Evangelion, Girlfriend of steel 6

Tres bellas pilotos de las maquinas de combate más mortiferas jamas construidas por el hombre. Distintas entre sí y enamoradas del mismo chico.

TRES SON MULTITUD

Asuka se encontraba muy molesta, llevaba semanas sin hablarle al kinder, castigándolo con su silencio e indiferencia. Ignorándolo, fingiendo que no existía y el muy idiota ni siquiera se daba por enterado. Que tuviera el nivel más alto de sincronización era algo que no la consolaba. El Baka llevaba una semana cayendose de sueño y con su nivel de sincronización descendiendo en picada. Conociendo su carácter melancólico y depresivo seguramente era por la aprendiz de Mata Hari. El idiota debía de sollozar de noche pensando en su no correspondido amor a pocos metros de él. Mata Hari debía estar contando los días que le faltaban para irse y liberarse por fin del adefesio ese, del simulacro fallido de hombre.

  • Asuka, ¡has subido 10 puntos!, ¡has roto tu propio record! ¡felicidades! – le grito Maya emocionada

Asuka acepto las felicitaciones de Maya con, según ella misma, su característica humildad. Por supuesto que algo como eso era una bagatela para ella. Pensó con placer en Mana enclaustrada en su departamento con Shinji. Desesperada de irse con su cómplice para gastar todo el dinero que NERV les había dado. Shinji era el individuo más aburrido, soso y tonto que jamás había conocido. Ya Mana no tenía ninguna necesidad de fingir interés por él. Misato le había dicho que Shinji solo le hablaba de solo lo absolutamente necesario para hacer la convivencia tolerable. Misato, aunque desconfiaba de Mana, era una excelente anfitriona. Para ella la hospitalidad era un deber sagrado. En su casa, Mana era un huésped, no una prisionera.

Asuka no entendía, ni quería entender por que demonios tenían que tener a esa estúpida en la casa. Mana había tratado de ganarse la buena voluntad de Misato. La actitud cortés, pero distante de Shinji parecía dolerle (¡Farsante!, ¡Hipócrita!). De aquí en adelante quien podía ayudarla ahora eran Misato y Kaji. Shinji ya no podía ayudarla más, ya había gastado todos sus recursos. Por lo tanto, dedujo Asuka, la Mata Hari debía de estar volviéndose loca encerrada, sin nada que hacer y con el monigote inútil como compañía. En la mente de Asuka no existía algo peor que eso,

Desde que Misato y Kaji se fueron el Baka empezó a caerse de sueño y a bajar en picada en las pruebas de sincronización. A sus espaldas, desde que Asuka llego, decían que era la competencia de la tortuga y la liebre. Shinji era el piloto que sin entrenamiento previo había derrotado más ángeles, que era lento pero seguro en las pruebas de sincronización, que ella era la liebre que se dormía en sus laureles y a partir de ese punto dejaba de mejorar. ¡Ingenuos! Shinji era una tortuga que a la hora de la verdad metía la cabeza en su caparazón. ¡Solo en los cuentos de hadas la tortuga vence a la liebre!. Cuando menos había puesto a esos idiotas en su sitio.

A otra que tenía que poner en su lugar era a Rei. Si pensaba "heredar" al Baka cuando la otra se fuera le iba a demostrar que estaba muy equivocada. Anteayer, en la clase de deportes le demostró quien era la número uno. Sacando valor de no se donde, Rei quiso acercarse al Baka. Con su mejor sonrisa y como quien no quiere la cosa se disponía a saludarlo. Hasta que llego ella radiante. No tuvo que decir nada, su sola presencia basto y sobro para opacar a la Ayanami. "OH, ¡lo siento! ¿Interrumpo?" parecía decir sin palabras. Al sonámbulo trasnochado se le aflojaron las piernas, paso de largo sin decirle nada. A Shinji ni siquiera le dio tiempo de decir "¿Qué querías decirme, Ayanami?". Ella solo busco un sitio retirado para sentarse en su habitual indiferencia.

Los resultados de Rei Ayanami fueron ni fu, ni fa. Las órdenes del comandante eran que ella pasara desapercibida, no llamar la atención. Su mente y su cuerpo pertenecían al comandante Ikari. Ella solo sentía un profundo vacío en su interior. ¿Qué es el cuerpo?, ¿solo carne que se pudre? El comandante tenía el poder de levantarla de entre los muertos. ¿Qué era la mente? ¿Ideas, recuerdos, pensamientos que morían también al morir el cuerpo? Las ideas, los recuerdos y los pensamientos que existían en su mente existían por el comandante Ikari. Sus sentimientos y sus emociones eran algo que el comandante no podía controlar y por lo tanto se encontraban bloqueados.

Ella tardo siete meses en lograr sincronizarse con su EVA. A la unidad 01 nunca pudo hacerla arrancar. El comandante siempre la trataba más como un soldado que como una hija. Ella se sentía llena, bien con él a pesar de todo. El comandante mantenía siempre las distancias. Era un tutor severo, estricto pero justo. Era él la única persona a la que ella sonreía. Su centro del universo. Era así por que el comandante así lo quería.

Ella tenía trece años. Fue un día en que realizaron extenuantes pruebas de arranque con la unidad 01. Se encontraba en el límite de sus fuerzas y con un alto nivel de contaminación mental. Se sentía débil, enferma, como si fuera otra persona. Fuyutsuki murmuro algo como "Te esta rechazando a ti, no a la piloto" al comandante Ikari. Las pruebas continuaron hasta que ella se desmayo.

El comandante la llevo hasta su casa. Ella estaría "congelada" por un año. El comandante continúo con las pruebas hasta llevarla a las puertas de la muerte. A ella la muerte no le preocupaba, en su mente existía la idea fija que sería sustituida. Aunque significara su muerte en los más horribles dolores, ella obedecería la orden del comandante de continuar. No se encontraba en peligro, necesitaba descansar un poco para reponerse. Se sentía mejor, pero el comandante la llevaba en brazos hasta su departamento.

Ella se encontraba mareada y desorientada. El comandante la cargaba estoico e indiferente. Ella y él raramente se tocaban, nunca se tuteaban o bromeaban entre ellos. A lo máximo a lo que llegaban era a sonreírse cuando creían que nadie los veía y a cinco o más pasos de distancia uno de otro. Ella lo miraba en forma pura y limpia, con respeto de hija obediente. Estaba condicionada y programada para comportarse así. El comandante, condescendiente, se dignaba a hablarle, de bajarse de su pedestal. Se mostraba noble, magnánimo y generoso desde su trono de Emperador del Universo, de darle sentido a su mísera existencia con una sobria sonrisa de aprobación. Cualquier persona que los viera se sentiría sucia de solo pensar que había algo indebido o sórdido en su relación.

Ella se sentía extraña, otra persona. Alguien que aborrecía al comandante con todas las fuerzas de su alma. No era una persona que lo odiaba, era alguien que había descubierto que Gendou Ikari era la persona más vil y despreciable sobre la faz de la tierra. Esa persona quería apartarse de él. Sentía asco de su presencia, repulsión al sentir su contacto. El comandante entro al departamento. Ella quería que se fuera. Decirle que no volviera jamás. No era ella cuando hablo:

  • Gendou...

El comandante se estremeció de pies a cabeza. La voz era de Rei, pero su tono y su forma de hablar le resultaban dolorosamente conocidos. El comandante puso de pie a Rei. Ella se encontraba todavía confundida, pero con fuerzas suficientes para sostenerse. Era la primera vez que el comandante entraba al apartamento de Rei. Su chofer lo esperaba abajo en el auto. El comandante la miraba embelesado, en otro mundo. La persona dentro de Rei sintió miedo.

  • ¡Yui! – Murmuro el comandante- ¡Yui!

El comandante la beso en la boca. Rei sintió su lengua entrar, su barba lastimándole la cara. No podía respirar. Todo se le revolvió por dentro. Cuando el beso termino ella sintió arcadas, convulsiones. Haciendo todo lo posible para no ensuciar la ropa y los zapatos del comandante vomito copiosamente en el piso.

Rei sentía por primera vez ganas de llorar, pero no salían lagrimas en sus ojos. Sollozaba e hipaba pero no podía llorar. No entendía que era lo que estaba sintiendo. Busco una cubeta de agua, desinfectante, un trapo y comenzó a limpiar y restregar el suelo con sus propias manos. El fuerte olor a vomito no desapareció. En lo único en lo que pensaba Ayanami era que menos mal que el comandante no se había ensuciado.

El comandante permanecía serio e inescrutable. En su pose característica, pero sin sus guantes blancos. La escena le era vagamente familiar. Frío y en total control sobre si mismo se daba cuenta donde estaba y de lo que había hecho. No se encontraba totalmente en sus cabales. Del remoto pasado vinieron sus recuerdos. Yui se encontraba en la misma posición, seria y a punto de llorar. Él se encontraba de pie y un Shinji bebe los miraba a los dos sin entender nada. El comandante sintió negros remordimientos, culpa y dolor. No por Rei Ayanami, si no por Yui Ikari. Shinji estaba ahí, con su cara inocente, testigo involuntario de sus faltas y pecados.

  • Rei...- dijo tocándole un hombro. El comandante no estaba arrepentido y no iba a pedirle perdón. Solo quería que esos recuerdos desaparecieran.

Algo dentro de Ayanami se despertó otra vez. Un nuevo sentimiento desconocido se apodero de ella. Una furia ciega, una rabia y decepción profunda. La mano en su hombro la quemaba, la llenaba de asco. Ella se paro y lo encaro mirándolo a los ojos. Era su voz, pero no ella la que hablaba:

  • ¡No vuelvas a tocarme jamás! ¡Nunca vuelvas a acercarte a mí o a mi hijo maldito bastardo!

El comandante sintió un terror ciego. El recordaba que había dado media vuelta y días después Yui desaparecía en el EVA ante los ojos de Shinji. Todo su estoicismo y autocontrol se desplomo. Naoko Akagi era su amante en esos días, el sencillamente era joven, débil y ambicioso. Amaba con locura a Yui, pero el dinero de ella y el prestigio de su apellido le gustaban también. Arrogante y tonto, se dejo seducir y corromper por SEELE. Yui se consideraba más culpable que él, su traición y sus mentiras solo eran poca cosa. Ella era la responsable directa de la muerte de millones de personas. Del Segundo Impacto. De las maquinaciones, traiciones e intrigas de hombres corruptos como su marido. Por que fue en base a sus trabajos en que el EVA fue posible. Y hombres como su marido solo querían el poder del EVA para desafiar a Dios. Yui era conciente que no era una victima más, si no el peor y más culpable de los cómplices. Su deber era la expiación de los pecados de orgullo y soberbia de ella y su marido.

El comandante le dio una sonora bofetada a Rei. Era lo que quiso hacer en ese triste momento que recordaba con dolor. Acallar la conciencia de Yui a golpes, anularla, matarla si era necesario, pero que no lo odiara, que no lo abandonara. No lo hizo por que prefería ser despreciado a ser odiado. El comandante sintió como una barrera invisible lo empujaba contra la pared imperceptiblemente. El comandante grito con fuerza:

  • ¡BASTA YA REI, ES UNA ORDEN!

La chica sintió que despertaba de un sueño. Yui Ikari ya no se encontraba en su interior. El comandante se acerco a ella y le dio otra bofetada. El comenzó a desvestirla sin ella oponer resistencia. La pasividad, sumisión e indiferencia de Rei era total. El comandante Ikari extrañaba la suavidad y la calidez de su esposa. Ninguna otra mujer le llenaba como ella. Sus amantes solo eran para masturbarse con ellas y no pensar en Yui, pero el recuerdo y el deseo por Yui era una maldición para él. Un castigo del que sabía no podía escapar.

El núbil cuerpo de Rei ya estaba expuesto. A zarpazos y desgarrones Gendou le había quitado la ropa. El par de bofetones no habían dejado marca en su bello e inexpresivo rostro. La blancura de su piel parecía ser fosforescente. La piel, a pesar de la anterior violencia, no presentaba marcas. El comandante recorrió con la vista las bellas formas de la muchacha. Sus manos recorrieron la suavidad y la calidez del cuerpo de la joven, sin que esta reaccionara.

El comandante jadeaba y babeaba, cubierto de un sudor espeso y mal oliente. Estaba peleando con su pantalón, tratando desabrochárselo, pero el caos en su mente no lo dejo. Comenzó a llorar a lágrima viva y se desplomo sobre la muchacha. El aspecto que tenía era la de un loco. Rei estaba confundida, sentía dolor en ambas mejillas. Cerro los ojos y deseo morir. A su nariz llego el olor a vomito y el hedor del comandante.

El comandante se sereno y volvió a ser el mismo de antes. El comandante tomo su celular y marco tres digitos predeterminados en él. Obtuvo una conexión directa con La Sección 2. El operador se puso rígido. Solo una persona tenía acceso a dicho número.

  • Comunicación directa a vigilancia código de área RA-H 00 – dijo con la seguridad del hombre que manda y es obedecido en el acto.

El edificio y el Apartamento de Rei Ayanami estaban lleno de micrófonos y cámaras ocultas. Un selecto grupo de guardaespaldas siempre siguen a los elegidos a corta distancia y confundidos en la multitud. Las personas asignadas a proteger a Rei Ayanami se encontraban estupefactas, en un estado de parálisis. Habían estado viendo y escuchando todo y aún así se negaban a creer lo que estaban viendo. Gendou Ikari era el Comandante Supremo de Nerv y él estaba...

El teléfono sonó y pudieron al fin reaccionar. Uno de ellos se quedo mirando estúpidamente la pantalla. Había reconocido su código de área y escuchaba al todopoderoso y omnipotente comandante, su amo y señor. Veía su cara y hasta podía identificar la marca y el tipo del celular. Fue el que tomo el teléfono, muerto de miedo dijo:

Sesee...Señor...

El comandante lo hizo esperar su respuesta un buen rato. La cara del comandante no presagiaba nada bueno.

  • ¿Se puede saber que están esperando idiotas? ¿Qué la viole en sus narices?

Los guardaespaldas del área RA-H 00 fueron dados de baja, con deshonor. Las cintas, videos o cualquier medio que registrara lo sucedido fueron borrados o destruidos. Se les amenazo a los pobres diablos con juicios por negligencia criminal. El asunto no salió de Fuyutsuki, la doctora Akagi y el comandante Ikari. La sección 2 fue reestructurada y purgada a fondo. Del asunto quedo un chiste picante de que NERV no toleraba la incompetencia, que cambiaba cada vez que se contaba.

  • Mañana mismo voy a asaltar el banco en donde tengo mis ahorros, si me meten en la cárcel por 20 años sabré entonces que mi dinero esta seguro- Dijo la doctora Akagi

El comandante no dio explicaciones, ni dio excusas. El no tenía amigos, ni iguales. Solo existían subordinados. En cuerpo, mente y alma Rei Ayanami le pertenecía por completo. Podía hasta tirarsela y follarsela si quería. Disponía de los medios para hacerlo, en el momento que quisiera, donde quisiera y sin que nadie lo supiera. Fuyutsuki y Akagi no eran frenos, ni iba a detenerse por consideración a ellos. No toleraría ser cuestionado. A los tres lo único que les interesaba era que el buen nombre de NERV no se viera perjudicado y que Rei cumpliera con sus obligaciones. Los tres se abocarían en lo posible a enmendar los daños.

Rei estaba confundida y muy perturbada. Exteriormente no se notaba nada en ella. Pero desde el incidente sus ondas cerebrales eran erráticas. Ayanami era una pieza fundamental en los planes del comandante. Una herramienta imprescindible. Una herramienta delicada que en un momento de debilidad pudo haber sido estropeada sin remedio. A las herramientas se les saca todo el provecho posible. Lo único que le preocupaba al comandante era que Rei no pudiera servir como piloto de Evangelion. O eso quería creer.

Honesta y francamente la deseaba, pero humanizarse ante ella era algo que no haría jamás. La idea de desnudarse ante ella, de dejar de ser un Dios era inaceptable. Prefería mil veces enviarla a la muerte o prostituirla en un burdel. Él era un falso Dios y el amor de hija que ella sentía por él era falso, una idea fija machacada y remachada en su mente por él. Abusar sexualmente de su protegida era algo que nunca se le había ocurrido al comandante. Desde siempre ella sentía que el comandante pensaba en otra persona cada vez que estaban juntos. Al comandante le gustaba la manera pura y limpia como ella lo miraba. El amor que alguna vez sintió por Yui seguía vivo en él, pero deformado y pervertido por su egoísmo.

El comandante era un hombre complejo. Estaba condenado a ensuciar y a corromper todo lo que tocaba. A Shinji lo mando a vivir lejos para que fuera criado y educado por otras personas. Rei vivía encerrada en su torre, prisionera de su absoluto poder. Ella era la doncella virgen que domaba al unicornio. La bella durmiente. Una sagrada Vestal que debía permanecer para siempre virgen. El comandante era sórdido, vil y completamente corrupto. Era el dragón que la custodiaba.

La imagen babeante y jadeante del comandante perseguía a Rei en sus sueños. Ella lo olvidaba por las mañanas. El día en que hicieron la prueba de arranque de la unidad 00 ella revivió todo. El comandante la violaba brutalmente y al final la estrangulaba. Algo en su mente bloqueaba esas imágenes, por que en forma consciente olvidaba todo. Salió viva de milagro, gracias a que el comandante se quemo las manos para sacarla de la cabina. Sus gafas rotas desde ese día eran su tesoro. La causa de la falla se determino como inestabilidad mental en el piloto. El comandante estaba en el hospital con las manos vendadas, no era nada serio, pero las quemaduras en sus manos lo obligaron a usar desde ese día sus guantes Blancos.

Rei se encontraba en emergencia. Con daños severos. Los daños en su mente persistían. Ni Akagi o Fuyutsuki podían borrar esa experiencia traumática y lo más probable era que los demás clones ya la tuvieran también. El comandante sabía que el único culpable era él. Periódicamente los recuerdos y experiencias del clon activo debían ser transferidos a los otros clones. La información conciente (Ideas, pensamientos y recuerdos) podían controlarla, el inconsciente no. Las experiencias del clon activo pasaban a los otros integras.

  • Rei descubrió que Dios no existe- Le dijo la doctora Akagi

  • No, no puede aceptar que su Dios es un ídolo falso que tiene los pies de barro- le replico Fuyutsuki

El comandante no dijo nada. Sus dos subordinados solo le decían la verdad y él lo sabía. Un año y siete meses de duro trabajo, dinero y tiempo tirado a la basura por un momento de banal lujuria. Reparar y volver a domar al EVA 00 tomaría tiempo. Rei se encontraba seriamente lastimada y no se encontraba en condiciones para pilotear un EVA. "Yui, no me dejas más alternativas ¿verdad?" se dijo. Si Tokio-3 era atacado por un ángel, solo tenían al EVA 01 para defenderse.

  • ¡COMO QUE NO VA A VENIR!- Grito Asuka estupefacta.

-Shinji llamo para decir que no se encontraba en buena forma, que se sentía mal y que prefería quedarse en casa.- le dijo Maya

Asuka entrecerró los ojos. No pensaba exponerse o armar un berrinche delante de todo el mundo y menos por ese gusano repugnante. Dio media vuelta como si le importara un comino la noticia (¡10 puntos por encima de su record y el Baka no estaba ahí para restregárselos en la cara! ¡Como se suponía que iba a ignorarlo y a no dirigirle la palabra si no estaba!)

  • Con las ganas que tenias de estar un momento a solas con Shinji, ¿verdad Ayanami?- dijo venenosamente antes de retirarse. Rei no contesto y su rostro permaneció inexpresivo, pero era verdad.

Era de noche y Shinji se encontraba profundamente dormido. Mana lo miraba con una sonrisa traviesa en los labios. El pobrecito no durmió nada en toda la tarde. La casa estaba limpia y los dos recién bañados. Hoy dormirían toda la noche. Mana sentía un delicioso escozor en su culito de perra y en su cuquita de gata. ¡Toda la tarde haciendo el amor sin problemas!. Ella lo abrigo y se acostó a su lado. Para variar estaban vestidos. "¡El desgraciado es una maquina que no para!, ¡es insaciable! ¡Si sigue así voy a tener que pedir a las perras en celo reprimidas que me ayuden!" bromeo para ella misma. A lo mejor no era para tanto, pero en su vanidad quería creer que "su" Shinji era único e irrepetible. Ella se durmió feliz. "He creado un monstruo" se dijo.