Experiencia con una chica Virgen

A la semana siguiente llegamos los dos al hotel en cuestión, estaba bien, una vez desnudos me empezó a mamar la polla pero esta vez le fui diciendo cómo lo tenía que hacer con la mano, ella obediente fue tomando nota

Mi experiencia con una Virgen

Voy a relatar la experiencia que tuve con una chica Virgen a la cual no llegue a desvirgar eso es la verdad pero que resultó muy singular, yo tenía unos 40 años aunque siempre me he conservado bien.

Iba a tomar un café en mi barrio a un bar que lo regentaba una señora de unos 50 y algo.

Esta señora tenía varios hijos y a veces alguno de ellos estaba despachando en el bar, una de sus hijas era una chica de unos 22 años, muy guapa de cara, bajita morena, delgada, que se convirtió en la protagonista de la historia en la experiencia que relataré ahora.

Una vez entre tantas que fui a tomar el desayuno por la mañana estaba el bar vacío ya que estábamos en agosto y precisamente estaba esa chica detrás de la barra, me dijo que se había fijado en mí, que le gustaba y que quería hablar conmigo pero no aquí, en otro sitio, yo como conocía a su madre ya que era un cliente habitual, pensé que sería una cuestión de jóvenes, algún favor que me pediría, como enviar algún currículum para salir del negocio, ya que sabía que yo trabajaba en unas oficinas grandes, etcétera.

Quedamos al día siguiente en otro bar que estaba lejos del suyo para tomar un café y allí se sincero conmigo, me dijo que yo le gustaba que sabía que yo era bastante mayor que ella y podía ser su padre pero que tenía un problema a estas alturas y quería solucionarlo.

El problema en cuestión es que era virgen y ninguna de sus amigas lo era ya, quería acabar con eso de una vez por eso se había fijado en mí.

Que me dijeran eso me resultó bastante chocante, era lo que menos me esperaba, porque la verdad es que no era una mujer alta, una modelo, pero era una chica muy joven y atractiva y nadie rechaza un dulce de esas características así que quedamos esta misma semana para dar una vuelta en el coche en un descampado para irnos conociendo.

Así fue y allí la bese, la verdad que estaba muy tierna y después de manosearnos le metí la mano y la masturbe durante un buen rato, la chica tardaba en irse pero al final se vacío, después me bajé el pantalón y me saqué la polla ya totalmente rígida, ella la cogió con su mano, la apretó de una forma inusual y empezó a bombear a descapullarmela como si estuviera desatascando el lavabo, de una manera demasiado fuerte, me hacía daño, me pegaba golpes en los testículos cuando bajaba la mano, eso me dio a entender que la chica en cuestión no tenía ni experiencia en hacer pajas, al cabo de unos segundos el dolor me había llegado a los testículos y la polla se me había enrojecido entonces le dije que dejase, que ya me lo haría yo, así es que me empecé a masturbar lentamente como yo sabía para de una vez vaciarme pero me asombró que me dijera que antes de vaciarme se lo dijera, aunque yo pensaba poner la mano para que no salpicase el semen y ensuciar la tapicería, sin embargo se lo dije que me iba a vaciar y cuándo me iba a venir el primer borbotón ella se abalanzó a la punta de la polla, solo abarcando con sus labios el glande y apretando con fuerza sus labios sobre el y yo con la mano fui bombeando expulsando chorro tras chorro hacia su garganta, abundantes dosis de semen, acabó cuando vio que no salía más y recogió con sus labios todos los restos que podían quedar en el glande, en la punta, cuando se apartó de mí tenía una sonrisa en la cara, le dije que parece que tenía experiencia en tragar el semen ya que otra inexperta hubiera abarcado con su boca toda la polla y al final se atragantaria al tragar, me dijo que eso sí que lo había hecho a los chicos en el colegio.

Esa primera experiencia me demostró que la niña valía y así quedamos para la semana siguiente ya en un hotel, una habitación era el mejor modo de desvirgarla.

A la semana siguiente llegamos los dos al hotel en cuestión, estaba bien, una vez desnudos me empezó a mamar la polla pero esta vez le fui diciendo cómo lo tenía que hacer con la mano, ella obediente fue tomando nota, descargue en el interior de su garganta, ella sabía que se tenía que acostumbrar a ese sabor picante y fuerte, era una chica obediente, así que estuve con ella un buen rato hablando de nuestras cosas y llegó el momento de desvirgarla, me puse un preservativo y empecé a besarla por todas sus partes me dijo tímidamente si le podía acercar la boca a su vagina para chuparle un poco, con timidez, nadie le había hecho eso nunca, le dije que sí y así lo hice, poco después cuando estaba caliente me dispuse a ensartarla con mi polla de 19 centímetros que cabe decir que es una polla gruesa, muy gruesa, creí desde el principio que sería demasiado para ella pero si ella quería no había ninguna duda en hacerlo, así que me dispuse a penetrarla pero me decía que le hacía mucho daño y al cabo de más de un cuarto de hora de intentarlo de todas las maneras, se había puesto muy nerviosa y era imposible hacer nada, así que le dije que otro día, pero cuando me vestí se lanzó a mí como una niña poseída bajandome la cremallera y poniéndose de nuevo la polla en la boca, chupandomela hasta que me saco otra corrida.

Yo tarde en volver al bar de su madre y cuando lo hice, me dijo que ya había sido desvirgada por tres chicos, todos a la vez, en una noche en que se emborracho y casi no se acuerda de nada, lo primero que hizo fue hacerse la prueba de enfermedades venéreas.

Hasta ahí poco más, poco a poco fui cambiando de bar para desayunar.

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