Evangelion, Girlfriend of steel 2

El dilema del erizo. ¿Podran Mana y Shinji quitarse las mascaras y atravesar sus propias barreras?

MANA Y SHINJI

Mana, Musashi y Keita se habían criado en un ambiente asexuado de férrea disciplina militar. Dormían en barracas (ala Norte chicos, ala Sur chicas) con los otros pilotos. Eran muy unidos y, a pesar de tener la misma edad, eran una pequeña familia en la que Musashi era el papá, Mana la mamá y Keita el niño pequeño. Los militares fomentaban la rivalidad y la competencia colocando a los chicos uno contra otros. Estos se organizaban en unidades de tres a cuatro miembros. Mana y compañía fuera de su grupo no tenían amigos, tenían rivales.

Los chicos iban cayendo como moscas uno a uno. Los militares les hacían funerales de héroes caídos en combate y los ponían como ejemplo a seguir. Para los chicos era solo un rival menos, lo único importante era la próxima dosis. Al final el grupo de Mana fue lo que quedo. Para los Militares los chicos eran Zombis sin voluntad, niños que hacían cualquier cosa y soportaban cualquier cosa por su "dulce"

Keita fue el primero en rebelarse. Keita empezó a hablar de escapar. Mana y Musashi trataban de convencerlo de que era imposible. Keita insistía que si lo hacían juntos podrían hacerlo. Al final decidió hacerlo solo, fue capturado y duramente castigado. Los militares los dejaron a los tres sin la droga durante una semana. Fue la peor semana de sus vidas. Los militares los amenazaron de que por uno pagarían todos, esperaban romper su unidad como grupo, convertirlos en sus propios carceleros. Lo que no esperaban era que ya eran inmunes a la droga. La resequedad en la garganta y la ansiedad la tendrían mientras vivieran, pero sus cuerpos ya no la necesitaba.

Todo parecía volver a la normalidad. Se necesito mucha fuerza de voluntad de los chicos para dejar los peligrosos neuro-fármacos. Los mismos militares rebajaron y espaciaron la dosis. Las drogas eran prácticamente para tener a los chicos bajo control. De los tres, Musashi era el más poderoso y resistente de los pilotos, seguido de Mana y por último el enfermizo Keita.

Al principio del proyecto solo existía el Robot Prototipo. El modelo definitivo de combate estaba siendo construido. El T-Riden-T unidad 01 sería el arma absoluta definitiva. Los militares especulaban que sería capaz de derrotar a un EVA si descubrían la forma en que el robot pudiera generar un campo AT. El robot tenía la ventaja de ser autónomo, de no requerir fuentes externas de energía. Pero en combate el EVA haría añicos al robot con su poderoso campo AT. El piloto designado a la unidad 01 sería Musashi, con Mana como piloto suplente. Keita sería asignado a la obsoleta unidad prototipo.

El proyecto T se encontraba estancado. Su costo en dinero y vidas humanas había sido alto y su futuro era incierto. Por disposiciones de la ONU tenían una protección legal especial, que de ser revocada exponía a los militares a Juicios por crímenes contra la Humanidad. La ONU no hacía preguntas, solo esperaba resultados satisfactorios, de salir a la luz pública la explotación, maltrato y muerte de 297 menores de edad, victimas de experimentos ilegales con sustancias prohibidas, la ONU fingiría sorpresa e indignación, perseguiría a los "culpables" sin piedad. Los militares sabían perfectamente que serían los chivos expiatorios.

El proyecto T siempre fue secundario. El Proyecto E comandado por Gendo Ikari siempre fue considerado Prioritario para la ONU. Gendo Ikari había convertido a NERV en su feudo personal. El Comandante Ikari era cruel, implacable y muy inteligente. Su autonomía e independencia de la ONU era total. La pregunta era ¿por cuánto tiempo sería tolerado esto?

El proyecto T se encontraba de momento congelado. Su rival, el Proyecto E, se encontraba con tres unidades en completo estado operacional. La ONU incluso les negó el financiamiento para la unidad T-02, prefirió invertirlo en el JET ALONE. Los militares se dieron cuenta de que solo superando a los EVAS saldrían del atolladero.

En las ultimas pruebas en el simulador Musashi había demostrado una pericia sobrehumana y una habilidad estratégica genial. Siempre ofensivo, agresivo, violento, sin cometer imprudencias jamás. Conteniéndose en el momento justo. Analizando y estudiando al adversario, para asestar el golpe final en el momento preciso. Un depredador nato.

El débil Keita era un buen complemento para cualquiera de los dos pilotos. Un excelente auxiliar. Su problema era su endeble salud. Bajo el liderazgo de Musashi era letal. Bajo el liderazgo de Mana era un estorbo. Si Musashi consideraba que era necesario, sacrificaba al más débil del equipo sin piedad. Keita obedecía sin rechistar. Musashi confiaba plenamente en Keita, sabía perfectamente cuales eran sus debilidades y sus fortalezas. Las veces en que lo tuvo que sacrificar eran para él derrotas, no importándole para nada lo que dijeran o pensaran sus superiores.

Mana era buena, pero Musashi era Dios. La diferencia de poder, fuerza y habilidad con Musashi era abismal. Era excelente como piloto, pero pésima como líder de equipo. Con Keita funcionaba el equipo si cada uno iba por su lado. Mana no podía evitar tratar de protegerlo. Las veces que estuvo a cargo, colocaba a Keita en la retaguardia y se exponía ella a todos los peligros. Bajo esas condiciones Keita era un estorbo. O obedecía ciegamente a su superior o discutía con ella en forma descarada en los momentos más inoportunos. Llego un momento en que desobedecía ordenes directas y Mana no hacía, ni le decía nada. En todas las pruebas fracasaron y lo que hacían era echarse la culpa uno al otro.

En las misiones de Inteligencia y reconocimiento Mana era insuperable. Perspicaz, observadora, detallista, con memoria fotográfica y un olfato prodigioso para oler trampas, ella tenía la facultad de entender e interpretar de forma correcta como piensa el enemigo y como actuara en determinada circunstancia. Cuando hacía equipo con Musashi obtenían la valoración más alta de la prueba.

Desde que trabajaba con Keita en plan de iguales no habían vuelto a fracasar en ninguno de los simulacros. En las misiones de "encontrar y destruir", Mana encontraba y Keita destruía. Mana se escurría y se infiltraba en el campo enemigo, evaluaba sus fortalezas y debilidades. Pasaba la información a Keita y este aparecía de la nada, destruyendo todo a su paso. Por lo general Mana rehuía los combates. Cuando hacía pareja con Musashi era su guardaespaldas, detectando trampas, emboscadas y enemigos ocultos. El chico la consultaba y lo que él pasaba por alto ella lo notaba.

Para los chicos lo importante era estar juntos. Ellos pensaban que si demostraban que eran un equipo imbatible jamás los separarían. Soñaban con escapar algún día. Bromeaban entre ellos diciendo que cuando lo hicieran se llevarían los robots.

Los militares les tiraron el bombazo de que Mana había sido elegida para una misión secreta. Ella trato de negarse, pero los militares la amenazaron con quitarles la droga, no por una semana, si no por un mes a ella y a sus compañeros. Ellos no sabían que ya no les hacía efecto y debían permanecer en la ignorancia. Musashi, como líder de equipo, le ordeno aceptar la misión.

Salir de la base y abandonar a sus compañeros de toda la vida fue como abandonar el útero materno. Ninguno de los tres sabía nada del mundo exterior. Se quedo algunos días en Tokio-2 "aclimatándose", poniéndose al día y estudiando a su blanco, el Tercer Elegido. Cosas como hacer las compras, tomar un tren, ir a cualquier parte ("debidamente acompañada") le resultaron fascinantes.

Los militares les preocupaba una cosa, Mana era estéril... y posiblemente frígida. Las drogas que les suministraban y el entrenamiento militar intensivo había embotado el libido de los chicos y nada se podía hacer al respecto. Con meses de terapia y tratamiento medico adecuado se podría arreglar el "problema". No tenían meses. Además, no podían enviar una chica de 14 años que no fuera virgen a la escuela de los elegidos sin levantar sospechas. Tokio-3 era una ciudad fortaleza inexpugnable para los ángeles y los hombres. Las medidas de seguridad eran extremas. Ellos imaginaban que NERV debía tener una maquina que "sondeaba" de alguna forma el cerebro, de lo contrario no se explicaban como hacían para elegir los pilotos. Lo que pudieran sondear en su espía les inquietaba. Mana era una agente de inteligencia nata. Desenvuelta y natural en todo. Tenía una habilidad extraordinaria para adaptarse e improvisar. Lo natural y espontáneo sería mejor que lo fingido y ensayado.

En pruebas con el polígrafo (el detector de mentiras) resulto vencedora. Si una persona se encontraba tranquila era fácil engañar a la maquina, no era fácil, pero tampoco imposible. La maquina registro que era mentira que ella se llamaba Mana y que era una espía. Registro como verdad que se llamaba Maria Antonieta y era Zarina de todas las Rusias. Las preguntas sobre su niñez o sus compañeros no la afectaron. El psicólogo les dijo que la chica había desarrollado barreras de Ego muy poderosas y estructuras mentales complejas, que podían engañar al polígrafo, pero no estaba seguro con respecto a la Sonda de NERV. La mente de la chica podía engañar a la Sonda, siempre y cuando sus barreras de Ego no fueran penetradas.

Sobre los elegidos tenían teorías, rumores, mitos y leyendas. Se rumoreaba que todos los elegidos tenían que ser vírgenes, de lo contrario los EVAS los rechazaban. Del tercer elegido sabían que era el piloto que había derribado más Ángeles. Su débil personalidad y falta de carácter lo hacía un blanco perfecto. Si Mana era inteligente podría tenerlo comiendo de su mano, sin necesidad de acostarse con él. Por supuesto, si las circunstancias lo ameritaban... y era necesario... sus ordenes eran claras. Por sus compañeros ella cerraría los ojos, abriría las piernas y pensaría en "Dios y en Inglaterra". Los militares esperaban que pudiera fingir un orgasmo en forma satisfactoria.

A Mana orgasmo, esterilidad, frigidez eran palabras que no le decían nada, no significaban nada. Se le dio un curso intensivo y rápido para utilizar su feminidad como arma. Ejercicios de respiración y Yoga Tantrico bajo la mejor experta que pudieron encontrar. Información teórica básica sobre apareamiento humano. Los militares no hicieron mucho hincapié en eso. No les interesaba que su espía perdiera el tiempo con un melancólico y depresivo mocoso. El Tercer Elegido era su blanco primario, pero su objetivo era investigar todo lo concerniente al campo AT. Ella era una agente de inteligencia recabando información técnica sobre los EVAS. Cualquier medio era idóneo. En Tokio-3 estaría de su cuenta y en total libertad. Mana esperaba completar la misión con éxito y regresar lo más pronto posible con sus compañeros. Acostarse con el Tercer Elegido. Aparearse y tener sexo con él o con cualquier otro, si era necesario para los objetivos de la misión, no era problema.

Los días en Tokio-2 pasaron volando. En efecto, le hicieron una revisión medica completa. No encontraron nada raro. Como lo esperaban NERV utilizaba en sus equipos el mismo lenguaje Maquina que el T-Riden-T. Los médicos humanos fueron igual de exhaustivos, pero con su equipo especializado neutralizado por Mana, no pudieron encontrar nada anormal.

En esos momentos Mana no pensaba en el pasado que había dejado atrás. El agua fría era deliciosa... sobre todo acompañada. Shinji y ella reían mientras se bañaban juntos. Solo eran niños haciendo travesuras. Que aprovechaban que los adultos no estaban para hacer desastres. El sentimiento de libertad era total.

Shinji al principio estaba renuente. Bastante cohibido. Dócilmente se dejo desnudar por Mana. Ella sencillamente no entendía como se le había ocurrido semejante locura. Lo que le habían enseñado vino a su mente. Empezó a enjabonarle la espalda. ¡A tratar de recordar donde demonios se encontraban las zonas erógenas de los hombres!. Shinji sintió que su alegría y entusiasmo eran falsos, fingidos y ensayados. Esos "!Cariño!", "¡Oh!" y "¡Ah!" no eran ella. Ella reía nerviosamente. Cuando lo estaba llamando no sabía para que era en realidad, su toalla se había caído por accidente y... sinceramente se sentía mucho mejor sin ella... Trató de respirar como le habían enseñado, de recordar todo lo que le habían dicho. Inconscientemente volvía a ser la espía Mana Kirishima

El cuerpo del chico era de un efebo, ni hombre, ni niño. La espalda y los hombros del muchacho eran fuertes. Por lo que ella sabía su madre había desaparecido en extrañas circunstancias y su padre lo había abandonado. Los militares no entendían como era posible que fuera el piloto que había derrotado más Ángeles. Era un chico de personalidad débil, depresiva, temeroso de relacionarse con otros, tímido y torpe. Había escuchado que los pilotos sentían lo que sentía el EVA, ella había visto las peleas en el material que le dieron a estudiar y no podía creer que fuera verdad.

Mana no había sido la primera, ni sería la ultima que solo se acercaba a él por el EVA. Eso lo sabía de sobra el Tercer Elegido. Su propio padre solo lo había llamado para ser piloto. Sin el EVA no era nada, no tenía utilidad, valor o significado para nadie. Ya el paranoico de Kensuke le había advertido sobre los espías. Otras niñas tontas ya habían tratado de seducirlo, para presumir que tenían un novio piloto de Evangelion. Toji y Kensuke se quedaban con la boca abierta cada vez que las rechazaba. Solo tenía a esos dos y a Hikari como auténticos y verdaderos amigos. No le interesaba una corte de adulantes, ni una interminable lista de pretendientes sin esperanza como la altiva y arrogante Asuka, la indiscutible chica más popular del Instituto. Rei, por su forma de ser, sabía perfectamente como sacudirse a las personas indeseables.

Mana sencillamente era algo distinto. No sabía por que. Al principio era como todas, no dejaba de seguirlo a todas partes, se autoproclamaba novia suya, era un estuche molesto de monerías con él. A ninguna de las anteriores las había dejado entrar a los cuarteles generales, ni ninguna lo había hecho bajar su nivel de sincronización, nunca había tomado en serio a ninguna de ellas. Sencillamente dejaba que se cansaran. Si se ponían muy molestas, la Sección 2 se encargaba del asunto.

Las chicas rechazadas decían que solo le gustaban las chicas que también eran pilotos como Rei o Asuka. Que tenía algo raro con su tutora (él la amaba en secreto, tenían un tórrido romance juntos, ella era la que lo amaba en secreto y no dejaba que nadie se le acercara) que los pilotos de los EVAS tenían que ser vírgenes y castos, que los Ángeles habían destruido su planeta y en su corazón solo existía el deseo de venganza, que lo más probable es que era Gay...

Los pretendientes de Asuka para justificar su fracaso decían más o menos lo mismo de ella, fantaseaban con una relación lesbica de ella con la Ayanami o con Hikari, chicos y chicas especulaban si los tres pilotos hacían tríos. Muchos de los rumores que los militares habían escuchado solo eran deseos, proyecciones, fantasías de adolescentes sexualmente reprimidos en plena pubertad.

Mana le gustaba mucho. Su aplomo, su simpatía, su dulzura. "Solo es otra boba que esta embelesada contigo por que eres un piloto", se decía a si mismo. Nunca quiso aprovecharse de las otras, pero ella... empezaba a gustarle.

La espalda de Shinji se puso rígida. Ella llevaba rato masajeándosela con sus senos. Riendo e incitándolo como le habían dicho que a los chicos le gustaba... Shinji sentía su repulsión, toda la fuerza de voluntad que la chica ponía para sonar convincente. Para forzar a su cuerpo a algo que no quería hacer. Ella se detuvo cuando se dio cuenta que el Tercer Elegido no le hacía caso. Se pregunto mentalmente que era lo que estaba haciendo mal, que se le había olvidado, que había pasado por alto.

-Mana, no tienes que hacer esto...No quiero que te hagas esto ... no tienes que "pagarme" nada... no tienes que pagarme así...-Mana guardo silencio-... Me agradas... me gustas mucho...pero... no te sientas obligada a nada, no me debes nada. Solo harás que para mí sea más difícil dejarte ir... Yo no te gusto ¿verdad?, sé que te obligaron a venir... desde el principio no estabas interesada en mí... Sé que te obligaron, no tenías alternativa... Nunca has tenido alternativas. Yo te quiero y te aprecio mucho, me gustaría que me correspondieras... pero no hagas esto por gratitud. No te sientas obligada... yo... sencillamente no lo soportaría.

Shinji por lo visto la había malinterpretado... o quizás no. Sinceramente estaba tentada de dejar las cosas hasta aquí. Tenia miedo de él y de sí misma. Le habían dicho, enseñado y ordenado tantas cosas...cuando lo llamó quería compartir la alegría desbordante que existía en su corazón, hablar del amanecer que verían juntos, en su desnudes ella se sentía cómoda y quería que él estuviera cómodo también. En que momento se convirtió en la agente de inteligencia con la misión de seducir al piloto de EVA que había derribado más Ángeles, era para ella un misterio. Como el escorpión le dijo a la rana: "No puedo evitarlo, esta en mi naturaleza"

Tener relaciones con él en beneficio de la misión era un escenario probable del que estaba fríamente consciente desde el momento en que se conocieron formalmente. Todo se dio de tal forma que era posible que no fuera necesario. Solo sería un inocente noviazgo de instituto. Si se mostraba más atrevida NERV podría sospechar. No tenía ideas preconcebidas sobre el Tercer Elegido ni nada contra él. Recordó su primera cita y su primer beso con Shinji. Con eso eran oficialmente novios. Hasta ese momento la misión era un éxito.

Musashi y Keita habían escapado con los robots y habían ido a buscarla a Tokio-3. Keita llego a duras penas, los de NERV lo encontraron inconsciente dentro de un misterioso robot. Ella había ido a verlo al hospital, pero NERV lo había entregado a los militares, confiscando el T-Riden-T prototipo. El débil Keita murió después del salvaje y brutal interrogatorio al que lo sometieron los militares. No traiciono a Musashi. Ella era sospechosa de traición y lo único que tenían para recuperar al T-01. El modelo de combate definitivo T-Riden-T unidad 01 jamás debía caer en manos de NERV. Recuperarlo o destruirlo era la nueva misión.

Cuando se descubrió que era una espía, Shinji no le reprocho nada. Cuando la acusaron de traición Shinji y sus amigos trataron de protegerla, de esconderla y el Comandante Ikari la entrego, sin importarle nada más. Cuando la tenían en una jaula como carnada, Shinji le llevo comida y trato de reconfortarla, burlando a sus captores. Tuvo que pelear con un enfurecido y enloquecido Musashi. Después los dejo escapar. Sin nadie más a quien recurrir fue a pedirle ayuda. Ella pensaba que la información y los conocimientos de Musashi interesarían a NERV, en ningún momento pensó en Shinji o le dio las gracias.

Ella se había sentido tan mal y Shinji la había reconfortado, animado, vuelto a la vida. Ella se sentía tan alegre cuando lo llamo que su desnudes no le causaba vergüenza. No lo había pensado, ni planeado. Sin darse cuenta o saber como estaban los dos desnudos debajo de una regadera.

El pánico se apodero de ella. No podía echarse para atrás... solo le quedaba aspirar aire profundamente. Cerrar los ojos. Abrir las piernas... dejar que él... dejar que él hiciera con ella todo lo que quisiera y cuando terminara... ¿fingir un orgasmo y decirle que fue maravilloso?. Ella sencillamente era una niña. A la hora de abrir su cuerpo, de entregar su intimidad a otro ser humano, se acobardó. Su yo intimo, incontaminado, del que los militares nunca supieron que existía, era su mayor tesoro, lo único enteramente suyo que nadie le podía quitar. En este momento tenía miedo de perderlo para siempre. Si Shinji no le importara, si todo fuera como antes, si solo fuera un medio para conseguir sus objetivos, no tendría el miedo que sentía ahora.

  • Shinji- dijo con su suave voz

-...-

Dime la verdad... ¿te gusto?

-...-

-¿Me deseas?-

-...-

-¿quieres... hacerme el amor? ¿tomarme, hacerme tuya en este momento, aquí y ahora?

Shinji no podía hablar. No quería aprovecharse de ella. No "debía" aprovecharse de ella. El era piloto de EVA para proteger a personas como Mana. Al principio lo hacía por que no tenía el valor de negarse. Por que necesitaba el reconocimiento de su padre. Nadie era menos digno de ser un héroe que él. Él no era digno de Mana ni de nadie.

Mana era un ser desvalido victima de una organización no muy distinta de NERV y de personas iguales a su padre. Musashi era un chico bueno que solo quería proteger a sus seres queridos, la muerte de Keita y el haberlo abandonado era algo que el chico no se perdonaría jamás. Fueron las circunstancias y la maldad de hombres sin escrúpulos lo que lo convirtió en un monstruo. Shinji sencillamente no podía matarlo a sangre fría como una alimaña, ni permitir que lastimara y matara a gente inocente. Su cuerpo recordó el dolor de esa batalla y se estremeció. Era lo que más odiaba del EVA. El Robot fue derrotado, Mana y Musashi estaban a su merced. No podía dejar que los capturaran y posiblemente los mataran.

-Shinji, nadie nunca se había preocupado por nosotros como tu... ni hecho tanto. ¡Nadie ha hecho tanto por mí como tu!. Todo lo que te debo no puedo pagártelo. ¡No tengo con que pagártelo!...solo me tengo a mi misma... solo tengo mi cuerpo y la gratitud que siento por ti... solo tengo mi cuerpo y quiero dártelo para tu placer y nada más... me hará feliz el poderte hacerte feliz... quiero entregarme completamente a ti, quiero que me poseas plenamente

Mana lo abrazó desde atrás. A Shinji le hubiera gustado ser indiferente al ofrecimiento, pero no era así. Se sintió sucio, falso. Ella le había pedido ayuda, no tenían a nadie más a quien recurrir.

-No eres una cosa, no eres una herramienta para la felicidad de los demás Mana...

  • Shinji, ¡tu tampoco! No tienes que subir a un EVA para ser un héroe, para que tu Padre sepa que existes y todo el mundo te quiera. No tienes que salvarme o rescatarme o sacrificarte por mi. Yo... solo quiero que me uses, que hagas conmigo lo que quieras, quiero darte placer... quiero hacerte reír, verte reír... hacerte mío... para variar... quiero salvarte y rescatarte yo... solo déjate querer... solo deja que yo te ame... solo toma lo que es tuyo y te has ganado

-...-

  • No me pongas en un pedestal, ni en un altar, ni en ninguna parte fuera de tu alcance... tu también me gustas mucho Acaríciame, tócame...bésame... no te reprimas, por un momento deja de ser un héroe con la misión de salvar al mundo. Haz con mi cuerpo y conmigo lo que quieras. Te gusto, me deseas, me quieres y yo consiento, Shinji no necesitas más razones que esas... ¡todas las nobles excusas que se te ocurran para negar lo que sientes, lo que quieres y lo que deseas son pura hipocresía!

Los dos se fusionaron en un Beso. No era un beso de amor. Besarse, acariciarse o amarse como amantes aún no sabían hacerlo. Se abrazaron, se besaron para sentir a otro ser humano. Mana comenzó a reírse. Ella era así, siempre reía para no llorar. El agua fría caía deliciosa en sus jóvenes cuerpos. Ella se puso debajo de la regadera para disimular que estaba llorando.

-Shinji Ikari,... Si me rechazas... si te niegas a aprovecharte de esta pobre e indefensa chica... de abusar sexualmente de mí hasta que te canses... ¡LE DIRE A TODO EL MUNDO QUE ERES GAY!

Shinji se quedo de una pieza. Ella se reía. Quería olvidar el mal momento que habían pasado. Tomarlo a broma, restarle importancia, convertirlo en algo divertido y dejarlo atrás. Ella quería empezar de nuevo. Desechar lo malo y aprovechar lo bueno. Volvió a besarlo, a rozarse con él. Le susurro en el oído:

  • ¡Que frío y serio eres! Mejor no te ofrezco un baso de agua, ¡te puedes ahogar!... con lo caliente y excitada que estaba y tu me echas ese balde de agua fría...me gustas tonto... todo tienes que tomarlo por lo trágico y lo dramático...no tienes remedio... ¡eres un niño quejumbroso y llorón! ¡cuando vas a crecer y a madurar!

-Mana...-

-Shinji, no me digas ninguna tontería moral, noble y altruista... ¡Me gustas y yo te gusto!... Shinji, tu nunca vas a hacerme daño ¿verdad?... interpretaste todo mal... me interpretaste mal... eres un niño... solo un niño...el niño que me gusta... el niño que quiero...no me hagas caso, no trates de entenderme... ¡No crezcas ni madures jamás!... ven conmigo, con nosotros... ¡quédate conmigo para siempre!-

A Shinji no le engañaba. A la hora de la verdad ella también era una niña, como él aún era un niño. Los dos tenían miedo de crecer. El mundo de los adultos no les inspiraba confianza. Él y ella sabían que jamás volverían a estar juntos. Para Mana mentirse a sí misma era mejor que encarar la dura realidad. Ella era una niña miedosa que buscaba la olla de oro al final del Arco Iris, el Castillo Encantado donde eres feliz para siempre. En el amanecer o en el atardecer del día ella buscaba su Castillo. No quería saber nada del príncipe azul que te despierta con un beso. Ella solo quería quedarse con Shinji en el País de Nunca Jamás y vivir feliz para siempre.

Shinji no podía evadir la realidad. No sabía hacerlo. No podía ver más allá de ella. No la encaraba, ni la aceptaba. Solo huía de ella. Era demasiado cobarde para tener sueños y esperanzas propias. Sintió la chica entre sus brazos. Su belleza lo embriagaba. Sentía sus senos contra su pecho, sus manos saboreaban su suave piel. Ella era real y verdadera, al alcance de su mano. Shinji tenía miedo, cuando Mana se fuera para siempre el la buscaría en su sueños y recuerdos sin encontrarla jamás. Volverla a ver sería una esperanza que nunca moriría en su corazón.

Mana ronroneaba como una gatita. Se apartaba y se acercaba. Sus entrepiernas se rozaban. La alegría de Mana era contagiosa. Las caricias y los besos no eran sensuales, ni eróticos. Solo eran cosquillas infantiles, travesuras de niños libres por fin de los adultos. Los dos nunca habían sido niños. Shinji se abandono a su hechizo, a la ilusión de ser completa y absolutamente feliz. A la felicidad plena y verdadera que sientes en tu infancia. No se sentían desnudos, ni sucios, ni culpables de nada. Libres de la maldición bíblica del pecado original. Shinji comenzó a sonreír, después a reír.

  • ¡Vamos a gastar toda el agua!- Dijo.

Mana le gruño. Siempre realista, siempre conectado a este valle de dolor y lagrimas que transitamos en castigo por algún pecado que cometimos en otra vida y no sabemos cual fue. Lo abrazó por que quería sentirse protegida, sentir su risa y ser parte de su felicidad. El mundo real no parecía tan malo a Shinji, cuando menos ahora. El presente era eterno y efímero, tenían que aprovecharlo. Shinji apago el grifo de agua. La realidad había que encararla, luchar por tus sueños y hacerlos realidad.

Comenzaron a enjabonarse uno a otro. A comerse a besos. Mana sintió dolor. Sus músculos vaginales se contrajeron de repente. Las caricias de Shinji eran agradables... y más atrevidas. Mana volvió a encender la regadera para quitarse el jabón entre los dos. El pene erecto de Shinji se encontraba en todo su esplendor. Ella lo acaricio con sus manos. Ya había visto unos en fotografías y en videos. Sabía exactamente lo que tenía que hacer. A Mana le asusto su tamaño. Le parecía imposible que "eso" le "entrara". Verlo en "persona" tocarlo y acariciarlo definitivamente no era lo mismo. En su mente, su imaginación y su miedo lo hacían ver más grande de lo que era en realidad

Shinji no parecía tener prisa. El estaba muy nervioso y trataba de no entrar en pánico. "no huiré, no huiré, no huiré" se decía mentalmente. Mana apoyo su espalda contra la pared, Shinji la sujeto por las caderas. Se besaron y se miraron a los ojos. El miedo desapareció. Mana sonrió, trato de abrirse lo más posible, cerro los ojos y contuvo la respiración. Shinji sintió todo el peso del cuerpo de Mana en sus brazos. No podía creer que fuera tan ligera. La punta de su erecto miembro ya estaba en la entrada de la muchacha. Mana lo abrazaba con fuerza

-Tratare de ir poco a poco, ¡no me aprietes tanto!, relájate...Deja que me acomode mejor...

Mana exhalo... aflojo su abrazo. Shinji puso todo el peso de Mana a sus caderas y se planto firmemente en el suelo, las piernas de la chica se encontraban a los costados del muchacho. Shinji tenía mayor maniobrabilidad en sus brazos. Con la espalda de Mana apoyada contra la pared estaba seguro de que no se caerían

Mana sintió la punta del chico en su interior abriéndose paso. Le dolía mucho. Trato de abrirse más y no pudo. Entraba lenta e inexorablemente. Ella le susurro en el oído para que se detuviera. Sus músculos vaginales no se dilataban, se contraían rechazando al ente invasor. No había tampoco lubricación. Ella sabía que si Shinji la penetraba en esas condiciones, le haría un serio daño.

Era la primera vez de los dos. Los dos eran los pilotos de las maquinas de combate más mortíferas jamás construidas. Las maquinas más avanzadas y sofisticadas. Algo tan instintivo y mecánico como el sexo y hacer el amor no podía ser problema. Shinji espero pacientemente que Mana se acostumbrara a su miembro. La besaba con ternura en los labios. Con sus brazos libres Mana acariciaba la espalda y los hombros de Shinji. El dolor no desaparecía...