Experiencia de colegiala

Los viajes en metro a veces pueden ser algo duro para las mujeres, sobre todo para una colegiala tan nalgona...

Como toda mañana, me tuve que levantar temprano para ir a la escuela, a las 7 AM, ese día me tocaba deportes, así que podía usar unas calzas (licras o leggins en otros países). La verdad me gusta como me quedan, a pesar de mi edad, estoy muy desarrollada en mi trasero, dicen que tengo el mejor culo de la escuela y eso llama mucho la antención, sobre todo siendo tan pequeña con mis 1.58 cm de estatura. Ya después de arreglarme, estaba lista para salir y tener un hermoso día, o eso pensaba...

Al salir lo veo a el, ese viejo gordo que siempre esta parado en la esquina esperado a que salga, el creía que no me daba cuenta, pero hace rato sabia que me esperaba y me seguía para grabar mis nalgas con su celular. No decía nada por miedo a su reacción, normalmente el me seguía hasta la estación del metro y luego se devolvía pero esta vez no, me siguió hasta los vagones del metro, para mi mala suerte hubo un accidente en alguna estación, por lo que no pasaron por un rato, eso a las 7 AM un día lunes, a los 5 minutos estaba repleto, pero el seguía ahí esperando.

Hasta que llego un metro y de alguna forma pude entrar entre toda esa gente, pensé que ese señor no había podido entrar, pero no hago mas que girar y lo veo detrás mio, ahora que lo veía mas de cerca note lo feo y hediondo que era. Pensé que solo quería grabar mis nalgas otra ves así que lo iba a ignorar, después de un rato empiezo a sentir algo duro entre mis nalgas, también pensaba ignorarlo pero lo sentía crecer cada vez mas y mas, quería que todo terminara luego pero quedaban muchas estaciones para llegar a mi escuela, pero algo había mal en mi. La idea de que un viejo gordo quizás de la edad de mi abuelo se calentara tanto con una colegiala mucho menor que el, estaba confundida, me decía a mi misma "es un viejo cerdo que se esta aprovechando de ti...pero se la siento tan grande, dura y esta así por mi", pensaba muchas cosas hasta que por fin escuche su asquerosa voz

--Que buen culazo tienes pequeña putita, siéntelo culona, siente la verga.

Estaba muerta de miedo, pero por alguna razón estaba muy caliente, sus palabras, su horrible apariencia, me estaba volviendo loca.

"Próxima estación metro Santa Ana" sonaba en los parlantes,

--¡Por fin! -. Pensaba yo, aquí bajan la mitad de las personas pero sube el doble, podría aprovechar ese momento para alejarme de ese horrible viejo.

Llegamos, las puestas se abrieron y mucha gente bajó, aprovecharía ese momento para irme, pero siento un jalón muy fuerte en mi brazo, el viejo me llevo hasta le rincón del vagón, entro el doble de gente y el viejo me tenia atrapada en el rincón, nadie nos miraba, nadie se fija en esa zona.

--¿Para donde ibas putita?... aun me queda mucho por disfrutar de esas nalgotas tuyas.

--Deje..déjeme -- decía yo, media asustada y media caliente.

Sentía su pene enorme y duro, pero ahora sentía algo mas, su mano me estaba agarrando y masajeando mis nalgas.

--¡¡Pero que rico culo tienes zorra!! aun que te las imaginaba mas duras jejeje... pero aun así están deliciosas, mueve ese culazo para mi pequeña puta.

Por miedo o por gusto lo obedecí, lo sentí tan autoritario, tan macho, sin mencionar que ese tremendo pedazo de carne que sentía en mi nalgas me estaba volviendo otra persona.

Así paso el rato, el me tocaba y punteaba con su verga, y yo una colegiala le estaba moviendo las nalgas. En un momento se la sentí mas dura, mire hacia atrás y el muy cerdo estaba con su pene fuera del pantalón, quise escapar pero lo único que logre fue mover mas mis nalgas en su verga.

--¿Te gusta putita, verdad que la tengo grande? jejeje... todo esto lo quiero meter en tu pequeña vaginita.

Era tan cerdo, tan ordinario, pero por alguna razón, me encantaba escuchar como me trataba.

--No me toque se..señor.

--Shhh... no hables putita y gozalo, mueve ese culito como hace un rato, mira esto culona.

Sentí sus manos en mis caderas, tomo mis calzas y las comenzó a bajar lentamente hasta que ya tenia toda mis nalgas fuera de mi ropa, el metro estaba muy lleno como para que alguien se diera cuenta. En mis nalgas sentía su verga refregarse, su mano tocaba, masajeaba, estrujaba mis nalgas.

--Por dios putita... ¡Que buen culo carajo! ni tan blando ni tan duro, esas nalgotas están perfectas.

--¡Déjeme por favor señor! no va a ver...

--Tranquila putita nadie esta mirando, tu solo levanta mas el culito, mira nada mas que culazo tienes, debes tener recién 18 añitos y con tremendo culote.

Levante mas mis nalguitas y el acomodo su verga hacia arriba, cosa que quedara entre medio de mis nalgas, yo movía mi culito de arriba hacia abajo, gire a verlo y me encontré con su asquerosa cara de placer mientras manoseaba una de mis nalgas.

El metro avanzo en curva y nos movió algo fuerte.

--Diooss…! -. Solté esa palabra sin querer, el movimiento del metro hizo que su verga quedara justo en la entrada de mi culito, causando mucho placer en mi.

--Que apretadito tienes tu hoyito culona, aunque quisiera tardaría mucho en entrar en tus nalgotas.

Tenia mucho miedo por lo que pudiera pasar, sus punteos cada ves los sentía mas fuerte, mi hoyito estaba caliente y su verga se acerba cada vez mas a mi vagina. Se me ocurrió una idea, una estúpida idea que en ese momento pensé que me ayudaría, tenia su verga entre mis nalgas, pensé que si apretaba mis nalgas con su verga en medio quizás le iba a doler y me dejaría en paz, así lo hice entonces escuche.

--¡¡¡Aaaahhh!!! Que rico culona.

Toda la gente volteo a mirar, pero no paso mas de eso, su verga empieza a moverse y siento un espeso y caliente liquido en mi culito, el viejo cerdo se había corrido en medio de mis nalgas por la tonta idea que se me ocurrió.

--Vaya putita jejeje... te la quería meter pero con ese apretón tan rico que me hiciste no me aguante mas.

--En la próxima me bajo señor -. Le dije para ver si dejaba de manosearme, aunque era verdad.

--Bueno nalgona ha sido riquísimo, tienes las mejores nalgotas que he visto en mi vida, te juro por mis nietos que muy pronto voy a meter mi verga en ese culo tuyo pequeña zorrita -. Decía esto mientras me subía mis calzones y mis calzas.

--Aquí te bajas putita, nos vemos mañana -. Se despedía de mi sin antes darme un agarrón.

--Adi..adiós señor -. No se porque razón me despedí de el.

Me baje del metro y camine en dirección a mi escuela, con todo mi culito lleno del semen de un viejo gordo, asqueroso, peludo y que me confeso que era abuelo. Camine y me caían lagrimas sintiendo como su semen se secaba y pegaba en mi culito de colegiala...