Eva, la mujer casada de mi urbanización 3
Continúa la historia de nuestra protagonista
Recogí el sobre, pero estaba muy cansada como para abrirlo en ese momento, aunque no era difícil imaginar que seguramente contendría otro relato grafico de mis experiencias. Pensé en que buscaría Javier con eso, pero en ese momento no me preocupó, ya lo averiguaría.
Estaba tan cansada de la excitación del día y de los orgasmos que me metí en la cama sin lavarme ni ducharme, siendo consciente que tendría que lavar las sabanas antes de que volviera Pablo. No me dio tiempo a nada, caí profundamente dormida.
El timbre de la puerta sonando sin parar me despertó de sopetón, abrí los ojos pensando que llevará solo 10 minutos dormida, pero el sol entraba con fuerza en la habitación
El timbre no paraba de sonar y sin pensar en mi aspecto, que estaba tal y como quedé ayer, sin ducharme ni lavarme, cogí una bata fina que había colgada de la puerta, me la puse por encima de mi completa desnudez y fui rapido a abrir preguntándome quien podría ser a esa hora y con esa urgencia.
Miré por la mirilla y allí estaba Mario, perfectamente vestido y arreglado, duchado con el pelo aun mojado, incluso en ese momento su pinta era bastante mala, al ver que era él le abrí la puerta
-Hola Mario ¿qué haces aquí a esta hora?
Entró sin contestar y él mismo cerró la puerta
-Buenos días putita, ya veo que además de zorra eres un poco guarrita, ¿has visto la pinta que tienes? Estas aun con las babas secas de ayer por la cara y supongo que seguirás con el coño lleno de mi leche también
Fui consciente de mi desnudez debajo de la bata transparente y de la pinta que debía tener, siempre había sido muy pudorosa y muy cuidadosa con mi aspecto y la sensación de estar allí de pie de esa forma me golpeo con fuerza, y aunque parezca difícil de creer después de las experiencias vividas con Mario, me sentí completamente avergonzada y enrojecí como una colegiala, ¿cómo he podido abrir así? Me pregunte a mí misma completamente abochornada
-Dame un minuto Mario e intente darme la vuelta para ir a mi cuarto a adecentarme
Mario me agarro fuerte del brazo impidiendo cualquier movimiento
-De eso nada putita, me gusta que lleves dentro la leche de tu macho, y verte con esta pinta de guarra, de auténtica puta me pone cachondo
Otra vez me paso, pase del bochorno más absoluto a la excitación. ¿cómo podía pasarme algo así?,¿cómo podía pasar de la normalidad, incluso de la vergüenza a la excitación porque me humillaran de esa forma? ¿Qué se había despertado en mí que no conocía y me hacía reaccionar de esta manera?
Mario tampoco me dejo pensar mucho
-Espabila perrita que mi mujer ha ido a misa con los niños y quiero aprovechar el tiempo, ayer me quedé con las ganas de que me comieras la polla como Dios manda, así que quiero verte de rodillas ya
No proteste, no dije nada, obedecí como un autómata, me moje instantáneamente y me note tremendamente acalorada, me arrodille y lleve las manos a sus pantalones, los baje y libere su polla ya empalmada, ya había visto su tamaño antes, pero hasta ahora no la había visto de cerca. No pude evitar compararla con la de Pablo, la tenía depilada y si ya era grande así parecía incluso más grande, estaba completamente circuncidada, más morena y resaltaban sus venas, al tacto era dura pero también caliente. Miré sus huevos, también eran grandes, no pude dejar de pensar que me encantaba la polla de Mario, era más bonita que la de Pablo y aunque tampoco había visto muchas me pareció la mejor que había visto.
Por alguna razón, en ese momento me sentí orgullosa de la polla de mi macho y de la dureza que yo le causaba y mi excitación volvió a crecer, noté los pezones duros, la boca seca y calor en mi vagina
Mario me saco de mi ensimismación de un buen coscorrón
-Pero que haces puta, deja de admirarme la polla y ponte a la faena
Acerque mi lengua a su polla, lamí el glande, no sabía a nada, se notaba que estaba recién duchado, lo rodee entero con mi lengua varias veces, cuando lo note mojado comencé a lamer el tronco de su polla, Dios mío, ¡qué grande era!
Me salió solo, mientras le chupaba no pude remediar buscar sus ojos, él me estaba mirando, yo seguía dando lametazos, mojando toda su extensión, tenía gana de tocarme, pero no lo hice
-Para puta, voy a ayudarte, abre la boca
No sabía la razón de la demanda, pero paré y abrí mi boca como me ordenó, Mario se agacho y vi como movía la boca generando saliva. No puede ser pensé, no va a escupirme, y ese pensamiento me lanzo de nuevo a una curva de excitación que no conocía, y en ese momento quería que me escupiera, quería sentir su saliva, no se me ocurría nada más humillante que pudieran hacerme en ese momento y en contra de cualquier pensamiento de la Eva anterior, la nueva Eva, la que estaba arrodillada lamiendo esa polla, deseaba que le escupieran, que la usaran. Mario me escupió, una gran cantidad de saliva que cayó por toda mi cara, al recibirla sentí un pequeño impacto que me hizo temblar
No me dio asco, con mi lengua recogí todo lo que pude, lo mantuve en mi lengua y se lo enseñe a Mario, que me sonrió, y luego lo trague, no sabía mal, me supo bien, con un sabor neutro que me gustó.
-Joder Mario, nunca me habían escupido así
-Y qué? ¿a qué te ha gustado?
-Si, no sabría decirte porque, pero me ha excitado mucho
Volví su polla a mi boca y empecé meterla y sacarla suavemente, rodeándola en cada movimiento adelante y atrás con la lengua, cada vez intentaba que me entrara más, pero lo iba haciendo despacio, un poquito cada vez.
Mario se puso nervioso, me agarro la cabeza con una de sus manazas y empezó a moverse él, cada envite era más profundo, cuando veía que ya no entraba más mantenía su polla dentro hasta que notaba que me iba a dar una arcada y entonces relajaba y volvía a empezar.
Cada vez la introducía más profundamente, yo tenía una sensación de semi asfixia, pero además de molestarme me gustaba, quería ser capaz de que me entrara entera y de mantenerla dentro de mi garganta, pero no podía, cada vez que su glande tocaba mi garganta por dentro sentía que iba a vomitar. Estaba salivando sin parar, la saliva salía por los laterales de mi boca y notaba como me salían lágrimas.
Mario me tomó de la mano y me hizo retroceder hasta apoyar mi cabeza contra el brazo del sofá y así apoyada empezó a follarme la boca metódicamente, daba 3 o 4 embestidas y luego una profunda, yo no paraba de salivar, cada poco Mario paraba y me dejaba recuperarme, yo aprovechaba para expulsar toda mi saliva y tomar aire y antes de que me recuperara del todo Mario volvía a follarme la boca.
Notaba mi saliva densa caer sobre mi cuerpo, empapaba mi bata que ya estaba abierta y mis tetas resbalando hasta mi vientre, Mario en ningún momento me tocaba o se preocupaba de mí, solo me usaba como un objeto en el que meter la polla, ese pensamiento me enervaba y me excitaba aún más.
Al rato Mario empezó a acelerar, sus golpes eran más rápidos y más profundos, ya no me dejaba respirar, mi cara debía ser un poema, notaba saliva, lagrimas e incluso mocos circulando por mi cara. De golpe sin avisar Mario la metió hasta dentro, la mantuvo ahí dentro, sin moverse, mantenía mi cabeza pegada a su vientre haciendo fuerza con las 2 manos, no podía respirar y la sensación de asfixia casi me lleva al orgasmo, tuve que aguantar en esa postura hasta que cuando pensaba que iba a correrse se salió de golpe.
La mezcla de sensaciones me tenía sorprendida, la sensación de asfixia, la salivación, notar la saliva de Mario en mi boca, todo eso debía de haberme producido rechazo, sin embargo, me estaba gustando, me resultaba lo más excitante que había hecho nunca.
Bajé mi mano a mi coño, empapado y empecé a tocarme, Mario sacó la polla de mi boca, me miró mientras yo con mi lengua seguía chupando su glande y me hablo:
-No putita, aun no es tu momento, aun no has acabado de darme placer.
Cogió un pañuelo de su bolsillo y me lo ofreció: quítate todas esas mierdas de la cara. Mientras lo hacía vi cómo se quitaba los pantalones y el bóxer
-Bien hecho putita, y ahora voy a cumplir uno de mis sueños; !follarme a la mujer de Iván en su puta cama! Ya sabes lo mal que me cae tu marido, pues ahora voy a darme el placer de follarme a la zorra de su mujer en su cuarto y en su cama.
Al escucharlo me recorrió una corriente eléctrica, como un latigazo de placer, nunca lo había pensado, pero pensar que me iban a follar duramente en la cama donde mi marido me hacia el amor de forma romántica me pareció algo tremendamente morboso y excitante.
Fuimos al cuarto y me tumbe en la cama, Mario me agarro de las caderas y me acerco al borde de la cama, como nuestra cama es bastante alta en esa postura podía mantenerse de pie estando a la altura de mi pelvis.
No se hizo esperar mucho, apoyo su glande en la entrada de mi vagina y lo mantuvo ahí un rato mirándome a los ojos, yo deseaba que me penetrara de una vez, no podía estar más caliente y necesitaba un orgasmo. Intuí que quería que se lo pidiera, y lo hice
-Joder Mario, métemela ya, fóllame de una vez, fóllame de una vez, fóllame en la cama de mi marido.
Fue inmediato, de un golpe de caderas me la metió de una vez y a pesar de estar lubricada el tamaño de su polla hizo que sintiera un golpe de dolor, me quejé pero Mario no se dio por aludido y sin esperar a que me acostumbrara a su tamaño empezó a bombear de forma salvaje, sin ritmo, con penetraciones profundas y duras, tarde un poco en que se me pasara el dolor y empezar a sentir placer, pero a partir de ahí fue impresionante, me sentía completamente llena y desatada de excitación, no tarde ni 2 minutos en correrme y Mario también se corrió enseguida.
Se dejó caer sobre mí, aplastándome con su peso. Cuando se recuperó se semi-incorporo y me dijo
-Que bien zorrita, al final vas a aprender a follar y todo, quiero que te quedes aquí quietecita, quiero que mi leche y tus flujos empapen bien la cama donde duermes con el gilipollas de tu marido y espero que no la limpies y duermas muchas noches pensando como duerme en la cama que te he follado yo
Me quedé quieta, notando como su semen resbalaba desde mi coño, pasando por mi culo a la cama, me imagine a Pablo durmiendo ahí, en la cama llena de leche del tío al que no soportaba, como premio de haberse follado a su mujer y me pareció morboso poder recordarlo cada noche, así que estaba claro dejaría las sabanas sin lavar.
Mario estuvo un rato descansando y mirándome, antes de que yo me recuperara del todo se incorporó.
-Y ahora quiero que lamas y limpies bien mis huevos hasta que consigas que me vuelva a empalmar.
Se puso de rodilla sobre mi cara, mirando a mis rodillas, de forma que sus huevos gordos y depilados caían en mi cara, pude ver como estaban pringosos de mis fluidos y quizás de su propio semen y sin pensarlo ni dudarlo me puse a lamer sus huevos. Nunca antes lo había hecho, nunca había lamido unos huevos, pero me gustaba la sensación, pasaba mi lengua por ellos y de vez en cuando metía uno de ellos en la boca. A pesar de mi inexperiencia a Mario debía gustarle porque no decía nada, solo respiraba. Yo miraba su polla y seguía fláccida
Estuve como 5 minutos así, me di cuenta de que me encantaba y me recreaba en hacerlo, poco a poco su polla iba creciendo y por alguna razón me sentía orgullosa de ser capaz de levantarla. ¿Dónde había quedado mi autoestima? ¿Como podía haber cambiado tanto en solo 2 días para pasar a sentirme orgullosa de levantarle la polla a un tío? ¿y a un tío como Mario?
En esos pensamientos estaba cuando Mario se movió hacia delante dejando mi boca entre sus huevos y su ano, no dije nada y empecé a lamerle esa zona dando con la punta de mi lengua donde los huevos se unen al cuerpo y luego lamiendo con la lengua entera.
Yo me iba excitando, la situación humillante, con el culo de Mario sobre mi frente, chupándole los huevos y el perineo mientras veía su polla crecer y su barriga velluda estaban excitándome y me notaba toda mojada, llevaba ya muchos minutos excitada y empezaba a sentir la necesidad de correrme
De nuevo volví a sentir que Mario se movía y esta vez dejó caer todo su peso sobre mí, poniendo su ano en mi boca y dificultándome la respiración. Dios, ¿quería Mario que le chupara el culo? No podía ser, ni en mis más tórridas fantasías había pensado que podría llegar a chuparle el culo a un tío. Me resistí aun poco, a Mario no le gustó
-Venga zorra, saca la lengua y chupa mi culo.
SE apoyó completamente en mí, apenas podía respirar y su peso me aplastaba, imagine que era su manera de presionarme, esta vez me deje llevar, olí, pero no olía a nada, apoyé mi lengua en su ano y empecé a lamer despacio, de arriba abajo, tampoco sabía a nada especial, solo a piel. Efectivamente en cuanto notó mi lengua en su ano se levantó un poco, apoyándose en sus propias piernas y dejándome libre acceso.
Empecé a chupar, notando que lo tenía todo rodeado de pelos. estuve un rato así y la polla de Mario empezó a crecer. Me sentía completamente humillada y usada, tumbada chupándole el culo al chulo putas de la urbanización, al tío que mi marido no podía ni soportar, y esa sensación de humillación me gustaba y me causaba placer, sentía a la vez humillación y deseo, así que con la punta de la lengua empecé a presionar el ano directamente mientras mis manos abrían su culo haciendo presión hacia los lados, quería meter mi lengua en su culo y aunque fuera unos milímetros lo conseguí, y realmente me gustó, note un sabor amargo pero no me fue desagradable
-Si puta, mete tu lengua en mi culo, chúpamelo bien por dentro, así me gusta. Hemos sacado a la puta que llevas dentro y eso en solo dos días
Esas palabras me enardecieron y excitaron aún más y empecé a presionar aun con más fuerza en su ano y conseguía entrar milímetros en su culo. Miré y vi su polla dura y erguida otra vez, vista desde abajo parecía monstruosa, necesitaba tocarla, lleve mi mano, empecé a tocarla y la noté dura y caliente. Comencé a masturbarlo mientras seguía lamiendo su culo.
Notaba a Mario excitarse por momentos debía de gustarle sentir mi lengua, aceleré el ritmo de mi mano acelerando la paja, pude observar que miraba su móvil, lo había hecho varias veces durante el rato que llevábamos en la cama.
A pesar de haberme corrido hacia poco la situación me estaba calentando, de repente Mario se inclinó y llevo una de sus manos a mi coño, note como me metía sus dedos, ¡por Dios! Había metido por los menos 3 dedos, con su falta de delicadeza habitual empezó a meterlos y sacarlos, con fuerza y ritmo mientras yo seguí chupando su culo. En nada me volvió a llevar al borde del orgasmo y cuando me tenía ahí, paró, dejándome con sensación de vacío, a la vez que se levantaba y miraba su móvil otra vez
-Joder Mario, no pares, joder que me quiero correr.
Se salió de mí, se levantó y saco unas cintas del bolsillo que debía traer preparada
-Hace tiempo que quería hacer esto, voy a atarte para que seas absolutamente mía, veras como lo disfrutas incluso más
No me hizo mucha gracia, pero estaba en un estado de excitación que solo quería correrme y me deje llevar. Sin decir mucho más ató mis 2 manos al cabecero de la cama. Me dejó las piernas libres, pero con las manos atadas no tenía mucha libertad de movimientos
Sin casi dejarme hablar se tumbó encima mía y volvió a penetrarme, me sentí llena otra vez y comencé a sentir como se movía dentro mía. Cuando estaba otra vez completamente excitada volvió a salirse de mí. Se puso de pie y salió del cuarto
-Espera 1 minuto, no te muevas de la cama. Jajaja, ¡como si pudieras así atada!
Me quede tumbada, con las manos atadas, desmadejada, con las piernas abiertas, aún podía notar mi vagina abierta por el pollon de Mario, llena de deseo y sentía en mi cara todas las babas
Ahí estaba, recuperando el aliento cuando de repente entro Mario, acompañado de otro tío
-Joder Mario, ¿qué coño haces?, ¿quién es este tío?
Mientras lo decía intentaba taparme con mis piernas sin ningún éxito, era consciente de que ese tío acababa de verme desnuda, con las piernas abiertas, mi coño enrojecido, no conseguí taparme, pero cerré las piernas y me hice un ovillo
-Mario, ¡eres un hijo de puta! ¡qué coño haces! ¡dile a es tío que salga de mi casa joder!
Mario, se sentó a mi lado y por primera vez desde que lo conocía tuvo un gesto de cariño y ternura hacia mí, me acarició el pelo mientras me hablaba
-No te preocupes Eva, ¿no lo reconoces?, Es Paco, el quiosquero de la esquina, lo conocemos de toda la vida.
Lo mire con más detalle y efectivamente era Paco, el Quiosquero, en mi opinión el tío más guarro y asqueroso del barrio, siempre me miraba con lascivia cuando me veía, con una mirada que me provocaba repugnancia, pero no solo a mí, también miraba a todas las niñas del barrio sin importarle la edad. Tanto asco me daba que ya no iba ni a comprar al quiosco.
Paco era más bajo que Mario, aún más barrigón, bastante feo y a diferencia de Mario con pinta de sucio, varios días sin afeitar y con la ropa arrugada. Lo peor vamos.
Muy a pesar mío, que un tío como Mario me acariciara me estaba derritiendo y acabando con mis barreras, no podía explicarme como afectaba tanto a mis emociones. Pero además estaba aún supercaliente
Mientras hablábamos su caricia se desplazó y empezó a acariciarme las tetas, como me conocía, sabía perfectamente que era mi punto débil. A pesar de lo extraño de la situación, o quizás por eso, a pesar de no querer que pasara mi cerebro me jugó una mala pasada y comencé a excitarme otra vez.
Notarme desnuda, así atada, tan expuesta, con signos evidentes de estar recién follada por otro hombre en mi propia cama y sentir las caricias de Mario en mis tetas hizo que empezara a notar como mis pezones volvían a endurecerse. Pero en cualquier caso aun tenía dignidad
-Que dices Mario? ¿El quiosquero? Pero si es un sucio que siempre me ha mirado con deseo. Dile que se vaya, joder
-Que no Eva, que es buen tío, tu es que le ves así desaliñado, pero yo le conozco hace mucho y no es mal tío. Lo que pasa es que es tan desagradable, el pobre, que lleva años sin ver una tia de verdad desnuda y he pensado que podíamos darle una alegría. Total, ya ayer te vieron mis amigos
-No es lo mismo Mario, ayer estaban cuando todo surgió, pero hoy lo has preparado y además no me gusta él
-déjate hacer, Eva, demosle una alegría, dejemosle mirar. Piensa en que le permites que contemple a una diosa como tu
-de verdad piensas que soy una diosa?
-si Eva, eres una puta zorra pero también una diosa
Mientras lo decía seguía amasándome las tetas y la sensación de que un hombre que nunca podría estar conmigo estuviera ahí viéndome de esa manera comenzó a hacerme clic en el cerebro, aun me repugnaba, pero a la vez me excitaba
Las palabras de Mario me hacían efecto y empecé a reaccionar a sus caricias, mis pezones volvieron a endurecer, al notarlo Mario comenzó a besarme con pasión. sentí su lengua querer entrar y se lo permití, invadió mi boca y apenas me dejaba respirar, se aprovechó de la situación y se tumbó encima mía, inmovilizándome con su peso otra vez.
-ves Eva, estas excitada, te pone la situación, es hora de que reconozcas que te excita la situación
En toda la conversación el kioskero permanecía inmóvil en la entrada de la habitación, decidí no mirarlo y hacer como si no existiera. No conteste nada y el debió tomarlo como que asentía, cerré los ojos y me deje llevar. Total, llevaba todo el finde siendo una buena zorra, que más daba un poco más por tener a este macho contento
Con ese pensamiento note la polla de Mario otra vez a la entrada de mi vagina. Si, por Dios, quería que me volviera a follar, quería volver a sentirlo, podía hacer conmigo lo que quisiera si a cambio me follaba, fui consciente de que movía mi pelvis para que la polla de Mario me entrara, pero él se resistía, la movía recorriendo mis labios, pero no acababa de follarme
-No Mario me excita pensar que me vas a follar, sentir esa polla que me llena entera, eso es lo que me pone .Follame Mario
-Reconoce que te excita que Paco te vea, saber que tras tantos años sin ver a una tia disfruta viendo tu cuerpo
Mientras hablaba seguía inmovilizándome con su peso con mis manos atadas, no podía moverme solo podía subir mi pelvis hacia el para que me follara, pero él seguía manteniendo el martirio de permanecer rozándome en la entrada una y otra vez, con su glande deslizándose solo milímetros dentro mía. Seguía besándome, separó un poco la boca de mi y pude ver como preparaba saliva y la dejaba caer, esta vez estaba preparada, abrí mi boca y recibí con gusto toda su saliva
-ven Paco acércate, mira la cara de una puta deseando que la follen
-Mario, por favor, no me hagas eso
Hasta yo me di cuenta que no había sonado nada convincente. Paco se acercó, en algún momento se había desnudado y quedado en slip y calcetines. Desnudo era incluso más desagradable que vestido. Sin embargo se le notaba un buen vuelto dentro del slip
-Mírala Paco, mira la cara de la zorra, mira las tetas de la zorra
No quería ni pensarlo, solo quería que Mario me follara, quizás me concentraba en eso porque empezaba a intuir que me iba a dejar hacer lo que quisieran y era mejor ni imaginarlo
-Dame tu mano Paco, toca las tetas de la zorra
-Joder, Mario, me has dicho que solo miraría.
Otra vez soné muy poco convincente
Noté su mano en mi teta, no abrí los ojos ni hable más, pero cuando empezó a estrujarla me gusto la sensación de ese tío desagradable sobándome, ya había decidido no analizarme más y solo dejarme llevar y eso hice.
Al poco noté que algo rozaba mi mano atada, al abrir los ojos vi a Paco ya desnudo, con una polla de buen tamaño, quizás no tan ancha como la de Mario pero bastante larga y completamente empalmada rozarse contra mi mano atada. Joder, que sensación ahora sí que me puse caliente y el cabrón de Mario sin follarme, ahora metía su glande unos centímetros y los sacaba, si de verdad quería tenerme caliente y deseosa de ser follada lo estaba logrando.
-Joder Mario, por favor, te lo suplico, Follame de una vez. Estoy dejando que el baboso me toque, dame lo mío, por favor
-Quieres que te follen? ¿Di lo quieres?
-Si Mario follame, follame
-Dilo, di ¡quiero que alguien me folle!
Fui consciente de la trampa, pero aun así lo dije, si Mario, si, ¡quiero que alguien me folle!
En ese momento pareció que todo se congelaba, Mario con una pieza de ropa tapó mis ojos, y mientras volvía a besarme impidiéndome hablar se levantó de mí y se sentó.
intuía lo que iba a pasar, ¡el baboso me iba a follar!, pero estaba ya tan caliente que no dije nada, quería sentir de una vez una polla dura dentro, la que fuera, pero una. Callé, no dije nada y noté un peso distinto sobre mí, otra vez aplastada, e inmovilizada. Mario dejarme de besarme y habló
-Paco aún no aguanta, aun no la metas
-Eva, ya lo sabes, sabes lo que hay. Paco te va a follar, si no quieres que te folle lo dices y ambos nos iremos de aquí sin decir nada y te quedarás así sin ser follada.
-Mario, eres un cabron, lo tenías preparado! ¿sabías que ibas a decir que si, igual que sabias que me ibas a follar como una perra la primera vez?
-Si Eva, sé que una puta como tú no puede resistirse a una buena polla, aunque esté pegada a un cuerpo como el de Paco
No pensé nada, solo quería que me follaran, solo eso, ser la más puta, sentirme la más puta y ser bien follada.
-Si joder Mario, soy la más puta, sí, pero follarme de una vez, aunque sea el puto guarro baboso, metérmela de una vez
En ese momento noté como Paco me la clavó de un golpe, no llenaba tanto como la de Mario, pero si hizo tope. ¡Que gusto por Dios! Lo quería tanto que en el momento que me la metió me corrí, en un solo segundo.
Por primera vez Paco habló
-Joder Mario, la puta acaba de correrse, que zorra, la ha notado y se ha corrido, no veas como se le contrae la vagina.
Note como Mario, me liberaba las manos, ya daba igual, no había vuelta atrás, quería seguir follando.
-Paco, ni se te ocurra correrte, no quiero follarmela con la leche dentro, así que antes de correrte salte
Paco empezó a follarme a golpes salvajes, notaba su olor ácido y desagradable y su aliento denso. Era una guarrada, sí, pero me gustaba, me sentía humillada, desvalida y a la vez dadivosa con un baboso que ni podía soñar estar conmigo. La sensación era increíble, inexplicable, mientras mas me humillaba más me ponía y joder, me estaban follando a pelo otra vez. El cabrón de Paco empezó a lamerme la cara con su lengua húmeda, era una sensación asquerosa pero pensar que ese tío me chupaba y me follaba sin condón era mucho. Solo de pensarlo volví a correrme como una posesa.
Paco aceleró y al notar que me corría se salió de golpe de mi y se puso de pie, llevo su polla a mi cara y se pajeaba a un milímetro de mis labios. Mario miraba la escena y me ordeno
-Mámasela putita y trágatelo todo que no quiero follarte con la leche de este encima, si dejas algo no te follo zorra
Joder, me iba a tragar la leche del baboso ¡que asco! y a la vez ¡que excitante! Abrí mi boca e incluso antes de poder chupársela Paco se corrió dentro de mi boca. Que, corrida, si que estaba cargado, me lleno tanto de leche que me atragante
Mientras intentaba tragármela toda pude sentir a Mario encima de mí comenzar a moverse y ahora sí, ahora si me la metió llenándome entera a pesar de estar ya dilatada de Paco. Empezó a follarme a golpes regulares, profundos y potentes mientras me hablaba al oído
-No sabes cómo disfruto zorra, me estoy follando en su cama a la mujer del capullo y es tan zorra que se la ha follado el más guarro del barrio. Tú que eras tan digna y nos mirabas por encima del hombro, has demostrado ser la mas puta. Has caído tan bajo que te has dejado follar sin condón por el tío que más asco te da
Oír algo tan duro debería haberme cabreado, pero en ese momento solo incrementó mi excitación.
Al decirlo Mario apretó mis pezones con saña, produciéndome autentico dolor y empezó a moverse de forma salvaje dentro de mía, notaba mi orgasmo llegar, naciendo en mi cerebro con una fuerza tremenda, lo sentí bajar por todo el cuerpo y concentrase en mi coño, donde estalló inundándome de placer y dejándome inmovilizada. Al mismo tiempo noté a Mario vaciarse dentro mía y dejarse caer sobre mí.
Me quedé exhausta después de los 3 orgasmos y en especial del último, noté como se vestían y dejándome allí en la cama salían del cuarto.
-Adiós putita, estaré un par de días de viajes de negocios, pero a mi vuelta ya te llamare. Estate dispuesta porque tu humillación y la del cornudo de tu marido aun no ha acabado, tengo grandes ideas para vosotros.
Estuve como 20 minutos desmadejada en el sofá, cuando me recuperé me dirigí al cuarto de baño, sin mirarme al espejo para no ver mi cara, abrí los grifos de la bañera y en cuanto hubo agua suficiente me introduje en el agua caliente, aunque era verano la sensación de relax y bienestar que un baño me producía desde siempre, se apoderó rápidamente de mí. Me enjaboné, me enjuague y me quede tumbada sin pensar en nada.
Había llevado el móvil conmigo, lo cogí y ví todas las llamadas perdidas y los whatsapp’s que me había enviado Iván y que yo no había contestado. En ese momento se me cayó el alma a los pies, el mundo se me vino encima en un segundo. Pensé en Iván, en los niños y me entró una sensación de ternura que me hizo sollozar, fui consciente de que perderlos era una probabilidad real, había estado 2 días disfrutando, no había pensado ni un minuto en ellos ni en las consecuencias de mis actos.
Pero lo que más me aterraba era que una vez en frio, ya sin calentura, había visto las verdaderas intenciones de Mario, a través mía quería jodernos la vida a los 2 en especial a Pablo, humillándole y así destrozándole y yo, tonta de mi,había colaborado.
Pensé en mis padres, en mi familia, en el daño que les haría saber todo esto y aunque sabía que me apoyarían saberlo los destrozaría. No pude remediarlo y empecé a llorar
Por otro lado, había descubierto un mundo nuevo, una faceta de mí que no conocía y aunque me daban miedo las consecuencias en mi fuero interno era consciente de que nada sería ya igual porque ese mundo nuevo me atraía y siempre tendría la tentación de volver a él.
MI mente y mis sentimientos no sabían que hacer, como evitar que mis sospechas sobre Mario se hicieran realidad y cómo manejar la nueva realidad de que era una puta y que me gustaba que me humillaran. Cuando me di cuenta el agua estaba helada, me salí rápidamente y durante los siguientes 90 minutos estuve dedicada a secarme el pelo, arreglarme y cuidarme, decidí no bajar a la piscina ese día, no tenía ganas de ver a nadie, así que me vestí cómoda para estar por casa, unas chanclas, unos shorts y una camiseta.
Cuando terminé de vestirme me senté en la cocina a tomar un café, aun con esa sensación antagónica y la angustia en mi interior, no llevaba ni 10 minutos sentada cuando sonó el timbre de la puerta de nuevo
-Joder, ¿quién será ahora? Me pregunté
Fui a la puerta, mire por la mirilla y ahí estaba Javier otra vez, joder, joder, no me apetecía nada hablar con él, justo ahora no, él lo había visto todo y yo no tenía fuerzas para enfrentarme a mis actos en ese momento
-Eva, sé que estás ahí, ábreme, tenemos que hablar
-Javier, de verdad, no es momento, me apetece estar sola hoy
-Eva, es importante, ábreme que es por tu bien, ¿has visto las fotos? Tenemos que hablar
Buff, no me apetecía nada, pero aun así abrí pensando que era mejor dejar las cosas claras en ese momento
-Hola vecina, gracias por abrir
-Javier, que quieres, de verdad que quiero estar sola
-Será solo un momento Eva, ¿me invitas a un café?
-Vale, pasa a la cocina, acabo de hacer uno
Me giré y me dirigí a la cocina siendo consciente de su mirada clavada en mi espalda, le ofrecí una silla, le serví un café y me senté enfrente suya mirándole sin hablar, me sentía avergonzada y sin saber que decir
-Eva, como me imagino que esto es complicado déjame que hable yo, no me interrumpas hasta el final
Asentí notando que se me quitaba un peso de encima y bajé la mirada
-Como eres consciente he estado observándote estos días, he visto tu proceso desde tu apariencia de ser la mujer más recatada y conservadora de la urbanización a convertirte en un juguete de Mario. He visto como has disfrutado con la experiencia, como has disfrutado siendo usada, humillada y tratada como un objeto sexual más que como una persona. Por cómo te has desenvuelto parece obvio que la experiencia te ha gustado, que nunca habías sentido algo así y que seguramente te gustaría seguir disfrutando y descubriendo este mundo. ¿Estoy en lo cierto?
Efectivamente había acertado en todo, quise explicarme con él
-Si, aciertas Javier, pero es que yo….
-No me interrumpas Eva déjame acabar, no me tienes que dar explicaciones a mí. A mí me parece bien que cada uno viva su vida y su sexualidad como quiera. Si acaso deberías darles explicaciones a los tuyos, y creo que ahí está el problema…
Se quedó callado mirándome, pero no dije nada, aunque esta vez sí le miré a los ojos
-El problema Eva, es que al hacerlo como lo has hecho te has puesto en manos de Mario y sus amiguetes, no solo para disfrutar unos días, si no que pueden destrozar tu vida, especialmente sabiendo la inquina que Mario le tiene a tu marido.
-Pero Javier, ¿qué estás diciendo?
-Déjame acabar Eva, por favor, desde que llegaste a la urbanización te estoy observando, y siempre he pensado que eras la candidata perfecta para mis particulares gustos sexuales. Por eso, Eva, la razón por la que estoy aquí y toda mi charla anterior es porque quiero proponerte un trato
-¿Un trato?
-Si Eva, un trato, me comprometo a quitarte de en medio el problema de Mario y sus amigos, a cambio y durante todos los días que Javier esté fuera me pertenecerás, obedecerás cada uno de mis deseos. Te garantizo que te daré experiencias que nunca has llegado ni a soñar pero que sé que las disfrutarás como has disfrutado estos 2 días.
Lo haremos todo con absoluta discreción, nadie conocido tuyo se enterará y el día antes de que llegue Javier podrás decidir si quieres parar con todo o seguir en el mundo que tienes por descubrir.
-Javier, ¿de verdad me estas proponiendo lo que he oído? ¿quieres que te pertenezca en todo? ¿a todas horas?
-Si Eva, tampoco te daré más explicaciones hasta que no aceptes
-Y lo de Mario ¿cómo lo harás?
-Te he dicho que no más explicaciones, sin embargo, para tu tranquilidad en este caso te la daré. Las mismas fotos que tengo de ti las tengo de Mario, como sabrás en su caso todo el dinero e incluso el propio trabajo de Mario vienen de la familia de su mujer. ¿Crees que aguantaría el chantaje de que esas fotos con o sin tu cara llegarán a su familia política?
-Respecto a ti, si no aceptas mi trato cada uno seguirá su camino y las fotos serán para mi uso particular, no habrá más consecuencia que el que te hayas puesto tu sola en manos de Mario. Si aceptas, las fotos serán la garantía de que cumplirás nuestro acuerdo
Me quede callada, mirándole, mi cara debía tener marcado el signo de interrogación porque me contesto de inmediato
-Eva, piensa que la que te has puesto en esta situación has sido tu solita, yo solo he sido el testigo, pero puedo ayudarte a salir de ella. No tiene sentido debatir más, te dejo que lo pienses, espero que me contestes antes de las 22, tienes mi WhatsApp. Si no me contestas asumiré que no aceptas el trato.
Sin decir nada más Javier se fue, dejándome sola con mi sorpresa. Tenía pocas horas para decidirme.