Experiencia con nativa de San Blas
Mi primer trío HMH en guayabitos
15.1 EXPERIENCIA CON NATIVA DE SAN BLAS
Tenía un amigo llamado Francisco, pero le decíamos Paco, era mayor que yo pero nos llevábamos muy bien.
Un día que su hermano le prestó una moto llegó temprano a la escuela y en cuanto llegué nos pusimos de acuerdo y nos fuimos de pinta a la playa de guayabitos.
En ése entonces era una playa virgen con muy poco turismo y los nativos te preparaban algo de comer sí así lo deseabas, llegamos a la playa pusimos la moto a la sombra de un árbol, había una barra de mostrador dónde estaba una señora que nos ofreció pescado para almorzar le dijimos que después porque primero queríamos nadar, había dos chicas con ella, luego supimos que una era su hija y la otra su sobrina, la clásica morocha, piel morena y con ojos claros color verde, tendrían entre 18 y 20 años, con muy bonito cuerpo delgadas pero bien formadas y como casi todas las chicas de costa con nalgas paraditas y caderas anchas.
Cómo no llevamos traje de baño nos metimos en trusa a nadar, al poco rato de estar nadando y jugando en el agua rompiendo olas o haciendo bucitos, vimos que la sobrina con un bikini se metía al mar, le comenzamos a hablar y la invitamos a jugar con nosotros, el agua nos llegaba entre la cintura y el pecho según el oleaje, primero a ver quién rompía mejor las olas o quién aguantaba más la respiración, después Paco se puso con las piernas abiertas y había que pasar nadando por en medio de sus piernas, primero pasé yo porque ella no se animaba, después me puse yo y Paco pasaba entre mis piernas y fue cuando ya se animó y se puso ella y yo pasé entre sus piernas, rozando un poco su muslo.
Ahora le tocaba a ella pasar y nos pusimos los dos, Paco y yo a un metro y medio de distancia y le dijimos: te toca pasar dos puentes, ella se sonrió diciendo: a ver si aguanto pasar!! Y se sumergió pasando entre mis piernas poniendo una de sus manos en mi muslo y después por el arco de Paco, saliendo detrás de él y riéndose pero con voz sorprendida nos dice: están en calzones!!!
Ni modo que nos metiéramos desnudos le dije
Paco la puso frente a él y tomándola de las manos dijo: sigamos jugando, Eugenio vas tú, Ana separa las piernas….
Ella quedó de espaldas a mí, me zambullí y pasé entre las piernas de ambos no sin antes tocar sus nalgas, según yo porque no veía bien dónde estaba, eso la hizo emitir un pequeño grito de sorpresa y ya no quiso tomar mis manos que prefería ver a quién pasaba, pero como las olas la movían puse mis manos en su cintura para estabilizarla, paso Paco y luego ella pero según yo , me movió una ola y abrazándola por la cintura acerqué mi pene erecto a sus nalgas discretamente.
Así estuvimos jugando y excitándola poco a poco con pequeños roces o arrimones, por ejemplo cuando pasaba ella por entre nuestras piernas, tocábamos su espalda o nalgas y piernas con el pretexto de que no se sumergía lo suficiente o nos abríamos más bajando la pelvis y entonces era nuestro pene el que rozaba sus paradas nalgas, como hizo Paco cuando ella pasaba entre sus piernas, cualquier pretexto para rozarnos era válido, ella al pasar por debajo a veces tocaba nuestros sexos al bracear.
Ella se salió del mar un tanto agitada, no sabía si era de excitación o por el esfuerzo de retener la respiración, nos salimos del agua y por lo mojada de nuestra trusa se notaba claramente nuestras erecciones, ella no pudo disimular quedándose viendo nuestros penes erectos, había unas piedras y hacia allá nos dirigimos para secarnos recargados en las piedras, ella nos siguió con nuestra ropa en sus manos y ofreciéndonos su toalla para secarnos y se sentó en la arena.
Comencé a secarme la cabeza frente a ella con la intención de que viera mi pene erecto que se transparentaba por lo mojado de mi trusa y así sucedió ya que Paco, recargado en una piedra grande y mostrando también su erección la cuál se notaba mucho pues su pene era muy largo, aunque no muy grueso, le preguntó: te gusta ver nuestros penes?
Ella sonrojándose pero haciéndose la que no entendía comentó: que es eso?
Paco sonriendo y empuñando su erecto miembro le dice: el pene o como le dices tú? Y al apretarlo se salió su glande de la trusa.
No sé mi primo le dice verga o pito….
Se lo haz visto a tu primo? Le pregunté.
Si, muchas veces
Al estar yo más cerca de ella y mi pene a la altura de su cara no dejaba de desviar su mirada hacia mí trusa viéndolo, Paco que estaba de frente a ella pero más retirado, se paró firme con las manos en la cintura y le pregunto: te gustaría verlos y tocarlos, aquí nadie nos ve, estamos solos….!!
Ella volteó a los lados confirmando que realmente no había nadie cerca, él le ofreció su mano para levantarla; mira aquí entre las piedras nadie nos ve y la llevó tras las piedras quedando ocultos, yo los seguí y poniendo mi mano en la cintura de ella muy cerca de sus nalgas la ayude a entrar.
Ya ahí, sin preguntarle nada más nos quitamos la trusa quedando desnudos frente a ella con nuestros penes erectos apuntando al cielo, volvió Paco a tomar sus manos y acercándola a nosotros puso cada una de sus manos sobre nuestros penes, ella comenzó a tocarnos con una leve sonrisa más de pena que de satisfacción en un principio.
Paco la besó en los labios y ella apretó mi pene, yo puse mis manos en sus nalgas acariciándolas y Paco desabrochó el brassier de su bikini liberando sus senos y comenzó a tocárselos, ella gimió al sentir nuestras caricias acelerando la masturbación que nos hacía.
Paco se recargo en la piedra más alta y ella hincada en la arena seguía viendo nuestros penes y los acariciaba y masturbaba, entonces el presuntuoso de Paco le preguntó que cuál le gustaba más y sise parecían al de su primo, ella soltó mi pene y concentrándose en el de Paco lo levantaba y acariciaba diciéndonos: el de mi primo es más chico pero igual de delgado que el tuyo.
Será como el de él, señalándome Paco
No, un poco más chico y mucho más delgado el de él es muy grueso no alcanzo a empujarlo bien y rodeó mi pene con su mano sin poder abarcarlo completamente, para esto yo ya le había bajado el calzón de su bikini quedando ahora sí los tres completamente desnudos e hincándome acaricié sus piernas por detrás y comencé a besar sus nalgas y antes de que reaccionara Paco la abrazo y la besó en los labios apretándola fuerte contra su pecho y haciendo que sienta la dureza y largura de su pene sobre su vientre haciéndola suspirar. Yo seguía besando y lamiendo sus nalgas y separándolas pasaba mi lengua desde su culo hasta su vagina haciéndola estremecer!!!
Su vagina ya estaba súper mojada sus labios vaginales brillaban de tanta secreción vaginal, Paco cogió sus piernas y abriéndolas la cargó y con la punta de su erecto miembro buscaba la entrada de su vagina y ella bajando su mano cogió su pene dirigiéndolo a su vagina y comenzó a descender metiéndose poco a poco el largo pene de mi amigo, yo me subí en la piedra y puse mi pene en los labios de ella, tomó mi pene con su mano y comenzó a masturbarme, yo empujaba mi cadera hacia adelante tratando de metérselo en la boca, pero no me dejaba hasta que Paco agarrándola de las nalgas se lo metió hasta el fondo y ella al gemir y lanzar un grito de asombro abrió la boca y yo le metí mi pene en ella y poniendo mi mano en su cabeza evité que lo sacara y comencé a moverme de atrás hacia adelante cogiéndomela prácticamente por la boca!!
Así estuvimos cogiendo un buen rato y ella gemía, suspiraba y chillaba de placer aaahhh, sus gemidos casi imperceptibles por tener la boca llena con mi grueso pene que no entraba por completo, sus ojos brillosos y sus lágrimas surcando sus mejillas, ahora era ella sola la que movía su cabeza metiendo y sacando mi pene de su boca disfrutando de la mamada que me hacía mientras subía y bajaba en el trozo de dura carne que invadía una y otra vez su mojadisima vagina!
Saqué mi pene de su boca para no terminar en ella y poniéndome detrás de Ana metí mi mano entre sus piernas humedeciendo mis dedos con sus fluidos que mojaban abundantemente sus muslos. Su vagina parecía catarata de tanto flujo que salía gracias a la gran cogida que le estaba dando mi amigo con su gran pene, no dejaba de gemir y suspirar al recibir tan buena ración de dura carne.
Cogí el bloqueador solar y comencé a humedecer su esfínter y también cubrí mi pene con la crema embadurnándolo por completo desde la base hasta la punta, le metí mi dedo medio en su ano lleno de crema y comencé a moverlo adentro y afuera una y otra vez dilatando su culo poco a poco, ella se quiso zafar pero Paco la abrazó sujetándola fuerte y separando sus paradas nalgas puse mi pene en la entrada de su fruncido culito.
Lo tienes muy grueso, me vas a lastimar, mejor cambien de lugar no sean así… chillaba y gritaba Ana, nunca me lo han metido por ahí, me va a doler!!!
Te va a gustar y lo vas a disfrutar mucho, además me toca estrenarlo ya que no me dejaste cogerte primero.
Pero lo tienes muy grueso…. Mejor así después te entrará cualquier otro sin problema.
Ya resignada al ver que Paco no la soltaba y yo comenzaba a empujar entrando mi glande en su culo me dijo con voz entrecortada: despacito por favooor!!
Comencé a perforar su apretado y virginal ano avanzando poco a poco, le metía algunos centímetros y paraba acariciando sus nalgas y besando su nuca para después meterle un poco más y así fui avanzando ensanchando su canal anal conforme avanzaba mi grueso pene dentro de él.
Poco a poco se fue adaptando su culito al grosor de mi pene hasta que se lo metí por completo, me quedé quieto un momento, ella abriendo sus nalgas y viendo que ya lo tenía todo dentro de su culito y comenzó a moverse lentamente evitando que nos saliéramos de sus cálidos orificios.
Comenzamos a movernos y poco a poco fuimos coordinando nuestros movimientos Paco y yo penetrándola por ambos lados, en lo que mi pene entraba el de él salía y así sucesivamente, en ocasiones mis colgantes testículos chocaban con los suyos y volvíamos a coordinarnos así nos la estuvimos cogiendo en una rica doble penetración, ella gemía y suspiraba, el roce de nuestros penes me daba una sensación muy especial, algo excitante, ya mi pene entraba y salía libremente de su culo, separé sus nalgas y comencé a acelerar mis embestidas, quería llenárselo con mi esperma y así fue, cuando ella sintió los chorros calientes inundando sus intestinos, me apretaba tan rico con su recién inaugurado ano que mi pene seguía duro a pesar de haber eyaculado. Entonces Paco me dijo: ya salte que yo también lo quiero probar…
Ya te corriste? Le preguntó ella y Paco le contestó: no quiero hacerlo en tu culo preciosa!!
Cambiamos de posición, me acosté boca arriba en la arena y ella se colocó a horcajadas sobre de mí introduciéndose poco a poco todo mi pene hasta que sentí como topaba con su cuello uterino, se recostó sobre mi pecho y Paco separando sus nalgas se lo metió casi por completo de una sola estocada gracias a lo lubricado que estaba su culo con mi semen y el pene de Paco por los fluidos de Ana cuando tuvo su orgasmo.
Nuevamente comenzamos a movernos cuando yo se lo metía el se lo sacaba y a la inversa, me concentré en besar y acariciar sus senos que se erguían firmes, desafiando las leyes de gravedad, se los estrujaban con mis manos, los llevaba a mi boca para besarlos y lamer sus erectos pezones. De pronto Paco comenzó a respirar muy fuerte y dando un gran gemido se lo metió completamente en su culito llenándolo con su corrida, ella gritó fuerte al sentir cómo la llenaba con su largo pene e inundaba nuevamente sus intestinos con esperma!!!, Se salió de ella aventando todavía un chorro largo de semen sobre su espalda y sentándose en la arena se quedó observando su dilatado ano que poco a poco se fue cerrando ante su lujuriosa vista.
Tardé bastante en volver a venirme, gozando intensamente del juvenil cuerpo de Ana, seguí por un rato más cogiéndomela en ésa posición acariciando sus ricas nalgas, ella subía y bajaba aceleradamente en busca de su siguiente orgasmo el cual llegó unos segundos después y desplomándose sobre mi pecho disfrutaba de su clímax, yo seguí moviéndome dentro de su vagina, girándola y quedando de lado, seguí bombeándola a buen ritmo, ella gemía y resoplaba de placer aaahhh, después la puse boca arriba y poniendo sus piernas en mis hombros comencé a penetrarla profundamente una y otra vez golpeando mis huevos entre sus nalgas.
Seguí embistiéndola fuerte, acariciando sus duros pezones, ella rodeó mi cintura con sus piernas y recostándome sobre de ella me puse a mamar sus senos y con mis manos apretando sus ricas nalgas se lo metía una y otra vez hasta el fondo, ella movía su cabeza de un lado al otro mordiendo su mano mitigando sus gemidos de placer hummm aaahhgggyy qué rico sientoo!!! Decía mientras yo seguía embistiéndola fuerte hasta que dándole unas profundas penetraciones me vine dentro de su vagina.
Ella quiso separarme con sus puños y entre gemidos me decía con voz entrecortada: saca..loco, no termines dentro…. Pero yo estaba disfrutando tanto de lo apretado de su caliente cuevita que no le hice caso al contrario apreté más sus nalgas y sin dejar de embestirla continué eyaculando dentro de ella llenando su matriz con mi semen, la besaba en la boca y cuello y no se lo saqué hasta que mi pene al disminuir de tamaño y grosor se fue saliendo lentamente de su mojadisima vagina para quedar reposando entre sus paradas nalgas, besaba sus senos y acariciaba sus piernas mientras descansa amos de tan rico coito, después me levanté y así desnudo me metí al agua para asearme un poco, cuando regresé y me estaba secando ellos ya se habían vestido, ella con su bikini y Paco con su pantalón y camisa. Me vestí también completamente u nos fuimos hacia la barra donde atendía su tía para comer algo, con una sonrisa Paco dijo bueno Eugenio creo que ahora los tres somos hermanos de leche y se rió, Ana desconcertada lo vio y entonces él le explicó a qué se refería: que ella al tener nuestro semen en su cuerpo unido a sus fluidos, estábamos unidos. Ella sonrió levemente.
Llegamos al local y comimos unos deliciosos cócteles de ostiones y camarones, ella nos servía pero le costaba caminar bien, pues caminaba con sus piernas separadas por lo rozada que estaba, incluso su tía le hizo un comentario y ella le contesto que se había torcido y por eso caminaba así.
Nos despedimos y regresamos a Tepic, dejándome en el súper de atrás de mi casa para que no se dieran cuenta que no venía de la escuela, pero al bajarme de la moto vi a Martha en la caja del súper y corriendo hacia ella vi que estaba con mi tía y mi madre que terminaban de hacer sus compras.
Las ayudé con las bolsas del mandado mientras le decía a mi madre porque llegaba tarde de la escuela.