Evita y Ernesto, cap.6

Evita y Elena son dos jovencitas que han descubierto los placeres de jugar con Ernesto, un hombre mayor y experimentado...este capítulo lo escribí hace tiempo y lo dejé reposar, por si cambiaba el final con que pensé la historia...si en los comentarios hay interés, la continuaré.

Evita y Ernesto, cap.6( final)

--Hola , Álvaro…sí, tengo algo nuevo. Vente al bar y comentamos…vale, te espero aquí.

Ernesto volvió a abrir el correo electrónico que acababa de recibir. Volvió a leerlo, ya por tercera vez, para ver si podía sacar más información fijándose en los detalles.

“Hola cariño,

Sé que es difícil de encajar, pero te juro que era nuestra única salida…te escribo estas líneas para aclararte algunas cosas. Lo primero que has de saber es que Elena no sabía nada, es cierto que la elegí porque ya vimos en algunas páginas web cuáles eran sus fantasías sexuales, y lo bien que podría encajar contigo, a pesar de su juventud…fue fácil via internet  contactar con ella como si fuéramos una agencia de viajes y convencerla para que viniera…de hecho, convenció a  todos sus compañeros para que eligieran este destino como viaje de fin de curso. Elena es una joya y espero que sepas cuidarla…digamos que es nuestro regalo y nuestra compensación.

Lo segundo…es cierto que te hemos engañado, pero lo que viví contigo y las cosas que sentí a tu lado fueron reales. Aunque no lo creas, fue muy duro al final para mí…y aún hoy me siento culpable…es por eso por lo que te pido perdón, aunque sé que no lo merezco. ¿Recuerdas nuestros últimos momentos, en nuestra playa?”


Ya era mediodía, pero no tenían hambre, así que tomaron un tentempié y decidieron dormir la siesta a la sombra, el sol ya caía de pleno y no parecía sensato exponerse tanto tiempo a sus rayos. Durmieron durante dos horas largas, con la brisa del mar y el sonido de las gaviotas de fondo

Al despertar Ernesto estaba en medio, flanqueado por Eva, que masajeaba suavemente sus huevos, y Elena, que acariciaba su ya flácido pene, esparciendo una crema hidratante sobre el mástil y la piel del prepucio

  • No os preocupéis, luego te receto la píldora del día después, Eli…porque ya sé que Eva toma la píldora, y ninguno de los tres tenemos un perfil de riesgo de enfermedades de trasmisión sexual…sé que no ha sido lo más prudente, pero hay veces que te pierdes y no puedes estar en todo.

Eva pensó entonces: “Amed parece un buen chico musulmán…y además decía llevar años sin comerse una rosca…espero que sea verdad ¡Qué quieres que haga ! Una no puede tener un trastorno bipolar tipo 1 y pensar que va a tomar todas las precauciones cuando está en la fase maniaca…¡Joder qué huevos más grandes tiene Ernesto, es normal que me esté llenando de semen a todas horas…y cómo te encanta, so zorra, jajaja!…ufff…cómo voy a echar de menos este rabo…bueno, y a Ernesto…joder, ¡Es que es un tío guay!.”

  • ¿Sabes, Ernesto? Creo que tienes razón y me has hecho un favor antes—Dijo suavemente Elena—Borja es mi novio y le quiero…pero a veces es un poco capullo…¡Y no se merecía estrenar este coño!…también es verdad que no me ha costado nada ponerle los cuernos, ¡Vaya tela con eso de la sugestión!…estaba tan metida en el juego que…pufff, hubiera hecho de todo…de todo por esta polla increíble…

Elena seguía masajeándole la tranca suavemente, mirándola con devoción

  • …Pero es extraño, al principio estaba flipando con Eva, no pensaba que pudiera ocurrir…pero no sé, en un momento mi mente hizo “clic”, Eva se dio cuenta—Tía, eres una pasada, debes tener poderes o algo—Y fue entrar en el rol de zorra sumisa y entrarme un subidón de ganas de follar que no me conocía ni yo misma…pufff
  • La verdad es que yo ya casi no concibo el sexo sin jugar, sin meterme en un papel…y no creas, que a veces no  es fácil encontrar a alguien que se compenetre contigo en eso, te lo digo por experiencia—Añadió Eva
  • Y ¿Qué era eso del efecto coolage, Ernesto?—Se acordó de repente Elena
  • Se llama efecto Coolidge…y consiste en la desaparición del periodo refractario tras la eyaculación, que tienen los machos, cuando les cambian de hembra, de pareja sexual, vamos.
  • Ah…por eso seguía tan dura después de follarte a Eva, cuando te fuiste a por mí ¿Verdad?—Replicó Elena
  • Exacto…Se llama así por un presidente de EEUU, Calvin Coolidge, y es una anécdota que recogieron los científicos, en el que el presidente iba con su mujer viendo una granja avícola por un lado, y su mujer por otro. La mujer preguntó por los gallos, y le dijeron que con uno era bastante para todas las gallinas, ya que no paraba de tener sexo en todo el día “dígale eso a mi marido” le pidió al granjero. El granjero se lo comentó al presidente, cuando pasó por ahí. “¿Pero siempre lo hace con la misma gallina? Preguntó él “No, claro, cambia de gallina todo el tiempo” “Pues dígale eso a mi mujer, dígaselo”—Añadió Ernesto, jocosamente.
  • ¡Jajaja!…pero eso ¿es un chiste o qué?—reía Elena
  • Pues se supone que es una anécdota real…por cierto ¿Qué hubieras hecho antes, si te lo hubiera pedido, Eli?—Preguntó Ernesto—
  • ¿De verdad que no te lo imaginas?—Elena se mordía una uña y sonreía al responde—pero sí puedo decirte que me ha encantado que me desvirgaras…te juro que han sido, con diferencia—Miró al cielo un momento—Rectifico: con mucha, muchiiisima… muchisíiisima diferencia, los mejores orgasmos de mi vida…y aunque era virgen, ya había tenido unos cuantos
  • ¿Si? ¿Pero no era un viejo verde baboso de los que te miraban en el hotel?—añadió Eva, divertida—
  • ¡Qué dices!…pero míralo…es alto, sus ojos azules son superbonitos …y he de decirte que lo que más me gusta de los tíos no es su físico…sino lo que tienen aquí—dijo, señalándose la cabeza—
  • ¡A mí me pasa igual, Eli!—dijo Eva—Además, no creo que me pusiera cachonda hacer un juego tan…intenso como el de sumisión, si el que hace de amo fuera un cretino o un gilipollas. No me lo creería, y tampoco lo aceptaría ni loca…y después de probarlo, tengo claro que sólo voy a tener un amo y señor—añadió, besando a Ernesto—
  • Es verdad, tía…¡Estoy de acuerdo en todo contigo!—Eli sonreía con complicidad—Además, ¡Es que me ha gustado todo!…¡Sí, sí, créetelo!...¡Todo lo que me has hecho!…Que me empalaras brutalmente, los morreos sucios y llenos de saliva, sentir tu sudor resbalando por mi piel…tus bufidos mientras me la clavabas hasta los huevos…y sobre todo, ¡Que me la clavaras hasta los huevos! jajaja… también que me palmearas el culito…uf, ¡Hasta cuando me abofeteabas me ponía más cachonda!…y es verdad, ¡Cuanto más me sometía, más veces… y más intensas eran mis corridas! … una pasada…y luego, fuera del juego eres…encantador. ¡Eres como el doctor Jeckyll y Míster Hyde, jajaja!!

Los tres reían con complicidad. Estaban relajados después de la intensa sesión de sexo, y había mucha química entre ellos

  • Las dos sois increíbles…y de Eva no me sorprende, porque la conozco un poco más…es lista, divertida, con un humor especial e inteligente, muy intuitiva y con un sexto sentido para entender a la gente—Eva sonrió, complacida—pero tú, Eli…de verdad que me  he quedado alucinado también… de tu madurez y tu decisión, de lo valiente que has sido al aceptar las reglas sin dudarlo. ¡Tienes una entereza y una determinación que me han encantado!…y sé muy bien que vas a ser una médico excepcional…es más, los hay con título que no te llegan a la suela de los zapatos…
  • Muchas gracias, Ernesto—le dijo, mimosa—¿Te importa que se lo agradezca, Evita?—
  • No, cariño…lo que te ha dicho es muy bonito

Elena se tumbó sobre él para besarlo, estaba llena de gratitud y totalmente encoñada con el hombre que la acababa de desvirgar…cuando llevaban varios minutos morreándose, Eva se pegó más a Ernesto y les dijo:

  • La verdad es que me está entrando envidia…¿Puedo?
  • Claro, amor—Dijo Elena incorporándose un poco

Comenzó a meterle la lengua a Ernesto hasta las amígdalas, el cual no perdía el tiempo y les sobaba con fuerza los glúteos a ambas.

  • Ejem,ejem—Tosió fingidamente Elena—¿Puedo yo ahora?—

Eva se incorporó sobre sus rodillas, pensando que Eli quería seguir besando a Ernesto, pero la pelirroja se acercó y le dio un piquito rápido a ella…Eva sonrió, y entonces volvió para darle un beso tierno, más prolongado…que se fue transformando en un beso profundo, ya que ambas estaban totalmente emocionadas…se abrazaban aplastándose los pechos, se morreaban con muchas ganas y se miraban con deseo…

  • Eva, es como si te conociera desde toda la vida…eres un amor, un cielo…
  • Tú también, cariño…desde ayer me di cuenta de lo especial y maravillosa que eres…

Siguieron de rodillas besándose con mucha pasión, y comenzaron a tocarse, Eli  pellizcaba los pezones de Eva mientras le decía, sin separar los labios de los suyos:

  • Me encantan tus pezones tan puntiagudos, tía…es que no puedo dejar de tocarlos

Eva le acariciaba el clítoris y se dejaba magrear por su amiga, estaban las dos muy excitadas porque para  ellas, era la primera vez que otra mujer les gustaba tanto, y se estaban dando cuenta que era algo mágico y especial

  • Mmmm Evita, amor… me estoy poniendo supercachonda
  • Uff…yo también, cariño…me están entrando muchas ganas de jugar…¿a ti también, cielo?
  • Síiiii…¿A qué podríamos jugar?

Instintivamente, ambas dirigieron sus ojos al falo enorme de Ernesto, que las contemplaba complacido mientras se masturbaba suavemente…se miraron a los ojos de nuevo, y las dos a un tiempo echaron sus manos a la espalda e irguieron el pecho…estallaron en una carcajada llena de complicidad

  • Tenemos telepatía, ¿eh?
  • No Eli, es que te he enviado un whatsapp mental, jajaja

Ernesto seguía acariciando su mástil arriba y abajo, sonriendo por sus bromas de adolescentes. Cuando se les pasó la risa, volvieron a mirarlo con deseo

  • Somos dos putitas calientes que queremos jugar con nuestro amo…
  • Síiii…queremos que nuestro dueño nos use para clavarnos esa polla monstruosa que tiene…que nos perfore y nos llene de su lefa calentita…
  • Nada nos haría más felices que complacer a nuestro dueño y señor…

De repente, Ernesto se puso en pie, y les dijo, con firmeza:

  • Venid aquí, zorritas

Eva y Elena se miraron sonriendo con excitación, y gateando se acercaron hasta Ernesto, de rodillas pusieron sus manos detrás de la espalda alzando sus tetas prominentes, y mirándole sumisas respondieron:

  • Aquí estamos, amo, dispuestas para que nos use y para darle placer
  • Sí amo…dele a estas zorras lo que se merecen…y por favor déselo…lo más profundo que pueda
  • Muy bien, muy bien…a ver qué tal os portáis ahora

Ernesto ya tenía el pollón totalmente erecto, y ambas lo miraban con expectación. Puso su enorme falo entre ellas, las cogió de la cabeza y las obligó a lamerle el lateral del tronco, cada una por un lado, y las hacía morrearse cuando llegaban al extremo. Luego empezó a pasarles la polla dura por la cara, frotándoles las mejillas, la nariz, y dándoles golpecitos como si fuera una porra de goma

  • Amo, por favor. Quiero ser la primera en…darle placer con mi boca—Dijo Eva, presurosa
  • Muy bien, perrita, me gusta tu actitud. Elena, mira bien y aprende

Eva fue a meterse el glande en la boca, pero Ernesto tenía otra idea….

  • ¿Cuánto quieres esta polla, zorrita?
  • Mucho, mi señor…amo esa polla con todo mi ser. La quiero dentro de mí, por todos mis orificios.
  • Pues vamos a ver si es verdad, jeje—Ernesto le embutió de repente el rabo de una vez,  hasta el fondo del esófago, empujando con sus manos en la nuca…Eva sabía que debía dejar las suyas detrás de la espalda, hasta que su amo le diera permiso para usarlas, finalmente consiguió tragársela enterita, y a pesar de sus lágrimas, se podía distinguir un esbozo de satisfacción en su rostro. Ernesto la dejó dentro un poco, pero la sacó para no asfixiarla
  • Muy bien, eres una zorrita muy cumplidora—y le dio un largo beso en los labios
  • Y tú, Elena, ¿cuánto te gusta esta polla?—volvió a frotarla otra vez por la cara
  • La quiero siempre dentro de mí, mi amo…puede metérmela por donde quiera, darle placer me hace  feliz
  • Abre la boca, zorrita

Elena estaba dispuesta a tragarse la tranca como fuera…no quería defraudar a su  amo. No quería ser menos que Eva…al encajarle la polla de golpe en la garganta, Eli puso sus manos por reflejo en los muslos de Ernesto, intentando separarle un poco

  • Las manos a la espalda, putita…
  • Si, amo, ha sido un error

Elena llevó obedientemente las manos otra vez a su espalda, y soportó con entereza la estocada abriendo al máximo la boca…las náuseas no dejaban que progresara el pollón por su garganta, estaba lagrimeando y con ganas de toser, pero se resistía a darse por vencida, apretaba los ojos y quería llegar a tocar con su nariz en el pubis como fuera…y apretando los párpados inundados en lágrimas, Ernesto pudo incrustársela hasta la empuñadura

  • Vaya, estoy sorprendido…has progresado mucho, perrita
  • Gracias, mi amo—Elena apenas podía sonreír, por la tos.

Elena se recuperó y comenzó a chuparle el capullo como si fuera un caramelo delicioso…entornaba los ojos y emitía pequeños gemidos mientras su lengua sacaba brillo a la espada de Ernesto

  • Muy bien... Puedes usar tus manos ya
  • Gracias, mi señor

Elena empezó a pajearle y a acariciarle los huevos con una mano, y a masturbarse ella misma con la otra, mientras su boca continuaba bañando en saliva su erguido mástil

  • Qué bien me estás chupando la polla…se nota que te pone cachonda, ¿eh?

Eli asintió con la boca llena de polla y emitiendo gemidos cada vez más fuertes

  • Y seguro que ya estás imaginando que la voy a clavar bien adentro en el coño…por eso me la ensalivas tan bien, para que te entre hasta los huevos, ¿verdad?

Elena volvió a asentir, cada vez estaba más cachonda y sus ojos se empezaban a poner en blanco del placer porque ya se estaba dedeando con furor el clítoris con la mano.

  • Pon las manos detrás, no quiero que te corras antes de tiempo, putita…

Eli estaba a punto del orgasmo, pero obedeció sin rechistar. Jadeaba y gemía como si ya se la estuvieran follando

  • Creo que mereces un premio especial…por la rapidez de sus progresos…¿Tú qué opinas, Eva?
  • Mi amo tiene razón…creo que esta zorra merece que se la empotre en su recién desvirgado coñito
  • ¿Tú que opinas, putita? ¿Quieres esta polla clavada hasta los huevos en tu coño?
  • Sí, por favor, mi amo. ¡Fólleme hasta que me desmaye!

Ernesto la empujó rudamente al suelo, le abrió las piernas y se puso entre ellas. Elena ya separaba sus diminutos y enrojecidos labios vaginales con sus dedos, y sonreía como si tuviera un billete premiado de lotería

  • Síii, por favor…clávemela entera mi amo ahhhhhh
  • Abre esa boquita, furcia, y agárrame la tranca para que te empale

Elena le agarró la polla y empujó su morado capullo para incrustarlo en su estrecha vagina…

  • Te gustan las pollas grandes, eh furcia
  • Mmm si mi señor, ésta me encanta
  • Hoy te voy a llenar por todas partes…trágate esto

Ernesto le abría la boca con los dedos y le echaba dentro su espesa saliva, ella la tragaba como un néctar mientras su coño se dilataba al máximo, le estaba perforando con urgencia y sin miramientos, y en menos de un minuto ya la tenía clavada hasta los huevos… la nena pelirroja empezó a correrse inmediatamente, se sentía totalmente llena de polla e hirviendo de lujuria, con los cojonazos rebotando en el perineo con cada arremetida

  • Cómo te gusta la tranca, ¿Eh, zorrita?
  • Ay síiii….dios qué bueno…

Elena lloraba de dolor y de placer… desde que el rabo comenzó a percutirle el útero no paró de correrse como una loca, el cuerpo de Ernesto la aplastaba contra el suelo y el sudor de su barriga le empapaban el pecho y el vientre, sus manos le estrujaban las tetas y los pezones, y no paraba de tragar su saliva cuando le morreaba.

  • ¿De quién es este coño, zorra?
  • Es suyo, mi amo, para follárselo cuando quiera

Ernesto estaba disfrutando mucho de su vagina apretadita, pero estaba cansado, así que durante unos minutos le dejó el rabo bien enterrado, la besó con mucho deseo, haciendo que bebiera sus babas, pellizcándole los pezones y amasándole el culo con ganas. Elena seguía teniendo espasmos y sus gemidos delataban que continuaba corriéndose con intensidad cada pocos minutos.

El hombre mayor se incorporó sobre sus rodillas y llamó a Eva

  • Ponte encima de esta guarrilla, quiero clavártela también. Prepárate, porque te empalo
  • Gracias, mi señor…me encanta ser usada para darle placer.—Eva emanaba felicidad por su sonrisa—

Eva arqueaba la espalda a cuatro patas, mientras Eli le sonreía con cara de cansancio

  • Pufff, tía, me estoy poniendo cachonda de ver la cara de gusto que se te ha quedado

Ernesto sacó la polla del coño de Eli y puso el capullo en el de Eva…le encantaba cuando su falo monstruoso urgaba en su vulva, duro y caliente, preparándose para entrar. Suspiró y esperó con el corazón desbocado, jadeando suavemente mientras miraba atrás, a los ojos de Ernesto.

  • De quién es este coño, zorrita?
  • Es suyo, mi amo, para follárselo cuando quiera

Ernesto le puso el capullo en la entrada de la vagina, y Eva se preparó para la embestida arqueando su espalda. De un solo golpe, y con un bufido, le clavó un tercio de rabo. Eva exhaló todo el aire y aferró la toalla con ambas manos.  Cuando se la incrustó hasta el fondo se corrió automáticamente, pero esta vez lo manifestó con más tranquilidad

Ernesto siguió follándose a Eva mientras Elena la morreaba por debajo, le pellizcaba los pezones con una mano, y le dedeaba el clítoris con la otra…Eva estaba en la gloria, con su polla favorita taladrándole el coño, un dedo de Ernesto en el culo y Elenita trabajándola por todas partes…no tardó en correrse otra vez, encadenando orgasmos hasta que Ernesto paró para descansar. Le sacó la polla brillante y Eva se puso a su lado, besándolo con cariño. Su mano pajeaba suavemente el mástil erguido.

  • Dile a tu novio que llegas más tarde, no sea que se mosquee

Eva siguió pajeando a Ernesto, pero ya adivinaba sus intenciones mientras marcaba  el número de Paco

  • Hola cielo, ¿cómo estás?...aún en la playa, con Eli y Ernesto…sí, la misma que el otro día…uy, muy bien…la verdad es que hoy Ernesto…¿cómo te lo diría? nos ha sometido a un tercer grado a las dos jajaja…síii hemos hablado mucho, claro jajaja…

La polla de Ernesto se volvía a endurecer al máximo. Eva sonrió y puso el glande entre sus labios, ensalivándolo ruidosamente.

  • Vamos a tardar un poco, amor…pues es que estamos en un proceso interesante, ya sabes que yo soy muy abierta para estas cosas y…

Cuando tuvo la polla apunto, se puso a horcajadas de Ernesto, mientras Elena le ayudaba a encajarse la tranca en su vagina rosita

  • … aún nos queda considerar el tema en toda su dimensión..uff con la máxima profundidad posible

Eva se encendía cada vez más, y le costaba clavarse la polla de Ernesto en esa postura, pero poco a poco se puso a cabalgarlo notando cómo su polla se tensaba por dentro, anunciando que tomaba la vía directa

  • …y necesitamos un poco más de esfuerzo y dedicación… en cuanto liberemos las tensiones acumuladas, vamos…un besito cielo

Ernesto le agarró los glúteos con fuerza y comenzó a clavarle la polla a un ritmo frenético, hasta que se tensó al máximo y empezó a eyacular con espasmos intermitentes. Eva le besó en los labios, sonriente, sudorosa, jadeante y con el pelo revuelto sobre los ojos, y le dijo:

  • Qué lástima que me quede ya tan poco tiempo, cariño…

Descansaron de nuevo abrazados. Ernesto volvió a quedarse dormido, pero Eva y Elena se miraban a los ojos en silencio. No necesitaban palabras.

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Ernesto volvió al presente, al bullicio del bar y siguió repasando el correo electrónico de Eva:

“…Todo eso que pasó fue real…no mentía respecto a lo que me hiciste sentir…disfruté cada momento que estuvimos juntos.”

  • Hola Ernesto…qué tenemos de nuevo hoy?—Àlvaro se sentó a su lado. Ernesto dejó de leer.
  • Bueno…sabemos que mi teléfono móvil me lo sustrajeron para confirmar las transferencias, y lo devolvieron la misma noche para que no sospechara. Hay imágenes de las cámaras del hotel de un tipo colándose en mi habitación por la ventana, pero es tan negro el cabrón que sólo se le ve el blanco de los ojos. Paco  necesitaba mi móvil para completar el hackeo de mi cuenta, así como algunas claves que tenía mi asesor.
  • ¿Martín?
  • Sí, porque era mucha pasta…pero no sé cómo lograron sonsacarle…él lo niega todo, pero de alguna manera llegaron a su ordenador…No sé, ahora ya me creo cualquier cosa de Eva. La verdad es que han creado un timo de película…se me ocurrieron varias cosas porque lo que pasó no me acababa de encajar, pero esto…ni siquiera me pasó por la imaginación. Pero ahora me ha enviado un e-mail y se confirma todo…
  • ¿Sí? ¿vas a denunciarlo, entonces?
  • Era dinero negro…negrísimo, tío. Si lo cuento a la poli voy yo de cabeza a la cárcel…y ellos lo saben. Ese Paco al final no era ingeniero, pero pasó unos años en el Politécnico y por lo visto era un crack de la informática…tengo al detective averiguando cómo conoció a Eva…lo del instituto era una patraña más.

Hablaron un rato más y Álvaro se despidió ofreciéndose para lo que hiciera falta. Ernesto se quedó acabándose su copa, pensativo…y volvió a recordar:

Se tumbó sobre una toalla en la arena y a un gesto suyo, Eva acudió solícita a lubricarle con abundante saliva su endurecida tranca

  • Así, así…prepárala para que tu amiga se siga empalando… Ven aquí, perrita. Es el turno de acabar de abrir tu coño en canal

Se acercó contoneando su culito y con la mirada rebosante de deseo, se tumbó sobre la barriga prominente del viejo y comenzó a besarlo con pasión

  • ¿Cómo se llamaba tu novio, putita?
  • Mi novio…se llama Borja
  • Bueno. Ahora no es sólo Borja…qué es Borja a partir de ahora?

Eva la ayudó a incorporarse, y agarrando el candente falo, le encajó el capullo en la entrada de la vagina, que lubricaba sin parar

  • Borja es…mi novio… ¡mi novio, el cornudo!
  • Eso es…un poquito más, así zorrita, déjate caer sobre mi polla…ufff no sabes cómo estoy disfrutando esto…
  • Yo también, amo…me encanta su …tranca en mi coño…ummm ¿ya está toda verdad?
  • No, cielo—dijo Eva…sólo una tercera parte, pero ya sabes, relájate al máximo para que dilate, que luego te va a encantar…ya te dije al salir hoy que estaba segura de que si tenías ocasión y descubrías… sus virtudes ocultas, El amo iba a saber llegarte también… hasta lo más profundo ¿vamos a que lo descubras?

Eli sonrió al darse cuenta del doble sentido, y antes de que pudiera hablar, Eva la abrazó por la espalda y se dejó caer, para cargar más peso y que pudiera entrarle más verga.

  • ¡Diossss me va a reventar!! Joder, es muy grande—La penetración en esa postura era muy profunda
  • Eso decís todas…pero luego os encanta que os empale…sigue así, zorrita, lo estás haciendo muy bien…¿Te gusta más mi polla que la  del cornudo de tu novio, eh?
  • Ufff,  mi amo…no hay comparación.
  • Tu novio no va a follar nunca contigo,  cuando tengas ganas vendrás a que te empale. ¿Me has entendido?
  • Mmm lo que mi señor quiera estará bien…muy bien

A  Ernesto le encantaba tener a los cornudos al teléfono, así que le dijo a Eva que llamara

  • Muy bien, vas a ser una zorrita buena y le vas a contar a tu novio que quieres mantenerte virgen, que es importante para ti ¿Me has entendido?
  • Sí…mi señor
  • Eva, llama a Borja el cornudo
  • Holaaaa…Eres Borja, ¿verdad? Soy Eva, siiii su amiga de Ibiza…Elena habla mucho de ti…pues está a mi lado, lo que pasa es que…no sé si puede hablar
  • Ahhhh….dios…Joder! ¡dios,siii!
  • No, no está rezando… exactamente. Pero es también una experiencia mística…mira cielo, mejor te lo cuenta ella
  • Hola Borja…mira verás, tenemos que hablar…ufffff…es que he conocido a alguien, un hombre muy guay….ummmm…y hemos conectado muy bien…yyy de repente….umm…he descubierto una cosa … sí, síiiiiii

Elena se apoyaba con una mano en la tripa de Ernesto, y trataba de no perder el sentido mientras su vagina se dilataba al límite del desgarro, mientras continuaba con la conversación

  • …pues Borja…es un tío mayor pero muy majo, y estábamos tan guay hablando y…me ha descubierto algo de repente que he empezado a alucinar….. que me ha llegado muy adentro…así poco a poco, hemos intimado y…ahora estamos muy conectados, es una sensación muy…guay…y eso, que tenemos una conexión…muy profunda.

La boca de Ernesto mordía con fuerza sus pezones en el momento en que su candente polla la atravesó hasta la empuñadura…

  • Si, lo has entendido perfectamente…puff, cari…no sabes lo dentro que me está llegando…esto que he descubierto hoy
  • Elena, dile ya al cornudo que no te va a catar
  • ¿Qué?…Oye Borja…he pensado que tenemos que esperar con lo de la penetración y darnos un tiempo, cariño…quiero seguir virgen y me gustaría que me respetaras…sí…!sí¡….siiiii amor, ay…¡gracias por ser tan comprensivommm!

Ernesto estaba con la polla como una piedra taladrando a Elenita, que con su voz de nena inocente defendía su pretendida castidad, mientras le miraba sonriendo con cara de zorra y clavaba el coño en su mástil aplastándole los huevos con su culo perfecto.

  • Si cielo…a mí también me gustaría mucho…pero necesito esperar para hacer el amor contigo…creo que aún no estoy preparada…lo entiendes, ¿verdad?... es que necesito tiempo para valorarlo…en todas sus dimensiones

A Elena le estaba gustando el juego, así que cabalgaba sobre Ernesto con más ansia, buscando su placer en cada clavada, e intentando aparentar normalidad mientras follaba desbocadamente y hablaba con su cornudín.

  • No te preocupes, cari…estoy gozando de… la experiencia… en toda su plenitud…se puede decir que la he saboreado y ahora… la estoy disfrutando  de una manera más íntima… Ufff!

De repente, tiró el teléfono y comenzó a correrse con contracciones vaginales que intensificaban su placer, y comenzó a gemir descontroladamente. Eva recogió el teléfono del suelo

  • Hola Borja, cariño, soy Eva otra vez, ya te ha contado su idea…creo que igual se consagra… a esa cosa,  tendrías que estar aquí para creértelo… su cara es pura felicidad, sí, si…lo que ahora se le ha metido dentro…en fin, es muy firme…y potente, creo que no va a renunciar a ello fácilmente…bueno, ya te contaré más ¿vale guapo? adioooos

Elena estaba súper encendida y quería disfrutar de esta polla maravillosa al máximo, su cerebro era una explosión de fuegos artificiales y su vagina estaba hirviendo de placer…no quería que terminara nunca, quería la polla de Ernesto para siempre taladrándole el coño…después del enésimo orgasmo, se derrumbó, sollozando.

  • Ha sido maravilloso, mi amo…

Ernesto le amasaba su culito redondo y duro, mientras comenzaba a moverse dentro de ella, después del bestial orgasmo Elena intentaba recuperarse, pero sentirse con el pollón metido hasta los huevos la estaba poniendo otra vez a cien.

Eva se había puesto detrás de su amiga, y cuando se incorporó comenzó a pellizcarle los pezones. Eli se ensartaba con decisión en la polla de Ernesto, y sus grandes tetas botaban con el trote salvaje que empezaba a acometer

  • Puf, ¡qué bien me estas ordeñando, furcia! Te  voy a llenar el coño a la salud de Borja el cornudo
  • ¡Sí, mi señor…vacíe sus huevos dentro de esta putita caliente, lléneme con su lechita!
  • Cuéntaselo a tu cornudo…como si te estuviera viendo
  • Borja, cariño…esta polla es una pasada…te quiero mucho pero… necesito que mi amo me la clave hasta los huevos cuando quiera…!espero que sepas entenderlo!

Elena y Ernesto tuvieron un orgasmo simultáneo,  se habían sincronizado y estaban teniendo espasmos a la vez, mientras los trallazos de lefa caliente salían del pulsátil mástil y llenaban el coño de la nena pelirroja hasta hacerlo rebosar. Mientras recobraban el aliento, Elena seguía empalándose despacito, con suavidad, en el aún duro falo de Ernesto…el semen empezaba a rebosar de su coño, ya transformado en un líquido más fluido.

  • Uf, no me canso de llenarte de leche, putita…qué coño más apretadito tienes.
  • Gracias, mi señor…me hace feliz ser usada para darle placer—Elena lucía una sonrisa radiante y sincera—

Se besaron con pasión, abrazándose y metiéndose la lengua bien adentro de la boca, mientras la polla de Ernesto recobraba firmeza dentro de la estrecha vagina de Elena, la cual seguía clavándosela tranca suavemente, arriba y abajo

  • Me encanta jugar contigo, Eli….Este coño ahora es sólo mío…al cornudo ni agua ¿entendido?
  • Siiii…mmm…Este coñito es tuyo, cariño…me corro sin parar haciendo de sumisa
  • Muy bien…y estos días vamos a jugar mucho, te voy a empalar cuando quiera, aunque no te pondré en evidencia con tus amigos
  • Me encanta tenerte dentro de mí, por si no lo habías notado
  • Así me gusta, ya casi me duele la polla de follarte, pero no te vas a volver  Madrid sin que te desvirgue ese culo increíble que tienes
  • Lo estoy deseando…mmmm.

De repente, Ernesto desbloqueó la pantalla y siguió leyendo:

“En tercer lugar, no es que quiera justificarme con ello… pero ya sabes que con una enfermedad como el trastorno bipolar no tengo tantas posibilidades de llevar una vida normal, con un trabajo como empleada, o lo que sea… lo he intentado pero nunca consigo conservar mi empleo…para mí conseguir dinero con el que retirarme era la única opción…lo que no contaba con todo esto es que iba a implicarme de una manera tan personal…por eso espero que me entiendas, aunque no me perdones.

Por último, El dinero que tenías no estaba declarado y su origen parece algo turbio, así que confiamos en que no tendremos una orden policial buscándonos, pero aún así Paco siempre tiene un plan B. No nos encontrarías si nos buscaras.

Espero que seas feliz, de verdad. Un beso muy grande.

Te voy a echar de menos. Más de lo que crees

Eva”