Exodo Capitulo 6

No había condón, al menos yo no lo sentía y no lo había visto que el lo usara. Mis ojos fueron de miedo, de alarma, de que algo estaba mal. -Tranquilo, no tengo ninguna enfermedad, ¿Confías en mi? -Si, confío en ti. No se de donde me salio tanta seguridad, pero creí en sus palabras.

CATARSÍS.

Tienes que leer los capítulos anteriores para que entiendas este capitulo:

Cap. 1 https://www.todorelatos.com/relato/138648/ Prologo.

Cap. 2 https://www.todorelatos.com/relato/139615/ Decisiones.

Cap. 3 https://www.todorelatos.com/relato/140206/ Renaciendo.

Cap. 4 https://www.todorelatos.com/relato/140404/ Viaje al pasado.

Cap. 5 https://www.todorelatos.com/relato/140749/ Acción y Reacción

“En esta vida lo único seguro es la Muerte, la Traición y los Impuestos”

“He got both feet on the ground”

Y así, de pronto un día te encuentras siendo el cazador y otro día te encuentras siendo la presa, ciertamente nunca sabemos que papel podemos adoptar en esta vida hasta que nos encontramos en circunstancias que jamás pensamos que estaríamos y es ahí cuando nos damos cuenta de que nada, absolutamente nada, en la vida, es permanente.

Llegue a mi casa sobre la media noche, sin duda las copas de vino ya estaban haciendo su efecto, así que me metí a la ducha, salí y caí rendido sobre mi cama, desnudo, con el alma a flor de piel.

Sentí sus manos sobre la piel de mi espalda, esas manos grandes y cálidas, las sentí en mi espalda, acariciando cada parte de mi, su mano recorrió mi espalda, pasando por mis nalgas, mis piernas y acabando en la punta de mis pies, hacia un poco de frio, así que me estremecí, abrí mis ojos y mis ojos se encontraron con los de él, ¿Cómo entro a mi casa? ¿Cómo sabe donde vivo? ¿Qué hora es? ¿Qué esta haciendo aquí? Eran muchas las preguntas y todas ellas, él las veía en mi cara, estuve a punto de abrir mi boca y preguntar, pero no me dio tiempo, de nuevo, por segunda vez en la noche, nuestros labios se encontraban, de nuevo esa sensación cálida en mi boca, y esa sensación en el pecho, que a estas alturas ya me estaba preocupando.

Sus manos fueron hasta mis pezones, los apretaron suavemente y pude sentir como el escalofrió recorría mi columna y terminaba en mi verga.

El estaba desnudo, se subió sobre mi, su boca seguía pegada a la mía y sus manos empezaron a recorrer mis piernas, para terminar, ambas manos en mis nalgas, sus dedos largos llegaron hasta mi culo, sentía la fuerza de sus manos, aferrándose a mi culo, ganando y reclamando terreno, su boca ahora recorría mi cuello, mis manos recorrieron su espalda, que aun que era una espalda mas pequeña que la mía, se sentía fuerte, lo mejor fue cuando llegue a su trasero, se sentía firme, duro, caliente, sentí algo duro en mi abdomen y fue ahí cuando me di cuenta de su verga, era enorme, dura, caliente, nuestros ojos se encontraron. Ya no hubo necesidad de decir ninguna palabra, ambos lo deseábamos, nos deseábamos.

Subió a mi cara y puso una pierna a cada lado, dejando su verga a la entrada de mi boca, sin dudarlo abrí la boca y el la introdujo, era delicioso sentir ese falo dentro de mi boca, siguió empujando sin detenerse hasta llegar a mi garganta, y empezó a entrar y salir, mi lengua la recorrió de arriba abajo, sus huevos entraron en mi boca también, eran suaves, delicados, sin rastro de vello, pero se sentían grandes.

Hasta que se salió de adentro de mi boca, agarro mis piernas las abrió y su lengua fue a recorrer mi culito, su lengua húmeda, era fuerte, entro y entro lo mas profundo que alcanzo adentro de mi, sus dientes mordieron mis nalgas, marcando territorio, sus manos se dirigieron a mi verga y empezaron a recorrerla de arriba abajo, poco a poco nuestros cuerpos se ajustaron perfectamente a un 69, su verga pudo entrar hasta el fondo de mi garganta, sus bolas quedaron en mi barbilla, y mis manos fueron a sus nalgas, el en cambio, fue directo a mi culito, su lengua escarbo y escarbo, humedeciendo cada parte de mi, mi verga estaba a reventar, no tardo mucho en comerse mi verga, al llegar al fondo de su garganta, pude sentir sus dientes apretando y mordiendo la base. Fue delicioso.

Sus dedos no perdieron tiempo y aprovechando la humedad que había dejado su saliva, empezó a introducir un dedo, luego dos y luego tres, yo sinceramente, me sentía en la gloria, seguí chupando su verga, empujando su trasero, para que esta entrara a lo más profundo de mi. No había roles, no había activo o pasivo, solo éramos dos hombres disfrutando del cuerpo del otro. Explorando y siendo explorados.

En cierto momento se acostó junto a mi y su cabeza fue a descansar en mi pecho, así, desnudos como estábamos, disfrutamos de un momento de paz el uno del otro, nuestras respiraciones estaban sincronizadas, sus manos alrededor de mi cintura, y mi brazo alrededor de su cuello.

-Vamos, ¿Hazme esa pregunta que quieres hacerme?

-No se de que hablas, le dije, aunque sabia perfectamente que pregunta estaba rondando mi cabeza.

-Hazla ahora porque una vez que continuemos no habrá tiempo y no podremos volver atrás.

-No me importa, no necesito saber si eres activo o pasivo, solo quiero estar contigo.

-Eso era lo que quería escuchar.

De pronto, sin decir nada, agarro mis piernas, las abrió y puso la cabeza de su verga a la entrada de mi culo, no había condón, al menos yo no lo sentía y no lo había visto que el lo usara. Mis ojos fueron de miedo, de alarma, de que algo estaba mal.

-Tranquilo, no tengo ninguna enfermedad. ¿Confías en mí?

-Si, confió en ti. No se de donde me salió tanta seguridad, pero creí en sus palabras.

Sin esperar nada, metió su verga dentro de mi…el dolor que sentí fue desgarrador, pero antes de poder emitir un grito, su boca estaba sobre la mía, besándome de nuevo y callando mis gritos, su verga, su enorme verga de 17 cm, estaba adentro de mi, mis manos se aferraban a su espalda como si no hubiera mañana, mis piernas rodeaban su cintura y él, aprovechando esa seguridad que yo le transmitía, empezó a entrar y salir, sentir su verga, cada centímetro, entrando y saliendo de adentro de mi, fue sin duda algo digno de recordar.

Su boca seguía sobre la mía, sin poder evitar unas lagrimas salían de mis ojos debido al dolor del inicio, él con mucha delicadeza, seco mis lagrimas con su lengua, nuestros ojos se encontraron y por un momento nos quedamos observándonos el uno al otro, hasta que el continuo entrando y saliendo.

Yo estaba disfrutando al máximo, ya no había dolor, solo placer, y el lo veía reflejado en mi cara. De pronto sus movimientos fueron más fuertes, mas rápidos, sus manos fueron a apretar mis pezones, su lengua recorría mi cuello y sus dientes mordían por donde pasaban.

Se salió de adentro de mi, me dio media vuelta, y entro de nuevo en mi, sentirme lleno de nuevo, fue una sensación deliciosa, el continuo entrando y saliendo, de una forma casi violenta, su lengua y dientes fueron a dar en una de mis orejas, solo para morderme y hacerme retorcer de placer, sentir su respiración en mi oído y en mi cuello, hizo que yo mismo empezara a mover mi trasero para que, si existiera forma alguna, su verga entrara mas adentro de mi.

De nuevo, me dio la vuelta y quedamos en la misma posición que al principio, mis piernas ya sabían que hacer; enredarse en su cintura, pero esta vez el no se detuvo, siguió entrando y saliendo en mi, sus manos fueron hasta mi verga y mientras con una agarraba mis huevos, con la otra recorría mi verga de arriba hacia abajo, el momento estaba cerca, lo podía sentir, de pronto su verga exploto adentro de mi, sentí su semen caliente adentro de mi, empujo una ultima vez y su verga llego hasta mi punto G haciendo que yo también explotara, todo mi semen fue a dar a mi abdomen sus manos seguían masturbándome, su verga seguía dura adentro de mi y sus ojos estaban haciendo contacto conmigo, como si esperara mi autorización para seguir con el segundo round.

Estaba apunto de decirle que continuara, cuando de pronto sonó una alarma…

Abrí mis ojos y mi reloj despertador marcaba las 6:00 am, y ahí estaba yo, desnudo y con todo el semen sobre mi pecho, la luz del sol entraba por la ventana y de él no había rastro alguno, sin duda fue el mejor sueño húmedo que he tenido hasta el día de hoy.

No hice otra cosa mas que sonreír, y no pude evitar sentirme un poco tonto por soñar con el, ¿en que momento yo, estaba de nuevo acariciando la idea de tener a alguien junto a mi? Sin dudarlo, me metí a la ducha,  y me dispuse a salir a mi trabajo.

La vida no podía estar mas a mi favor por que al ir a esperar el autobús, me lo encontré, saliendo de una cafetería.

-Hola, ¿Cuánto tiempo?, me dijo, con aquella media sonrisa seductora que hacia que me quedara embobado.

-Hola, no hace ni 12 horas que te vi.

-Pues para mi es mucho tiempo, te invito un café.

-Gracias pero, no tomo café, no me gusta.

-Eres la primer persona que escucho que diga eso, bueno entonces una malteada de… ¿Chocolate? Me dijo, tratando de adivinar.

-No, no puedo consumir lácteos en la mañana, iría a dar al hospital, pero como cliente, no como  trabajador, y no, chocolate nada, seria fresa. Creo que no eres bueno adivinando. Suprimí una risita.

-Me lo estas haciendo muy complicado, ¿Qué tomas entonces?

-Una Coca-Cola por favor.

-Sigues sorprendiéndome, joven una coca cola con hielo para el joven.

-¿Qué te hace pensar que la tomo con hielo? –Tienes razón, joven… -Si la tomo con hielo, solo bromeaba, le dije. La risa que se le escapo fue encantadora.

-¿A que hora sales de tu trabajo? –Salgo a las 6:00 pm, por que la pregunta. –Te veo aquí a esa hora, ¿De acuerdo? –Si claro, esta bien. –Bueno, me tengo que ir, cuídate. No me dio tiempo a responder, pero se puso de pie, se acerco y deposito un beso en mi frente, esta vez sin duda los colores subieron a mi cara.

No podía permitirme hacerme ideas en mi cabeza, ya que al final el que saldría perdiendo seria yo, no podía ilusionarme con una persona, desde la última vez que estuve con mi ex, me volví muy desconfiado, si tenia algo con alguien era solo por ganas solamente. Pero este chico del cual, ni siquiera sabia su nombre, me estaba removiendo todo lo que hacia tiempo estaba congelado por así decirlo.

Sinceramente mi año no estaba empezando del todo bien, acudí a mi trabajo como quien quiere ir y no, porque la verdad solo me dedique a realizar papeleo y la verdad batalle mucho para concentrarme, hasta que por fin salí me dirigí a la cafetería y me senté y espere, pasados 10 minutos llego.

-Hola, disculpa tenia unos asuntos que atender, ¿Cómo fue tu día?

-Bien, no podía dejar de ver la marca que traía en su cuello, aunque ya veo que tus asuntos estaban más interesantes que venir a tomar un café conmigo.

-¿Perdón? –Desde aquí veo la marca en tu cuello, por cierto, el maquillaje es bueno, pero en exceso es muy notorio, con permiso, me levante y me dispuse a salir, cuando me bloqueo el paso.

-Espera no te vayas, déjame explicarte, se que debes de tener ya una mala imagen de mi, pero las cosas no son como las estas pensando. Se veía sincero, pero en ese momento, salió lo peor de mí.

-No te preocupes, no tienes que darme ninguna explicación, somos adultos y sabemos lo que hacemos, y aunque no se tu nombre, aquí estoy en algo parecido a una cita, pero disculpa, me tengo que ir.

-De verdad, escúchame solamente.

-Suéltame…salí de la cafetería, enojado, confundido y me repetía a mi mismo: ¡¡¡Pendejo!!!! Lo que empezó como un contacto de una sola noche en la fiesta, ahora yo me hacia ilusiones, de verdad que el corazón humano nunca entiende, empezó a llover, la verdad no me importaba mojarme, pero al ir con mi uniforme, ya que no me dio tiempo de cambiarme, se notaba absolutamente todo debajo de el, y pues bueno no tengo tan mal cuerpo, mi trasero es firme y si hay algo de lo que me siento orgulloso es de mis piernas, así que todo el uniforme aparte de transparentarse, se me pegaba al cuerpo.

Seguía caminando con la poca dignidad que me quedaba, cuando un carro se apareo alado de mi:

-¿Te puedo llevar? Al ver me encontré con unos ojos verdes que me dejaron hipnotizado, el tipo no estaba mal, tenia barba de 3 días, (lo se porque así se me pone a mi en 3 días) y de cuerpo digamos que estaba normal, ni flaco ni gordo, ni musculoso ni tampoco escuálido, estaba marcadito solamente. A unos cuantos pasos de mí escuche su voz: -Espérame deja que te explique todo. No tenía que perder tiempo.

-Claro que puedes llevarme, me subí y cerré la puerta tras de mi y el tipo del carro arranco.

-¡Wow¡ estas muy mojado, pude notar una insinuación en su voz.

-Muy mojado diría yo, me apetece llegar a casa y poder cambiarme.

-Si gustas te puedes cambiar en mi casa, no hay ningún problema.

¿Como decirle que no a ese par de ojos? Digo, entendía perfectamente a que se refería con eso de ofrecerme su casa, sentía tanto coraje tanta frustración que porque no darme un gusto de vez en cuando, a fin de cuentas yo estaba soltero y digamos que lo que había pasado con el chico de la mueblería pues me dejaba muy en claro que ni el tenia un compromiso conmigo ni yo con el.

-Claro, me encantaría, vamos a tu casa, aunque espero no darte muchas molestias.

-Para nada, te puedes cambiar y darte una ducha que ni no te dará un resfriado muy fuerte.

El resto del camino fue en silencio, hasta que sonó mi celular.

-¿Bueno? –Espera no me cuelgues, bájate de ese carro inmediatamente.

-Después de todo, ¿Piensas darme ordenes? Estas muy mal, por cierto ni siquiera se tu nombre.

-Entre tantas cosas ni siquiera te lo dije, me llamo Armando. Bájate por favor de ese coche, no hagas ninguna tontería.

-Cada quien hace las tonterías que uno quiera ¿no? Buenas noches Armando. Colgué y apague el celular.

-¿Problemas con tu novio? Me dijo el chico del carro.

-No para nada, no es mi novio, por cierto no me he presentado, me llamo Jose, mucho gusto.

-Me llamo Miguel, el gusto es mío. Esa sonrisa, no se porque pero me recordaba alguien aunque no sabia a quien.

Llegamos a su casa, era una casa grande, me dirigí al baño y me metí a la ducha, nada me calmaba más que una ducha caliente, estaba en eso, cuando oí que se abría la puerta del baño.

-Disculpa, aquí te dejo toalla y ropa seca, la tuya esta en la secadora, en unos momentos mas estará lista.

-Gracias. Termine y me puse la ropa que me había dado, era un pijama muy cómodo de una tela muy cálida, y una camiseta, junto con unas sandalias. Salí y a mi nariz llego el olor a chocolate, cuando llegue a la sala estaba el sentado, también en pijama, con dos tazas de chocolate.

-Tomate esto, te hará bien. –Gracias, solo fue lo único que pude decir.

-Y bien me contaras que paso haya atrás.

-Bueno, no creo que sea una buena idea.

-A veces hablar las cosas hace muy bien.

-Si verdad, pero no creo que contarle mis problemas al chico que conocí hace media hora sea lo mas conveniente. ¿No crees?

-Bueno, si tomamos en cuenta de que no soy un completo desconocido, ¿de verdad no te acuerdas de mí?

-No, la verdad no, dime quien eres o de donde te conozco, porque espero no acabar en una bolsa negra tirado a medio rio, jajaja, mi risa era mas de nervios que de gusto. Se quito la playera dejándome ver sus muy trabajados brazos, y pude ver la mitad del tatuaje que tenia en su brazo izquierdo. Mi cara era de total asombro.

Me levante y lo abrase, muy fuerte. –Miguel, como me encontraste, que sorpresa, ósea no entiendo que haces aquí, años que no te veía, nunca supe nada de ti.

-Tranquilo, poco a poco, me respondió el abrazo y después nos sentamos en el sofá.

Miguel era el mejor amigo de mi hermano, cuando tenían 15 años se hicieron un tatuaje, (mi papa casi se lo quita a mi hermano con una fibra de metal) pero cada quien se puso la mitad en el brazo, miguel en el brazo izquierdo y mi hermano en el brazo derecho, al estar juntos se formaba el tatuaje, dejando así en claro que eran amigo, casi hermanos, yo tenia menos años claro, pero miguel se fue del lugar donde vivíamos y al menos yo nunca supe nada mas de él, mi hermano si tenia comunicación por Facebook, pero con el tiempo deje de oír que lo mencionara, supuse que cada quien siguió con su vida. Y ahora me lo encontraba justo en el mismo lugar al que me vine a vivir yo.

-Me quieres decir que haces exactamente aquí, me dijo.

-Es una larga y dolorosa historia, pero solo te puedo decir que mi hermano, se porto como todo un hijo de puta, hubo problemas en casa y pues me salí de ahí, hasta ahorita con la única que mantengo comunicación es con mama, pero a escondidas de mi padre, de mi hermano no he vuelto a saber nada de el.

-Por fin se dieron cuenta de que eres gay ¿verdad?

-¿Qué dices?, no se de que hablas, lo que pasa es que…

-Conmigo no tienes que fingir, siempre lo supe, es mas se lo dije un día a tu hermano, pero se puso muy furioso que me prohibió volver hablar del tema, aunque supe que solo era cuestión de tiempo para que lo supieran, y no se porque pero sospecho que el que dijo toda la verdad fue tu hermano.

-Algo así, pero bueno, no tiene caso hablar de eso, ya paso, y tu ¿Qué haces aquí?

-Bueno mi papa es ingeniero ya sabes y por su trabajo nos mudamos constantemente, pero hace poco compro esta casa, para mi, yo le dije que me quería quedar en  un lugar para poder terminar mi carrera, ya sabes con tanta mudanza es difícil, ahorita estoy estudiando en línea imagínate.

-Me da gusto que estés por aquí, eres, por así decirlo, el único lazo que tengo con mi pasado y pues me da gusto encontrarte.

-¿Encontrarme? Jajaja, el que te encontró fui yo, hace días te vi esperando el autobús, pero andaba ocupado que no me pude detener, tengo una amiga que trabaja en el hospital, así que fue fácil saber que estabas ahí, por cierto que no has cambiado nada, bueno creciste, pero tu cara sigue siendo la misma.

Dijo eso y me abrazo y me empezó a dar vueltas. –Me alegro de encontrarte chaparro, y aunque estés lejos de tu familia, ya no estas solo, cuenta conmigo para lo que quieras.

.Oye, bájame me da vergüenza, jajaja nos pusimos a reír como locos, ordenamos pizza y nos pusimos a cenar como huérfanos.

-Oye miguel muchas gracias, pero ya me tengo que ir, ya es noche, y pues mañana trabajo.

-Quédate aquí, aun esta lloviendo y no te voy a mandar en un taxi, ¿Por  donde vives?

-En el centro de la ciudad, ahí rento un apartamento y pues tengo que regresar.

-Claro que no, queda lejos y con este clima, es peligroso andar de noche, por cierto, debes de tener más precaución y no subirte al primer carro que te ofrece un aventón.

-Me inspiraste confianza, jajaja además ¿Qué tal si te asalto y te robo el coche?

-Si como no, ¿tú de asaltante? Acabarías peor tu, jajaja, ándale vamos quédate a dormir conmigo, la cama es grande, así que no te preocupes, podrás dormir muy cómodo y en la mañana te llevo a tu casa a cambiarte y te llevo al trabajo. Acomódate, yo me daré un baño y ahorita salgo.

La verdad su cuarto estaba grande, la cama era grande, y su cuarto estaba alfombrado, tenia una pared con un espejo que abarcaba toda la pared, la pantalla de plasma y un sofá de cuero negro, tenia buen gusto para la decoración, así que estaba tan cansado que caí a la cama y espere a que saliera de la ducha. Salió con una toalla enredada en la cintura y podía ver su torso desnudo, nunca lo vi de una manera inapropiada, para mi siempre fue el amigo de mi hermano y siempre que venia a casa me traía alguna golosina, pero de ahí en fuera nunca conviví con el, hasta el día de hoy, que eran los momentos mas largos que pasábamos juntos.

Pero claro, soy humano y al final del día tengo hormonas que me controlan, pero también tengo limites y normas.

Nos acostamos y la noche era fría, afuera había un completo diluvio, yo estaba acostado mirando a la ventana, la tenue luz de un poste de la calle, entraba por la ventana, solo estaba pensando, pensando en el chico de la mueblería, de lo que pensé al subirme aquel carro con Miguel, de lo que haría ahora, que no podía acostarme con el, eran muchas las cosas que sentía, sentía muchas ganas de estar con el pero la moral no me lo permitía.

De pronto sentí que el se dio la vuelta y quedo boca arriba.

-¿Te sientes muy solo? Me pregunto, su respiración estaba lenta, él estaba relajado.

-A veces, pero cuando eso pasa me enfrasco en mi trabajo y eso me ayuda a distraerme. ¿Y tú? ¿Te sientes solo?

-A veces si, también, pero yo me voy a correr en mi carro, eso me reconforta. Buenas noches Jose.

-Buenas noches Miguel. No se cuanto tiempo paso, pero me quede profundamente dormido, cuando de pronto sentí como el se pegaba a mi por detrás y con su brazo, me rodeaba y me atraía hacia el. Su verga quedo justo en mis nalgas y se podía sentir una enorme erección. Quise separarme, pero su brazo apretó mas fuerte, ahí supe que el estaba consiente. Me di la vuelta y quede de frente hacia él, y mi cabeza quedo sobre su hombro, su respiración daba en mi cara y era una respiración lenta, cálida.

De pronto, me beso, pero no fue un beso tierno, fue un beso fuerte, dominante, sus manos me abrazaron por detrás y quedamos frente a frente besándonos. Sus manos me quitaron mi camiseta y sus manos fueron a dar en mis pezones y por ultimo a mi cara, no me soltó, su lengua se fue abriendo paso en mi boca hasta encontrarse con la mía.

-Espera, creo que esto no esta bien, le dije, no quería cometer un error.

-¿Quién dice que es lo que esta bien o no? Te prometo que no te hare daño de ninguna manera.

Me rendí y me abandone en sus brazos, esos brazos que me rodearon y me hicieron sentir seguro, por primera vez, desde que salí de mi casa.

Gracias por leer este capitulo numero 6. Escríbanme a josefernandezcontador@outlook.com contesto todos sus mails. Estoy un poco triste ya que mis capítulos tienen menos lecturas, compartan el relato con sus amigos, me anima mucho que lo lean. Díganme que opinan, si están aburridos o algo. Escuchen esta canción: All about Us la canta el grupo T.A.T.U. si pueden vean el video. Próximamente el capitulo 7