Excitando
Así que nos levantamos como si nada, dejándoles nuestro aroma de mujer, nuestro recuerdo, y avanzamos por la calle, no sin dejar de despedirnos del indio que tiene una tremenda boa que le presiona el pantalón y se marca en la pernera derecha! Cuánto debe medir? Eso deben ser más de 30 centímetros! Definitivamente, tendré que volver cuando pueda a ese bar.
No te lo mereces, pero bueno, te escribo porque no puedo dejar de mirar tus ficheros y quiero tenerte duro y excitado todo el tiempo, quiero que sólo de pensar en mi se te ponga dura y que sueñes con llenarme de tu lechita.
Te cuento lo que me pasó este fin de semana. El viernes había estado mirando tu "material" ;-) Así que estaba muy muy caliente, tanto que me tuve que cambiar la tanga antes de salir de la oficina y guardarme la tanga empapada en mi pequeño bolso. Así de mojada salí de la oficina a buscar el metro. Llevaba falda, pero esta vez no una minifalda, sino una falda hasta medio muslo y medias altas de esas con una banda de goma que me permite llevarlas sin liguero. Seguía mojada y excitada por ti, fantaseando con tenerte al lado, con que me enviaras más material para que sea yo la que me "divierta" en mi intimidad visionándolo ;-). El problema es que en vez de relajarme me estaba excitando todavía más mientras esperaba que viniera el metro. Allí, en pie en el andén, estaba volviendo a chorrear.
Y ya sabes que cuando yo me humedezco huelo a sexo. Así que tomé un pañuelo de papel y, disimuladamente, traté de secarme. Pero era imposible allí en el andén, sólo intentar agacharme un poco y subirme la falda y cien ojos de hombres alrededor se clavaron en mi, como siempre, vaya. Así que decidí esperar al vagón, pero entonces ya los tenía yo a todos curiosos con mis movimientos. Entré en el vagón rodeada de todos ellos y traté de quedarme en pie hacia el final del vagón para poder secarme, pero pero claro, entonces quedé rodeada de los hombres porque todo el mundo ocupó los asientos.
En fin, que me quedé de pie, rodeada de hombres y con el pañuelo de papel en la mano. Intenté levantar un poco la falda por el lado y secarme, pero no pude llegar ha hacerlo porque enseguida sentí las miradas de todos centradas en mi y en mis movimientos. Los hombres de alrededor aprovecharon que había alzado un poco el borde de la falda para acercarse y aprovechando el vaivén del tren pegarse a mi. Algunas manos me rozaron, los pechos, el kulito y yo caliente y chorreando por tu culpa! Me volví a erguir y traté de disimular, pero eso ya sólo sirvió para que me rozaran todavía más los pechos los dos de delante, que sonreían satisfechos al ver crecer mis pezones todavía más. Una mano aprovechó que tenía al alcance el borde de mi falda para explorar y subirla un poco mientras otras me rozaban los glúteos. No podía ni protestar, pues estaba claro que todos habían tomado mis movimientos como insinuaciones. Así que traté de salir, pero al moverme hacia delante los dos tipos creyeron que quería incitarlos y todavía acariciaron mis pechos con más descaro. Uno de ellos me pellizcó el pezón derecho y no pude evitar gemir un poco (de dolor o de placer, no se). Así que mis intentos de avanzar sólo resultaron en más tocamientos. El que sujetaba el borde de mi falda, al yo moverme, resultó que abría mi falda y ya todos aprovecharon para alzármela. Con la mano que no sujetaba el bolso traté de bajarla, pero entonces vino un frenazo del tren y todo se descontroló, casi caigo, pero por la presión de todos ellos me mantuve en pie. Pero claro, las piernas se me abrieron, los contactos se multiplicaron y el resultado fue que la falda se alzó dejando al descubierto de las manos mi interioridad, que rápidamente se vio cubierta de tocamientos cuando no pellizcos o penetraciones. Ahora estaban como descontrolados y eso se iba a convertir en una orgía, así que sin miramientos forcé la situación para salir del vagón y forcejeé hasta la puerta en medio de los tocamientos. Llegué a la puerta pero todavía faltaba para la estación, con lo que los que me siguieron me penetraron con sus manos por todos mis orificios y me sobaron los pechos hasta que se abrieron las puertas y pude escapar. Escapé, pero sin tanga, con la falda todavía medio levantada y las mejillas rojas de excitación y calor.
Al salir del metro traté de arreglarme, pero el aire en mi chochito bajo la falda me seguía excitando, y ya notaba humedad sobre mis medias, MI humedad, goteando por mis piernas y haciendo brillar las medias. Camino de casa me encontré a Lucía, que me vio con mejillas sonrojadas y me preguntó que qué pasaba. Fuimos a un café y, mientras tomábamos una cerveza, le expliqué lo sucedido en el metro. La excitación de repasar tus fotos, de ver tus correos, el encuentro con mil manos en el metro, el haber perdido la tanga Uffff . Mientras lo explicaba me excitaba más y más.
Pese a que hablábamos bajito, creo que nuestra excitación (a ella también se le pusieron los pechos duros, se le marcaron los pezones sobre la blusa) se dejó notar, porque más de un grupo de hombres y alguna mujer, se nos quedaron mirando. De hecho, algunos que estaban en la barra del bar nos miraban con descaro, así que yo crucé las piernas dándoles una buena vista de mis medias, del final de las medias, y del resto del muslo sobre el que no se veía ninguna braguita ;-). De hecho, decidí comentárselo a Lucía, que sonrió pícaramente (ella también es una perversa) y decidí moverme para que la falda se alzara un poco más todavía y que vieran mi pierna entera mientras Lucía también se abría el escote ;-).
Ahora todo el bar nos miraba y nosotras oíamos los susurros de comentarios de los hombres. Al fin y al cabo, el café era poco más que un bar de barrio. Ahora ya toda yo olía a sexo, así que me levanté para ir al baño a asearme, y Lucía me dijo "No tardes, guarrona, que ya veo que estás muy excitada", con lo que dejó clavados en sus asientos a todos los hombres. Yo entré en el lavabo del fondo, donde había una puerta de madera que no se cerraba que daba a un pequeñísimo espacio con un lavamanos y dos puertas más para el aseo de hombres y mujeres.
Abrí la puerta del de mujeres y vi que no había papel, así que miré en el de hombres. Pero claro, así quedaba claramente a la vista de todos, porque quedaban abiertas las dos puertas. Haciendo ver que no me daba cuenta me agaché a tomar papel, dando a los que estaban aposentados en la barra del bar una visión perfecta de mi kulito mientras tomaba un poco de papel.
Seguidamente, de espaldas a ellos, alcé mi faldita por delante (con lo que también se subió de atrás), y procedí a limpiarme mi chorreante coñito. A través del espejo de al lado veía cómo babeaban desde la barra del bar, así que no pude evitar excitarme aún más (no me había masturbado todavía desde que miré tus mails!!!!) y a chorrear de nuevo, con lo que sólo había una solución. Tomé más papel y apreté mi clítoris con lo que rápidamente alcancé un orgasmo.
Entonces me giré y me arreglé la falda y salí, coreada de aplausos de todos los del bar ;-). Lucía me tomó del brazo y salimos juntas. Pero pese a todo, las dos continuábamos muy excitadas, mi rápida caricia no me había satisfecho, y mis pezones estaban duros y reclamaban caricias (y mi chochito chorreaba sobre mis piernas y mi ano se contraía pidiendo guerra). Lucía, por su parte, también estaba excitada y pensé en irnos a su apartamento y satisfacernos mutuamente, pero ella llevaba otra idea, teníamos sed de hombres! Nuestra charla sólo giraba sobre eso una y otra vez, sobre cómo la tendrían los hombres que nos cruzábamos, sobre cómo nos gustaría ser múltiplemente penetradas o exhibirnos y excitarlos a ellos. Las mujeres pueden ser también muy fantasiosas y excitantes!!!
Caminábamos sin rumbo por las calles del casco antiguo de Barcelona y decidimos sentarnos en una terracita para tomar algo, el ambiente era un poco fresco, pero nuestras temperaturas interiores tan altas que lo compensaban. Nos sentamos en la terraza, yo sin bragas!!!! Pero tomamos la lista de comida y buscamos algo que tomar. No tardó mucho en acercarse un camarero, un latino joven de Perú o así, bajito y con cara de indio, pero no somos racistas, así que no le dimos importancia. Ordenamos unos pinchos (carne asada en un palito de madera, sazonada picante) y dos jarras de cerveza. El chico, muy aplicado, tomó nota mientras miraba nuestros escores y nuestras piernas, como siempre nos pasa ;-).
Por un momento nos olvidamos del sexo y hablamos de nuestros trabajos y nuestras cosas. Pero claro, como no podía faltar, acabamos volviendo al sexo. Ella había estado tonteando con varios chicos, pero se quejaba que no le cumplían en la cama ;-) Es que es muy fogosa, y necesita tres orgasmos tremendos para estar satisfecha (lo sé, porque cuando nos hemos satisfecho la una a la otra he quedado agotada de tanto penetrarla con el doble consolador!!! Además, mis labios quedan hinchados después de tanto rato de besarnos y lamernos). Había tratado de excitarlos para que le dieran raciones de sexo prolongado haciéndolo en parkings o en parques para que se excitaran más, pero ellos parecían muy tontitos y se ponían demasiado nerviosos para concentrarse en la tarea y disfrutar del sexo.
Con todo eso sentía mi sexo pringoso de nuevo, es una sensación de urgencia de sexo muy desagradable ;-). Frente a nosotras había un grupo de chicos de 18 o 20 años tomando en las escaleras de la plaza, chicos jóvenes con una cola y whisky compradas en alguna tienda para que fuera más barato. Tenían monopatines y pantalones bajos que mostraban las rajas de sus culos, cuerpos jóvenes y fibrosos. Naturalmente, ellos también se habían fijado en nosotras, y especialmente en mis piernas, que no se podían estar quietas por el deseo de sexo, de acariciarme mi mojada y abultada vulva. Así que les mostré mi brillante y mojado sexo, sin malicia, sólo por diversión. Sus ojos se abrieron como platos y sus cuchicheos se incrementaron notablemente con excitación. Lucía se percató de todo, me conoce demasiado como para no interesarse por mis silencios ;-). Los miró y rápidamente se percató de todo ;-). "Serás guarra" me dice, y se levanta con movimientos sensuales y felinos y entra en el bar moviendo las caderas para que todos se exciten también con ella. Me quedo sola, con mi cerveza y tomando algún trocito de carne entre mis labios y mordiendo sensualmente para que no se me corra el pintalabios ;-) Los chicos se quedan embobados viendo mi boca como succiona y muerde la carne mientras mis piernas se friegan la una a la otra en un movimiento descaradamente sexual.
Vuelve Lucía y se sienta, sé lo que ha ido ha hacer antes de que me lo cuente. Se ha quitado sus minúsculas braguitas y se une al espectáculo exhibicionista. Pese a los pantalones caídos de los cuatro chicos podemos ver su excitación en las tremendas protuberancias que les han surgido entre las piernas, sexos jóvenes y dispuestos a descargar litros de leche en nuestro honor. Lo harán esta tarde o noche, en sus camas, soñando con nuestros cuerpos sensuales mientras sus manos acarician sus trancas.
Pero hay un espectador más que no pierde detalle, el camarero indio al que el delantal sobre el pantalón le hace una curiosa prominencia y que no nos quita ojo con la excusa que no nos marchemos sin pagar, supongo ;-). Pero lo cierto es que parece tener una boa que le recorre media pernera del pantalón!, tendremos que ir más a ese bar ;-) Nosotras seguimos charlando a media voz de sexo, de compañeros y de situaciones, con lo que ellos no pierden detalle y están extasiados de oír a dos mujeres charlando de sexo sin tabús y sus duras pollas a punto de estallar ;-).
En esto que me saco un cigarrillo de mi bolso y me acerco a los chicos y les pido fuego. No fumo mucho, pero es más una excusa para acercarme sensualmente y flexionar mis rodillas ante ellos y quedarme parada, rodillas flexionadas, con mi falda alzada y dándoles una perfecta vista de mi húmedo coñito y llenarlos con mi aroma de sexo. Los cuatro chicos se quedan embobados mirándome sin saber reaccionar. "Tenéis fuego?" repito, hasta que uno de ellos consigue reaccionar y saca un mechero de uno de sus bolsillos y me da lumbre mientras todos miran mi escote y mi chochito abierto que rezuma sus flujos para ellos. Inspiro el humo y se lo tiro a la cara. "Qué pasa? Os gusta la vista? Espero que esta noche os haréis una buena paja en mi honor, no?". Tan directa que no saben como reaccionar, pero uno, el más lanzado responde: "No sólo una te lo juro".
Nunca habíais visto una chica sin bragas y con el coñito rezumando?
No fuera de las revistas, dice uno.
Claro que sí, dice otro dándoselas de macho.
Joder otro.
Se pisan los unos a los otros, tratan de decir algo para no parecer mudos, pero están aún en estado de shock. Me siento a su lado mientras veo que Lucía paga nuestras consumiciones. Alargo mis piernas, ahora la falda se me ha recogido y sentada pueden seguir viendo mis medias, el extremo de la banda que las retiene en mis muslos y, justo enfrente de ellos, una vista de mi chochito brillante de la humedad de la zorra que soy. Les miro a los ojos y a sus paquetes cuando les hablo. Ellos tratan de mirarme a la cara, pero sus miradas se desvían a mi chochito o a mis erectos pezones tras la blusa (no llevo braiser, por supuesto). "Y os masturbaréis pensando en mi?". "Pues claro", "Sí", "Seguro!!!!".
Mmmmm eso me excita sabéis? Cuatro machos jóvenes que me ven desnuda y se acarician sus gruesas pollas pensando en mi, en que me penetran, en que me llenan de su leche, en que me desgarran y me cubren con su corrida .- Hablo sensual y bajito, susurrando las palabras mientras fumo tranquilamente, seria, pero no demasiado, insinuante, sensual y muy muy guarra.
Coño! Vaya puta!
Lucía se acerca y se pone a mi lado, agachada en cuclillas, sonriendo y mostrándose también (aunque yo no puedo verlo por estar a su lado). "Qué haces guarrilla? Te están comiendo con los ojos, ya les has preguntado si llevan preservativos?".
Y ellos con ojos como platos hacen una mueca de desilusión (no llevan). Tienen dos chochos a su alcance y no llevan preservativos y seguro que su economía no da para demasiado! Jajajajajaja Yo sigo fumando lentamente mientras me acarician con sus lascivas miradas, me recorren el cuerpo entero y noto sus miradas en mi piel, seguro que Lucía también.
No vas a dejarlos así, verdad? Dice Lucía acercando su mano a la de uno de los chicos, la toma y la pone en mis muslos, en la parte interior de mis muslos, justo al final de las medias, en contacto con mi carne, casi por debajo de la falda. El chico, ni corto ni perezoso, avanza su mano al ver que yo ni me muevo y sólo miro a Lucía compartiendo nuestra mutua excitación como si no notara el contacto del chico, que llega hasta mi coño y sumerge dos dedos dentro y los empapa en mis fluidos y mi carne. Los otros están viendo cómo sus dedos penetran en mi y oyendo el chap-chap de sus movimientos. Yo, de cuclillas, en esa incómoda posición, hago como que ni me doy cuenta de que me está penetrando con sus dedos.
"No, no los dejo así, no ves? Ya me están penetrando y dándome placer. De hecho, me están dando mucho placer, noto sus dedos". Y mientras digo esto presiono con las piernas y encierro su mano, la atrapo, ante lo que él se asusta y la retira, húmeda y se la lleva a la nariz y huele sus dedos. Los otros tres están paralizados, no se creen lo que han visto, ni mi voz sensual y susurrante diciendo eso.
Lucía sonríe y me mira. "Serás guarra". "Tu sabes lo que debe ser disponer de cuatro pollas tiernas y jóvenes cargadas de semen como estas?" Le digo sin que me importe que estén allí, oyéndolo todo, viendo y tocando mi sexo, mis pezones erectos, y yo fumando relajada y excitada.
Bueno, creo que ya nos hemos ganado que hoy nos honren cuatro tremendas corridas, no crees?
Seguro.
Así que nos levantamos como si nada, dejándoles nuestro aroma de mujer, nuestro recuerdo, y avanzamos por la calle, no sin dejar de despedirnos del indio que tiene una tremenda boa que le presiona el pantalón y se marca en la pernera derecha! Cuánto debe medir? Eso deben ser más de 30 centímetros! Definitivamente, tendré que volver cuando pueda a ese bar.
Nos marchamos imaginando lo que deben estar viendo, dos majestuosos cuerpos moviendo las caderas que se pierden por una de las callejas del casco antiguo de Barcelona