Evitando la tragedia (1)

Alguien está pensando en atentar contra la familia Fey... Godot lo sabe y piensa hacer todo lo posible porque reine la paz en el templo Hazakura.

27 de Febrero 22:00, Templo Hazakura

  • Esta bien, adiós. – Tras decir eso la líder del clan Fey colgó el teléfono.

Había empezado a nevar y el camino era largo desde la cabina del puente oscuro hasta la pagoda principal, por suerte la sacerdotisa Iris llegó con la moto de nieve.

  • Va a comenzar una gran tormenta, será mejor que la lleve de vuelta. – Le dijo la joven golpeando el asiento trasero del vehículo.

  • Tienes razón Iris, volvamos al templo.

La líder se acomodó en el asiento y no tardó Iris en arrancar de nuevo para partir rumbo a la pagoda principal. Tras varios minutos de travesía, un olor a comida inundó el ambiente. La sacerdotisa Bikini tenía la cena hecha.

No tardaron en llegar y tras pegarse una ducha bajaron al comedor. La cena estaba servida y Bikini les esperaba sentada.

  • ¿Ya ha hablado con su contacto? – preguntó respetuosamente a la líder.

  • Sí, mañana por la mañana vendrá.

  • Espero que todo vaya bien, la verdad que tengo un mal presagio.

  • Estése tranquila sacerdotisa Bikini, ya verá como no hay ningún problema.

Tras cenar, recogieron todo, pasaron un rato meditando y no tardaron en acostarse. Mañana la líder recibía a su contacto y Bikini tenía que preparar la sala de entrenamiento para Maya Fey que había solicitado el entrenamiento especial.

Eran las seis de la mañana y el fiscal Godot conducía hacia el templo Hazakura, por fin iba a encontrarse con la líder en persona, habían hablado el tema por teléfono varias veces pero hoy era el día más importante, era el día en el que iban a atar todos los cabos sueltos que había en su plan.

Mientras en el templo Iris y la líder desayunaban. Bikini se había ido al templo interior a prepararlo todo para mañana, tenía que estar todo listo para el entrenamiento de Maya Fey.

Mientras en el comedor la líder e Iris hablaban sobre el día de hoy. La joven se sabía de memoria que es lo que tenía que hacer pero aún había cosas que no estaban del todo claras y por eso habían quedado con el fiscal, nada podía salir mal. Bikini no sabía nada del tema, era lo mejor, si supiera la que se iba a armar seguro que le iba a dar algo. Bikini era demasiado bondadosa y por eso se lo estaban ocultando.

Cuando terminaron de desayunar, Iris recogió los tazones y fue a la cocina a fregarlos. En ese momento sonó la puerta, fue la líder quien abrió y al otro lado se encontró con el fiscal Godot.

  • Buenos días señor fiscal.

  • Buenos días. – Dijo Godot mientras entraba en la pagoda.

  • ¿Desea algo para desayunar?

  • No, gracias. Lo mejor será que nos pongamos manos a la obra, no tenemos tiempo que perder.

Iris apareció de nuevo en el comedor y tras saludar al fiscal salieron los tres a ver los alrededores del templo. Dieron un largo paseo recorriendo cada rincón del templo Hazakura. Iris anotaba en una libreta el “modus operandi”. Todo estaba medido al milímetro, había demasiado en juego como para cometer errores…

Eran casi las dos de la tarde y volvieron a la pagoda principal, se metieron en una habitación, era la habitación en la que Godot iba a dormir, para invitados para poder seguir hablando del tema. De pronto un grito sonó en el piso inferior, era la sacerdotisa Bikini que llamaba a Iris para que le ayudara con la comida, ésta se despidió de sus compañeros y bajó donde su maestra.

Godot también iba a irse cuando una mano le agarró del brazo. Era la líder la que sujetaba al fiscal.

  • Señor Godot, ¿Le importaría quedarse un momento? – Le dijo mirándole a los ojos.

Sus miradas se cruzaron y entonces ambos lo vieron todo claro. Godot sabía que la líder del clan Fey llevaba desaparecida 17 años y que los había pasado sola. Su historia tampoco se quedaba atrás, había pasado 6 años en coma y cuando despertó se dio cuenta de que lo había perdido todo. La vida se había olvidado de los dos…

La líder se levantó de la cama y el fiscal se acercó a ella. Se miraron a los ojos y se fundieron en un dulce beso. Ambas lenguas comenzaron a buscarse en la boca del otro, ambas comenzaron un baile sensual, girando la una alrededor de la otra. Poco a poco la temperatura de ambos fue aumentando y lo que antes era un baile entre lenguas se había convertido en una batalla entre las dos. Era una auténtica batalla, parecía que iban a devorarse el uno al otro.

Godot tomó la iniciativa y comenzó a desnudar muy lentamente a la líder, lo hacía con movimientos gentiles y llenos de erotismo. No paraba de acariciar la suave piel de su amante y poco a poco la ropa de ésta iba amontonándose en el suelo, también comenzaron a caer las prendas del fiscal hasta que ambos quedaron en ropa interior.

Godot no pudo evitar mirar de arriba abajo a la mujer que tenía frente a él. Era una mujer preciosa, aún siendo mayor que él mantenía una figura que muchas jovencitas envidiarían aquellas piernas torneadas, aquellas redondas caderas, aquellos firmes pechos…

El fiscal no pudo reprimirse y volvió a besarla con pasión, se fueron incorporando a la cama hasta estar ambos tumbados sobre ella. La líder se llevó las manos a la cabeza y dejó su melena suelta. Aquella imagen hizo que ardiera con más fuerza la llama de la pasión en el pecho de Godot. Tenía enfrente a una dama y él la trataría como tal.

Comenzó a explorar el perfecto cuerpo de la líder tanto con sus manos como con su lengua. Comenzó por los pies, dándole un dulce masaje que hizo que la líder se estremeciera, muy lentamente fue ascendiendo por aquella deslumbrante silueta. Un reguero de saliva quedaba por el cuerpo de su amante que ya empezaba a respirar agitadamente. Godot pasó varios minutos jugando con su lengua en el ombligo, miró a su chica a los ojos y se llevó una sorpresa al ver que ésta ya no llevaba el sujetador. El fiscal entendió a la primera aquella invitación y no dudo en aceptarla.

Se puso a la altura de aquellos preciosos pechos y no tardó en hincarles el diente. Se centró en el pezón derecho, lo hacía con dulzura, con la punta de la lengua. Dibujando pequeños círculos a su alrededor, deslizó la otra mano al pecho descubierto de la líder y comenzó a hacerle todo tipo de caricias, ésta no pudo reprimirse un gemido. Godot se introdujo el pezón por completo en su boca y lo lamió con fuerza. La líder seguía gimiendo, el fiscal sabía perfectamente que tenía que hacer para ponerle la carne de gallina. Pasados unos minutos la líder puso su mano en la cabeza del fiscal y este no tardó en atender a la nueva orden que se le había encomendado.

Bajaba muy lentamente por el vientre de su amante, se detenía constantemente para besar su piel. La líder estaba sufriendo una bendita tortura, ya que estaba disfrutando una barbaridad, pero necesitaba más. Entonces el fiscal llegó a su objetivo, frente a él estaban las blancas braguitas de la líder. Miró a los ojos a la mujer y comenzó a bajar lentamente aquel trozo de tela. En la mirada de la líder había una mezcla de vergüenza y lujuria que a Godot lo excitaba más y más. Bajó de nuevo la mirada y se encontró cara a cara con el sexo de su amante. Era precioso, tenía un tono rosado y parecía brillar levemente por lo húmedo que estaba. Godot no se hizo de rogar y fusionó su cabeza con el húmedo sexo de aquella mujer.

Ya habían pasado los entremeses, este era el primer plato, aquí había que aumentar una marcha más, no valía con sutiles caricias y dulces besos. Aquí tendría que esforzarse más y así lo hizo. Comenzó a lamer de arriba abajo aquella dulce rajita. La líder lanzo un grito de placer, no se esperaba aquella maniobra. Godot movía con velocidad su lengua por aquella cavidad, dándole especial trato al clítoris. Pensó en usar los dedos, pero no le pareció apropiado, pensó que podía parecer una falta de respeto usar sus dedos en una dama como era la líder del clan Fey. Si tenía que llevarla al orgasmo lo conseguiría con su lengua.

Introdujo gran parte de su lengua dentro de aquella caliente vagina y la movió con velocidad, hacía grandes círculos en aquellas húmedas paredes. La habitación se llenó de gritos ya que la líder no podía reprimirse el repaso que le estaba dando el fiscal, hacía tiempo que no se sentía tan bien y tenía que aprovecharlo ahora, entonces notó como la lengua de Godot cogía un ritmo endiablado en su interior y como algo presionaba su clítoris, aquello fue la gota que colmó el vaso. Una llamarada recorrió su cuerpo y salió por su boca en forma de grito, acababa de alcanzar el clímax, notó como su sexo se inundaba de flujo, se agarró con fuerza los pezones y tiró de ellos, quería alargar aquella sensación todo lo posible, aún sentía a Godot lamiéndole, tenía la cara llena de flujo, lo había conseguido, su amante acababa de tener el primer orgasmo.

Godot fue incorporándose en la cama hasta ponerse a la altura de su pareja, la beso con dulzura, tenía una sonrisa de satisfacción total, tras terminar el beso la líder lanzó un tímido gracias en un susurro. El fiscal sabía que aquello no había acabado, ahora sería su amante la que tomaría las riendas de la situación. Y así fue, la líder tumbó a su hombre boca arriba en la cama, ella no tardó en colocarse encima de él. Con una mano palpó el erecto miembro del fiscal, éste no pudo evitar lanzar un gemido, la líder continuó acariciándole durante varios minutos, Godot lo sabía, le estaba poniendo a prueba, tenía que aguantar sereno, ella debía elegir si metérsela o no. Estuvo durante varios minutos masturbando aquel miembro duro y caliente, Godot no podía más, quería coger a la líder y metérsela hasta el fondo pero no lo haría, aquellas no eran formas de tratar a una dama.

De pronto la líder comenzó a moverse, el fiscal sintió como su miembro entraba en una caliente y húmeda cavidad. Lo había conseguido, aquella bella dama le había aceptado en su interior. El fiscal la miró a los ojos, estaba radiante, tenía la respiración entre cortada y las mejillas sonrosadas. Sus caderas comenzaron a moverse y ambos lanzaron un gemido al unísono, sus cuerpos no paraban de calentarse en aquel vaivén de caderas, el miembro del fiscal seguía creciendo y cada vez era más rápido el ritmo de las caderas de la líder.

Godot sabía que no iba a correrse, pero merecía la pena, no había nada más bonito que entregarle un orgasmo a una bella dama como la que tenía delante. Ella seguía moviendo sus caderas con velocidad, estaba muy mojada y eso facilitaba que el miembro del fiscal resbalara hasta el interior de la líder.

Iris había terminado con Bikini y subió de nuevo a la habitación, la imagen que vio la dejó perpleja. La líder del clan Fey estaba totalmente desnuda cabalgando sobre la dura polla del fiscal Godot. El cuerpo de la joven no tardó en reaccionar y enseguida comenzó a humedecerse. Los gritos de la líder eran muy intensos, no cabía duda, había llegado al orgasmo. Iris sabía que podían descubrirla pero no podía dejar de mirar, tenía una mano en su entrepierna y otra acariciándose un pecho. La líder continuó moviendo sus caderas para alargar el orgasmo y después se bajo de encima de su pareja, ese fue el momento que aprovechó la joven para irse a su habitación.

Godot besó a su amante y no tardó en abandonar la habitación, aquel polvo había sido impresionante había pasado mucho tiempo desde la última vez que hacía el amor de aquella manera. Pero su miembro aún estaba duro y con ganas de terminar así que Godot recordó algo que vio cuando estaba con la líder y supo enseguida lo que tenía que hacer. Comenzó a andar hacia la habitación de Iris y una vez estaba enfrente abrió la puerta de golpe. Allí estaba Iris, tumbada en la cama, totalmente desnuda de cintura para abajo, jadeando y jugando con sus dedos en su sexo. Cuando entró Godot no supo reaccionar, y la verdad que no tuvo demasiado tiempo, ya que el fiscal se le acercó con velocidad y continuó el trabajo que ella estaba haciendo. Le metió dos dedos en el interior de su vagina que para entonces estaba empapada. Iris comenzó a gemir, estaba muy extrañada, aún no podía creerse del todo lo que estaba pasando pero le encantaba. Godot sabía muy bien como hacerlo, a este paso no tardaría en correrse.

  • Oh, fiscal Godot, estoy a punto. – Decía la sacerdotisa entre gemidos. – Aquí vieneeeee.

La espalda de la joven se arqueo y entre gritos comenzó a inundar la mano del fiscal. Iris miró a Godot y vio como éste ya estaba desnudo de cintura para abajo, la joven no podía quitar la mirada de aquel mástil que se alzaba mirando al cielo.

  • Vamos Iris, lo estás deseando. – Dijo el fiscal señalándole con su miembro a la joven.

Tenía razón, Iris jamás había visto una polla de semejante tamaño, con los chicos que había estado cuando se escapaba del templo a las noches, no la tenían tan grande como la que tenía delante.

Se incorporó en la cama y se puso cara a cara con aquella gran polla, la agarró con una mano y comenzó a masturbarla, un capullo rosado y húmedo se asomó a saludarla, Iris se estaba humedeciendo solo de verla y entonces oyó como el fiscal se dirigía a ella.

  • Vamos pequeña. – Dijo poniéndole la mano en la cabeza. – Empieza a tragar, que estoy a mil.

Godot empezó a empujar la cabeza de la joven contra su miembro, ella no ofreció ninguna resistencia, lo estaba deseando, inconscientemente había sacado la lengua, y ésta fue la primera en entrar en contacto con aquel húmedo capullo. La sacerdotisa no tardó ni un segundo en tragarse el capullo y darle todo su amor. Hacía presión con sus labios mientras que su lengua dibujaba círculos alrededor del capullo, el fiscal no pudo evitar lanzar un gemido al sentir la habilidosa lengua de Iris en su miembro, sin duda esa no era la primera polla que se comía.

La mano de la joven se colocó en la base del miembro del fiscal y comenzó a masturbarlo, su cabeza no tardó demasiado en empezar a tragar a la misma velocidad que la mano. Los gemidos de Godot eran cada vez más intensos, después del calentón con la líder aquella mamada estaba siendo la gloria. Iris tenía más de media polla en su boca, la otra media la cubría con la mano, todo esto lo hacía sin parar de mover su cabeza adelante y atrás. Ella disfrutaba con lo que estaba haciendo, notaba como el miembro del fiscal seguía creciendo en su boca, aquello era enorme.

  • Iris. – Le dijo Godot mirándole a los ojos. - ¿Serías capaz de tragártela toda?

La sacerdotisa estaba excitadísima y al oír esas palabras se calentó aún más. Aceptó gustosa el reto y comenzó a tragarse muy lentamente el rabo del fiscal, no era tarea fácil ya que este era muy largo y grueso pero Iris sabía como había que hacerlo. Movía su lengua a gran velocidad por todo el miembro e iba avanzando poco a poco, centímetro a centímetro hasta que hizo tope, lo había conseguido, el miembro del fiscal había desaparecido dentro de su garganta.

  • Buena chica. – Dijo Godot acariciándole una mejilla. – Mereces una recompensa.

Entonces todo pasó muy deprisa para la joven, la polla del fiscal salió de un golpe de su boca y en un visto y no visto la joven estaba de espaldas y con el culo en pompa. Godot le metió dos dedos en su encharcado coño y después, una vez lubricados, los llevo a la entrada del culito de la joven. Ésta se sorprendió al ver la maniobra de Godot pero no dijo nada, estaba demasiado cachonda. Notó como uno de los dedos iba resbalando lentamente por su ano hasta entrar por completo, Iris no pudo aguantarse un gemido. La operación se repitió un par de veces más y Godot volvió a lubricar los dedos de nuevo. Esta vez entraron los dos, tuvieron más dificultades para entrar pero poco a poco se fueron haciendo sitio hasta el interior del ano de la joven. Pasaron varios minutos y el ano de Iris ya recibía cuatro dedos sin problema. La sacerdotisa estaba cachondísima, necesitaba apagar el fuego de su interior y aquellos dedos lo único que hacían era excitarla más y más.

  • Vamos señor Godot, métamela. – Dijo la joven entre gemidos.

Iris no podía creerse lo que acababa de decir pero estaba demasiado cachonda como para pensar en las consecuencias, en ese momento notó como su pareja untaba su polla en los fluidos de su coño y después colocaba su miembro en la entrada de su agujerito. El fiscal agarró a la joven por las caderas y comenzó a meter lentamente su miembro en el estrecho agujero de su pareja. Iris no dejaba de jadear, aquello la estaba poniendo muy caliente, sentía como la polla de su compañero se iba abriendo paso poco a poco y eso le hacía gritar. Los huevos del fiscal hicieron tope y eso significaba que era hora de volver. Las caderas del fiscal comenzaron a moverse lentamente y los gemidos de ambos comenzaron a llenar la habitación. A Iris solo le habían dado una vez por su culito, pero le estaba encantando. Godot lo hacía con suavidad haciendo que ambos disfrutaran del acto, poco a poco la joven se fue animando y comenzó a mover ella también sus caderas. El fiscal deslizó sus manos de las caderas de la joven a sus nalgas, sin dejar de metérsela, comenzó a manosearle el culo a la sacerdotisa que cada vez movía más rápido sus caderas. Tenía un culito pequeño pero respingón, era una preciosidad, una lástima que no se pudiera apreciar lo bien torneado que estaba cuando llevaba la ropa del templo.

Sin darse cuenta el fiscal había aumentado la velocidad de las embestidas y su pareja parecía agradecérselo con aquellos gemidos. Iris no podía reprimirse los gemidos, el trato que le estaba dando la polla de Godot era sublime, sabía que no tardaría en correrse, por eso entre susurros le pedía más y más a su pareja. Godot también estaba al límite, le había costado aguantarse con la líder y ahora tenía la oportunidad de desfogarse por completo.

  • ¿Quieres que te rellene el culo con mi semen? – Preguntó el fiscal aumentando el ritmo de  las embestidas.

  • Sí, Godot. – Decía la joven entre gemidos. – Vacíate en mi interior.

El ritmo de las embestidas era frenético, se escuchaba a la perfección como los huevos del fiscal chocaban contra el cuerpo de la joven. Éste le daba algún que otro azote en el culo a la sacerdotisa haciendo que se estremeciera aún más.

De pronto llegó el momento, ambos se fusionaron en un gemido conjunto. La espalda de Iris se arqueó y el miembro del fiscal comenzó a escupir semen al interior del cuerpo de la joven sacerdotisa.

Permanecieron varios minutos así, tumbados, con el miembro ya flácido en el interior de la joven, había sido espectacular pero un grito destruyó aquel mágico momento, era Bikini, la comida ya estaba en la mesa.

Continuará…