Experiencias con un follaamigo degenerado
Fui solo a conocerlo os lo juro, donde como mucho le daría una mamada si me gustaba, pero aun no comprendo cómo acabe con los pantalones bajados, y siendo penetrado contra un árbol por ese cabrón uuummm!!.
Experiencias con un follaamigo pervertido y degenerado
Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a colgar mis confidencias, anécdotas y experiencias.
No me voy a justificar, pero se lo que me gusta y a pesar de la edad, no voy a negarme a seguir probando de ellas, sabiendo que cada día voy a tener menos oportunidad, sabiendo que cada día que cada vez somos más. Pero cada nueva experiencia es un reto, experiencia que es nueva a probar, experiencia llena de morbo y cuya curiosidad me hace adicto a ella.
Desde muy joven se lo que me gusta, muchas veces he intentado quitarme de esta adicción que no es otra que el morbo, morbo que conlleva al sexo, no me considero adicto, pero sí que me atrae la forma en la cual lo genera y lo envuelve. No voy a negarlo me gusta y me gusta deleitarme con ella, he intentado muchísimas veces apartarme, intentando no ir por esos lugares que generan sexo, pero no he podido evitarlo, pues de una manera u otra acabo yendo.
No siempre en verdad lo he buscado, sino a veces me ha encontrado, habiendo vez que, aunque escasa, unas miradas furtivas han dado paso a esa anécdota, han dado paso a esa experiencia. No solo han ocurrido en aseos, perro son lugares inevitables de experiencias, lugares como tantas veces me han ocurrido. Donde no sabes dónde mirar, donde cualquier ruido llama la atención, giras la cabeza cuando otro entra o incluso cuando ya estaba allí. Llama la atención cuando otros tardan demasiado en orinar, curiosidad que a veces das por mirarlo, llegando a encontrar precisamente su mirada en ti. No siempre debe de pasar algo, pero cuando ocurre es a raíz de esa mirada, sí la dejas… puede significar algo, puede dar comienzo a ella, pues ahora le toca a esa otra persona a dar el paso.
Persona que en mi caso es siempre madura, quizás porque en verdad lo busco, persona madura de entre los cincuenta años y los ochenta, y aunque a veces no busco precisamente estas características, estas sí me encuentran a mí. Personas que una sonrisa malévola te hacen comprender que buscan, sonrisa que te hacen comprender las intenciones, sonrisa que cuando se te acercan sustituyen estas por caricias, sintiendo como magrean mis nalgas. Comenzando a seducirte como si fuera aun un chiquillo, pues no dejan de decirte…
- “Que guapo eres, que buen cuerpo tienes”.
No dejando de sentir esa mano acariciar mis nalgas, mano que no teniendo suficiente con magrearlas, comienza a deslizar sus dedos entre mis glúteos… uuuffff!!. No dejándome de mirar como si esperaran conformidad, comprendiendo perfectamente donde acabaremos. Pues no es otro sitio que, en el interior de una de las cabinas, donde dejo que mancillen mi cuerpo, aunque más es a petición suya que mía, pues no hay uno que me aparte mis manos de mi cuerpo. Pues ellos están deseosos de mancillar un cuerpo joven, aunque este haya pasado de los treinta años, aun así, es joven comparado con los que tocan.
Esas caricias que comienzan sobre las prendas, caricias que a medida que se les nota nerviosos, nerviosos cuando dejo que desabotonen los botones de mi camisa, o me quiten el suéter… mmm!!. Saltando sobre hienas sobre mi pecho, pecho que besa, chupan y lamen entre caricias, caricias que suelen comenzar en mi espalda y descienden hasta mis nalgas… uuuffff!!. Caricias que inicialmente magrean pero los nervios le pueden y acaban por soltar el cinturón, el botón de mi pantalón, bajar la cremallera y tirar de mis prendas inferiores, prendas que una vez me las dejan a medio muslo… uuummm!!. Su boca sustituye mi pecho por mi miembro, mamada que me dan y que aprovechan en lo posible, digo posible pues entre caricias inocentes acaban por penetrar mi orificio con sus dedos… ooohhh!!.
Chupan y chupan hasta hacerme correr, tragando hasta la última gota, continuando un poco más para volver a levantármela. Levantarse y hacerme comprender que es mi turno, donde tras colocarme en cuclillas, disfrutan de la comida de polla que les doy, disfrutan y comprenden que no es mi primera vez, mientras aguantan como jabatos por no delatarse, aguantan el no gemir o suspirar. No dejándome de preguntar…
- “No tienes sitio, donde podamos ir y disfrutar más cómodo”.
Pero esa es una de tantas anécdotas tan repetida como la vida misma, donde disfruto sacando partido de mis experiencias. Adaptándome al tiempo que dispongo, adaptándome a lo que encuentro, aunque normalmente no busco, pues todos estos años me han proporcionado un circulo de amistad. Circulo que nada más aparecer por esos lugares, saben a lo que voy, saben lo que busco y ellos se ofrecen a dármelo, ignorando en verdad que suelo hacer con esas experiencias. Suelo ir, siempre en busca de saciar mi curiosidad, voy explotando mis costumbres, intentando que no sean monotonías, buscando más que sean anécdotas que otra cosa. Intentando no acostumbrarme, intentando aprender y sobrevivir con los años. Pero eso… sí, siempre con prudencia y discreción, actuando o al menos siempre que se pueda, actuando con sensatez, pensando dos veces antes de actuar.
Debo decir y los que me conocen saben que es verdad, que desde mis inicios he acumulado experiencias o anécdotas, tan diferentes como dispares, tantas que podría contar o incluso escribir un libro. Cosa que debo evitar, pues no solo debo el anonimato con quienes estoy, cosa que no digo nombres, sino en verdad el mío mismo. Pues vivo en el anonimato, no deseando que mi entorno sepa de mis deseos, preferencias y gustos. Pero bueno, dejando todo esto aparte, voy a contaros una de mis últimas experiencias, experiencia tan extraña como satisfactoria, vale…
No hace ni meses cuando había quedado con mi amigo Andrés, un amigo por no admitir que es un follaamigo, uno de tantos que nos conocimos mediante el portal www.bearwww.com , portal de encuentros para hombres… portal de sexo.
Con Andrés ha habido encuentros, no uno sino varios, siendo la primera vez y fue más por conocernos en plan Cruissing, vez que quedamos en el Parque del Alamillo. Vez que aunque inicialmente era para conocernos y darle como mucho una mamada, acabe siendo perforado contra un árbol… uuummm!!. Fue una experiencia de lo más morbosa, experiencia que el cabrón me dejo satisfecho, comprendiendo que esta persona, no solo es un pervertido sino también depravado, amante del sexo fuerte y de hacerlo a pelo, amante de preñar, un hombre corpulento, maduro, activo y todo un semental.
Pero no hace no más de un mes y medio de nuestro encuentro, donde quedábamos en una dirección, cuya vivienda claro esta no es la suya, sino en realidad la de un amigo suyo. Este lugar ya lo habíamos usado, lugar que ese preciso día habíamos quedado desde semanas atrás. Encuentro de lo más normal, quedamos a una hora determinada en el portal, subimos juntos hasta la planta, entramos y nos ponemos cómodo. Él se desviste y tras coger algo del interior de una bolsa, acaba por dejarse caer sobre un sofá, esperando que yo me preparará, pues no deseaba que me desnudará, sino que ese día llevara puesto… medias de ligas y tanga, poniéndome allí mismos zapatos de aguja.
Andrés no es amante de los afeminados, ni plumas, ni travestis, aunque no me niega que no se ha tirado a más de uno. Pero un día y sabiendo de mis inclinaciones, pues en una de esas veces que confiesas algo, confesión que le hice ver que más de una vez me gusta vestirme como una mujer, aunque más que una mujer… me gusta ir vestida como una puta. Recuerdo que la conversación le tuvo de gustar… eso o mi toqueteos en su polla, pues estaba dura de narices… uuummm!!. Fue este quien me dijo que yo soy una ‘closet’ de armario, pues a los hombres que se visten de mujer sin sentirse transexuales y mucho menos homosexuales se les denomina ‘crossdressing’, palabra que no entendí pero que este no dejaba de explicarme que el ponerme en secreto o llevar ropa de mujer, no me hace ser travestis sino lo siento. Pues según decía…
- “En cada hombre hay algo de mujer, no es malo, algunos esta faceta es más reacia que en otros”.
Llegándole a contar esa faceta de mí vida en la cual, me dio por vestir como una chica, faceta que fue a raíz de tener una figura demasiado femenina. Pero con el paso de los años, perdí esa feminidad, aunque siempre que puedo y en secreto vuelvo a explorar esa faceta mía, claro está no tengo ya ese perfil, no poseo ese cuerpo, pero si las ganas y las prendas. Donde esta persona, no deja de decirme…
- “Ahora eres, una ‘crossdressing’ de closet, pasivo, sumiso y obediente, toda una putita”.
Tras escuchar esto, coge y se levanta y del interior del armario, saca una bolsa, entregándomela y soltándome…
- “Esto se lo quedo el ultimo que estuvo aquí, no llego a ponerse nada, pero se marchó con tanta prisa que se lo dejo aquí”.
Abrí la bolsa y me veo que son una serie de complementos, complementos que me pide que me los ponga delante de él. Comenzando a colocármelo, no antes de que el me colocara una especie de mordaza en mi miembro, soltándome…
- “Esto es una jaula, también conocida como el cinturón de castidad, esto se utiliza para evitar que se tenga erecciones”.
Luego abrí la bolsa y comencé a sacar bolsas, cuyo contenido era unos tangas… escogiendo uno negro, varios conjuntos de lencería, escogiendo uno negro de mayas, un sujetador con senos postizos, zapatos de plataforma que casualmente era de mi número, peluca y demás cosas. Tras colocármela, este estaba sentado y masturbándose, día que me dijo…
- “Hoy vas de putas, no te vas hasta que no te hayas ganado tu sueldo”.
Ese día no fue distinto a otro, mamadas, sodomización con juguetes y luego toco ser follado a pelo, penetrado en varias posturas más por deseo suyo, pues la edad no pasa en balde aunque su polla no dice eso… uuummm!!. Día que vez que a la media hora se toma una pastillita azul y que tras un rato, vuelve a la carga como si nada, dando tanta caña que me duele hasta el último hueso… uuuffff!!. Dejándome darme una ducha que duro poco, pues tras entrar este, volvió al ataque, dejándome dolorido. Luego toca marcharse, donde me llevo todo pues me lo he ganado… uuummm!!.
Pero como he dicho previamente. Nuestro último encuentro no hace más de un mes y medio, habíamos quedado donde solíamos hacerlo, vivienda de un amigo suyo que íbamos a lo que íbamos, para que mentir. Tras llegar, subimos en el ascensor hasta el piso, entramos y mientras yo suelto las cosas y abro algunas persianas, él conecta la luz y abre la llave de paso del agua. Pasando a ponernos cómodo, desvistiéndonos ambos, quedándose el con calcetines y dejarse caer en el sofá, mientras yo me preparo. Pues, aunque vengo ya con algunas prendas, prendas que llevo bajo mis ropas masculinas, prendas que no son otras que el conjunto que lo forma medias de ligas con ligueros y un tanga de hilo, poniéndome allí mismos zapatos de aguja.
Luego debía de ir gateando hasta el, colocarme entre sus piernas, tomar su polla con una de sus manos y comenzar a comérmela, lamiendo su glande una y otra vez… uuummm!!. Golpeándome con su miembro la cara, deslizando su glande por mi rostro y pecho, restregándomelo por los labios… uuummm!!. Engulléndomelo una y otra vez hasta que sienta arcadas, tirando este de mis cabellos una vez tras otra para hacerme oler de ese botecillo, botecillo que no es otra cosa que Popper… uuummm!!. Olor que me pone burro y salido, tanto que cuando me pongo echado a su lado y disfrutando de su polla, no poniendo pegas cuando este me sodomiza con sus consoladores… ooohhh!!... uuuffff!!.
Pero ese día me ha llevado antes de tiempo al dormitorio, extrañado por haber ido antes de lo esperado, pues normalmente me suele follar primero, ya sea en el sofá, echado sobre la mesa o en la misma cocina, pues le pone muchísimo ya sea sobre la encimera o a apoyado a esta… uuummm!!.
He vuelto a comérsela, disfrutando tanto de su polla como del consolador, continuando con un 69, pues, aunque es activo a veces cuando está muy burro, acaba por chupármela… no pasando de ahí. Acabando por proponerme colocarme a cuatro para penetrarme, cosa que deseo enormemente, como es habitual en él, ignoro porque motivo le cuesta tanto metérmela al principio, pero poco importa cuando entra, pues comienza a embestirme como si fuera su vida en ella… aaahhh!!. Me penetra sin haberme quitado el tanga, ni tan siquiera me lo quita ni para comérmela… aaahhh!!, me penetra mientras alternamos el botecillo de Popper… uuuffff!!.
Pero lo que realmente se me quedo grabado de ese día, no fue nuestras acostumbradas citas de sexo, sino cuando en un momento dado, tapa mis ojos, tomando algo que utiliza como una venda. Explicándome los motivos…
- “Esto dará mucho más morbo”.
Cosa que me da lo mismo, mientras no deje de romperme el culo… aaahhh!!. Pero la cosa no acabo hay, sino más bien al contrario, comienza con sus perversiones, pues me pide…
- “Abre la boca… uuummm!!, abre la boca todo lo que puedas que voy a meterte el consolador… uuummm!!”.
Todo esto sin dejar de penetrarme, todo esto mientras me embiste con fuerza, tanto que temes que me meta sus gordos huevos dentro de mi orificio… aaahhh!!. En plena embestida salvaje, comienza a golpear mis nalgas, dejándomelas enrojecidas de las veces y de lo fuerte que da… ooohhh!!. Llegando incluso a intentar apartarle a modo de que dejara de golpearme, no consiguiendo otra cosa que este, cogiera mis brazos y con algo acabara por sujetarme mis muñecas, aquella situación me puso a mil… uuuffff!!. Mi polla estaba goteando de placer, polla que intentaba ponerse dura, una acción que era imposible con aquello que me puso… uuummm!!.
Ese día apareció más depravado que de costumbre, apareció hecho todo un cabrón pervertido y degenerado, pero me gusto, me gusto que creara ese ambiente, me gusto esa sensación de miedo que me genero… uuuffff!!. Pero, cuando aquel consolador me daba arcadas más de una vez, sacándolo para volverlo a introducir, sintiendo un sabor extraño aunque conocido, notando una textura y esas venas vibrante que lo delato… uuuffff!!. Aquello no era lógicamente consolador alguno sino la polla de algún desconocido, polla que comenzó a follarme a boca una vez que sus manos rodearon mi cabeza, tomándome con fuerza a pesar de las arcadas y nauseas… ooohhh!!. Estaba siendo empalado como en antaño… uuummm!!, estaba siendo ensartado por mi amigo y un desconocido… ooohhh!!, cuya polla era bien gruesa… uuuffff!!.
No recuerdo que tiempo estuvimos de esa posición, pero estos eran quienes decidían, acabando por sacarme sus pollas de mis orificios, colocándome arrodillado sobre el colchón, sintiendo mis rodillas descansar sobre este. Sin llegar a quitarme ni la venda ni liberad mis muñecas, me dieron a chupar dos pollas, no dejándome de esnifar Popper, no dejándome estos de ponerme aún más burro… aaahhh!!. No dejaba de ponérmelo cerca de la nariz y decirme…
- “Venga, rápido… esnifa, veras que subidón te espera”.
Y lo hago, cada vez con más ansias, cada vez con más profundidad, sintiendo los síntomas que este da, no siendo otros que un calor generalizado, sintiéndome más asequible, tanto que aquellos dos capullos me los pude meter dentro de mi boca… aaahhh!!.
Creo que tanto mi boca como mi garganta se aflojó, no entendiendo la verdad esas causas, no comprendiendo eso que hace ese producto en sí, pero mi predisposición es total… uuuffff!!. Aquellas pollas entraban con una facilidad increíbles, ¡sintiendo como pasaban una de ellas mis amígdalas… uuummm!!. No llegando a tener ni arcadas, ¡ni nauseas… ooohhh!!, simplemente un subidón de adrenalina y sobre todo un calentón, cachondo perdido. Efecto que duran unos pocos minutos, aunque me parecieron más, y que rápidamente estos me volvieron a dar, para continuar enloquecido por el sexo. Pues en medio de esta transición de pollas, cuando menos me lo esperaba, un nuevo desconocido me la embistió, calle y disfrute, calle llevado por el éxtasi que me produjo el Popper… aaahhh!!.
Se alternaron mis orificios durante al menos tres horas y media, llegaron a soltar mis muñecas para mi comodidad, pero no me permitió quitarme la venda de mis ojos… uuuffff!!. Trague algunas de sus corridas mientras otros me preñaron, no me permitieron correrme menos aun con eso puesto… ooohhh!!. Me trataron con dureza, también es verdad que se lo permití, no dije en ningún momento basta… uuuhhh!!. Ni tan siquiera cuando intentaron penetrarme dos al mismo tiempo, digo intentaron, pues, ¡aunque me entro sus capullos… uuuffff!!, la incapacidad de estos por continuar les hicieron dejarlo, pero tampoco dije basta cuando llore de dolor. Cuando sus palmadas, pellizcos o bocados me daban… uuummm!!.
Luego fueron desapareciendo de la misma manera en la cual aparecieron, quedándome desecho en esa cama que no era la nuestra, en esa cama que nos tocó hacerla, no sin antes quitar esas sabanas para que este las lavara. Me todo marcharme como estaba, repleto de babas, sudor y semen, me toco marcharme de esta manera a casa, siendo esto la mayor de las humillaciones, pues no me dejo ducharme, ya que esa ducha debía de aceptar su última propuesta, propuesta que no era otra que dejarme orinar, cosa que no permito. Bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios.
®Todos los derechos reservados al autor de la historia real, aunque está pueda parecer una invención, cuento o fantasía.