Eva al desnudo-7. Eva me cuenta

Mi mujercita me cuenta cómo la usó Frank mientras teneos el mejor polvo de los últimos meses.

Perdón:

Por un eroor he enviado dos veces el anterior episodio.

os compenso con la nueva entrega.

La abracé y salimos del pub sin despedirnos. Una vez en casa me confesó que había hecho con ella todo lo que había querido.  Y si no hizo más fue porque no quiso.

-          La primera canción –me relató con los ojos brillantes- se comportó con absoluta normalidad, como un caballero, aunque un poco más pegado de lo que, pero después…, empezó por abrirse paso entre mis piernas con su rodilla, frotándose contra mí, abrazándome con tanta fuerza que yo apenas podía moverme, y como movía las manos, mi amor, las sentía abarcándome entera, como si me fuese a poseer ahí mismo. En mi culo, amasándome las nalgas, apretándome contra su muslo, por mucho que yo intentara apartarme.

Yo la escuchaba sentado en el sofá, acariciando su mano para animarla a desahogarse, pero noté como crecía el bulto en mi entrepierna de manera irremediable. Me levanté a buscar unas copas para calmar mi ansiedad-. Bebió un largo trago de su gin tonic, antes de continuar.

-          Y yo estaba muy caliente desde que me magreaste en casa, y Juan en el coche se aprovechó para encenderme aún más mientras íbamos al pub. Tenías que haber oído como me llamaba “bonita” al oído, mientras me sobaba con descaro los pezones.  Bueno…, Frank parecía que conocía todos mis puntos débiles, y empezó a comerme la oreja mientras metía una manaza dentro de la blusa. Ya sabes cómo me estremece cuando me acarician la columna…y él lo hacía, una y otra vez.

Intenté distraerle –continuó- le pregunté por su trabajo, pero me contestó riéndose que el mejor de los últimos meses lo tenía ahora entre manos, y mientras lo decía me acariciaba un pezón por encima de la blusa. Quise pararle, pero me sujetó las manos y se colocó a mi espalda, sin perder el ritmo. Entonces fui consciente de la dureza de su polla, de cómo movía la pelvis, frotándose contra mí, mientras me desabrochaba un botón tras otro de la blusa pese a mi resistencia.

A esas alturas de la historia yo apenas podía ocultar mi empalme. Mi pene estaba demostrado su independencia, creciendo dentro del pantalón, formando un bulto insoportable, pero Eva no me miraba, afortunadamente, tenía los ojos perdidos, enfrascada en los recuerdos.

-          Y me rozaba los pezones con los nudillos al hacerlo –siguió Eva, después de beberse el resto de su copa, como si fuese agua- ya sé que tendría que haberle parado en ese momento, que tendría que haber vuelto a tu lado…, pero me sentía como electrizada, cada gesto suyo, cada roce, me provocaba calambres en el vientre que me recorrían todo el cuerpo y se centraban en mi coñito.

Entonces me miró. Y tuvo que notar algo porque sus ojos adquirieron un brillo especial,  con un deje de perversidad que ajeno a la mujercita que creía conocer tan bien.

-          Tenías que haber visto como me sobaba las tetas –me dijo mientras ponía su mano en mi muslo, mucho más desenvuelta de repente- me estiraba los pezones mientras me llamaba zorrita al oído.. ufff. No te puedes ni imaginar cómo me sentía cada vez que me decía que era una perrita complaciente. ¿O sí te lo imaginas?

-          Sí .., lo imagino,- conseguí responder, aunque su mano me parecía más cálida que nunca mientras subía, acariciándome ahora la polla por encima del pantalón.

-          Vaya, parece que a mi maridito le excita que le cuente como me han usado.

En ese momento dejó que su lengua asomara entre sus labios, en el gesto más lascivo que le vi nunca. Se levantó y me llevó de la mano hasta la cama.

-          Anda túmbate, aquí estaremos más cómodos.

Me echó hacia atrás y empezó a desnudarse, con lentitud exasperante, mientras seguía hablando.

-          ¿Sabes?, ya me tenía mojada cuando me desbrochó el botón de la mini, y ni siquiera pensé en protestar cuando noté como metía la mano, desde atrás…así..ves?

Mientras lo contaba, Eva se metió una manita dentro del tanga y empezó a acariciarse lentamente, con parsimonia,

-          Y me comía el cuello, mi amor, -empezó a jadear, recordando con los ojos cerrados, la boquita entreabierta- y me lamía el lóbulo de la oreja, y me decía que iba a ser su perrita…, que ibas a tener que ver cómo me sometían. –me miró de nuevo, y se sonrió al notar el tamaño de mi bulto-casi me corro cuando me llamó perrita.

Se tumbó de lado, de espaldas a mí, tocándose mientras hablaba. La abracé, pegando mi cuerpo a su culito. A esas alturas, no me sorprendió que se abriera, ni que se acomodara mi pija rozándose con ella. La noté mojada, más puta que en la mejor de mis fantasías. Se movió, acomodándose, dejando que la cabeza entrara en su cueva. La mordisqueé  la nuca, como animándola  a continuar.

-          Y notaba su pollón en el culito, moviéndose, excitándome –y se echaba hacia atrás ofreciéndose , haciendo círculos en torno a mi rabo-, y su dedo (¿te has fijado en qué dedos tiene ese cerdo?) empezó a abrirse camino..mmmm

Mientras hablaba le pasé la mano por la cintura, aparté la suya y encharqué dos dedos en su coñito mientras movía la pelvis, haciéndola sentir todo mi deseo.

-          La puntita nada más, mi amor… solo la puntita..,mmmmmm

-          ¿Y no le dijiste que parara?

-          Mmmm…no me salían las palabras…, es tan hábil… y tan fuerte… Mi amor…, cuando metió su segundo dedazo creí que me moría, me vine en veinte segundos, pero fueron los más intensos de mi vida.

-          Entonces saqué los dedos y los llevé a su boca, los lamió mientras los sustituía por mi polla, que nunca había sentido tan dura. Al principio solo la puntita, como me había pedido, pero al poco ya tenía media taladrándola.

Note las contracciones de su vagina, intentando ordeñarme, pero no sé cómo conseguí  retrasar mi lechada mientras la escuchaba

-          Así..mmmm..sii mmmmm… entonces me llevó a la pared. Le dejé hacer..mmmm…, y te vi, mirando, al lado del cabrón de Juan. Me corrí más por saber me estabas viendo que por sus atenciones…y eso que sus atenciones eran muy..mmmmm-…muy cálidas.

A esas alturas ya tenía todo mi polla dentro, hasta los huevos, me quedé quieto para retrasar mi lechada mientras ella se meneaba cada vez más rápido, follándose con mi polla como si fuese un palo.

-          Y me daba golpecitos con su pollón en la barriguita, -continuó- hasta que me la puso entre las piernas, incitándome…, y yo estaba deeando que me la metiera, mmmmmmmmmm

La bombeé despacito, acompañando sus movimientos, y ella echó la cabecita hacia atrás, con los labios entreabiertos, ofreciéndome su boca.

-          Sí…si…asiiiii…ahhhmmmmmmmmmmmmm, ahmmmmmmmm, maaaaaaás, maaaaaaás,

Su orgasmo fue salvaje. Arqueó el cuerpo, y temblaba, electrizada. No me corrí, quizás en desagravio por las muchas veces que había sido ella la que se quedaba a medias, pero dormimos toda la noche pegados, y a veces notaba como movía su culito entre sueños.