Excursión de Fin de Curso
Mi compañera de clase al final estaba menos borracha de lo que parecia.
Es sábado. Dos de la mañana. Ibiza. Aun no me creo que al final me hayan convencido para ir a ese estupido viaje de fin de curso, si a mi ni me gusta ir de fiesta ni me gusta la playa. Es mas, no solo eso, me ha tocado por sorteo dormir en la misma habitación que la "tía buena" de la clase. Cinco años mayor que yo, morena, con un cuerpo que quita el hipo, preciosos ojos verdes... Y allí me ves a mí: a las dos de la mañana guiando a mi borracha compañera de habitación por los pasillos del hotel. Va vestida, con todos mis respetos, como una autentica fulana. Una falda catalogable en la categoría de "cinturones anchos" y un top con un escote que deja muy poco a la imaginación. Las risas de mis compañeros han sido mayúsculas cuando me la he tenido que llevar de la fiesta para acostarla ¿Quién le manda a los jóvenes de hoy en día beber tanto? Yo siquiera he probado el alcohol.
Abro la puerta con la tarjetita magnética y entro, guiándola. La hago apoyarse en la pared y cierro, y cuando me giro me sorprende ver que está tan normal, de pie, mirándome. La miro, me mira.
-¿Pero tu no estabas ?
-Solo he bebido gaseosa era la excusa para apartarte de la fiesta y traerte aquí.
Se me abraza al cuello, pegándome sus enormes y apetecibles tetas en el pecho. Se acabó el sentido común. Cuelo mis manos bajo su faldita, cojo sus prietas y perfectas nalgas y las amaso, lentamente, regocijándome en su tacto. En pocos y violentos movimientos nuestra ropa vuela por la habitación, quedando en ropa interior.
Mi polla parece ir a reventar el calzoncillo. La visión de esas enormes tetas retenidas por un diminuto sostén de encaje me vuelve sencillamente loco. Nos fundimos en un apasionado beso en el cual nuestras lenguas bailan. Caemos en la cama, y ella se pone encima. Y caigo en algo.
-No no tengo condones.
-No te preocupes me besa- tenemos aun varios días para eso hoy te voy a demostrar lo mucho que te deseo.
-De acuerdo
Nos volvemos a fundir en un apasionado beso, y ella empieza a bajar besando mi pecho, mientras yo, sin acabar de creérmelo aun, me dejo hacer. Mis calzoncillos vuelan y mi polla de 22 cm. queda erecta y a la vista de mi sorprendida compañera.
-De haber sabido que guardabas tal sable aquí abajo, no habría esperado tanto para lanzarme me cuenta divertida mientras su mano coge mi rabo y empieza un excitante movimiento masturbatorio-, no se si me va a caber entero en la boca.
En ese momento realmente pensé que me corría. Jamás imaginé a mi compañera diciendo esas palabras, y menos aun de rodillas frente a mi con mi polla en la mano.
La veo abrir la boca, y lentamente mi glande desaparece, atrapado por sus carnosos labios. Ella empieza a succionar como si quisiera sacarme el jugo, y yo solo acierto a emitir gemidos ahogados de placer.
Siento su experta lengua bajar por el tronco de mi miembro hasta los testículos, los cuales lame a conciencia. Abro los ojos y veo un dedo de mi "amante" frente a mi cara.
-Lamelo
No pregunto. Sobran las preguntas. Empiezo a lamer ese dedo como si se acabara el mundo, pero solo unos segundos, entonces me lo arrebata y siento el dedo húmedo de mi propia saliva acariciar con movimientos circulares mi ano. Mis gemidos de placer se intensifican, y ella abre la boca al máximo, la miro y veo desaparecer mis 22 cm. en su boca, enteros. Unos segundos después veo los 22 cm. volver a salir, relucientes de saliva, a la vez que su dedo se entierra hasta el nudillo en mi ojete. Doy un grito de placer. Dudo que nadie haya llegado ya a las habitaciones, porque se me ha debido de oír varias habitaciones a la redonda.
Ella atrapa mi glande con los labios mientras me masturba, y empieza a sodomizar mi virgen ano con su dedo. Yo solo acierto a pedirle más y más, mientras ella acelera, haciéndome tocar el cielo. La miro a los ojos. Su mirada me lo dice todo.
"Correte"
Y yo, fuera de mis casillas totalmente, solo consigo suplicarle:
-¡Otro dedo en mi culo, por favor!
Y tras dos violentas embestidas con su dedo, siento que un segundo dedo invade mi intestino, mientras hace una fortísima succión en mi glande.
Empiezo a correrme en su boca, mientras ella literalmente me "revienta" el ojete con sus dedos. Ella traga la mayor cantidad, pero dos hilitos de semen le caen por la comisura de los labios. Lentamente extrae los dedos de mi ano y me limpia la polla con la lengua.
Mientras yo jadeo cansado ella sube a mi altura y comparte conmigo el sabor de mi semen. Nada mal. Nos tapamos y nos quedamos abrazados, semidesnudos, dormidos y sobretodo felices.
¿Quieres saber como sigue mi excursión de fin de curso? Espera al próximo relato ;)