Everything Has Changed Cap. 15

- ¿Cómo que “casi casi”? ES el hombre perfecto. - le contradijo con un gesto tajante - Lo dije entonces y lo digo ahora, nunca me retractaré.

Hola a todos. Aquí les dejo el capítulo. Gracias por las valoraciones, comentarios, correos y mensajes :) Son tomados en cuenta y valorados.


Christian

Sentado en el asiento del conductor, mirando a través de la ventanilla, observó atentamente el lánguido y gris edificio que ante él se postraba. Sus ojos se posaban inquietos en el ir y venir de los supuestos empleados de aquella compañía, sin atreverse aún a entrar.

Los últimos acontecimientos de su vida le tenían tan absorto que ni siquiera sentía un atisbo de inquietud, como hubiera sido normal si las cosas no hubiesen cambiado tanto. Su extraña relación con Mauricio, el juicio, David... Eran demasiadas “comeduras de cabeza” como para que aquella entrevista que tanto tiempo había estado esperando, le resultara lo suficientemente importante.

Agarró una carpeta azul del asiento del copiloto, y suspirando pesadamente, por fin se decidió a salir del auto y adentrarse en aquellas oficinas. La recepcionista le resultó algo parca en palabras, aunque mirándolo bien, la mujer parecía tener cerca de cincuenta años...y no cualquiera con esa edad aguantaría trabajar en un lugar tan estresante como aquel. Bueno, aquello tampoco le era de mucha importancia en aquel momento, sin embargo, su mente no estaba centrada en lo que debiera.

Aún cuando ya había subido hasta el 23º piso, y después de haber dado vueltas como un auténtico idiota por los largos y enrevesados pasillos de aquella planta buscando el lugar indicado, le tuvieron esperando, sentado en una solitaria sala, casi 45 minutos. Desesperante...

Estuvo a punto de irse y mandar todo aquello a la mismísima mierda, pero gracias a Dios que justo cuando iba a cruzar la puerta de aquella sala y salir de allí, la secretaria de ese tal Sr. Kellers le indicaba que el “jefe” ya le podría atender.

Respiró hondo antes de entrar en aquel frío y lujoso despacho, y aunque en ese momento no lo supiera, le habría Hecho falta coger algo más de aire. El rostro que vio detrás del escritorio, adornado de informes y papeles desperdigados sin ningún orden, le resultó demasiado familiar para que aquello sólo fuera una simple entrevista de trabajo.


Yeisi y Sebastian

Apoyó lánguidamente los codos sobre la barra.

La fiesta a la que asistió la noche anterior se desmadró hasta unos niveles insospechados, produciendo en ella un afán de beber alcohol insólito...y ahora le estaba pasando factura. Menos mal que allí estaba Sebastian para darle un buen arsenal de aspirinas para ayudarle a pasar el mal trago de ese endemoniado dolor de cabeza que le repiqueteaba insistentemente.

  • Oye...Sebastian, ¿dónde se han metido los chicos?

  • ¿Mmmmh? - el rubio la miró por unos instantes, sin abrir la boca. De verdad que se veía cansada... - Pues...a Mauricio le vi irse muy temprano en la mañana. No sé si iba a trabajar o a otro sitio, porque no llevaba la mochila e iba vestido muy...formal. Ni idea.

  • Qué raro. - comentó frunciendo el ceño.

  • Y Christian se fue a una entrevista. Ya sabes, a lo de la discográfica. A ver qué tal le va...le vi con muy poco entusiasmo, para serte sincero, y también es muy raro.

  • ¡Pfff! - bufó rodando los ojos - Espero que esos dos no se hayan vuelto a pelear.

  • Pues si es así, no me sorprendería en absoluto. - se sinceró sirviéndole un café a su amiga, advirtiéndola con un gesto para que tuviera cuidado de no quemarse con la taza, ya que el líquido estaba demasiado caliente. - Lo extraño es que no peleen...aunque casi siempre es por culpa de Christian, para qué mentir.

  • Si...pero por una parte le entiendo. Conozco muy bien al Mau y sé que tener una relación con él, sea amistosa, amorosa o familiar, es muyyy difícil. - sopló sobre la humeante taza, para luego seguir hablando - El problema que tiene lo sabemos todos. No habla. Y eso a la larga se nota.

  • ¿A qué te refieres?

  • Bueno, entiende que si Christian quiere mantenerse a su lado va a tener que esforzarse. Mucho. - puntualizó apartándose el flequillo de la frente - Como bien has dicho, las peleas que tienen son casi siempre por culpa del rubio, por así decirlo, pero son infundadas...Tiene que tener mucha paciencia con Mauricio, ya que aunque se quieran mucho, le cuesta expresarse y en algunas situaciones por las que pasen eso se echará en falta. Te lo dice una experta en la materia. - comentó con una media sonrisa. - Llevo muchos años de amistad con ese “silencioso” y le conozco bien, sólo espero que llegue a entender antes de que sea tarde que eso no le llevará a ningún sitio.

  • Mmmh, si tienes razón. Pero no sé, yo pienso que lo está llevando bastante bien. El que más, Christian. - bajó el tono de voz, al darse cuenta que algunas clientas estaban “con la oreja puesta” en su conversación - Yo no soy chismoso, pero ya sabes que teniendo como novia a Erika es algo difícil el no enterarse de la “mierda” de los demás. - la castaña sonrió cómplice ante aquella frase - Bueno, a lo que iba. Yo no creía que Christian lo fuera a llevar con esas ganas...entre lo de su tío que es un homofóbico, lo de su ex que mejor ni opino, lo del camarero de la discoteca y ahora lo de ese David que no sé que pretende sacar metiéndose entre ellos... ¿no me digas que no tiene aguante?

Yeisi fijó su verde mirada en el chico, pensativa.

  • Mmm, ¿cómo es eso de que David se ha entrometido en su relación? No creo que sea capaz de algo así, nene, estoy segurísima. ¿No te estarás equivocando?

  • Errr...creo que hablé de más. - murmuró rascándose el cuello algo extrañado - Tu... ¿no sabes lo que pasó hace tres días, verdad? - la castaña negó con la cabeza - Mmmh, no sé si contarte.

  • ¿Cómo? Ahora no me dejes a medias, Sebas, eso no es justo. - puso cara de pena, por si colaba.

  • En el fondo eres como Erika.- suspiró al ver como la chica sonreía inocentemente - Bueno...te lo contaré, pero ni “mu” ¿de acuerdo? Que me parece que ni siquiera Mauricio sabe el por qué de lo que pasó.

  • Te lo juro, no diré ni una palabra.

-Eso espero...mmh, verás... estábamos aquí hablando, Erika, Chris y yo, y apareció ese chico, diciendo que tenía que hablar sobre Mauricio con él y se fueron a otro sitio para estar más tranquilos. Pero parece ser, por lo poco que le contó Christian a Erika ayer por teléfono, que ese tipo le estuvo diciendo algo de que Mauricio no le amaba, que estaba con él sólo porque no tenía donde “caerse muerto” y por el sexo...- Yeisi le miraba anonadada, sin saber qué decir - y claro, ya conocemos al loco de Christian, que se lo tomó todo tan en serio que terminó presentándose en el trabajo de Mauricio algo alterado y le forzó... a que le dijera si le amaba o no.

  • ¿Q-qué? - exclamó sorprendida. No esperaba aquella reacción del rubio por algo así. - Pero, ¿éstos niños están tontos o qué? No...No...¡David es un Estúpido de primera! ¡Ya se las verá conmigo! ¡Aaaarrgh, le mato!

  • Ey, ey, tranquila.

  • Nada de tranquila, Sebastian. No es normal que le diga esas cosas a Christian sólo por despecho, porque seguro que ha sido por eso. Le advertí que no se metiera entre ellos y me re-juró que nunca sería capaz de llegar a esos extremos, que tenía superado lo de Mauricio....¡mierda, es imbécil! - su tono de voz seguía siendo demasiado alto, consiguiendo tan solamente que el resto de la gente de la cafetería la miraran asombrados - ¡Ahora mismo voy a decirle un par de cositas a ese demonio con piel de angelito! - bramó levantándose aparatosamente del taburete con intención de salir de allí cuanto antes.

  • Ni se te ocurra. - le ordenó el de lentes sosteniéndola del brazo, con medio cuerpo encima de la barra. - Aunque seas su amiga, no debes meterte en éste asunto Yeisi, por favor.

  • Pero es que no puedo quedarme de brazos cruzados. David se merece una buena charla.

  • Eso no te lo discuto, sin embargo, sigue siendo algo que sólo les incumbe a ellos, ¿entiendes? ELLOS...y si alguien tiene que hablar sobre esto con David, no eres tú la persona más indicada. Lo único que conseguirás será “liar más el rizo”.

La castaña dejó de tironear para que el otro soltara el agarre, bajando la vista y medio sonriendo.

  • ¿Por qué siempre tienes razón en todo lo que dices? - fijó su mirada nuevamente en Sebastian, sin borrar el gesto amable de su rostro - Me pones nerviosa, ¿lo sabías?

  • No eres la primera que me lo dice. Suelo crear ese efecto en las personas.

                    • *  * * *

Christian

No se lo esperaba.

De verdad que no se lo esperaba.

¿Quién iba a imaginar que el “jefazo” de la empresa discográfica fuera él? Precisamente ÉL.

Al principio no supo cómo reaccionar. No estaba seguro de que fuera aquella persona que conoció hace exactamente 2 años. No había cambiado mucho, quizás, lo más llamativo era el hecho de que ahora medía bastantes centímetros más y que su cabello lucía más corto que entonces, pero por lo demás, todo igual. Si, seguía siendo muy atractivo, no lo iba a negar. Sin embargo, le impactó el encontrarse de nuevo con él en ese preciso momento de su vida...o empeorarían las cosas o, quién sabe, quizás no todo le iba a salir mal, ¿no?

  • Ey, Chris, te estoy hablando. - aquella voz sinuosa le sacó de sus pensamientos, logrando que su mirada se volviera a posar en aquellos ojos azules claros.

  • Eh, sí, sí, dime.

  • Te estaba preguntando que si quieres postre o café. - el chico castaño, de facciones simétricas, le miraba. Llevaba toda la comida como si estuviera en otro mundo.

  • Café. Con el café estará bien. - sonrió por enésima vez en aquel día un poco sonrojado, mientras que el otro pedía a la camarera los cafés y la cuenta. Lo cierto era que se sentía casi eufórico, pero igualmente le resultaba chocante aquella situación. No estaba pasando por el mejor momento de su vida, sin embargo, el estar allí, charlando relajadamente con él después de tanto tiempo, le comenzaba a hacer sentir en la gloria absoluta. Era como un soplo de aire fresco para sus estresantes últimas semanas.

  • Bueno, ¿por qué no dejamos de hablar de música, eh? ¿Qué es de tu vida? - curioseó aflojándose el nudo de la corbata negra que llevaba. - Yo ya te he contado todo lo que no sabías. Te toca.

  • Mmmh si te tuviera que contar todo me harían falta meses enteros ¡Jajaja!

  • Bueno, pues resume, no es tan difícil.

  • Jeje... eres un chismoso, ¿lo sabías? En eso no has cambiado nada. - se sonrieron mutuamente - Bueno, sigo trabajando con mi madre en el hotel. Últimamente está funcionando muy bien, gracias a los accionistas y a la publicidad. De eso no me puedo quejar, aunque a veces me estresa vivir en un lugar con tanta gente.

  • Te entiendo. A mí tampoco me gustan los “alborotos”. Pero creo recordar que vivías en la azotea o algo por el estilo, ¿no? - comentó mientras que una de las camareras del restaurante les servía sus respectivos cafés.

  • Si, recuerdas bien. Aunque no es en la azotea, allí hace demasiado frío en invierno, je je. Vivo en uno de los áticos, el más grande, ya sabes, enchufe. - bromeó - Allí tengo todo lo que necesito, además, así tengo más control del hotel que si me quedara en casa con mi madre.

  • Mmmh, es una buena manera de “mandar”.

  • ¡Y que lo digas! Les tengo a todos a raya ¡Jajaja! No, en serio. Para mí es más cómodo y también consigo que mi madre no se estrese tanto como antes. - dio un sorbo de su café - Y teniendo a dos amigos trabajando en el hotel me hace la vida más amena. Así, si me aburro, bajo unos cuantos pisos y listo. Por cierto, uno de ellos es Erika, y si, sigue igual que siempre.

  • ¡Jajaja! Me lo imaginaba, aunque si cambiara de carácter ya no sería la misma... ¡Te envidio! Tienes mucha más libertad que yo...en todo.

  • No digas eso. Tampoco es para tanto.

  • ¿Qué no es para tanto? Je, mucha gente dice que vivir en una mansión con sirvientes que te hacen todo y trabajar en una multinacional debe ser lo mejor del mundo...pues si alguien me hiciera elegir entre llevar tu vida o la mía, no dudaría ni un segundo. Es agobiante. Tienes cada minuto del día programado, no te queda tiempo ni para dormir casi...y menos para mantener una relación.

  • ¿Mmmh? ¿Y eso?

  • ¿Tú qué crees, Chris? Soy humano, por Dios, necesito estar con alguien. Y no me refiero a pasar una noche de sexo y ya, sino a querer y amar a otra persona. El sentir que sin ella no puedes vivir...el tenerla presente a cada momento, pensar en ella, pasar tus días y noches en su compañía...ya sabes a lo que me refiero.

  • Sí, claro. - al escucharle decir aquello, enseguida vino a su mente el rostro de Mauricio. - Pero, no sé... ¿no hay nadie que te interese? ¿Ni siquiera eso?

  • Mmm si...bueno, alguien hay... - murmuró jugueteando con el sobrecito del azúcar entre los dedos.

  • ¿Ves? Y... ¿qué problema hay?

  • Es que verás, es algo extraño. Sólo le he visto contadas veces, y siempre por casualidad. Unas veces en alguna cafetería, otras caminando por la calle... No sé nada de él, ni su nombre, ni su edad, ni si trabaja o estudia. Sólo sé que parece tener pareja, por lo menos es lo que entendí la última vez que le vi, hace varios meses.

  • ops, pues eso no es muy alentador.

  • Ya lo sé. Pero desde la primera vez que le vi me cautivó. No sé, tiene algo que me atrae, que me empuja a seguirle a escondidas, pero sin ningún resultado. Ni siquiera me atrevo a hablarle, y viniendo de mí es muy raro, ya lo sabes. - su mirada era un tanto amarga.

  • Ey, no te pongas así. ¿No tienes contactos o algo? Pues que consigan saber donde vive o lo que sea, y no me vengas con vergüenzas a ésta edad, que tampoco estamos para esto, ¿eh?

  • Je, quizás tengas razón. No debo echar la toalla aún.

  • Ése es el espíritu.

  • ¡Jajaja! No has cambiado nada tú tampoco....Y, hablando de esto, ¿y tú qué?

  • ¿Mmmh? ¿Te refieres a si tengo pareja? - su compañero asintió, con un gesto pícaro - mm...creo que sí.

  • ¿Cómo que “creo que sí”? - preguntó algo desconcertado.

  • Jeje, si...bueno, si estoy con alguien, sólo que las cosas se nos complican bastante. Su padre no está de acuerdo, luego tuvimos unos “problemillas” con dos de mis ex, y él es algo especial...Su forma de ser es extraña, me cuesta comprenderle, y combinándola con la mía pues ya te imaginarás, es como una bomba de relojería. Aparte, no sé si recordarás lo que te conté en la playa aquel día, pero es mi primo. - el castaño abrió los ojos desmesuradamente al escuchar aquella última frase.

Claro que recordaba todo lo que le contó acerca de su primo, si por eso mismamente se conocieron.

  • ¿Me estás diciendo que la persona con la que estás es ese primo tuyo que te hacía la vida imposible? - exclamó incrédulo - No me extraña que se compliquen las cosas.- ironizó.

  • Pues sí. Pero no creas, ha cambiado mucho. A mí también me costó aceptar lo que sentía... Apareció de la nada después de años, con un carácter opuesto del que yo recordaba. No demuestra mucho sus sentimientos, pero desde que volvió, ha sido amable conmigo y nunca se ha sobrepasado conmigo...bueno, una vez, pero yo le provoqué en cierto modo. Sin embargo, siento que él me quiere y que intenta cambiar y agradarme, como yo con él. Las cosas no nos van muy bien, pero no sólo porque nuestros caracteres sean apuestos, sino que también hay personas que se han ido entrometiendo. Si mira, hace un par de días, un ex suyo me mintió, me contó algunas cosas sólo para que yo me enfadara con Mauricio, y casi lo consigue... Pero quiero creer en nuestra relación, aunque yo sea el único.

  • Eso es bueno, sí. - le regaló una sonrisa exquisita. Si su amigo decía aquello era por algo, y él intentaría ayudarle en lo que fuera ahora que volvían a encontrarse - Pero si te hace algo, dile que se las verá conmigo, ¿ok?

  • ¡Jajaja! Soy lo bastante mayorcito como para cuidarme solo, ¿sabes? – dijo en tono seductor

  • Por si acaso. – siguiéndole el juego

La conversación no terminó allí, duró unos cuantos minutos más, hasta que Christian se dio cuenta de la hora que era y que debía volver al hotel de inmediato...y no sólo porque su madre no pudiera ir y revisar, sino también porque tenía ganas de ver a Mauricio, ya que seguramente ya habría vuelto y quería pasar tiempo con él.

El castaño le insistió en llevarle él mismo, pero ya que christian había traído su propio coche, no sería necesario, así que simplemente se despidieron, no sin antes citarse para otro día y así poder hablar sobre el contrato con la discográfica.

Al llegar finalmente al hotel, esperaba encontrar al moreno, más sin embargo, fue todo lo contrario. Aunque un poco desilusionado, por lo menos le alegró ver a Erika tan interesada en saber todo lo referente a la entrevista...Más tarde podría ver a Mauricio. Eso deseaba.

  • Entonces, ¿no has firmado el contrato todavía? - cuestionó con el ceño fruncido.

  • No, eso lo hablaremos el próximo jueves. Tiene que consultarlo con algunas personas, ya que parece que ni siquiera leyeron lo que les mandé y pensaron que me interesaba ser cantante, cuando ya sabes que lo que yo quiero es ser compositor solamente.

  • A... bueno, pues al final lo conseguiste, lindo. ¡Hay que celebrarlo! - vociferó encantada con la noticia.

  • Si, si, pero con tranquilidad, ¿ok? No estoy para mucha fiesta. - murmuró recostándose en la butaca del despacho.

  • Siempre dices lo mismo, pero al final eres el que más lo disfruta, ¡Jajaja! Por cierto, ¿y qué tal con Santiago? Me hubiera encantado volver a verle...era taaaaan guapo. - suspiró como si fuera una quinceañera hablando de su ídolo.

  • ¡Jajaja! Pues ahora es mucho más guapo que antes, te lo aseguro. - habló más para darle envidia que por otra cosa - Y sigue siendo igual de amable y simpático que siempre. Vamos, que casi casi es el hombre perfecto.

  • ¿Cómo que “casi casi”? ES el hombre perfecto. - le contradijo con un gesto tajante - Lo dije entonces y lo digo ahora, nunca me retractaré.

  • ¡Jajaja! Claro que digo que es “casi”...el hombre perfecto no existe, depende de los ojos del que le miran. Además, no deberías hablar así de Santiago, tienes novio. - alzó una ceja divertido.

  • Si, bueno, tengo novio... ¡¿y qué?! Eso no me quita el decir que esa persona es perfecta. ABSOLUTAMENTE PERFECTA ¡Jajaja!

El rubio ya iba a contestarla alguna frase de las suyas, pero el timbre de su teléfono móvil le interrumpió. Lo sacó del bolsillo de su chaqueta y descolgó apresuradamente al ver de quién se trataba.

  • Hola. - contestó con una voz melosa que afirmó el hecho de que la persona al otro lado de la línea no era otra que Mauricio. Ante esto, Erika sonrió y con un gesto de su mano, se despidió de su amigo para dejarle privacidad en la conversación.

  • Chris, no me ha dado tiempo a pasarme por el hotel. Ésta noche llegaré tarde, tenemos bastante trabajo en la emisora. - la voz del moreno se escuchaba más seria que de costumbre. Seguramente por haber asistido aquel día a la primera vista del juicio en contra de Jhoan. - No hace falta que me esperes despierto Debes descansar.

  • Eh....si, claro. - le entristecía aquello y no sabía por qué. O quizás sí.

  • No te preocupes.

  • ¿Mmmh? No, no, si no me preocupo. - mintió descaradamente - No te esfuerces mucho, ¿vale?

  • Hm, lo intentaré. - hubo un silencio algo extraño por ambos lados, sin embargo, Mauricio lo rompió de la forma menos esperada para su primo - Sabes que te quiero.

  • ....si....yo también.

Recuerden valorar, comentar y hacerme saber sus opiniones :) . Gracias, hasta el próximo capítulo.