Evolución: emprendimiento

Creé un "club privado" como evolución lógica a mi comunidad de sumisas.

Me gustaría que se prestara especial atención a este relato, pues es la sincera exposición de una asociación que generé a partir de una sucesión de hechos inseparables que, como consecuencia lógica, desarrolló en lo que concluiré.

Temporalmente se inició cuando publiqué, en esta misma página –Todorrelatos-, la relación que sostuve con “Bet”, además de mi experiencia de años con mi comunidad de sumisas, dato que todo aquel que contactó conmigo lo tomó como un reclamo y mi intención fue exclusivamente informativa. También contacté con mucha gente afín a mis preferencias sexuales –BDSM- en otras redes sociales más específicas a esto.

La cuestión es que, y me disculpo por no haber podido continuar los relatos de mi comunidad de sumisas, recibí más de mil correos electrónicos de personas de ambos géneros, de diversas condiciones e identidades sexuales interesados en todo lo que podía ofrecer. Así que mi imaginación creció y mi creatividad se activó; así creé un sistema apto para todos los que amamos el sexo.

Contacté con varios cientos de personas, obviamente me costó cierto tiempo, simplemente por el placer de conversar, todo mediante correo electrónico, algunos (muchos) se quedaron sin respuesta, por lo que también me disculpo. Pero inicié la apertura, fundación y dirección de un club en el que participamos, siempre con el respeto a todo lo pactado, buena gente de todas las edades y morfologías, que se incorporaron porque no hay muchos lugares donde poder realizar todas las fantasías sexuales que tuvieran y más de forma tan segura, tanta variedad y tanta disposición; pues la belleza de lo que hacemos está en la categorización por grupos de los que yo soy responsable y organizador.

En el primero de ellos se produjeron situaciones indeseables de personas indeseables, por lo que tuve que, en alguna ocasión puntual, cesar la actividad de dicho tipo de personas, incluso he tenido que utilizar la fuerza; razón por la que he tenido que ponerme especialmente serio sobre la seguridad. Hoy llevamos 0 incidencias desde que empezó 2020, llevo 3 grupos de 30 personas (variables según la evolución en las categorías) y nos reunimos al menos una vez al mes, personalizando y tematizando los eventos.

Sobre el altercado diré que un socio de este “club privado” se propasó con una principiante, tuve que cogerlo del cuello, llevarlo a los vestuarios, retirarle los beneficios de socio, incluidos los atavíos y pedirle a seguridad que lo echaran del local. No tolero el atentado contra la libertad sexual que tanto me he esmerado en plasmar por escrito para que no haya conflictos, y se le avisó 3 veces de que no se propasara, como dicta el decálogo al que se suscribió. Además tuvo que compensarla económicamente por lo sucedido, pues también aceptó las condiciones que sobre este tema reza el procedimiento sancionador al que se someten los socios/as.

Es cierto que mi dedicación, desde entonces, ha sido casi a tiempo completo a este proyecto del cual estoy muy orgulloso y en el que estoy muy entregado, lo que me ha llevado a profesionalizarlo y a dedicarme a tiempo completo a ello: pues si invierto todo mi tiempo en esta maravilla debo exigir una cuota, porque además tiene unos costes muy elevados. Hoy estoy con 90 personas muy fieles, y estoy muy contento con haberlos elegido. Sí que es cierto que no está al alcance de todos, por eso en algunas ocasiones he hecho alguna invitación. Por ejemplo, un evento que quise realizar en una de las capitales de una de las provincias de Andalucía al que quise invitar a una mujer con la que me escribí un par de veces por aquí, pero no resultó. Parece que quería algo más estable, aún coincidiendo con los gustos básicos de estos eventos. No me dio ni tiempo a comentarle lo planeado. Pasé a otra candidata.

Los eventos nunca se celebran 2 veces en el mismo sitio, obviamente por seguridad. Aquel evento fue uno de los más memorables que tengo. El tema era operístico, aunque honestamente las deteste, pero hay vestuarios e historias elaboradas. Como participaban muchos/as principiantes, los elementos de dolor los reduje al mínimo, dejando para ello cruces, camillas y picotas, sin látigos pero con fustas.

Como es costumbre ya en los primeros eventos en los que participan los socios hay presentaciones, haciendo un show como iniciación, con el previo apercibimiento verbal de que debe dar un pseudónimo. Nos da igual mostrar las caras, pero los datos personales pueden comprometer, así como la inclusión de tecnología por otro/a que no sea yo, pues necesito acceso a las fichas personales de todos los “invitados”.

Recuerdo en concreto a una mujer con 20 años recién cumplidos. Le dejé libertad para escoger su personaje, Rosina, del Barbero de Sevilla, me encantó: morbosa, sexy y se metió completamente en el personaje de huérfana. Esa celebración la pasó entera conmigo, lo que llevó a su amo a sentir celos, le recriminó lo hecho e incluso la agredió, y yo a él como reacción. La acogí en mi casa durante más de 3 meses y la apoye a construir una nueva vida lejos de su “pareja”. La conocí en este mismo contexto. Paso de aprendiz a esclava sexual con todo lo que ello implica: sin límites salvo en la cara. Aprendió hasta a disfrutar del dolor, hoy es una de mis preferidas. También el tiempo en mi casa lo dedicó a adiestrarse y yo a enseñarle todas las variedades de este maravilloso mundo. La invité a posteriores eventos, que más tarde quiso abonarme junto con su estancia en mi casa y el aprendizaje (que también requiere tiempo y esfuerzo), con el dinero que consiguió prostituyéndose para salir adelante. Fue su decisión. Yo la introduje en mi empresa. Quiso hacer ambas cosas. ¡Claro que le pedía el examen de venéreas, qué preguntas tenéis! Y semanalmente por su nueva profesión.

Imaginaros 30 personas reunidas cada 30 días durante sesiones de 30 horas, en un local adecentado especialmente para la temática: columnas, fondos blancos, luz tenue, una mesa amplia en la que cabemos todos con una plataforma rotativa en el centro... La presentación de Dalia, que así es como ha decidido que la conozcan fue acorde a su personaje: con un vestido blanco con topos negros (el vestuario siempre da juego), sin ropa interior (como siempre indico), subió a la mesa y empezó a cantar (poco se parecía a una ópera), con una preciosa voz, poniéndose de rodillas, contoneándose a voluntad, masturbándose lenta y discretamente por debajo de ese simple vestido adaptado a las exigencias del vestuario de los eventos (pechos y genitales libres). Solicitó la colaboración de su amo, al que sedujo hábilmente (y a mí sin proponérselo ni yo pudiéndolo evitar). Le lamió los pies mientras retiraba sus manos a sus espaldas, fue subiendo por sus piernas y se entretuvo en su polla a la vez que llamaba a otros 3 invitados (ahí su amo le soltó un bofetón y en la entrevista expresó que no le gustaba que le pegaran en la cara, aún hoy no le gustan y es comprensible y se respeta), se le dio el primer toque de atención a Marfil (el pseudónimo del impresentable). Una vez estuvieron los 3 invitados por ella sobre la mesa (escenario) les aplicó el mismo trato, a lo que Marfil la arrastró del pelo hacia él, para que se dedicara a chuparle la polla enérgicamente (sobre esto no hubo queja). Ella indicó a los otros 3. Siguiendo sus indicaciones, uno se tumbó en la mesa boca arriba y se ensartó la polla en su coño sin utilizar las manos, otro fue por el culo y la tercera cogió una fusta de cuero (a petición de Dalia) a la que le añadí unas plumas más ásperas que suaves para que enredara sobre su espalda y glúteos de forma delicada (HHM, respectivamente, más Dalia), pues los escogidos entienden y respetan las categorías que exhiben los participantes (código de colores).

Ninguno utilizó preservativos, pues me aseguro de que me entreguen mensualmente un examen de venéreas para poder participar, y a las mujeres la toma de anticonceptivos o la renuncia de posibles embarazos. Pero no hay de qué preocuparse porque dispongo de preservativos en el caso de requerirlos, además hay muchas parejas y matrimonios, padres e hijas… hay conciencia de la preceptiva protección a los respectos: venéreas y embarazos no deseados. Ambos de los invitados a los que Dalia pidió ayuda, como no hubo indicaciones contrarias, se corrieron allí donde estaban trabajando, primero Madrid en su coño y luego Hefesto en su culo pero más tarde, incluso Madrid ya había perdido la erección. Ella levantó su culo en mi dirección, mientras seguía chupando la polla de Marfil, para enseñarme cómo escurrían ambas corridas, las rojeces que Miss Fit imprimió sobre su espalda, nalgas y bíceps surales, que la hicieron estremecerse durante toda la presentación. Esto volvió a sentar mal a su amo, que la tiró sobre la mesa –mesa que, por cierto, es tan grande como para estar 30 personas alrededor de ella y utilizarla de escenario- y le propinó una patada (segundo aviso). Mandé a Miss Fit a que continuara con Marfil, ya que a ella sí le gusta ese tipo de dolor, y llamé a Dalia a mi lado. Le dije que se pusiera en el suelo junto a mí, a mi siniestra, en posición collaring. Mi “trono” tiene una barra perpendicular al respaldo y sobre este donde hay grilletes a ambos lados, diestra y siniestra, allí la anclé.

Mientras tanto Marfil se lo estaba pasando en grande con Miss Fit: la enculó, la abofeteó, le folló la garganta, le escupió en la cara, la estranguló (es cierto que aquí Marfil paró cuando ella se lo indicó) pero le clavó las uñas en el cuello, y tras correrse en su garganta, la tiró sobre la mesa, le dio una patada en el estómago y gritó “así se follan a las putas como tú”. Si bien el vocabulario de ese tipo está perfectamente aceptado, la patada en el estómago y la sangre que le salía de los arañazos no.

Tras terminar dicha presentación que duró como unos 30 minutos, llamé a mi diestra a Miss Fit en nadu y le pregunté si se había propasado Marfil, fue aquí cuando vi la sangre en el cuello, cosa que ella no toleraba y lleve a ambas aparte, dejando al mando a mi “beta”, Ébano, un afroamericano de 1.98 m. de estatura y 105 kg. de peso, musculado, y le advertí que vigilara a Marfil y no participara en el resto del programa. Tardaría 5 min. Hablé con Dalia sobre la posibilidad de dejar a ese energúmeno y acogerla yo en los términos que he mencionado antes. Avisé a esta de que lo iba a echar por transgredir las normas que yo mismo he impuesto y estaba de acuerdo, ya que sufría maltrato y no sabía cómo huir, porque tampoco tenía recursos. Fui discretamente hacia Marfil, le pedí que me acompañara a un lugar privado que separo en cada local para las conversaciones de este tipo y le expliqué la situación, me empujo, me soltó un puñetazo que bloqueé, lo tiré al suelo y llamé a seguridad para que lo echaran. Asesoré a Dalia para que le pidiera la pertinente responsabilidad por haberse propasado con ella, al igual que a Miss Fit, y se terminó la relación con ese individuo.

Ébano prosiguió con el programa hasta que llegue yo, hubo más presentaciones que no narraré por que se haría muy largo; una orgía libre, descansos cada 2 horas para charlar y recuperar fuerzas, cambios de parejas, de roles, dormir y la despedida: siempre sorpresa.

El objetivo de este relato es el de hablar sobre lo fascinante del club y las maravillas de Dalia y todos los integrantes de los que estoy muy orgulloso por participar de la forma correcta en este sistema, respetando mi autoridad aunque eso signifique pedirle a una fendom como Miss Fit (ya veis que tiene toques de personalidad sumisa) que adopte el rol de esclava. Como veis no monto grupos superiores ni inferiores a 30 personas, tengo mis razones. Os agradezco a todos los que me hayáis leído. Y a todos mis esclavos: de rodillas y a lamer lo que tengáis cerca.

Decir que aunque era algo que no podía haber predicho que ocurriría, es algo que me apasiona. Tuve una comunidad de sumisas, sí, pero no es lo mismo tener que esforzarte en contentarte contentándolas que este tipo de compromiso y colaboración, esa sumisión incuestionable que todos me procesan porque siempre será por algo, por progresión en el ámbito, por ejemplo. Actualmente estoy en proceso de crear más grupos. Me da igual 3 que 10, siempre que tenga tiempo para dedicarles.

En futuras ocasiones profundizaré más, hablaré sobre mi antigua comunidad de sumisas, sobre mis inicios en profundidad. Hoy quería esto. por DRDOM