Eva K (I)
Primera parte de una serie donde Eva, la protagonista puede ejercer un importante control mental hacia sus compañeros. La idea esta inspirada el relato Clueless.
Siempre le había gustado el color negro, pues hacía juego con ella. Sus ojos, así como su pelo liso y corto, de un negro intenso; siempre vestía de oscuro. Así era Eva. Nunca le había dado importancia a su extraño poder, en parte, porque lo tenía desde que podía recordar. Esas extrañas sensaciones que sufría siempre la habían acompañado, aunque no fue hasta los 16 años, que leyendo un libro, supo que su don se trataba de la empatía. Siempre se había preguntado por qué notaba diferentes sensaciones dependiendo de la persona con la que estaba. Podía sentir como era realmente una persona con solo estar cerca de ella; podía sentir sus pensamientos y leer su conciencia tan solo teniéndoles cerca. Eso fue lo que le hizo descubrir la hipocresía de la gente, lo que le hacía quedar al margen de la sociedad. En la escuela siempre se sentaba sola, sin querer conocer a nadie, pues todo el mundo aparentaba lo que no era; para ella todos eran unos mentirosos; todo el mundo era un comediante que actuaba de forma diferente a la que realmente pensaba. No podía comprender porque todo el mundo era tan falso, por qué no podían decir lo que pensaban realmente. Ella siempre lo había hecho, y debido a su franqueza se había llevado más que algún disgusto.
No fue hasta que llegó a la universidad que descubrió su poder real. Allí había hecho a una amiga, era bastante franca y sincera, y eso hizo que tuviera interés en conservar su amistad. La sensación que recibía de ella era clara y agradable, y le transmitía sinceridad. A finales del primer curso, su amiga empezó a salir con un chico, que provocaba una sensación de malestar a Eva; ella sabía que no le convenía ese chico, se lo comentó a su amiga, y aunque esta le dijo que ya lo tendría en cuenta, Eva enseguida vio que su amiga solo le había dicho eso para tranquilizarla, pero que su amor por ese chico la tenía cegada.
No fue hasta la fiesta de fin de primer curso, a la cual Eva no fue, por supuesto, cuando se despertó exaltada en el piso donde residía sola durante la semana. Dentro de su cabeza oía a su amiga; era desconcertante, existía dolor y sufrimiento; se vistió rápidamente, cogió el coche y se personó en la fiesta. Entró y sin saber por que, se dirigió a una habitación del segundo piso, y abrió la puerta; allí estaba, su amiga, siendo violada por su novio, el chico que tan mala espina le había dado. Su amiga estaba amordazada y atada encima de una mesa, por las muñecas, las rodillas y los pies, con las piernas abiertas y desnuda completamente; el chico la estaba embistiendo como una bestia salvaje; le clavaba su dura polla a su coño virgen, mientras ella intentaba gritar, llorando, y se balanceaba arriba y abajo al ritmo que el chico se la follaba; sus grandes pechos, se movían en un vaivén descontrolado, cuando no estaban siendo manoseados.
El odio que se desprendía de Eva se podía palpar con las manos; su mirada se dirigió al chico, que se levantó, y se lanzó contra la pared, quedando inconsciente. Eva quedó extrañada; había proyectado una gran cantidad de odio a aquel chaval y se había transformado en algún tipo de control mental hacía él, que le había hecho lanzarse contra la pared. Eva desató a su amiga, la tapó, y estuvieron abrazadas durante un largo rato, mientras su amiga lloraba y le decía a Eva que como podía haber sido tan tonta.
Ese incidente hizo reflexionar a Eva durante las vacaciones; realmente, ¿llegaba tan lejos su poder? Quiso informarse sobre lo ocurrido, pasó largos ratos en la biblioteca, quería informarse sobre todo lo que había pasado. Se dio cuenta que su poder iba más allá de la simple empatía, o telepatía, ella podía llegar a controlar a las personas.
Decidió empezar a probar con las personas que había en la biblioteca; primero les hacía equivocarse mientras escribían, después, les hacía levantarse para coger un libro, o ir a preguntar algo a la bibliotecaria. Poco a poco, cada vez podía controlar más fácilmente los actos físicos de las personas. Después descubrió que podía incluso hacer pensar algo concreto a alguien, o hacer olvidar cosas a la gente, hacía que la gente que se levantaba se olvidara por que se había levantado, o que no recordaran como leer. Pasó todas las vacaciones practicando sus nuevos poderes.
El primer día de clase de segundo de carrera, se encargó de borrar de la memoria de su amiga la violación que había sufrido, y le hizo creer que aún era virgen. Su primer paso más drástico fue contra el violador, al que obligó a masturbarse en medio de la clase; le hizo bajar los pantalones y la ropa interior, que se sacara la polla mientras la profesora que no se enteraba estaba explicando, y empezara a hacerse una paja mientras los que se sentaban cerca quedaban alucinados. Después se corrió encima del pupitre y le obligo a lamer toda su corrida. Fue entonces cuando le empezó a gustar su especial poder.
Empezó a montar pequeñas orgías en las últimas filas de la clase. Hacía que todos se desnudaran y que empezaran a follar mientras se daba clase; después obligaba a que nadie dijera nada de lo ocurrido y así las clases se hacían más divertidas.
Poco a poco, empezó a introducir a los profesores a las orgías. Izo que la profesora de Estadística, que siempre le había parecido un poco puta, se desnudara en medio de la clase y la diera en pelotas, La profesora tenia sobre los 25 años, unas piernas espléndidas y unas grandes tetas.
Después izo que se fuera masajeando los pechos mientras escribía en la pizarra, y después, izó que un alumno de primera fila le introdujera un vibrador y continuara dando clase mientras sus jugos vaginales le lubricaban las piernas y sufría algún que otro orgasmo; todo sin dejar las explicaciones; prosiguió a que un alumno se la follara por el culo encima de la mesa, mientras entre orgásmo y orgasmo, con una polla en el culo y un vibrador en el coño, prosiguiera con las explicaciones.
Pudo comprobar que no había una sola persona en el colegio que se pudiera resistir a sus poderes. Hacia que la chica más guapa de la clase se la chupara a todos los chicos, o que el más casanova de todos le lamiera el coño a la más fea se lo pasaba muy bien entrando en el vestuario de los chicos para ver como se duchaban, y les obligaba a masturbarse delante suyo, o al chico violador le obligaba a mamar las pollas de sus compañeros, y que estos se corrieran en su cara, o a que lo sodomizaran, y le tenia prohibido correrse des del día de la violación. Después les obligaba a todos y a cada uno de ellos a lamerle el coño y a follar con ella, hasta que se corria las veces que quería; después si iba al vestuario de las chicas y les hacía sodomizarse con consoladores, vibradores, instrumentos de bondage
Un día en la clase de estadística hizo desnudar a la profesora, y que los chicos se echaran encima la tarima, donde la profesora se introducía su polla en el coño, y se los follaba de cuclillas uno a uno, mientras daba la clase.
Obligaba a todos los chicos a tener la polla fuera excitada todo el tiempo, y si a alguno se le bajaba se obligaba a tener una erección continua durante una semana, incluso mientras dormían, sin poder correrse ni masturbarse, y les ponía una argolla en los huevos que les hinchaba aún mas la polla, y hacía que se les marcasen las venas.
Un día, que llegó tarde a clase, al entrar noto algo diferente. No le dio demasiada importancia, y fue a sentarse. Era clase de estadística y quiso obligar a la profesora a ser sodomizada por todos los alumnos, pero nada ocurría. Nadie se movía y la classe transcurría normalmente. No lo comprendía, nunca le habían fallado los poderes, no podía comprender que pasaba. Intento que la profesora se desnudara, pero no lo consiguió. Empezó a mirar por toda la clase, pero todo era normal; la misma gente, los mismos alumnos pero no. Había un alumno que nunca había visto. Parecía muy intelectual, era guapo, moreno, ojos de negro intenso, llevaba gafas para leer, vestía elegante y oscuro. Nunca lo había visto, y penso que debía ser de la sección de tardes. Estaba escuchando a la profesora y tomando apuntes. Se le ocurrió que quizá era él la causa del bloqueo de sus poderes. Intento obligarle a que se desnudara, pero el esfuerzo fue en vano, pues ni tan solo se movió; en cambio, giro la cabeza, miro fijamente a Eva y le hizo un gesto de desaprobación, y siguió tomando apuntes. Eva quedó paralizada por unos segundos; no podía ser, ese chico sabía que ella había intentado dominarle.
Enfurecida, con su poder apagó todas las luces del colegio; todo el mundo empezó a hablar, y la profesora pidió calma, diciendo que seguramente la luz volvería en unos instantes, que de momento abrieran las ventanas, pero la luz volvió instantáneamente. Eva estaba furiosa. Entonces todo se paró. Todo el mundo se quedó quieto, inmóvil, congelado, Eva también. Entonces el chico nuevo se levantó y se dirigió a primera fila, delante de Eva.
- Bueno, mucho gusto en conocerte. Tú debes ser Eva verdad? - dijo plácidamente y muy tranquilo. Puedes moverte. - Entonces Eva se pudo mover, y se echó hacia atrás.
Quién eres tu? Porque no cumples lo que te ordeno?
Pero bueno, que maleducada, yo me presento y ya me estas interrogando? Bueno, me presento, me llamo Q. Mucho gusto. Y no cumplo lo que me ordenas por que no me da la gana. - prosiguió tranquilamente, mientras se sentaba encima del pupitre.
Yo te tenia muy bien considerada; tenías una ética bastante equilibrada, pero des de que descubriste parte de ese gran poder, estas utilizándolo para nada bueno. - me dijo en tono de desaprobación.