Excursión a 4

3 excursionistas contratan un guía para una ruta

Era sábado por la mañana y como muchos otros tenía ruta guiada programada por el monte, en esta ocasión para tres personas, me habían contratado una pareja y una amiga para realizar una ruta clásica, una travesía de un par de días.

Al llegar al punto de encuentro me llevé una grata sorpresa, no sabía si la ruta sería o no divertida, si la gente daría o no juego pero al menos sí que sabía que me alegraría la vista.

Hola me llamo Daniel, voy a ser vuestro guía.

Hola Daniel, somos Sara, Jerry y yo Lauren.

La amiga de la pareja Sara me recordaba a Penélope Cruz, una morena de ojos oscuros algo menos de metro setenta con unas buenas curvas y una de esas bellezas con garra, erotismo puro.

Jerry de algo más de metro ochenta, facciones fuertes y aspecto tranquilo parecía de mano un tipo afable y divertido, cosa que se confirmaría a lo largo del fin de semana, su pareja, Lauren era un chica de la misma estatura aproximadamente que Sara, de pelo castaño, delgadita, de facciones suaves, guapa, con una cinturita estrecha que hacía aún más apetecible el trasero que marcaba con unas mallas bien ajustadas igual que la camiseta blanca de manga corta que estilizaba bien su talle coronado por un pecho no muy grande pero aparentemente muy bonito. Ambas chicas con la melena suelta.

Tras revisar bien que lleváramos todo lo necesario, cogí la mochila con la cena y el desayuno del día siguiente y arrancamos. Jerry y yo charlábamos delante sobre nuestra afición por la montaña y por la naturaleza, mientras que al mismo tiempo mi oído estaba pendiente de Sara y Lauren que charlaban y se reían.

¿Qué os hace tanta gracias chicas? - Les preguntó Jerry

Uy no hay tanta confianza como para contarlo aún ja ja ja ja ja

Poco a poco el camino se fue estrechando y empinando junto a un pequeño arroyo, algunos pasos comenzaron a hacerse un poco más largos. En uno de ellos un poco mayor que los demás subí, y le di una mano a Lauren que en ese momento venía tras Jerry. Este aprovechó para ayudarla poniendo su mano en el trasero de su chica para ayudarla empujándola. Algo normal tratándose de su pareja, lo que me resultó un poco más chocante fue cuando al darle la mano a Sara para ayudarla Jerry hizo la misma operación aprovechando para tocar en ese caso el trasero de Sara. Tanto ella como Lauren que estaba viendo la jugada y el propio Jerry lanzaron una carcajada cómplice, supongo que sobre todo al ver mi cara de sorpresa.

No le di más importancia y seguimos durante un rato aunque he de reconocer que en ese momento envidiaba a Jerry. Poco después llegamos a otro paso parecido y en ese caso fue Sara quien aprovechó y cuando yo empezaba a subir puso su mano en mi culo y empujándome y riéndose me preguntó:

¿Necesitas ayuda?

Lauren y Jerry se partían de risa.

Muchas gracias - respondí riéndome yo tambien - lo necesitaba

Al siguiente paso fue Lauren quien dijo que ahora le tocaba a ella ayudarme. Todo parecía un juego inocente sin más importancia, pero el camino volvió a suavizarse y el juego quedó a un lado.

Paramos a comer en un claro del bosque con un gran árbol caído que nos sirvió de asiento. Los bocadillos sabían a gloria allí en medio del monte, Lauren y Sara comían charlaban y de cuando en cuando veía alguna caricia y aquí y allá por el rabillo del ojo mientras hablaba con Jerry. Eso calentaba mi profusa imaginación aunque dudaba si lo que veia era real o producto de mis deseos.

Sea como fuere la tarde fue pasando mientras seguíamos caminando por aquellos impresionantes parajes de montaña, hasta que llegamos a aquel magnífico valle en medio de las montañas donde en el extremo contrario casi el borde de un acantilado se encontraba la cabaña que teníamos preparada para pasar la noche. Llegamos a ella quitamos las mochilas posamos todo y salimos a sentarnos fuera y ver el espectáculo del atardecer que se presentaba ante nosotros tras alguna sierra lejana.

La cabaña estaba equipada con una placa de energía solar térmica con la que se calentaba el agua almacenanda en un gran bombo para poder ducharnos en un pequeño aseo, tenía una pequeña cocina y una sala con chimenea y varias colchonetas para dormir hasta 10 personas.

Mientras se iban duchando encendí la chimenea, saqué 4 colchonetas que extendí en el suelo, y me puse a preparar la cena. Una sopa que traía hecha en un termo pero que había que calentar un poco más, unas patatas a la brasa y la sorpresa era un pulpo que traía ya cocido para ponerlo a la gallega.

Todo estaba listo, sólo faltaba mi ducha, en cuanto acabé estaban todos listos y parecía claro que las chicas estaban juguetonas y con ganas de divertirse. En sus mochilas había sitio para vestirse de forma un poco más provocativa para el momento de la cena y ambas llevaban una minifalda muy ajustada una blanca y la otra negra con sendas camisetas ajustadas, estaban abrazadas besándose mientras Jerry las observaba detenidamente.

Yo me quedé también de piedra, parece que lo del resto del día no eran simples juegos sino que las chicas querían más.

Al aparecer yo Jerry carraspeó, ellas se separaron miraron para él, para mí, y se sonrieron al ver el efecto que esa visión producía en mis pantalones y en los de Jerry.

¿Cenamos? - dijo Lauren mientras nos miraba pícaramente a Jerry y a mí.

Durante un rato el ambiente se relajó un poco, salió la conversación sobre los lugares que habíamos visto a lo largo del día, charlamos de nimiedades y nos reímos durante un buen rato. Poco a poco las chicas se fueron animando de nuevo.

Hay que ver el trabajo que nos costaba subir esos pasos largos en la ruta, menos mal que había ayudas – dijo Sara

Menos mal que estaba mi mano allí para empujaros – respondió Lauren

Y no veas lo que me gustó sentirla

Y a mí la tuya golosona.

¿Y a vosotros chicos?

Por supuesto – respondió Jerry – la pena es que durara tan poco

Umm, ¿quieres más?

A mí todo lo que hacéis vosotras me fascina pero....

...¿Pero?

Qué igual Daniel se nos asusta

¿Yo? Para nada

Es que cuando estas dos bellezas se lanzan la cosa se caldea mucho Daniel, y esta cabaña podría arder.

Bueno, igual no es malo que suba la temperatura de la cabaña ¿no? - respondí.

No hubo que decir mucho más, durante la conversación las chicas ya veían que les íbamos a seguir el juego, así que la mano de Sara jugueteaba sobre las piernas de Lauren, muy cerca ya del borde de su minifalda. Jerry añadió algunas colchonetas más alrededor de las chicas que ya estaban en el suelo sentadas.

Lauren respondió a la mano de Sara acercándose a ella con la boca entreabierta, invitando a Sara a entrar en la suya. La lengua en el borde de los labios era una invitación más y la mano de Lauren sobre el pecho de Sara y su gesto de separar un poco más las piernas para que Sara tuviera mejor acceso entre ellas, no dejaban lugar a dudas sobre sus deseos.

No me había percatado de que Jerry se había colocado junto a las piernas de Sara y estaba besándolas, acariciándolas, mientras ella estaba besando el cuello de Lauren a la vez que le seguía metiendo mano.

Al verme apartado mirando la escena Lauren me tendió una mano, invitándome a acercarme a ella, al hacerlo me cogió de la nuca y llevó mi boca hacia la suya, mi excitación que ya era considerable, se desató completamente.

Sentí una mano entre mis piernas y tropecé con otra a la altura del pecho de Lauren, era otra mano suave supuse que de Sara a la que sentía jadear por el efecto de la boca de Jerry entre sus piernas.

Poco a poco todos íbamos perdiendo nuestra ropa y aquello se convertía en una mezcla de brazos, piernas, bocas pezones, jadeos….

En un momento dado sentí como Lauren me tumbaba se safaba de Sara y se arrodillaba de manera que cara quedaba entre sus piernas, estaba claro lo que me pedía y mis manos y mi boca no iban a dejar pasar la ocasión, acariciando sus nalgas y su espalda con mis largos brazos al tiempo que besaba sus piernas, pasando de una a otra y apenas rozando con mi nariz la entrada de su cueva, procurando hacer que desease aún más mi lengua ahí, retrasando lo inevitable para excitarla más de lo que ya estaba, todo lo que fuera posible.

Estaba a punto de comenzar a dedicarme a su botón del placer cuando de repente Sara se arrodilló también sobre mí pero mirando para Lauren, abrazándola y besándola. Desde abajo vi cómo aquellas dos bocas se juntaban, cómo aquellos 4 pechos chocaban unos contra otros acariciándose los pezones dos a dos entre sí, y vi finalmente como dos cuevas con sus respectivos guardianes chocaban y se unían.

Ese fue el momento del arranque de mi lengua, no se trataba ya de hacer estallar de placer a Lauren sino que Sara recibiría mi lengua al mismo tiempo. Pasaba de un clítoris a otro, tocaba los dos a al vez, los acariciaba suavemente, mientras seguía acariciando las nalgas y la espalda de Lauren. Mi lengua se afanaba porque aquellos gemidos siguieran aumentando de intensidad. En algún momento en que el movimiento de los cuerpos me permitía ver una rendija hacia arriba al separarse pude observar cómo las manos de ellas se acariciaban, se amasaban los pechos, los torsos, jugaban con los pezones, e incluso cómo Jerry puesto en pie a su lado les ofrecía su miembro para que puesto entre sus bocas tuvieran con qué jugar.

La primera en llegar al orgasmo fue Lauren, intenso, largo, se dobló, se agachó sobre mi cuerpo, se abrazó a mí mientras yo la abrazaba a ella y seguía estimulando el clítoris de Sara, que apenas un minuto más tarde llegaba al orgasmo igual que su amiga. Tras unos instantes todos parados fue Lauren quien echando mano entre mis piernas decidió que necesitaba algo más, que quería algo dentro de sí, y sin decirme nada, usándome como si de un objeto se tratara me metió dentro de ella y comenzó a moverse arriba y abajo mientras me besaba y mis manos jugueteaban con sus pezones. Jerry cogió un poquito de gel de un bote que sacó de no se dónde y comenzó a jugar entre sus nalgas. Sara había desaparecido de mi vista, pero no fue por mucho tiempo.

Al volver a verla venía con un arnés puesto en el que se veía un pene de plastico, de un tamaño normal muy brillante, parece que embadurnado en el mismo gel.

¿Ya me la tienes a punto?

Toda tuya - le respondió Jerry

Vi a Sara colocarse tras Lauren, buscando sitio entre sus piernas y las mías, lo siguiente fue disfrutar de la cara de mi partenaire, los ojos muy abiertos, la boca igual y lanzando una exclamación afirmativa

¡Siiiiiiiii, dios, Jerry ven ya!

Jerry no se hizo esperar y puso su miembro nuevamente a disposición de la boca de Lauren. Sara era quien marcaba el ritmo, embistiendo a Lauren una y otra vez. Mientras tanto una de mis manos seguía jugueteando con sus pezones mientras que la otra estaba en el clítoris, quería que su placer fuera brutal, incontrolable y no darle tregua. Con tanta estimulación no tardó en correrse por primera vez, pero nadie paró, nadie le dio descanso, seguimos y dejamos que los orgasmos llegaran uno tras otro. La primera en parar fue Sara, su dildo doble la había hecho correrse también a ella un par de veces.

Lauren se irguió entonces y mientras me seguía cabalgando echó mano a la dura polla de Jerry pajeándole para acelerar su orgasmo. En el momento en que él le avisó que se iba a correr, ella la metió entera en la boca, aceleró y dejó que él se corriera dentro. Nada vi salir de allí.

Cuando Jerry se retiró Lauren se quitó de encima de mí, se tumbó boca abajo y me dijo:

Sientáte sobre mi culo y métemela.

No tuvo que pedirlo dos veces, entré en su cueva arrodillado sobre sus piernas mientras separaba sus nalgas, me encantaba esa visión de ese trasero que había visto durante la ruta y que tan apetecible me parecía. Empecé muy suave, lento y largo, muy largo desde sólo el capullo hasta tenerla completamente dentro, de manera que ella la sintiera entrar y salir al completo muy lentamente.

Poco a poco fui aumentando el ritmo junto con sus gemidos. Al correrse se agarró fuertemente a las colchonetas, yo estaba ya muy cerca así que no era cuestión de parar, aceleré aún más y poco después de Lauren yo también acabé.

Me quedé dentro tumbado sobre su espalda, besando su cuello y jadeando al unísono. Sara y Jerry al lado abrazados se hacían caricias mientras nos miraban.

Sin duda el primer día de ruta había sido fantástico, tocaba descansar y mañana ya sería otro día….