Experiencias de Sandra
Experiencias reales de un transexual.
Hola me llamo Sandra, no sé si recordareis mi anterior relato en el que por mediación del padre de un amigo mío descubrí mi gusto por vestir ropa femenina y el hecho, hasta ese momento ignorado, de que en mi interior me sentía mujer.
Mi relación con este hombre fue maravillosa. Él era un cuarentón muy moreno de piel de ojos negros y buen tono muscular aunque con algo de tripa. Yo tenia 16 años por aquel entonces y solo me vestía de chica para él. Y practicábamos todo tipo de fantasías que él me proponía.
Un día de tantos en que él estaba solo en su casa me dijo que me pasara a verle, como era costumbre entre nosotros, pero esa vez tenía una sorpresa para mí. Cuando llegue a su casa él estaba esperándome impaciente se le notaba más excitado que de costumbre. Me dijo que hoy tenia una ropita especial que ponerme. Directamente pase a la habitación donde yo me solía cambiar para estar con él y me encontré un uniforme de colegiala. Me puse la blusita blanca con un sostén debajo y como por aquel entonces no tenia pecho lo rellene un poco. Después un tanguita y la falda tableteada que me quedaban algo corta y calcetines. Cuando termine de vestirme me mire al espejo y la verdad estaba bastante bien me excitaba vestirme así porque siempre había envidiado a las niñas por llevar esta ropita al colegio.
Cuando salí él estaba esperándome y me miro con ojos de deseo.
Eres una niña muy guapa ven que tu profesor te va enseñar algunas cosas
Se acerco a mí y me rodeo con sus brazos morenos y fuertes que a mí me volvían loca y me beso los labios con mucho ardor. Sentí su lengua en mi boca y eso me puso a cien. Después se quito la camisa y solo quedo vestido con un pantalón corto, debajo del pantalón corto no llevaba nada y note como su pene crecía contra mi vientre.
Seguidamente el se sentó en una silla y saco su poya del pantalón con una clara indicación de que quería que yo pasase a la acción. Me acerque y comencé a chupar esa barrita que tanto placer me proporcionaba, me encantaba el sabor saladillo del liquido preseminal y como él me agarraba con fuerza la cabeza para que se lo hiciera como él quería. Cuando estábamos así de pronto noto otras manos en mi culo, en principio me asusté pero después me di cuenta de que esta era la sorpresa que me tenia reservada, alguna vez me había comentado que le gustaría compartirme con otro hombre y hoy había llegado el día. Mientras yo seguía chupando sentía como esas manos manoseaban mi culo y como levantaban la falda y como retiraban el hilo del tanga. Finalmente sentí como me acariciaba mi agujerito suavemente con los dedos húmedos, supongo que de saliva. Después note como una lengua se deslizaba por mi ano y me puso en las nubes. Me hizo la mejor comida de culo que jamás me han hecho.
En ese momento yo ya estaba totalmente entregada y muy caliente.. Al rato el desconocido paso a sentarse en la silla y entonces vi que se trataba de un hombre mayor (sobre 60 años) muy velludo y gordo, estaba totalmente desnudo y entonces vi que poseía un enorme pene grueso y muy potente.
Siéntate con papi cariño
Cuando dijo eso yo no lo pensé dos veces y sentándome a horcajadas puse mi culo sobre esa enorme verga. Él me paro y me untó el culito con abundante vaselina.
Comencé a introducirme ese pene. Sentía como mi culo no podía contener aquello. Sentía dolor pero también un placer indescriptible mientras él me agarrba de las caderas y me besaba los labios y me decía.
-Venga así cariño eres una niña buena
Mientras mi compañero, que se encontraba de pie al lado nuestro, me dio su pene para que se lo fuera chupando. Así que me encontraba siendo ensartada, mamando y disfrutando como una perra. Seguidamente el hombre de pene gigante me tumbó de espaldas en el suelo y el se tumbo encima de mí poniendo mis piernas en su cuello con lo que tenia mi culo a su merced y me lo metió sin contemplaciones con golpes duros y secos. Yo sentía sus pesados huevos chocar contra mí y el su olor de macho en mi nariz mientras su vello rozaba mi cuerpo. En ese momento me corrí de placer después el hombre mayor pasó a follarme la boquita y mi compañero el culo.Hasta que llegó el momento en que los dos tenían ganas de correrse se pusieron de pie y se masturbaron hasta correrse encima de mi cara los dos a la vez. Me dieron una buena ducha de leche de la que pude tragar bastante.