Excursión a la montaña

Un tropezón me hizo conocer a mi salvadora.

Desde pequeño tengo afición por la montaña y suelo hacer excursiones a distintos montes, me gusta ir solo aunque se que no es lo mas recomendable por temas de seguridad y este día fue uno de esos, aunque tuve suerte y un ángel me rescato de mi problema.

Siempre he tenido los tobillos con tendencia ha hacerme esguinces, el primer momento suele ser un dolor intenso y en una semana suelo estar como nuevo, el caso es que caminaba por una senda forestal cerca de unas cabañas, alguna muy bonita con piscina incluida, iba ensimismado mirando los árboles y no vi una raíz que salía del suelo y metí el pie derecho, me tropecé y caí hacia delante, al momento note un intenso dolor en mi pie y me di cuenta que me había producido una fuerte torcedura, no podía andar bien y a la media hora apareció una chica estupenda.

La vi caminar por la senda y me alegre de verla, era pleno verano y hacia mucho calor al verme en el suelo se acerco a mi para interesarse por mi pie.

Ella: ¿estas bien?

Yo: dolorido pero gracias por ayudarme

Me ayudo a incorporarme y me dijo

Tengo una cabaña aquí al lado si quieres vamos y miramos bien ese pie dijo ella, a lo que accedí de inmediato, como no podía caminar bien iba apoyado en ella, en ese momento me fije en ella era morena con unos bonitos ojos y el pelo corto de estatura media y un bonito cuerpo su pecho era pequeño y se dejaba entrever que no llevaba sujetador, vestía una camisa beige y un pantalón corto de trekking además de unas botas de monte y su nombre era Lydia y tenia 23 años.

Me ayudo a llegar a su casa y me abrió la puerta, entramos los dos y la casa estaba muy bien, era una cabañita de madera con todo lujo de detalles, televisión, ordenador, un sofá grande y 2 habitaciones.

En la parte de atrás de la casa había un jacuzzi de unos 3 metros por cada lado, una delicia.

Me saco un cubo con agua caliente para meter el pie, era pronto por la mañana serian las 10, mi pie se encontraba mejor y estuvimos conversando, me dijo que se iba a poner mas cómoda que hacia mucho calor, al momento salio con un bikini y un pareo a la cintura, y me dijo

¿Por qué no vamos al jacuzzi? Te vendrá bien para el pie

Yo: es buena idea pero no tengo traje de baño

A lo que ella me contesto pues en pelotas yo alucinaba al oír eso y le dije que por mi estupendo.

Salimos al patio la casa estaba bordeada de unos setos de 3 metros de altura que daban mucha intimidad al lugar, ella me dijo que siempre se metía desnuda al jacuzzi, sentí buen rollo con ella y empezamos a desnudarnos.

Ella se quito la parte de arriba y me dejo ver unos pechos preciosos con unos pezones pequeños aunque duros, se metió al agua y allí se quito la parte de abajo, eso me excito sobre manera, me desnude y me metí al jacuzzi, pusimos las burbujas y ella me contó cosas de su vida, sin querer le roce un pecho y sentí como su pezón se puso duro al momento, ella se incorporo y me beso, nos besamos apasionadamente, sentí su lengua en mi boca y metí la mía en la suya mientras mis dedos de hacían dueños de sus pezones, ella acariciaba mi cara y besaba mi pecho, me coloque sobre ella, sentía la dureza de mi pene en su vientre y eso le calentaba y se sentía muy excitada.

La cogi por la cintura y la levante al borde del jacuzzi, su sexo estaba completamente depilado y arreglado, abrí sus piernas y sentí el calor de su sexo húmedo por el agua y sus flujos, metí mi cabeza entre sus piernas y pase mi lengua por el interior de sus muslos hasta llegar a su sexo, lo lamí, acaricie su sexo con mis dedos y con mi lengua, ella acariciaba sus senos mientras mi lengua jugaba con su clítoris, ella quería mi lengua dentro de su sexo y me apretaba la cabeza contra su sexo, estaba ardiendo húmeda y muy caliente.

Mi lengua jugaba con su clítoris, mientras mis dedos acariciaban su sexo y la iba penetrando con ellos, ella se corría de gusto y placer, me pedía que le diera duro y luego suave y así lo hice, se corrió 2 veces con mis dedos en su sexo, mi boca chupaba su sexo y sentí como se corría por que me tragué sus flujos.

Ella tomo la iniciativa y poniéndome de pie recorrió todo mi pecho hasta bajar a mi polla que estaba dura deseando recibir su lengua y su boca, beso el glande y bajo por los lados de mi polla llenándola de saliva con su boca, enseguida se la metió entera en la boca, se trago mis 18 cm hasta el fondo, yo creía estar en el paraíso, sentía su lengua en mi sexo y no podía mas que gozar de sus chupadas.

Se coloco en el borde del jacuzzi y me llevo hacia ella y me pidió que la penetrara, se la metí entera de un tiron y ella gritaba de placer, entraba y salía de su sexo sin piedad y acariciaba sus pezones con mi lengua, después de un rato así me senté en el borde del jacuzzi y se sentó sobre mi polla, me cabalgaba arriba y abajo sin parar, se paro y me pidió que le metiera la polla en su culito.

Se puso en 4 patas y me mostró su culito caliente, moje mis dedos en su sexo y comencé a meterle un dedo en su culo, según se dilataba el culo le metí 2 y 3 dedos y me pidió que le metiera mi polla, la metí despacio para no hacerle daño y sentí mucho placer al metérsela, ella rozaba su clítoris y yo me agarraba a su cintura y acariciaba sus pechos.

Ella se dio la vuelta y me beso y metió mi polla en su sexo y me pidió que me corriera dentro de ella, yo ya no podía aguantar mas y casi nada mas metérsela sentí el orgasmo que me venia y me corrí en su sexo, nos quedamos abrazados en el jacuzzi y al rato nos dimos una ducha, mi pie ya no me dolía había sido mano de santo, bueno es este caso de santa.

Desde entonces somos buenos amigos y compartimos días en ese jacuzzi.