Experiencias diferentes.
Como fue mi primer anal.
Un saludo, nuevamente. Sé que mis relatos no tienen un orden cronológico por lo tanto tampoco llevan secuencia alguna; por algunas dudas que me han enviado por correo: si, mis relatos son reales, quizá con algún detalle cambiado, pero en general son hechos 100% verídicos. De tal manera que cuando escribo algún suceso no suelo llevar un orden, solo recuerdo alguno de los momentos que haya vivido y enfoco en escribir sobre el mismo, por estos momentos al tener un poco más de tiempo libre he escrito casi todos los días. Muchas gracias por leer nuevamente.
En esta ocasión me gustaría platicarles sobre como adquirí un gusto por el Sexo Anal, no es mi fuerte y en realidad tiene poco que inicie; alrededor de 6 meses, pero las personas que hemos tenido la oportunidad de realizarlo no me dejaran mentir en que es un placer distinto y se disfruta en un modo diferente.
Todo comenzó por comentarios de diversas personas con las que convivo frecuentemente dentro de ello algunas amigas y amigos con tendencias homosexuales. Muchas veces durante las pláticas y bromas comentaban lo placentero de tener sexo anal; todos los beneficios y placeres de esto. Por mi mente pasaba la idea de hacerlo, pero solo era eso; imaginación.
En algunas ocasiones mientras pasaba ratos de ocio, investigaba sobre el tema, veía videos sobre eso, hasta observe videos porno, alguno que otro relato. La mayoría de las ocasiones me animaba más a intentarlo; la primera vez mientras cogía con un amigo le dije que me lo hiciera, pero ni siquiera lo intento poco a poco, quiso meterlo de un solo golpe, me moleste y lo deje en el olvido algunos meses.
Un buen día mientras acompañaba a una amiga al médico me platicaba que su visita era debido a la salida de una “bolita” en el ano después de tener sexo con su pareja; durante el trayecto me platico con lujo de detalles su experiencia; por lo que nuevamente se volvió a encender mi curiosidad.
Después de mucho investigar nuevamente, me arme de valor, fui a una sex shop y compré diferentes juguetes para poder llevar a cabo mi inquietud, compre bolas anales, dilatadores y un pug con colita de conejo, mucho…. Demasiado gel lubricante. Al siguiente día durante la tarde después de una mañana bastante aburrida, estaba navegando por la red; después de algún par de horas y no encontrar más nada que hacer decidí ver un poco de videos porno, fui a la sección de Anal, decididamente saque mis juguetes, los lave y opte por ese día experimentar algo nuevo.
Transcurría el video de lo más normal sexo oral, un poco de vaginal y comenzó el sexo anal, empecé a ponerme cachonda e inicie por lo más pequeño; bolas anales, las bañe de lubricante y comencé a masajear mi clítoris; cuando me sentía muy cachonda me coloqué de lado, metí las 2 primeras bolitas e inicie un mete-saca, así poco a poco fueron entrando las 6 bolas, era una sensación deliciosa; cuando sentí que mi ano estaba dilatado y sin dolor las saque, tome el dilatador anal, nuevamente lo llene de gel, lo acomode en una silla , lentamente me senté en él hasta que entro por completo; había un poco de dolor pero mucho placer. Me levante de la silla con el dilatador dentro, me acomode de perrito en mi cama y comencé a penetrarme con él juguete, primero despacio y sin sacarlo totalmente, entre más lo hacía era más rápida la penetración y lo sacaba y metía totalmente, estaba tan caliente en ese momento que tome mi vibrador vaginal, le coloqué un poco de lubricante y empecé a penetrarme con él imaginando un trio, la excitación fue tanta que comencé a mojar mi vibrador mientras gemía muy fuerte, sentía que todos mis vecinos escuchaban, tuve un orgasmo increíble, delicioso, saque mi vibrador empapado y me quede dormitando con el dilatador anal dentro. Desperté media hora después, y al retirar mi dilatador sentía algo diferente, sabía que desde ese día el sexo anal sería parte de mi intimidad.
Así pasaron algunas semanas, cuando tenía tiempo y oportunidad me masturbaba así, trataba de relajar y dilatar mi ano, para el día en que decidiera hacerlo con alguien real. Pasaron algunos día y llegando el Sábado vi a mis amigos entre ellos uno con él que hacia un tiempo teníamos sexo, fuimos a un bar, a una fiesta y al final terminamos en casa de alguno bebiendo más. Dentro de la borrachera, por el alcohol y el ambiente, mi “amigo” Daniel y yo comenzamos un par de besos, bailes, unos cariños y demás. Abandonamos la fiesta con el típico pretexto de ser muy tarde, se ofreció a llevarme a casa, acepte. En el camino había besos, una que otra caricia, más el alcohol, nos desviamos a un motel. Al entrar, sin más preámbulo nos quitamos la ropa, no hubo más cachondeo, simplemente me penetro, yo estaba mojada, unos minutos en posición de perrito, tuvimos un orgasmo, y a dormir.
Pasaron alrededor de 3 horas y después de dormir bastante bien, despertamos bastante cachondos. Comenzó a besar mi cuello, mi espalda, pellizcaba mis pezones, me coloco bocarriba y empezó a besar mis pechos, morder mis pezones, mientras sus dedos acariciaban mi clítoris, yo tocaba su pene, lo masajeaba. Le pedí se acostara bocarriba y comencé a darle sexo oral; lamia todo su pene, bajaba hasta sus testículos chupando uno por uno, recorría mi lengua más abajo casi llegando a su ano, solo escuchaba como gemía, tome su pene y lo metí totalmente en mi boca mientras con mi dedo masajeaba detrás de sus testículos, estuve así unos minutos, hasta que sentía como su pene estaba totalmente duro. Me detuve.
- Dani, quiero tener sexo anal, contigo.
- ¿En serio?
- Si, ¿Pedimos un lubricante y más condones?
- Si.
Pedimos un servicio al cuarto, en lo que esperábamos, decidí darme un baño, no quería que fuera una mala experiencia. Lave muy bien mi vagina y mi ano, durante el baño me introduje 2 dedos poco a poco para dilatar mi ano. Llegaron las cosas, Salí de la regadera, le pedí que se recostara en un sillón tantra que había, comencé nuevamente a darle sexo oral, no tardó mucho en lograr una erección, me detuve. Le coloqué un condón, unte medio bote de lubricante, en mi ano y su pene, empecé a sentarme lentamente. Recuerdo que fue más doloroso que mi pequeño dilatador, logre meter la mitad, me detuve unos minutos y continúe hasta que entro totalmente. Una vez adentro esperamos unos minutos para acostumbrarme y comencé a cabalgarlo primero fue lento y aumentamos un poco la velocidad, de repente se salió y aprovechamos para cambiar la posición, me coloco sobre el tocador viendo hacia el espejo, se colocó más lubricante y comenzó el a penetrar, fue mucho más fácil que al inicio, me separo de tocador y me tomo de los senos, me pego a él, me seguía penetrando con más fuerza, era una sensación deliciosa, sentí ganas de orinar, le pedí que parara y no lo hizo, fueron demasiadas que comencé a hacerlo, no supe si fue orina o un squirt, pero él no se detuvo, yo sentía temblar mis piernas, coloqué las manos sobre el tocador nuevamente, soltó mis senos y comenzó con su mano a masajear mi clítoris, sentía que estaba en las nubes, le pedía que parara pero mi cuerpo se movía más, sentí como se detuvo el tiempo y tuve un orgasmo, se doblaban mis piernas y grité; él no se detenía, solamente me recargo totalmente en el tocado, y continuo penetrándome; mientras yo sentía que mi cuerpo no se detenía, temblaba toda, gemía y gritaba, fue un orgasmo tras otro, hasta que sentía como se recargo y comenzó a tener un orgasmo, sentí como metía hasta el fondo su pene. Quedo recostado sobre mí, mientras besaba mi oreja. Cuando termino totalmente, saco su pene. Yo sentí como mi ano estaba totalmente abierto. Dolía un poco, pero el placer de ese momento valió la pena.
Me di un baño, lave bien todo. Se bañó, nos retiramos. Durante el día sentía que estaba dilatada, tuve un poco de miedo, lo acepto. Pero conforme pasaron los días la sensación aminoro, llevándome a hacerlo más ocasiones. Y disfrutando cada una de ellas.