Experiencias de un viaje loco y no programado IV

Viéndome en un momento dado, penetrado por dos al mismo tiempo, mientras que se las chupaba a esos dos nuevos. Avisándome de sus prontas corridas, sacándola uno de mi culo y proponer ocupar su lugar, soltándole uno de estos... ‘No gracias, este la come de puta madre, prefiero su boquita a su ‘coño’.

Experiencias de un viaje loco y no programado IV (y final)

No iba continuar esta experiencia, pero sois muchos los lectores que me lo habéis pedido, no deseando defraudar a ninguno, pues como suelo hacer con mis citas, cumplo con la primera, aunque sea solo por conocerlo, otra cosa que, en ese primer encuentro, finalice en los aseos o cualquier otro sitio.

Pues lo dicho, para aquellos nuevos que comencéis por la cuarta parte, debéis de saber que, esta es la continuación de lo que aconteció y ocurrió en un viaje que comencé en compañía. Viaje que comenzó bien, pero que finalmente se torció, dejando lo mejor para el regreso a casa, pero si deseáis más información, os invito a leeros mis anteriores relatos “Experiencias de un viaje loco y no programado I, II y III”. En los cuales os narro, cómo comenzó toda mi andadura, no deseando entrar más al trapo, y comenzare...

En mi anterior narración (parte III), os conté como tras haberme dejado bien follado ese primer camionero, acabo por unirse un segundo camionero, un cuarentón salido y pervertido. Uno de esos que tras haberse salido con la suya y haber usado mis orificios, acabo por proponer y convencer al primero de poseerme ambos, algo que mi orificio puede constar. Donde entre comentarios, hubo uno que soltaba...

  • “Ooohhh!!... si... si, te has convertido en la nena de mis sueños... uuuffff!!”.

Y mientras lo decía, como he dicho estaba siendo penetrado por ambos, llevando un turno de movimientos, sintiendo las embestidas de uno y otro, alternándose en el placer... aaahhh!!. Sintiendo como mi orificio se abría más, como si no le importara que entrara otra polla más, fueron momentos extraños, una mezcla de dolor y placer... ooohhh!!. Me estremecía de satisfacción, mientras ellos se regodeaban dándome caña, viéndome como disfrutaba, era una sensación difícil de explicar... uuuffff!!.

Continuaron hasta altas horas de la mañana, finalizando el primer camionero, saliendo de mi interior para acabar en mi boca, siendo el segundo quien se vino dentro, como así deseaba. Recordándolos aquello que me soltó, mientras depositaba en mi interior su corrida, diciéndome entre muestras de satisfacción...

  • “Oh si... si, ¡uuuffff!!... menuda corrida te he echado nene. Te he dejado el coñito bendecido con mi semilla”.

Dice, y sigue entre gemidos...

  • “Mañana no sé si renacerás como toda una nena, pero sino lo haces, te aseguro que me asegurare que lo hagas”.

Termina diciendo, saliendo de mi interior, tomando de la mesa algo de beber, mientras el otro le recuerda la hora que es, comenzando a vestirse con prisa, mientras yo continuo tendido en el suelo aturdido. Ayudándome finalmente a levantarme, dándome mis prendas y vestirme tan rápido como podía, cayendo en la cuenta que me faltaba una prenda. Pues tras colocarme la camiseta de tirantes, acabé por ponerme el pantalón corto ante las insistencias de estos, viendo que me faltaban mi bóxer, terminando por ponerme los botines. Y entre una cosa y otra, encaminarnos hacia el camión del primero, aunque no recuerdo ni como llegue, subí y me metí dentro de la cabina.

Pero si cuando desperté, incorporándome con un tremendo dolor de cabeza por no mentar otras partes, viendo a ese primer camionero conducir, y como bien me informo, íbamos en dirección hacia Sevilla. El cual, al verme despertarme, me soltó...

  • “Hombre... bella durmiente, por fin te has despertado, dime... ¿cómo estás, tienes hambre?”.

Y obviamente la verdad es que pocas ganas tenia de responderle, no porque continuara aun dormido, cosa que también era, sino por el dolor de mandíbula que tenía, acabando por permanecer callado. Este, me miraba de vez en cuando por el espejo, acabando por decirme...

  • “No te preocupes, ahora en la próxima área de servicios nos detendremos, allí hay una cafetería/restaurante que tiene una clase de servicios a los conductores, donde nos pararemos a desayunar, y tú de paso podrás asearte”.

Y mirarme de nuevo, preguntándome...

  • “Dime... ¿recuerdas algo de anoche?”.

Respondiéndole con una sonrisa, como gesto de afirmación, no deseando aún por decir nada, cosa que este, parecía que había comido lengua (es una manera de hablar, se le dice a aquellos que hablan mucho), pues no dejaba de hablar. Soltándome de nuevo...

  • “Pues yo no he dejado de recordarlo, menuda noche que hemos pasado, te aseguro que para mí ha sido conmemoratorio, no pudiendo evitar excitarme de nuevo, poniéndose dura otra vez”.

Dice, me mira y suelta tras una bufonada...

  • “Uuuffff!!, vaya polvos que te hemos echado... eeehhh!!, como para olvidarlo”.

Y mientras lo dice, me da por mirarlo, bajando la vista hacia su mano, aquella que alterna la palanca de marcha con su polla, y darle a este por invitarme a sentarme delante con él, sentándome en el asiento del copiloto, cosa que hice. Viendo en segundos su verdadera intención, pues me vi rodeado por su brazo, oprimiéndome hacia él y hacia abajo, no haciéndome falta que me dijera nada más. Fue inclinarme y con rapidez tome su tronco, acercando mi boca hasta que los labios toparon con su capullo, comenzando por lamer este y coronarlo (emular la chupada como si su glande fuera un chupachup). Seguir escasos minutos, para chuparla y engullirla hasta las mismas amígdalas, siguiendo un ritmo y al mismo tiempo, magrear sus testículos, como si realmente le estuviera ordeñando... ooohhh!!. Soltándome...

  • “Ooohhhh!!, que boquita de puta tienes, creo que te voy a dar el desayuno antes de tiempo”.

Dice y en minutos, comienza a correrse sin llegar a avisarme, descargando un par de chorros cálidos y amargos, líquidos que la noche anterior no me los pareció, pero aun así los trague. Y mientras pasaba todo esto, esté no dejaba de recordar lo acontecido pasado, recordarme las proposiciones y sugerencias. Proposiciones como la de vestirme de chica, y solo el hecho de haberme bautizado como tal, y que este estaba más decidido, tras haberle enseñado el otro camionero las supuestas fotografías de trans que llevaba en su camión.

Fotos que me aseguro que las mías encajaban perfectamente entre ellas, fotos que no recordaba en que momento llego a hacérmelas, pues si fuera así, pensaba que me tenía cogido. Manteniéndome callado hasta que llegamos a dicha área de servicios, bajándonos y llevarme hacia esa cafetería/restaurante de carretera. A la cual, tras entrar me llevo hacia donde estaba estos servicios, entrando e irme directamente hacia una de las duchas, desvistiéndome de mis escasas prendas. Y tras abrir los grifos, acabar por meterme bajo el agua refrescante, limpiándome todo resto de sexo que he mantenido con estos dos, aliviando mi orificio.

Y llevarme el primer susto al abrirse la puerta, cosa que no esperaba la verdad, cubriéndome mis intimidades con rapidez, y apareciendo al momento Alejandro el segundo camionero, el cual llevaba una bolsa en mano. Me miro y me soltó...

  • “Tranquilo... soy yo”.

No dejándome de mirar, dice...

  • “Dios que bueno estas, bueno escucha, te traigo unas ropas para que te la pongas, no te vayas que te queremos ver antes como te sienta, vale...”.

Dice al tiempo que recoge mis otras ropas, llevándose consigo el pantaloncito, la camiseta de tirante y los botines, introduciéndolo todo dentro de una bolsa antes de salir. Yo recuerdo que estaba algo pillado, e incluso extrañado, pero tras cerrar la puerta de la cabina, cogí la bolsa sacando de su interior las prendas. Viendo que me habían traído, ropa interior... tanga y un sujetado con relleno, unas medias, un vestido y unos zapatos.

Obviamente pensé que ni de coña me iba a poner yo esas prendas y salir así, pero, por otro lado, debo decir que no tenía nada que ponerme, ya que como he dicho, se llevó mis ropas. Aunque también es verdad que pensé que excitante sí que era, colocándome finalmente las prendas, comenzando por el conjunto de tanga negro encajes a juego con el sujetador. Seguí con las medias que una vez lo saqué del paquete, me di cuenta que eran de ligas, y me coloqué los zapatos, viendo para mi sorpresa que había atinado con el número. Pero fui a colocarme el vestido, cuando se abrió la puerta de nuevo, quedándome bien pillado y sin saber qué hacer, apareciendo para mi suerte mis dos amigos. Los cuales me dijeron...

  • “Perdona la intrusión, pero no hemos podido aguantar, deseando venir a ver cómo vas”.

Y sin poder hacer nada se me abalanzaron, intentándome besar, rehuyendo a uno mientras el otro se dedicaba con mi cuello, sacándose sus pollas fuera, tomando mis manos para que estuviera ocupado. Acabando por dejarme besar por el primer camionero, ese cincuentón que desde el principio me vi seducido. Mientras el segundo, comenzó a comerme el culo, realizándome un ‘beso negro’, levantase y hacerme colocarme en cuclillas, no haciendo falta que me pidieran nada. Comenzando a chupar sus pollas, uní ambas y comencé a chuparlas y lamerlas, separándolas y dedicándome a una mientras a la otra, no dejaba de masturbarlas. Soltándome estos...

  • “Que puta que eres, creo que te hemos pervertido demasiado, te va a gustar una polla más que a un niño una piruleta”.

Dice, sacándome la polla de la boca y abofetearme con ella, volviéndomela a meter, mientras acaricia mi nuca... uuummm!!. viéndome sorprendido, y al mismo tiempo disfrutando. Y soltarme el otro...

  • “Te voy a follar hasta vaciar mis cojones dentro de ti, ¡dejándote un buen recuerdo mío... eeehhh!!”.

Y escuchar sandeces al segundo camionero, decirme...

  • “Yo te voy a preñar, te voy a dejar mi ‘agua bendita’ dentro, ¡bautizándote tantas veces como haga falta... uuuffff!!”.

Viéndome inclinar por este, continuando chupándosela al primero, sintiendo como la verga del otro alojarse entre mis glúteos, separándolo y clavármela... aaahhh!!. No impidiéndome que gritara en ningún momento, sino animándome a hacerlo, deseando como bien me decían, compartirme con algún que otro, sugiriendo el ser follado hasta por tres pollas. Y comenzar a acelerar, embistiéndome con fuerza, sintiendo sus testículos golpear mis enrojecidas nalgas una vez tras otra... ooohhh!!. Comenzando a alternar mis orificios, usando uno mi boca mientras el otro me penetraba, cambiando a su parecer y disfrute... aaahhh!!.

Proponiendo el segundo camionero como la vez anterior, penetrarme ambos, cosa que no estuve muy de acuerdo, pero finalice una vez que el primero se tumbó sobre aquel banco de madera, colocándome yo encima e introduciéndome su polla, finalizando por colocarse detrás de mí el segundo, controlando la penetración... ooohhh!!. Comenzando por turnos de movimientos, alternándose el ritmo entre ambos, sintiendo como sus pollas se movían al compás que ellos marcaban, no quedándome a mi otra que gemir y suspirar.

  • “Aaahhh!!... uuummm!!, ooohhh!!... uuummm!!... uuuffff!!”.

Y en un momento dado, decirme uno de ellos...

  • “Nena, mira hacia atrás, te vamos a hacer famosa”.

Dándome por girar mi cabeza hacia atrás, llevándome la sorpresa de ver que teníamos público, pues había dos tíos de edad semejante al primero (cincuentones), masturbándose a nuestra salud. Dándole a uno de ellos por preguntar si podrían unirse a nosotros y participar. Cosa que yo me negué, pero mis palabras fueron tomadas en vano, pues el segundo camionero, acabo por permitir que estos se nos uniesen. Viendo como acercaban sus sucias y apestosas pollas a mi boca, comenzando a chuparlas por turnos, todo esto mientras continuaba siendo follado por ambos... uuummm!!. Avisándome ambos de sus prontas corridas, sacándola uno de ellos al mismo tiempo que avisaba a uno de estos nuevo a ocupar su lugar, soltándole uno de estos...

  • “No gracias, que quiere que te diga, pero la maricona la come de puta madre, creo que prefiero su boquita a su ‘coño’”.

Y en cinco minutos quizás o incluso algunos más, estos descargaron más o menos al mismo tiempo, llenando cada uno de mis orificios, llevándome por triplicado mi boca, tocándome tragar todo el néctar, mientras uno de ellos dejaba su semilla dentro de mí. Finalizando allí, marchándose los dos primeros tan rápido como aparecieron, mientras mis dos amigos camioneros, me ayudaron a incorporarme, quedándonos los tres descansando. Acabando por vestirnos, e incluso después de haber terminado, estos insistieron en que debía de salir de allí vestido de chica. Pasando mucha vergüenza durante un cuarto de hora al menos, pero luego vez que la gente no repara en mí, quedándome más tranquila en compañía de mis dos camioneros.

Tocando el regresar, despidiéndome del segundo camionero (Alejandro), no sin antes intercambiar número de contacto, dejándome el primer camionero cerca de mi casa. El cual me espero a que me cambiara de ropa antes de bajar, prendas que me dio nuevas ya que Alejandro las tiro, e incluso insistió en que me llevara las de chica. Y luego en casa, cuando llego el tiempo de hablar con mis padres, tras las disculpas por mi comportamiento, finalice por confesarle...

  • “He roto con Vanesa, no ha salido mi relación como esperaba”.

Y bien recuerdo la alegría de mis padres por la ruptura con mí ex, haciéndome saber que no la veían para mí, pidiéndome paciencia en esto del amor, pues debía de tener más experiencia con las relaciones (y pienso... ‘más todavía’). Y con síntomas de alegría, decirme mi padre...

  • “Además estoy muy contento por ti, veo que te has convertido en todo un hombrecito, aprendiendo de tus errores y no solo por la responsabilidad de marcharte, sino por haber regresado”.

Ignorando en verdad como coño he regresado, cosa que en verdad poco les ha importado, pues como bien me decían que no importaba el cómo, sino que había regresado, quedándose el como para mí como ejemplo de mi aventura. Y volví a mi vida, continúe con mis estudios y con mi doble vida, manteniendo mi vida de hetero paralela a mi vida de sumisa putita, dejándome instruir por maduros.

Acabando por llamar a mis amigos los camioneros, quedando con el primero de ellos (Paco), quien me demostró las ganas que tenia de verme, dejándome embadurnado de semen en vez de preñado como deseaba. Y dos días después con el segundo, el cual al igual que el anterior, me hizo ver las ganas que tenia de cogerme, pero al mismo tiempo, vi como lo de pervertido y degenerado iba de mano de fetiche. Pues el muy cerdo, después de haberme follado, como un cabrón, dejándome bien dolorido y usado, finalizo por algo que ni tan siquiera esperaba, no siendo esto otra cosa que el orinarse.

Aquello me sentó fatal, sintiéndome humillado, llegándome este a pedir que fuera su esclavo sumiso, cosa que me negué, ya que era muy joven para eso, pero, aun así, mantuvimos el contacto. Volviéndonos a ver en otra ocasión los tres, realizando un trío, donde según me hicieron saber que echaban de menos follarme a la vez, cosa que temía pues mi culito no estaría preparado. Y con el tiempo, nuestros encuentros han disminuido, no tanto como el primero como el segundo, pues una vez que tuve el carnet del coche, era yo quien debía de ir a su encuentro, viéndonos sobre todo en el área de servicios, donde acababa muchas veces siendo compartido con uno o dos más.

Y bueno, esto ha llegado a su fin de esta experiencia, generada por una loca salida con mi exnovia, desembocando en un regreso que nunca había imaginado, y con ello el inicio de una amistad llena de sexo. Bueno, deseo a todos que me pidieron como finalizo esto, estén contento con el resultado. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me leéis y os haya gustado, espero que no os hayáis manchado demasiado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).