Excitada por mi sobrino 5

Notaba lenguas en mis pechos y sobre mi piel.No dejaba de escucharles decirme obscenidades.

Excitada por mi sobrino 5

Al medio día estaba preparándome para salir cuando recibí un mensaje que decía "Hola linda, estas libre hoy? me gustaría verte. Era mi sobrino, que me había prometido organizarme sexo grupal.

A las pocas horas estaba en mi habitación esperando que lleguen los 5 hombres que había elegido mi sobrino para pasar esa noche en la que me había preparado para obtener el máximo placer sexual que haya podido imaginar jamás.

Mientras esperaba me vestí y desvestí varias veces quedando como más me gusta, un corpiño de media tasa que eleva mi firme busto dejando mis pezones a la vista, un portaligas ligeramente por debajo de la cintura que sujeta por medio de sus finas tiras las medias de lycra que llegan hasta la mitad de mis muslos y unos zapatos de tacones bien altos, casi dieciocho centímetros, elevando mi estatura aún más y nada más. No llevo bragas en estas ocasiones. Todo el conjunto color negro.

Cuando mi sobrino llego con sus amigos me encontraba sentada en un sillón, me levante a saludar a mi sobrino.

"vas a ser buena con nosotros ¿verdad?" me dijo mientras pasaba su mano por mi culo

Sus manos estaban ocupadas tocando mi cuerpo, a lo que yo no oponía resistencia, estaba tremendamente excitada y esas caricias me excitaban aun más.

Los cinco jóvenes tenían edades que iban entre los 18 y 22 años, aunque uno aparentaba menos.

Estaba realmente excitada, entonces el resto de los jóvenes, que se habían desnudado, se acercó a nosotros y me rodearon, me excité, al verme rodeada de todos ellos, con sus penes en la mano y mirándome de una manera lujuriosa.

Empecé a sentir innumerables manos sobre mi cuerpo, tocándome en todos los sitios, palpando, acariciando, apretando y hasta pellizcando. Tocaban mis pechos, mis pezones, mi culo, me mordían... También notaba de vez en cuando alguno de sus penes golpear o rozarse sobre mi piel. Sabía que me gustaba, mi excitación era otra vez enorme y tenía los muslos empapados.

El chico mas joven, el que aparentaba menos edad, puso su pene en mi boca y yo comencé a lamerlo y a chuparlo instintivamente, me gustaba muchísimo sentir aquella maravilla caliente y rígida en mis labios y en mi boca, se la chupaba con verdadera pasión mientras clavaba mis uñas en sus firmes glúteos.

Estaba tan concentrada en eso que casi no note que alguien había metido sus dedos entre mis piernas y los movía dentro de mí, mientras notaba lenguas en mis pechos y sobre mi piel, no sabía ni de quien ni donde exactamente pero no me importaba ya.

No dejaba de escucharles decirme obscenidades.

"umm esta madura está bien rica jeje" "mira como le gusta chupar, parece una putita hambrienta" "está chorreando la muy guarra"

"toma zorra, te gusta que te den caña eh"

Estaba silenciosa, chupando mientras otros me chupaban a mí, hasta que noté que ya no se conformaban con tener sus dedos dentro de mí, y algo más grueso y caliente luchaba por entrar en mi vagina.

Ya no solo era uno de ellos el que entraba en mí, se iban turnando para penetrarme, y sabía cuando iban a cambiar cuando dejaban mi vagina vacía un poco más de lo normal, hasta que otro pene duro y ardiente entraba en mí y me taladraba con desesperación. Mientras uno me penetraba, los demás esperaban tocándome y pasando sus penes mojados por mis jugos por mi cuerpo, y ahora incluso jugaban con sus dedos en mi ano, metiéndome un dedo al mismo ritmo que me penetraban.

Sabía que no se iban a conformar con eso, y tardaron muy poco desde que cambiaron ese dedo por uno de sus penes.

Dejé escapar un grito de placer y dolor cuando mi culo fue invadido por esa pija enhiesta que se abrió camino de una sola embestida.

Al sentirla clavarse dentro de mí por completo gemí de excitación, ensartada por todos mis orificios, llena de fluidos, saliva, sudor

Los orgasmos se sucedían en mí, uno detrás de otro, sintiendo cada una de sus diferentes pollas introducirse y follarme en cada uno de mis orificios, estaba mojada, agotada, desecha, de rodillas en el suelo, con todos ellos a mi alrededor, masturbándose encima de mí con sus penes hinchados, a punto de explotar.

El placer que esos hombres me estaban otorgando era mucho mayor al que yo podría imaginarme, era dar y recibir gozo sin regateos.

Me sentía tal una Diosa adorada por sus devotos, lamí, chupé, saboree esas pijas erectas que se me brindaban tal una ofrenda.

Empezaron a correrse sobre mi cara, notaba su semen escurrir por mi cara y mi cuerpo, chorros de semen que ardían en mi piel mientras resonaban sus gemidos apagados, me hicieron abrir la boca, tragarme parte de su esperma, el resto lo extendían con sus pollas sobre mi cara, estaba completamente cubierta y pringosa, con un olor fortísimo a semen y sexo.

Me dejaron allí, sentada en el suelo, mojada, desnuda y cubierta de leche.

Tenía una sensación difícil de explicar, entre satisfacción y humillación, entre deseo y excitación

Mi sobrino estaba sentado al borde de la cama, sonriéndome Las palabras no eran necesarias, parecía que estábamos poniendo en práctica una obra muchas veces ensayada y la actuación había sido ejecutada a la perfección.