Evangelion, Girlfriend of steel 11

Mi ultimo relato de momento. Con Imagenes. El ultimo encuentro de Musashi y Rei.

ULTIMO ENCUENTRO

Advertencia: Contenido adulto. Neon Genesis Evangelion Pertenece a Gainax. Este Fanfic es hecho sin animo de lucro.

Los resultados de las pruebas de complementación humana eran los pronosticados por la doctora Ritsuko Akagi. El Comandante se había equivocado sin lugar a dudas. Con respecto a Musashi también se había equivocado. Quizás lo idealizo, inconscientemente era el piloto de Evangelion soñado. "Duro", efectivo, letal, sin miedos o escrúpulos de conciencia. El Comandante pensó que el chico se complementaría en el acto con Rei. El deseo sexual por la bella piloto del chico, sus ordenes claras y directas a Rei; harían innecesario lo que la doctora Akagi consideraba fundamental. Paciencia y "amor".

Musashi a la hora de la verdad era otro Shinji. Inseguro, con miedo a relacionarse con otros, incapaz de tener sueños y esperanzas propias, incapaz de enfrentar la realidad o de ver más allá de ella. La Doctora Akagi comentaba irónicamente que el Comandante debió de enviar a Shinji con los militares, en estos momentos tendrían un asesino psicópata incondicional en su lucha contra los ángeles.

Musashi a diferencia de Shinji no tenía identidad o personalidad. Su pobreza y vació espiritual era total. No era capaz de sentir amor por nadie. Keita era el niño que el nunca pudo ser, Mana era los sentimientos cálidos de ternura dormidos en su interior. Verlos felices lo hacía feliz, sufría si los veía sufrir, se enfurecía hasta la locura, hasta el asesinato con cualquiera que se atreviera a lastimarlos. "Su" equipo era "su" familia, "su" todo, "su" universo. "Todos Vamos y Todos Volvemos" era la base de su honor de soldado.

Musashi era como Rei. Sin estructuras emocionales para recibir y dar placer. Por Rei Ayanami no sentía atracción o deseo sexual. Rei lo hacía sentirse vivo, sentir su existencia. Rei se entregaba en cuerpo, mente y alma. Pero él no podía, no sabía y no le interesaba dar placer a Ayanami. No era lujurioso, ni libidinoso. Era enérgico y fogoso, enamorado de su propia fuerza y poder. Crudo, rudo y brutal. Musashi era un irresponsable e inmaduro joven de 14 años. Rei Ayanami un manjar para sus bajos apetitos. Sin su Robot se sentía como muerto, dentro de ella sentía nuevamente la vida correr en sus venas.

Las pruebas de complementación humana solo eran calentamiento para Rei y Musashi. En su condición de pilotos tenían una resistencia y capacidad de recuperación alta. Las pruebas eran rutinarias, aburridas, monótonas. Todos los días tenían que repetir todo exactamente igual, en forma exacta y precisa para que no hubiera errores en las mediciones. Los dos eran profesionales, no eran amantes, ni amigos, ni sentían nada el uno por el otro. No sentían pudor, vergüenza o escrúpulos frente a Maya o Asuka.

La prueba de complementación humana eran de 2 "coitos" diarios, con un tiempo promedio de duración de 5 a 10 minutos cada uno. Se dividían en dos fases, juegos preliminares y penetración. Solo dos papeles, activo y pasivo. El que era "activo" en los juegos preliminares, era el "pasivo" en la penetración. Solo se permitían dos tipos de penetración. Hombre arriba (cuando Musashi era el "activo") o mujer arriba (cuando era Rei), acostados en la cama matrimonial o en la alfombra, uno sobre el otro, con solo movimiento suave de caderas, ritmo lento.

Rei era sistemática, metódica y precisa, para compensar que no era sensual, ni apasionada. Con una gran capacidad de autoaprendizaje. Aprendía todo en el acto, ejecutaba todo a la perfección. A pesar de ser monótona, repetitiva, rutinaria y sin imaginación Musashi la encontraba fascinante. En cada prueba realizaba todo en forma exactamente igual, con la precisión y exactitud de una maquina, en forma casi robótica. Tenía que hacerlo así para que hubieran menos errores en las mediciones. Maya hubiera preferido que se mostrara menos obediente y más humana. Le faltaba instinto, pasión, todo lo que Asuka tenía a raudales.

Rei no era el frío y rígido cadáver de la primera prueba. Era algo peor. Una Diosa, algo inhumano, fuera de este mundo. Su rostro era hierático, insondable y sereno. En los Test de complementación humana era inescrutable. Su interior era suave, cálido y acogedor para Musashi. Siempre cuando se encontraba a punto del orgasmo, algo explotaba en su interior y el cuerpo de ella volvía a ser el frío y rígido cadáver de la primera prueba.

Rei comenzaba siendo la activa. Sondeaba a Musashi y se sincronizaba directamente con su sistema nervioso. Ella iniciaba besándolo suavemente en los labios, introducía su lengua y los dos intercambiaban saliva. Sus besos no eran eróticos, ni sensuales. Eran hipnóticos, subyugantes. Musashi se encontraba totalmente a su merced. El cuerpo de la chica irradiaba calor. Las barreras en el interior del muchacho caían. Ella jugueteaba con su labio inferior y lo besaba en la comisura de la boca. Sus narices se rozaban. La respiración de Ayanmi acariciaba el labio superior del chico. Besaba divinamente, ¡sobrehumanamente bien!

La joven prefería la alfombra a la cama matrimonial. Acostaba a Musashi bocabajo, con los brazos abiertos como un crucificado. Ella se sentaba en las nalgas de Musashi y masajeaba sus hombros, nuca, espaldas, brazos con sus manos y las yemas de sus dedos. La joven luego se sentaba en la espalda del muchacho y eran ahora sus nalgas, caderas y piernas las que eran masajeadas a conciencia. A Musashi el masaje lo relajaba y el contacto de la tersa piel de Ayanami lo excitaba. El sentía las nalgas de ella sobre él y las piernas a sus costados, los muslos de la bella piloto aprisionándolo.

La joven se colocaba luego de pie sobre él. Con sus diminutos pies continuaba con su masaje. Desde las plantas y los dedos Rei sentía el relajamientos de los músculos en todo el cuerpo del chico. Musashi se encontraba ahora acostado de espaldas, con los ojos cerrados. Laxo y relajado. Rei se encontraba de rodillas, sentada en sus talones. Entre las pierna de ella estaba la cabeza de Musashi. La joven le acariciaba la cara, las sienes, las mejillas y los labios. Los brazos del muchacho fueron vigorosamente acariciados, las palmas de las manos apretadas y los dedos estirados.

La joven comenzó a besar el pecho del muchacho, a chupar, morder y lamer los pezones y las tetillas del chico, los duros pectorales. Ella se encontraba en cuatro patas, en su vientre, en sus definidos abdominales, lamiendo, mordiendo y chupando. El muchacho abrió los ojos y miro los bamboleantes pechos, su vientre y ombligo, el húmedo y brillante coño de la chica. Sus jugos goteaban y eran absorbidos por el azulado vello púbico sin caer en el suelo o en la cara de Musashi.

  • Rei continua con los juegos preliminares, no lo dejes alcanzar el orgasmo. Musashi sigue pasivo hasta nuevo aviso.-Ordeno Maya.

El sexo del chico se irguió. Rei seguía en cuatro patas concentrada en el vientre del chico. Con una mano tomo la caliente y enardecida verga, apretó con fuerza su punto de unión con el glande. Después con sus deditos echo hacia atrás la piel dejando al descubierto el miembro. Puso la punta del pene en su boca y su mano libre volvió a su posición inicial. La joven subía y bajaba la cabeza, metiendo cada vez más carne. No necesitaba de las manos. Lengua, labios y dientes, flexiones de brazos o movimientos de cabeza era todo lo que necesitaba. La saliva se escurría y resbalaba en la larga verga para morir en la rala mata de pelo y en las bolas del chico. El fino y estilizado cuerpo de Rei se veía magnifico.

  • Suficiente Rei, prepárate para penetración hombre arriba. Musashi, cuando estés listo.

Silenciosa, seria e inexpresiva como siempre, Rei se acostó de espaldas, flexionando las rodillas. Se encontraba relajada, laxa, húmeda, lubricada y lista. Musashi se puso entre sus piernas y con las manos en las rodillas de Rei le separo los muslos. La raja de la chica se abrió mostrando su roja-rosada intimidad, el clítoris y los labios vaginales. El muchacho utilizó su glande como un arado en el surco de Rei, en su pradera de pelos azules. Rozando el sensitivo clítoris. Deslizando su verga entre los labios vaginales de la chica. Rei sentía algo y no sabía precisar si era dolor o placer. Su rostro con los ojos cerrados decía que era dolor.

Musashi la penetro suavemente. La cubrió con todo su cuerpo. Rei suspiro, sentía las manos del chico en sus nalgas, sus caderas en suave vaivén. Ella se encontraba totalmente pasiva, sumisa e inmóvil.

  • Musashi, prolonga la penetración lo más que puedas. Rei es posible que esta vez llegues al orgasmo. Puedes hacerlo. ¡Sé que puedes, nada en tu cuerpo o en tu mente te lo impide!

Rei quería sentir el orgasmo. Pero su cuerpo y su mente no eran el problema. "Shinji" pensó. "Comandante Ikari". Ella se entregaba totalmente a Musashi, a su fuerza, su hombría y virilidad. Su cuerpo no necesitaba de excitación sexual, la voluntad de la chica lo ponía en su punto. En su mente no existía impedimentos, las ordenes del comandantes eran claras. En su corazón existía el deseo de aprender a dar y recibir placer.

Musashi era musculoso y corpulento. Los senos de la chica se encontraban aplastados por el fornido pecho. El vientre de ella contra el vientre de él. Ella marcaba el ritmo con alucinantes jadeos y gemidos femeninos. Sin previo aviso, el muchacho llego al clímax. Rei casi llego con él.

Fueron a asearse al baño. Maya no podía ocultar su decepción. Asuka trato de animarla. Le dijo en broma que utilizara a Shinji en lugar de Musashi.

  • No sé, Kaji–Sama me parece el más idóneo...- Asuka se quedo muda - ¡Era broma!

Maya tuvo la tentación de insinuar que se necesitaba una piloto excepcional, no una mediocre como Rei. Pero no se atrevió. Asuka se encontraba fascinada, aunque no estaba dispuesta a admitirlo. Se masturbaba en el baño antes de irse con Maya a la casa de Hikari. Tenía 14 años y sentía la sana curiosidad sobre el sexo. No se arrepentía de ayudar a Maya y de ser su cómplice incondicional. Musashi era un Adonis, un magnifico ejemplar. Sus ojos ya no eran fieros, sus ojos eran hermosos sin la amargura y el odio que tenían antes.

Maya sabía que tendría que usar a Asuka, pero no se atrevía ni siquiera a sugerírselo o insinuárselo. Maya no tenía corazón para pedirle a Asuka que tomara el lugar de Rei. "Lo siento Doctora". En su papel de ayudante y asistente la chica tenía la excusa perfecta para ser una "Voyeur". El espectáculo de Rei y Musashi sería la envidia de un Director de cine Porno. La doctora Akagi le había dicho que la curiosidad, el orgullo y la soberbia de la joven sería todo lo que necesitaba. Maya no era capaz de jugar así con los sentimientos de otra persona. Rei ponía todo de su parte, pero no era suficiente. El problema era que polos iguales se repelen, no se atraen. Musashi y Rei no se complementarían jamás

Los dos muchachos regresaron, después de asearse se sentían capaces de seguir indefinidamente de ser necesario. Maya estaba dudosa.

  • Chicos, ¿desean continuar?

  • Si, teniente – contestaron ambos jóvenes.

  • Bien, Musashi activo, juegos preliminares. Rei activa, penetración mujer arriba, tienen libertad de acción.

Musashi era tosco en sus caricias. Manoseaba a Rei en forma descarada. Pero sus manos eran seguras, varoniles, masculinas. A su manera trato en serio en repetir el masaje de Rei. De no lastimarla y de tratarla con delicadeza. Pero a Musashi le gustaba el poder y la fuerza de sus manos. Rei nunca se quejaba, Asuka y Maya se estremecían de horror y de una secreta y morbosa fascinación. El joven parecía una pantera destazando su presa. El no era cruel, ni sádico o perverso. Como el gato que juega con el ratón, el muchacho solo era atávico, primitivo, animal. Las brutales caricias de Musashi eran capaces de despertar a la ancestral hembra en celo que existe en toda mujer... menos en Rei Ayanami. Los fríos ojos de la chica o sus caras de dolor desanimaban al muchacho.

La penetración mujer arriba fue otra decepción. Musashi jadeo y gimió. Rei era sencillamente perfecta, insuperable, formidable. Femenina, cálida y tierna en cada movimiento. Sincronizada directamente con Musashi le proporcionaba el máximo de los placeres. La movilidad y soltura de la cadera de la chica recordaban la danza del vientre, a los bailes de las islas de polinesia. El interior de la joven era caliente y acogedor. Ella se quedaba quieta y sus cangrejeras empezaban a trabajar dentro de Musashi, a detener su inminente orgasmo y tenerlo listo para un nuevo gozo. Los jadeos y gemidos de Musashi eran de agonía y placer.

  • Rei, déjalo... es todo por hoy chicos... vístanse y descansen, volveré por ustedes dentro de poco.

Rei le pregunto a Musashi si quería practicar para la prueba de mañana. A los dos las pruebas los dejaban insatisfechos. A Rei por que era una perfeccionista y siempre tenía la esperanza de que mañana todo saldría bien. En su interior se debatía entre su falso y de toda la vida amor de hija obediente y en el nuevo, confuso y prohibido sentimiento sin nombre que siempre se encontraba a punto de romper sus barreras interiores. Las ordenes del comandante y lo que creía sentir por el tercer elegido siempre estaban en conflicto.

A Musashi las pruebas solo servían para abrirle el apetito. No sentía nada, ni le importaba Rei Ayanami. Gozar a la chica sin restricciones, como le diera la gana, sin reglas, mediciones u ordenes era algo que deseaba hacer. Por espíritu de independencia, para imponerse, por sentir su existencia.

El muchacho era fogoso y enérgico. Rei comenzaba con una deliciosa mamada. Para Musashi los besos y los masajes eran una perdida de tiempo. Además sentía a Rei entrar en su mente, en su interior. La joven recorría la verga del chico sin asco, ni repugnancia. Solo atenta a darle placer. Se metía en estos momentos sus huevos, sus bolas en la boca, mientras que con sus dos manos le hacía una paja al muchacho. Gracias a Musashi era una experta, ella se moría de ganas de mostrar sus "habilidades" al tercer elegido. Pensando en él se trago como una traga sables el descomunal miembro hasta donde pudo. Musashi no podía articular palabras del intenso placer que sentía.

Cambiaron lugares. El olor del Coño de Rei era de limpio, sano e higiénico. Antes y después del Sexo Rei se lavaba y enjabonaba a conciencia. A Musashi el olor de agua y jabon no le ocultaba el olor a hembra en celo. Las potentes lamidas del muchacho estremecían a Rei, la hacían gritar y llenar el pequeño cuarto de jadeos y gemidos. A Musashi solo le interesaba someterla, doblegarla. La naturaleza dócil, sumisa y pasiva de Ayanami reconocía a Musashi como amo y señor. El rostro de la chica se contorsionaba de algo indefinido entre el dolor absoluto y el placer absoluto.

En el cuarto de "practicas" no había pasivos, ni activos, solo sexo verdadero Para Musashi era un deber sodomizar, culear a Rei Ayanami, penetrar su delicioso y apretado ano. Sentir las nalgas de la joven rebotar en cada embestida, los senos de la chica saltar, el cuerpo de ella estremecerse y doblegarse a su poder. Ella estaba de rodillas, inclinada hacia delante, con los brazos hacia atrás. Musashi la tenia sujeta por las muñecas con una sola mano, con el ano de ella empalado a su miembro. En lentos, potentes e inmisericordes movimientos de cadera de Musashi la primera elegida salía disparada hacía delante, sentía un brutal jalón en los hombros y la garra de hierro de su captor tirando de ella hacia atrás. Ella chocaba con la maciza carne del muchacho y todo volvía a empezar.

Ella se encontraba ahora descansando, con los ateridos brazos y su rostro en el suelo. El insensible chico seguía gozando de su culito como su único y verdadero dueño. En lentas y profundas arremetidas. La joven se encontraba silenciosa. El joven le abría y le cerraba las suaves nalgas. Le marcaba los cinco dedos. Acariciaba los muslos de terciopelo y la sudada espalda de la chica. El joven se sació y sintió llegar un orgasmo seco sin eyaculación. La bella joven solo jadeaba, una tenue explosión interna fue lo más cercano que sintió al clímax. Ella si tuvo una eyaculación, sus líquidos salieron disparados de su vagina mezclados con la saliva del muchacho y el sudor de ella. Chorrearon y gotearon entre sus piernas. Ella era incapaz de sentir placer, pero su cuerpo seguía actuando en forma mecánica y respondiendo correctamente a los estímulos. Ella se desplomo en el piso cansada y exhausta.

-¿Te encuentras bien Rei?

  • Si, déjame descansar y recuperarme. Espero que no estés agotado...

  • Si Rei, ¡entendido!... nada de tirarte a los leones, ¿si?. No quiero hacerte daño, ni lastimarte... y créeme te quiero, ¡te necesito! descansada y recuperada.

Fueron a asearse y a lavarse en el pequeño baño. Más frescos volvieron a la habitación. Musashi quería probar una nueva posición. Se sentó en el catre y a Rei a horcajadas, mirándose cara a cara. Los dos se besaron con ternura. El muchacho hacía el máximo esfuerzo en ser delicado. Le acaricio las nalgas de la chica, su espalda. Rei era inescrutable, el muchacho sentía su corazón latir, sus pulmones llenarse de aire. La chica no era un cadáver, pero era solo un delicioso agujero entre las piernas. Una dulce boca que besaba divinamente y hacía mamadas como una experta. Un culo que lo traía loco. El muchacho quería despertar la mujer que se encontraba dormida en la primera elegida.

Musashi la penetro con suavidad en esa posición. Sentados experimentaron una calidez desconocida. Con sus fuertes brazos Musashi hacia subir y descender a Rei "Solo déjame hacerte gozar" le susurró. Rei se sentía plena, llena, en paz. Sintió una tenue explosión dentro de ella. No era un orgasmo, el cuerpo de ella volvió a ser frío y rígido. Musashi si toco el cielo. Intentaron dos veces más. Los chirridos y los resortes del catre resonaron en la habitación. Musashi ya no tenía más fuerzas, estaba encima de ella en un misionero cuando desistió. Rei estaba en condiciones de seguir indefinidamente.

  • ¿Nunca te cansas Rei?- le pregunto atónito el muchacho.

  • Si, si me canso. Pero me recupero en menos tiempo- le respondió la chica con su monocorde voz.

  • Rei, tu cuerpo y tu mente están aquí, pero tu no. ¡No sé como explicarlo! Mana y Keita hacían lo mismo cuando tenían que pilotear el Robot o en el simulador. Yo... solo esperaba el momento en que me llamaran, vivía y respiraba para estar dentro de mi maquina. Mana y Keita reían, bromeaban, se peleaban. Yo era feliz viéndolos felices, sufría si los veía sufrir y me enfurecía con solo ver que alguien se atreviera a tocar uno solo de sus cabellos. Pero siempre estaba solo, ellos estaban juntos y yo sentía la necesidad de protegerlos, de mantenerlos a mi lado, que dependieran de mi para que no me abandonaran. Me doy cuenta ahora que lo hacía por egoísmo, por miedo a volver a quedarme solo... cuando escapamos matamos a todos en la base. Keita estaba en Shock, el simulador era solo un juego para él. Le dije que montara guardia y estuviera alerta en el Robot Prototipo, solo era una excusa para que no siguiera viendo... busque sobrevivientes, todos estaban malheridos, los mate o los remate a todos con mis propias manos. Al oficial a cargo de la base lo encontré y lo torture hasta que me dijo donde estaba Mana. Disfrute viéndolo morir, ¡me había entrenado bien!...

El muchacho hablaba con una tranquilidad escalofriante. Keita no soporto el largo viaje. Él lo abandono. NERV entrego a Keita a los militares, estos lo torturaron y el débil chico murió sin traicionarlo a él. Musashi ya había ido a rescatar a Keita y lo que encontró fue un guiñapo sanguinolento, con el poder del robot los mato a todos y nuevamente escapo. A diferencia de los pilotos de EVA, el no podía estar indefinidamente dentro del Robot. La mente Expandida demandaba gran cantidad de energía mental y desgaste del cuerpo físico. Musashi necesito días para recuperarse. Mana había sido descubierta, los elegidos trataron de ayudarla infructuosamente. Ella fue puesta como carnada. Musashi se encontraba enloquecido, furioso, totalmente fuera de sus cabales. En lo único en que pensaba era en matarlos a todos y en no dejar ni uno vivo. Mana estaba aterrorizada. Shinji lo detuvo a duras penas, en una sangrienta y épica batalla.

Musashi no sentía culpa o remordimiento por toda la gente que mato. Sentía culpa y remordimiento por abandonar a Keita, por casi matar a Mana. Lo que sentía hacia Shinji era contradictorio. Lo odiaba por haberlo derrotado, por haber destruido al T-Riden-T Unidad 01, el arma final absoluta definitiva. Consideraba humillante que lo hubiera vencido peleando en desventaja, sin usar el susodicho campo A.T, preocupado en la seguridad de Mana... ¡y en la de él! ¡Para rematar los dejaba escapar! Que su enemigo le perdonara la vida por piedad y lastima era el colmo de la deshonra. Se sentía en deuda por su ayuda, pero no gratitud.

Los dos se vistieron. Rei Ayanami era una chica hermosa y él la había gozado como nadie. Musashi se sentía mejor, más aliviado, con menos amargura en el corazón y capaz de aceptar que de ahora en adelante debería seguir viviendo sin el Robot. Todo eso era gracias a ella. No sentía amor, pero por ella sentía gratitud... empezaba a sentir respeto por ella. Él solo era un adolescente tonto. Un chico elemental y simple. Los dos no eran amantes, ni amigos. Él era lacónico, áspero y arrogante. Franco y directo a la hora de hablar o actuar. Le estaba agradecido a Rei por devolverlo a la raza humana y hacerle sentir que estaba vivo.

  • Rei, el chico que te tenga de novio será el más afortunado del mundo. ¡Mientras tanto espero seguir disfrutándote un tiempo más!- le dijo Musashi risueño a Rei.

Rei no dijo nada. Musashi era aún un niño. Todavía no conocía a la mujer que lo haría hombre. Ella de todas formas se sonrojo. Musashi era tan distinto de Shinji que siempre le hacía que le recordara. Para sonreír visualizaba al comandante. Para sonrojarse pensaba en Shinji. Musashi quería decirle gracias por todo. Pero no encontraba palabras. A Musashi le hubiera gustado no ser tan rustico, tan duro, tan insensible. Cuando menos hacerla sonreír, reír. Interpreto el sonrojo de Rei como una metida de Pata.

  • Rei, no quería avergonzarte. Quería decirte que eres una chica maravillosa- Para no seguir embarrándola- ¡Ejem!... mejor nos vamos, la Teniente Ibuki debe de estar por llegar.

Rei pensaba que entendía a Musashi. Los dos eran iguales. Compatibles en cuerpo y mente. Sus almas eran lo único que no podían complementar. Darle placer y aprender a darle placer era algo que ella sentía que la había enriquecido. Ya no habría más pruebas, de su parte no al menos. Simplemente no conducirían a nada. Musashi no se encontraba tan mal como ella. El era capaz de preocuparse por sus amigos, sentir y dar amor era algo que podía aprender si se lo proponía en serio. Para Rei el asunto no era tan fácil. Tenia que elegir entre un falso amor de hija de toda la vida hacia el Comandante Ikari y lo que sentía, nuevo, confuso, sin nombre hacía el tercer elegido.

  • Rei... algo debe andar mal en el mundo para que las personas no se entiendan, para que se hagan daño entre ellas. Me sentí muy bien diciéndote todo. Yo... ante mis subordinados... mis amigos, no podía ser débil, no podía dudar, era algo pesado a veces... si me he comportado como un patán contigo...- las palabras "perdón", "lo siento" murieron sin ser pronunciadas- solo dímelo y no se volverá a repetir.

  • Esta bien Musashi, me has sido de gran ayuda. He aprendido mucho de ti- le dijo con su dulce voz. El muchacho sonrío. Para los dos era complicado exteriorizar sentimientos y emociones.

  • Rei, ... yo quería decirte que tu cuerpo y tu mente los pones en la prueba, pero tu no estas. Me gustas, pero quiero sentir que te estremeces de placer conmigo. Me das placer, pero yo no te doy nada. Si me dijeras como tocarte, como gustarte... ¡Tu lo adivinas sin yo saber como!. Pones una cara como si te estuviera matando o como si no sintieras nada... yo sencillamente no puedo seguir así...

Ella pensaba lo mismo. Pero pensó que era mejor no decírselo. Ella no lo quería a él. No quería seguir con las pruebas.

  • Musashi, me parece que tu quieres en realidad estar con otra persona. Eres atractivo y nuestros encuentros íntimos... - ???? o_o ?????-... no han sido desagradables – (Tic en un ojo de Musashi x_x) - Hablare con la Teniente, sinceramente has puesto de tu parte, pero por razones ajenas a mi voluntad, yo no he podido estar a tu altura. Buscaremos entre todos la mejor solución- Rei hablaba con su monocorde voz.

Musashi se sintió desanimado. Seguramente lo pondrían ahora con la muda del pelo rojo. ¿cómo se llamaba?... Asuka, piloto de la Unidad 02. Con Rei se sentía cómodo, pero si ella iba continuar siendo algo inalcanzable, no la quería más. La compatibilidad física y mental era alta con Asuka, pero por debajo de a la que tenía con Rei. El muchacho sintió en el acto los sentimientos contradictorios de alivio y decepción de ella. No se hablaban o mejor dicho, ella no le hablaba. No se imaginaba para nada como iba a resultar todo eso.