Experiencia con mi sobrino

La estadía de Roberto mi sobrino en casa me devolvió la vida

Mi experiencia con mi sobrino

Hola a todos, mi nombre es Luisa y este relato que les comentare ocurrió cuando tenía cuatro años de casada; por aquel entonces no tenía hijos y vivía con mi marido en un departamento en la ciudad de Mendoza.

Un día mi marido vino con la noticia de que su hermano (que vivía en la Ciudad de San Rafael) le había solicitado, que recibiera a su hijo el cual estaba en cuarto año de ingeniería, y que por motivos económicos no podía pagarle la pensión en donde se hospedaba.

Yo accedí con toda normalidad pues me comento que solo estaría un tiempo nada más pero se quedó un año y medio.

Su nombre era Ricardo de 23 años de buen porte musculoso y muy respetuoso.

Al principio todo transcurría con normalidad, los dos desayunábamos solos pues mi marido se iba a trabajar, después almorzábamos y como a las 6 de la tarde llegaba Jorge mi marido

Después de 20 días de convivencia, habíamos estrechado lazos hasta el punto de contarnos muchas intimidades, por ejemplo el me conto que no tenía novia ni amigas íntimas y muchas veces tenía que descargarse haciéndose una paja, de mi parte le conté que como Jorge era 15 años mayor que yo en la cama no era tan vigoroso.

Así fue como me entere que muchas veces se había pajeado soñando conmigo.

A lo que le conteste, ¿Pero qué es lo que ves en mí? ¿Qué te atrae tanto si yo soy mucho mayor que vos?

Roberto: Tía tienes un culo hermoso, muy redondito y rellenito que daría cualquiera para poder acariciarlo.

Yo: Anda no seas aduladero, si es como cualquiera. ¿Entonces le pregunto si le gustaría acariciarlo?

Abrió los ojos como dos huevos fritos y se quedó mudo.

Me arrime a él dándole la espalda y le digo dale zacate las ganas, a todo esto yo me reía mucho.

Empezó a acariciármelo con sus manos de forma circular, después poso su cara en mis cachetes y con una mano la metió por debajo de mi falda llegando hasta mi culo y me lo acaricio directamente.

Cuando sentí su mano en mi culo me produjo una sensación hermosa y cachonda, me levanto el vestido y coloco su cara directamente en mi cachete, me lo empezó a besar y apretar.

Yo estaba entregada, podía haber hecho cualquier cosa, cuando de repente siento que alguien abre la puerta de calle, me separe inmediatamente a ver.

Era Jorge que llegaba de trabajar, me dije uf que justo.

El resto del día transcurrió normalmente, después que Jorge vio televisión cenamos y se fue a dormir.

Yo me acosté pensando en todo lo ocurrido con Ricardo, la cabeza me daba vueltas y vueltas y mi chucha palpitaba mucho queriendo que alguien la acariciara.

Esa noche fui como dos o tres veces al baño con el propósito de pasar por la habitación de Ricardo y espiarlo.

En una de las veces lo encontré destapado y pude ver bien su bulto, solo atine a relamerme los labios y acostarme de nuevo.

A la mañana siguiente Ricardo se había quedado dormido, (seguro que se había hecho una hermosa paja) entonces le lleve el desayuno a su cama, lo encontré semi tapado y con una pierna afuera de las sabanas, yo solo llevaba puesto el camisón. Me senté en la cama y lo toque para despertarlo, pero no respondía entonces le empecé a tocar el pecho llamándolo, mi mano iba de su pecho hasta su abdomen.

Cuando se despertó se asombró que estuviera sentada a su lado, a todo esto yo le decía vamos dormilón que ya es tarde tienes que levantarte a estudiar.

El dialogo entre nosotros fue algo así.

Ricardo: ¿Hola tía? creo que me quede dormido

Yo: No importa, aquí te traigo el desayuno.

Ricardo: Que rico, pero más rico son las caricias que me haces.

Yo: Mira  vos, no seas zalamero, entonces baje mi mano hasta su pierna y también se la acaricie.

Ricardo: Mmmmmm me quedaría así toda la mañana.

En eso note que su pija se estaba despertando también y poniéndose dura.

Yo: Mmmmm mira vos, ésta ya se ha despertado y agarrándosela por encima del calzoncillo se la acaricie un poco.

En ese momento el llevo su mano y la puso sobre la mía diciéndome que rico no dejes de acariciarme.

Ya su cabecita se asomaba y se dejaba ver, yo le dije

Mira como se ha despertado antes que vos y parece que quiere jugar.

Meneando su pija sin soltarla nos miramos fijos un tiempo y muy despacio nos besamos muy tiernamente chupándonos nuestras lenguas.

Después me dirigí a su pija y me la metí en mi boca se la mame con todo, escuchando sus gemidos de placer.

Entonces fue cuando le pedí que me hiciera un lugar en la cama, ambos nos desnudamos y nos acostamos, él se puso encima mío y no dejaba de chuparme las tetas, mi cuello mi boca mi abdomen

Cuando se puso frente a mi chucha le pedí que me la chupara despacio que la tenía muy sensible, lo hizo a la perfección después me levanto las piernas y con su lengua recorría mi clítoris hasta mi cola, yo gritaba como una puta en celo

Le pedía por favor que me la metiera, lo hizo de un solo golpe su pija me llego hasta mi garganta, me estuvo bombeando un rato y después me pidió el culo.

Le explique que era virgen del culo que nadie me había cogido por allí.

Me dice descuida lo haremos despacio, así que me puso de perrito, con el culo en pompa, me metió su lengua un rato después un dedo y luego dos, cuando estuvo con su pija apuntando mi agujerito precioso le pedí que me pusiera crema,  y cuando puso su cabeza en mi culo empezó a presionar y yo a aflojarme.

Al principio dolió un poco pero después lo disfrute, estuvo un buen rato y yo gimiendo de gozo, hasta que acabo en mi culo.

Quedamos rendidos y tirados en la cama por un buen rato.

Así transcurrió el año y medio que vivo con nosotros, yo estaba chocha de la vida, me dio mucha pena cuando se fue a trabajar al sur de la Argentina.

Pero cuando venía a visitarnos siempre nos hacíamos una escapada para coger con todo.