Excitada por Mi sobrino
Saber que había sido yo quien tomara desde el principio la iniciativa de conquistar a aquel hombre que era mi sobrino me tenia fuera de control.
Excitada por Mi sobrino
Me llamo Ana y tengo 43 años. Nunca imaginé tener una conducta tan liberal y fuera de prejuicios y temores. Y comportarme como una verdadera hembra sedienta de sexo. Saber que había sido yo quien tomara desde el principio la iniciativa de conquistar a aquel hombre que era mi sobrino me tenia fuera de control.
No me importo que fuera el hijo de mi hermano, ni los 24 años de diferencia que le llevo.
Todo sucedió cuando mi sobrino Ricardo de 19 años vino de paseo y se quedó en mi casa
Ese Día , salía del baño rumbo a mi cuarto, totalmente desnuda, creyendo que estaba sola, cuando a mitad del pasillo de pronto me encuentro con mi sobrino que se dirigía a ducharse, también totalmente desnudo. Nos quedamos paralizados los dos sin saber que hacer. En esos minutos, que me parecieron horas, sin atinar que hacer, pude observar a mi sobrino con una tremenda erección que me miraba sin atinar a nada. Como pude me tapé con las manos y corrí hacia mi cuarto
Luego, mientras tomábamos un café me pidió disculpas por lo sucedido, pero dijo que él no sabía que yo estaba en casa.
En medio de la conversación se disculpo nuevamente, esta vez por la erección que tuvo en esa oportunidad, pero me dijo no pudo controlarse, pues yo le había parecido una mujer hermosa, con un cuerpo escultural y varias cosas más, yo le dije, que no había problemas que estaba disculpado.
Yo tengo una amiga que hice a través del Chat, que si bien no nos conocemos personalmente, tenemos mucha confianza entre nosotras y se me ocurrió comentarle sobre el hecho, ella me preguntó que había sentido yo ese día que vi a mi sobrino desnudo y con tremenda erección, le comenté la verdad, si bien estaba aturdida, no tenía bien en claro mis pensamientos, por un lado pensaba que era mi sobrino, pero por el otro no podía dejar de pensar e imaginármelo desnudo y con su erección a full. Que luego de ese día a la noche no podía conciliar el sueño pensando en él y me excitaba el hecho de pensarlo, y hasta llegaba a masturbarme varias veces imaginando ese día. Ella me sugirió que lo provocara, para ver hasta donde quería él.
Debo confesar que habitualmente me visto con minis muy cortas o pantalones (de vez en cuando) muy ajustados, y como creo que tengo buen cuerpo me gusta lucirlo
En otra ocasión, un viernes a la noche. Mientras cenábamos me dijo: quiero que me respondas una pregunta ¿que sentiste cuando me viste ese día desnudo?, me dijo.
Pensé en lo que me había dicho mi amiga, y le respondí; que me había perecido lindo él y en cuanto a su erección, me sentía halagada de agradar a un jovencito.. Me dijo, debo confesarte, nunca había imaginado que eras tan linda y con un cuerpo tan hermoso, el solo hecho de verte me excito de sobremanera y hasta he llegado al punto de pensar en ti, cuando he hecho el amor con otra chica, y en varias oportunidades me he masturbado pensando en ti, me dijo. Yo le contesté que estaba bien, pero que debía pensar que éramos tía y sobrino y que no debíamos pensar en nada más, a lo que me contestó que si podíamos, lo que pasa es que tu no quieres. Hoy por ejemplo, me dijo, al verte agachada buscando algo, no pude dejar de admirarte y mirarte las piernas hermosas que tienes, la cola, tu boca, toda vos me vuelve loco.
Esto me tenia muy excitada. Podía ver como su bulto crecía bajo su pantalón mientras yo sentía como mi vagina se comenzaba a humedecer.
Si le dije, estás loco, no podemos hacer nada, somos tía y sobrino, así que dejemos las cosas así. Dicho esto me di la vuelta para buscar la salida, pero me agarró de atrás, me abrazó muy fraternalmente, pensé que se había arrepentido de todo y buscaba disculparse, nada más lejano, me abrazó con fuerza, me dio vuelta me puso frente a él, y me dio un beso en la boca, me quedé atónita, no sabía que hacer, me agarró la cara con las dos manos y comenzó a besarme, esta vez su lengua buscaba abrir mi boca. Siguió besándome, esta vez con furia, abría mi boca con su lengua, me besaba el cuello, me tocaba los pechos, yo estaba petrificada, no sabía que hacer al respecto. Y él seguía, esta vez, aprovechando que estaba de minifalda, comenzó a tocarme las piernas, que son mi punto débil, me agarraba la cola, me la apretaba, mientras continuaba besándome, no se en que momento me puso contra la pared me levantó la falda y me apoyó todo su miembro contra mi vagina por encima de la biquini que tenía puesta. No se en que momento, me agarró la mano y la llevó a su miembro que ya lo tenía fuera de su pantalón y su calzoncillo, me la hizo agarrar y ahí comencé a sentir que ya no podía, y a esa altura, ya no quería pararlo. Comencé a retribuir sus besos, abrí mi boca y le di mi lengua. mientras seguía agarrada a su miembro que estaba que explotaba. Me agarró de la cintura, me levantó hacia él y me sentó en la mesa, me subió la pollera, mientras besaba mis pechos ya fuera de la blusa, metió su mano entre mis piernas, tocaba mi vagina ya húmeda de tanta excitación, bajó mi biquini y comenzó a lamerme, huyyyyyyyy, que hermoso que lo hacía, ya fuera de mi me tiré para atrás y comencé a gozar, me saqué la blusa, la pollera y quedamos los dos desnudos. Al cabo de un rato de lamerme y hacerme gozar hasta el cansancio, abrió mis piernas y comenzó lentamente a penetrarme, lo que le pedí es que lo hiciera salvajemente.
Pude sentir como toda su hombría entraba en mi de un solo impulso arrancándome un suspiro de dolor mezclado con placer al sentir todo su aparato abrirse camino entre mis entrañas. Entonces él me dijo "estas disfrutando tía" yo le conteste con voz entrecortada que si y después él empezó a entrara y salir moviendo su cadera en circulo mientras con la boca chupaba mis erectos pezones mientras yo le tenia sujetado de sus nalgas empujándole mas y mas adentro de mí.
Sentí que él me levantaba las piernas con sus brazos y metía más rápido su pene en mi vagina que estaba escurriendo jugos por todos lados. Esta situación hizo al poco tiempo que mis caderas comenzaran a convulsionarse y le enterrara mis uñas en su espalda; él advirtió que se venia mi orgasmo y terminamos juntos muy agitados abrazados y besándonos como no queriendo que se terminara el momento.