Exhibicionismo en el pueblo
Una tarde calurosa, desnudarse en plena calle,una chica que disfruta del espectáculo mirando y...
Tenía toda una tarde para mi disfrute y había que aprovecharla.Aquel día había terminado pronto en el trabajo,comí pronto y enseguida pude relajarme.Con la relajación me invadieron rápidamente ideas y deseos lascivos.¿Qué hacer?Hacía una tarde soleada y se apetecía pasear un poco por un parque o callejas tranquilas.Tomé las llaves del coche y me encaminé a un pueblo cercano de la capital donde vivo,bastante tranquilo.
Mi vestimenta consistía en unos ligeros shorts,camiseta amplia y calzado deportivo.El trayecto era corto,por lo que enseguida llegué a mi destino.Serían las cinco de la tarde y las callecitas del pueblo estaban casi desiertas.El viejo castillo que domina la villa protege uno de sus barrios más humildes.Viejas casas encaladas,azoteas llenas de ropa tendida,callejones estrechos...
Aparqué el auto cerca de una iglesia y comencé a pasear por una rampa que conduce al barrio.El calor me excitaba.La relativa soledad de las calles me hicieron fantasear sobre cuerpos desnudos expuestos a miradas indiscretas;sobre chicas semidesnudas tendiendo sus braguitas en las terrazas.Casi sin darme cuenta,mi pene se alzaba ya pidiendo guerra,así que bajé mis shorts y dejé todo al descubierto.
Estaba apoyado en una verja de hierro que daba a unas azoteas.En una de ellas,una chica me miraba sorprendida.Tendría no más de quince años,morena,menuda,con un vestidillo corto que dejaba ver sus deliciosos muslos.Yo,lejos de cortarme,proseguí con mis maniobras haciendo crecer mi polla aún más.Como vi que la chica no se iba,pensé que aquello prometía.Decidí quitarme los pantalones cortos y quedarme desnudo de cintura para abajo.En aquel solitario sitio no había mucho peligro de ser visto.
Sólo unos metros nos separaban a los dos.Para estas ocasiones suelo usar lo que se llama un "ojo de carnero":una especie de anillo de goma que se coloca en la base del pene y hace que la erección no baje nunca del todo y la polla quede larga y morcillona.Me lo puse bien apretado y el capullo se me hinchó rojo como un tomate.La cara de la niña era un poema.Incluso se había sentado en una silla de plástico a admirar el espectáculo.Puso sus pies sobre la silla y abrazó sus rodillas,dejándome ver que no llevaba bragas bajo el vestidito.Aquello aumento mi excitación sobremanera.
La polla sobresalía de entre los barrotes de la verja,semierecta por la gomilla.Pensé quitarme la camiseta pero no me atreví.La golpeaba contra el hierro con movimientos de mi cadera,haciéndola enrojecer.Veía como la nena abría las piernas y me mostraba su coño peladito.La muy puta se metía el dedo en el ano y lo chupaba a continuación.Mientras,yo seguía golpeándome el aparato entre los barrotes cual mono del zoo.
Si darme cuenta hasta que casi la tenía encima,pasó a mi lado una mujer,de mediana edad,atractiva,que pareció no ver o ignorar lo que sucedía.Eso hizo que mi libido aumentara y mi preocupación por quien pudiera verme desapareciera.Me quité la camiseta,enganchándola de los hierros,y alli estaba yo,desnudo totalmente pajeándome en aquella calle frente a una niña.Niña que,por cierto se había desnudado también y se me mostraba en las posturas más obscenas que su joven mente era capaz de imaginar.
Aunque no podiamos tocarnos,estábamos lo suficientemente cerca como para vernos en los más mínimos detalles.Pude ver que de su delicioso chocho pendía una argollita de oro de la que tiraba mientras gemía de puro placer.Mi verga,surcada por azuladas venas,estaba tomando un preocupante color morado debido a la presión de la goma.en breve debía correrme o el dolor sería inaguantable.
Ahora la niña estaba a cuatro patas metiéndose sus deditos por el culo,uno a uno.Y ahora...¿qué era aquello?¡La tía se estaba metiendo el mango de la escoba!No podía aguantar más aquella visión.¡Qué niña más puta!Se metió el palo casi una cuarta y lo sacó lleno de mierda,que lamió como si de un helado se tratara.Increíble.
Sólo nos separaban tres metros en vertical,pues la terraza estaba un poco más baja que la calle.La tía se había colocado dos o tres pinzas de tender ropa en los labios menores,allí tirada en el suelo,debajo de mi.No pude aguantar más;era tarde y podía venir alguien.El semen,contenido por la presión que ejercía la gomilla,salió disparado hacia la niña,rociándola de la cabeza a los pies.
La boca,abierta,esperaba el siguiente chorro de leche,y así la complací.Cayó en sus labios casi todo.Su lengua se relamía de gusto con aquel néctar caliente y espeso.Sus manos recolectaban las gotas que impregnaban sus pechos,vientre,piernas...Una tercera corrida me dejó ya sin reservas,pero sus gestos me hacían ver que aún no tenía bastante,Enseguida comprendí que quería.
Con cierto dolor,la orina surgió de mi polla como una fuente.La chica,ya en pie,recibía en su boca la lluvia dorada con evidentes ansias.Bebió casi todo mi líquido.Sin duda alguna había encontrado por pura casualidad una viciosa incorregible.Como despedida me agaché mostrándole mi ano,del que surgió un buen trozo de mierda,que ella atrapó casi al vuelo con sus manos.El panorama era provocador:lamía la suciedad como si de un helado se tratara.Mientras una manita se frotaba las tetas y el chocho,la otra se introducía la mierda en la boca con gran deleite.
Esperé que terminara de comérsela para despedirme de tan extraordinaria niña.Con sus labios todavía llenos de suciedad me dijo:
"Aquí me tienes cada vez que quieras exhibirte"