Experiencia en la piscina

Era una tarde como cualquiera, aburrida... en vacaciones. Para una adolescente como yo, la diversión es un punto esencial.

Había quedado con mi amiga en mi casa a las cuatro. Cuando llegó conversamos un rato, lo normal. Charlas entre amigas, risas, abrazos... La verdad es que no me consideraba lesbiana hasta hoy. Me gustan los hombres, las pollas... de las cuales había probado en exceso. Pero ella, ¡uf! Siempre que me masturbaba tenía fantasías con ella, mordiéndome el cuerpo, chupándome la conchita... en fin, la deseaba profundamente. Y que suerte que esa tarde nos encontrabamos solas.

— Estoy aburrida, ¿te gustaría hacer algo? -me dijo. Mi mente comenzó a volar a mil, logrando que me relamiera los labios. — Buena idea -pregunté respirando profúndamente, tratando de que no se notara en lo absoluto que mi excitación comenzaba a crecer- Mmmm.. -Apreté mis labios vagando la vista por el lugar- Pues, el día ofrece mucho como para desperdiciarlo dentro de cuatro paredes, que te parece si por ejemplo vamos a.. la piscina?. — Pues me encantaria eso -Sonrió- Te sigo sin dudarlo -Rió- y unas cervezas que dices?. — Por favor, eso ni siquiera se pregunta -Reí melódicamente-. — Genial -rió y comenzó a caminar a la piscina- me gusta mas meterme desnuda, eso te incomoda?.

Le dediqué una mirada incrédula y sonreí al instante. No lo podía creer, iba a poder observar sus perfectos pechos, las gotas de agua cayéndo a travez de sus pezones. —No me digas que he encontrado a mi clon aquí y ahora -Comenté mientras caminaba lentamente hacia la piscina-. —Enserio? tu no me digas eso -rió un poco y comenzó a desabotonar su blusa-.

Bajé mi short y lo dejé a un lado. —Pues... que me dices, si te dijera.. que tomar alcohol en la piscina, desnuda.. es una de mis cosas favoritas? -Reí y negué lentamente con la cabeza.. Por dios, quería comérmela entera- vaya coincidencia.. -Me quité mi blusa y la ropa interior. Me senté en el borde de la piscina y metí los pies lentamente. Ella, por su parte, se quitó el resto de la ropa y se sentó a mi lado. Tomó la botella de cerveza y me miró detenidamente- Que lindos senos -me dijo.

Me mojé estrepitósamente al oírla, y me zambullí para tratar de refrenarme. Al salir le dediqué una mirada seductora y se zambulló, apareciendo a mi lado. Le agradecí y le elogié su cuerpo de arriba a abajo, podría describirlo perfectamente hasta con los ojos cerrados. Le quité la botella, quejándome de que la tenía amarrada a ella. Le dí un gran sorbo dejé caer algunas gotas sobre mis pechos. Relamí mis labios, quitando cualquier rastro que pudiera quedar.

De pronto me quitó la botella y me sonrió pervertidamente. Se sentó en el borde de la piscina y me imitó volcando gotas sobre sus pechos, los apretó y se los lamió.

Estaba a punto de explotar, quería follármela. Y eso iba a hacer.

Me acerqué y lamí desde su pezón hacia arriba, mmm... que piel más suave. Su cuerpo se estremeció y de su boca salió un leve gemido mientras me observaba con una sonrísa. Eso me dio la seguridad de que no iba a parar hasta que sus jugos chorrearan por toda mi boca.

Tomé su pezón entre mis dedos y lo acaricié combinando el placer y el dolor, mientras le dí cálidas caricias con mi lengua a su otro pezón. Relamí mis labios y deslizé una mano por su vientre, atravesándolo con las yemas de mis dedos. Sisée al oír sus pequeños gemidos y mordí mi labio con fuerza mientras alisaba sus pezones con mis pulgares. Abrí sus piernas ampliamente y me dirigí al interior de sus muslos. Mordí sus piernas un poco y me acerqué lentamente a su centro, sin rozarlo para torturarla un poco. Mordió su labio y su respiración aumentó. Su vagina brillaba de tanta humedad, y entonces ahí me dirigí con ganas. Me acerqué a su centro y di un lametazo largo y lento hacia arriba. — Ummm, eso es una delicia. Me encanta, hermosa. No te detengas, me enloquece que me la coman -me dijo mientras su cuerpo se estremecía y se encorbaba en un gemido.

Mordí mi labio al oír sus palabras y volví a lamer su centro repetidas veces, introduciendo mi lengua en él mientras sentía como el calor de mi cuerpo aumentaba rápidamente. Sus gemidos se hacian mas rapido al sentir como mi lengua viajaba en su conchita, acarició mi cabello y tiró un poco de el. Introduje dos dedos con fuerza dentro de su vagina y comencé a chupar su clítoris con desesperación. Luego de oír sus gemidos de aprobación, introduje tres dedos y subí hasta sus pechos. Los lamí y succioné sus pezones mientras los mordía un poco. Sus gemidos eran muy rapidos y fuertes, su cuerpo espasmaba de tanto excitación mientras me miraba. — ¡Diossss, sigue así y me vendré! -me dijo entre gemidos. — Sí, anda.. córrete para mi, sí? -susurré con un tono algo infantil y saqué mis dedos de su conchita, observando lo brillantes que estaban. Los acerqué a mi boca y los lamí con excitación. Me volví a su centro y volví a lamerlo con ganas mientras masajeaba su clítoris.

Se corrió en un gran grito, y yo cerré mis ojos saboreando sus flujos en mi boca. Tomó aire y se acercó a besarme. Entrelazamos nuestras lenguas en un profundo beso, cargado de pasión y excitación. Se separó unos centimetros, y me dijo: —Te gustaría que te comiera? -sonrió eróticamente y mordió mi labio.

Ésta historia.. continuará.