Experiencia universitaria

Les cuento lo que me pasó en mi primer mes de universidad

Corría el mes de agosto y yo ya tenía todo preparado para entrar a la universidad. Había rentado un departamento en unos condominios conocidos de estudiantes en la ciudad donde comenzaría mis estudios, y para mi sorpresa me había encontrado con un viejo conocido de mi lugar de procedencia que además de vivir donde mismo, era mi vecino. Yo a penas tenía 17 años, y el ya cumplía los 21. Era muy alto, robusto, fuerte. Y tenía los ojos muy redondos. Yo era muy pequeña a un lado de él.

Siempre he sido muy coqueta, y mi comportamiento con el no fue la exepción. Diariamente iba a verlo, me vestía linda, me perfumaba y jugábamos cartas, o simplemente platicábamos. Pasamos de estar solamente sentados en la sala a estar en su recámara, en su cama, acostados.

-Ya no puedo más...

Me besó. Y nos besamos. Me encantó, pero prometimos no volver a hacerlo nunca por el bien de nuestra amistad.

Yo quería que volviera a pasar y seguí seduciéndolo lentamente, me vestía cada vez más provocativa para él, me peinaba y me ponía guapa para verlo.

Un día regresé ebria de una fiesta y para mi sorpresa el también iba llegando, ebrio también. En el elevador, a penas me dirigió la palabra, y él se fue a su departamento como si no me conociera. Su comportamiento me intrigó y como toda una borracha cachonda fui a visitarlo a media noche.

Toqué el timbre.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a visitarte

-Si tan tarde...

-Sí

-¿Qué pretendes?

-Pues nada, yo sólo...

Volvió a besarme otra vez, pasamos y cerró la puerta.

-¿Esto es lo que quieres?

Guardé silencio. Me cargó en sus hombros, me llevó a su cuarto y me tiró sobre la cama. Se me subió encima, y me dio un beso salvaje, de esos que exitan, mientras frotaba su miembro duro contra mi vagina, que ya estaba muy mojada.

-Quiero que seas mía

-Y yo quiero ser tuya

-Te quiero desde que te conocí

Sin pensarlo le desabotoné su camiseta, y él me arrancó mi blusa, tan desesperado por desabrochar mi brasier que lo jaló y me lastimó un poco. Al final logró quitármelo, y comenzó a lamer mis senos, los chupaba con amor, delicioso, succionaba como bebé mamando leche, me dolía y me encantaba, mientras yo respiraba hondo y acariciaba su cabello.

Comenzó a bajar a mi abdomen, jugó un rato con mi obligo y levantó mi falda y admiró mi vagina con ojos de lujuria y deseo. Me quitó la tanga en menos de un segundo y comenzó a lamer mi clítoris de una manera salvaje, pasaba su lengua de un lado a otro y la introducía en mi orificio, tragándose todos mis jugos, casi me hace tener un orgasmo cuando se quitó, se levantó e introdució su pene grande y venoso en mi vagina.

-Aaaaaaah

-Me encantas hermosa

Empezó lentamente a bombear su pene con mi vagina, se le veía que le encantaba, yo estaba exitadísima, sólo quería más y más. Cuando vi que iba a venirse, me quité, lo acosté y me subí encima de él de espaldas, y comencé a cabalgar delicioso, lento, moviendo la cadera muy sexy, dejando que apreciara la imagen de su pene dentro de mi vagina, yo veía como se derretía de placer

-Aaaaah, hermosa, comes delicioso, chiquita

-Que rico, me voy a venir, aaaah, que rico mi amor

Tuve un orgasmo fulminante, delicioso

-Yo quiero mas

Me puso en cuatro patas, y me metió de una su verga en mi vagina ya hinchada por el orgasmo pasado y comenzó a bombear fuertemente y muy duro

-Espera, me duele

-Te va a gustar

Siguió bombeando, y en efecto, me empezaba a agradar, sólo quería más de esa verga deliciosa, la quería sentir dentro de mi toda mi vida, lo único que quería era ese pene dentro de mi, que me cojiera, que me hiciera sentir como ahora

-Aaaaah, que delicioso mi amor

-Te gusta gatita linda

-Si mi amor me encanta sentirme llena de ti mi vida

-Me encanta tu panochita apretadita y bien mojadita mi reina yo te la voy a dejar bien floja todas las noches

-Si si papi aaah que rico me vengo

Me vine de nuevo y él se acerco a mi, puso su pene en mi cara y comencé a mamarlo, le chupé su glande con sabor a líquido vaginal mmm delicioso, le mamé sus huevitos, lo chupaba como una paleta y el se ponía rojo hasta que se vino y dejó todos su semen en mis senos.

Me dió un beso y nos quedamos profundamente dormidos.

A la mañana siguiente...