hizo recordar que cuando yo convencía a las jovencitas de ir a un motel, decía exactamente esas palabras
—Ah! pero si yo quiero todo!! Toda la experiencia completa, no quiero dejar nada sin explorar—contesté
—¿En serio?
—Sí
Su mano se deslizó a mi entrepierna y me agarró el paquete.
—Bájate el pantalón un poco—pidió
Yo obedecí y me bajé un poco el pantalón. Inmediatamente metió la mano y me agarró la polla desnuda. Como su auto era automático no tenía problemas en ir sobándome mientras conducía. Yo me bajé más el pantalón hasta dejar completamente al aire mis huevos y verga.
—Eres muy temerario—dijo—Te imaginas si alguien nos viera así?
—No importa—repuse—tus vidrios son polarizados (entintados) así que nadie puede darse cuenta.
Enfilamos a un motel en la avenida Vallarta y casi el periférico. Entramos directamente y pasamos a una habitación normal. Subimos y Fabián pagó la habitación.
—Quítate la ropa—dijo—Quiero verte desnudo, quiero admirarte.
—Espera, primero tengo que ir al baño—dije
—Jajaja eso dijo mi esposa en la luna de miel!!
—No te burles cabrón dije riendo—Que me pasará lo mismo que a ella no?
Me metí al baño con mi mochila y de ahí saqué un enema. Había consultado en un libro cómo usarlo.
Lo llené con agua tibia y me introduje la punta de la manguera. Aguanté todo lo que pude antes de soltar. Lo repetí un par de veces hasta estar completamente seguro de que estaba limpio.
Salí del baño completamente desnudo y Fabián ya me esperaba en la cama aún con la ropa puesta.
—Wow! Estás en muy buena forma!—dijo—y tu verga me tiene alucinando. Hace dos días que sólo pienso en volver a mamarla.
—Pues adelante, ya te dije que quiero probar todo…
—Mmm eso me gusta, acuéstate mi vida.
Escucharlo decirme “Mi vida” me desconcertó pero de una forma extraña, me excitó aún más. Lo obedecí y él se abalanzó sobre mi verga.
Su boca juguetona no se introdujo mi pene de inmediato. Comenzó por lamerme la punta saboreando el líquido seminal que ya asomaba una gota. La esparció con la lengua hasta que mi glande quedó cubierta. Bajó por todo mi mástil hasta la base y después siguió con mi escroto maravillándose que estuvieran perfectamente depilados sin un solo vello.
—Mmm me encanta que tengas los huevos así! Limpios, tersos, suaves
Me succionó un testículo y yo sentí que me hormigueaban las piernas. Su mano derecha me pajeaba suavemente. Sus manos estaban un poco frías y el contraste de su piel ligeramente fría con mi verga caliente me encantó.
Se sacó de la boca mi huevo y después me mordió ligeramente el escroto haciéndome respingar un poco mientras una deliciosa sensación me corría en la espalda baja.
Por fin, su boca encontró mi verga y se la introdujo muy lentamente hasta casi la base, sentí como mi punta tocaba su garganta. Succionó mientras su cabeza subía y bajaba. Sus manos me acariciaban el escroto y me levantaban las caderas tocándome las nalgas.
—Que delicia!—dije—Mamas delicioso
Fabián se retiró, se quitó la camisa y acto seguido, el pantalón. En ese momento vi su verga. No sé si era la calentura del momento, pero me pareció hermosa, circundada, gruesa y se notaban las venas recorriéndola. Parecía perfecta para un comercial de condones.
—Ahora te toca a ti—dijo— quiero que me la mames.
—Pero aún no sé cómo—contesté—me dirás que hacer?
—Claro! La primera instrucción es que no uses los dientes, tienes que usar solo los labios. ¿Listo?
—Sí!
Me acerqué a su verga que estaba casi erecta y con timidez lamí su glande saboreando el líquido que se apreciaba en la punta. Sabía salado pero no desagradable. Me introduje su glande en mi boca cuidando no usar los dientes, se sentía caliente y ligeramente blando, pero en cuanto me la metí en la boca sentí como adquiría dureza y calor.
De inmediato se apoderó de mí una calentura que no había sentido nunca y me la metí hasta la mitad.
—Despacio… no llevamos prisa, saboréalo completo—dijo
Sentí arcadas cuando me la introduje más profundamente, pero sólo fue un momento ya que pronto me acostumbré. Olía ligeramente acre, como almizcle aunque no era desagradable, de hecho me empezaba a gustar. Recordé que él me había acariciado los huevos mientras me mamaba e hice lo mismo.
—MMM sí, así… vas aprendiendo.
Yo subía y bajaba la cabeza mientras trataba que su glande tuviera más contacto con mi lengua para intensificar la sensación. Yo sentía en la lengua una película ligeramente viscosa debido al líquido pre eyaculatorio que estaba saliendo de su verga.
—Espera, espera que me vas a hacer venir!!—Dijo— y aún no es tiempo.
Me separó y se acercó a mí me besó con ternura. Su mano bajó y me pajeaba mientras nos besábamos. Yo hice lo mismo y sentí su verga palpitando en mi mano.
—Mmm!!—Gemí—esto me encanta
—No te detengas!—dijo
Fabián se acostó conmigo y me hizo levantar la pierna derecha y me acariciaba las nalgas. Sus dedos se movían con destreza por la raja de mi culo y de pronto introdujo un dedo en mi ano. La sensación es indescriptible, es como si una descarga eléctrica me recorriera, un cosquilleo y unas ganas tremendas de que una caricia más intensa. También sentí más estimulación en mis huevos y separé mi boca de la suya
—Más! No te detengas… lo quiero todo!! Aunque me rompas el culo
—¿De verdad?—dijo separándose un poco más e introduciendo otro dedo en mi culo.
Me dolió mucho y sentí como el dolor irradiaba por mi espalda baja hasta los pies. Pero no estaba dispuesto a rendirme. Fabián se alejó y fue a donde estaban sus pantalones y de un bolsillo sacó un frasquito de aceite para bebé.
—Con esto podemos seguir la fiesta—dijo—Ponte a gatas
Lo obedecí de inmediato y después sentí como sus dedos expertos me recorrían mientras me lubricaba el ano y me introducía nuevamente un dedo. Entraba y salía, entraba y salía llenando mu cuerpo de sensaciones desconocidas. En un momento dado introdujo otro dedo y esta vez no tuve molestias, me concentraba en no apretar el esfínter sólo trataba de abrirlo más.
—Ya es tiempo amor—dijo y acercó la punta de su verga a mi culo y empezó a empujar suave pero con firmeza.
Yo no sentí mucho dolor al principio. Me encantó sentir como me invadía mi recto con ese pedazo de carne que hacía unos minutos había tenido en mi boca. La sensación era extraña pero no desagradable.
Conforme me la metía más, mi culo me dio algo de dolor, pero yo tenía la determinación de tener una verga completa. El morbo era muy grande, así que sólo pujé para abrir aún más mi culo y el dolor desapareció.
Me la metió completa y yo no lo podía creer!! Sentía como palpitaba su verga en mi culo que se amoldaba perfectamente a su garrote. Lentamente salió casi por completo y volvió a entrar. Yo sentí como si me dieran ganas de orinar, pero de una forma distinta. Mi verga soltaba gotas de lo que creo eran orines mezclados con mi líquido pre eyaculatorio.
—Ah! mmm! Ggggmmmp—gemía yo y me empujaba a su encuentro para que la penetración fuera más profunda
—Eres un pinche putito!—dijo Fabián—Ya me di cuenta que te encanta la verga. Dilo!
—Me encanta la verga!! No lo sabía pero me encanta la verga como a ti!!
Me jaló hacía él y se acostó en la cama boca arriba sin sacármela y me hizo sentarme en él. Coloqué mis pies a los lados y empecé a subir y bajar por mi cuenta. Mientras que su mano se apoderó de mi verga con cierta brusquedad y empezó a pajearme con fuerza.
Sentir como me pajeaba mientras me estimulaba e hizo que tuviera un orgasmo como nunca había tenido en mi vida!! Sentí que me hormigueaban las manos y las piernas, la sensación en mi culo era increíble. Intensificaba todo!! Lo magnificaba como si fuera un amplificador… Sentí el orgasmo recorrer cada rincón de mi cuerpo como un tsunami. Nunca había eyaculado tanta leche!!
Me detuve y me saqué ese palo que me había hecho gozar tanto y de inmediato me puse a mamar. Lo mamaba con vehemencia, con ansia, pero a la vez como si lo adorara por el placer que me había dado.
—Me voy a correr en tu boca!!—dijo, y yo sólo intensifiqué mis movimientos—Aaaaah! Sí!! Así!! Tómate toda mi leche!!
Sentí su semen caliente y espeso en mi boca, tenía un sabor salado y astringente, lo tragué con una ligera repulsión, pero en cuanto me acostumbré a su textura espesa y viscosa lo saboreé. Olía muy ligeramente a cloro o incluso a ciruelas amarillas maceradas. Era un olor intenso y yo me bañé en él.
El semen se deslizaba por mi garganta y no dejé ni una gota. Después de tragarlo todo, sentía como me ardía mi garganta por su acción astringente.
Fabián acercó su boca a la mía y me besó saboreando su propio semen. Después nos acostamos exhaustos.
Creo que me quedé dormido, porque lo siguiente que recuerdo es sentir la boca de Fabián haciéndome una espectacular mamada. Cuando se percató de que yo estaba despierto, se incorporó y se puso en cuatro parando el culo esperando a que yo se la metiera. Me levanté de inmediato y admiré su culo. Depilado, bronceado y limpio.
Puse la punta de mi verga en la entrada y sentí que deslizaba como cuchillo caliente en mantequilla.
—Hummmm!!—Un largo gemido salió de su garganta—Me encanta tu verga papi, quiero que tú seas mi verga oficial y me cojas cuando quieras.
Eso me excitó y empecé a bombearlo más duro. Sentía como mi pelvis chochaba con los huesos de su cadera produciendo dolor, pero no me importó. Me incliné y tomé su verga entre mis manos y lo pajeé violentamente.
—Pinche putito!!—Dije—Te encanta mi verga verdad? Así me gusta cabrón, que yo sea tu matador oficial.
Entraba y salía con fuerza y ritmo. Entraba y salía mientras con mi otra mano le rasguñaba la espalda y le daba nalgadas.
—AAArf!! Papi!! Así me gusta que me cojas!! Sí!! Muérdeme la espalda por favor!!! Muérdeme
Me incliné sin dejar de bombear y le mordí a la altura del omóplato derecho y en ese momento sentí que Fabián eyaculaba en mi otra mano. Me llevé la mano a la boca para paladear su semen de nuevo y entonces exploté en sus intestinos
—Ahhh mmmmSssssssi!!! Así—grité
Fabián se dejó caer y yo junto con él sin sacarle la verga aún. Nos quedamos así boca abajo. Yo encima de él hasta que nos recuperamos lo suficiente y nos metimos a bañar.
Cuando salimos me preguntó
—¿Es lo que esperabas?
—Mejor!!
Intercambiamos teléfonos y quedamos en llamarnos después porque Fabián saldría de vacaciones con su familia.
Me dejó a dos cuadras de mi casa y no nos vimos por espacio de una semana. Después volvimos a reunirnos y en esa ocasión fuimos más allá…