Eva 3

Otra de mis experiencias sexuales en un hotelito muy hermoso

Hola, gracias a sus comentarios me he animado a escribir de nuevo mis experiencias sexuales y para los que no me hayan leído antes les comento que llamo Evelina, soy trigueña, mido 1.50 mts, delgada, pechos medianos talla 34 copa B, pelo quebrado medio largo y negro.

Continuando con las anécdotas de mi vida sexual, les platicaré los pormenores que viví cuando fuimos de vacaciones a un pequeño hotel. Recordarán que en mi relato anterior le platique algo de esto y ahora les platicaré cada detalle que nos pasó ya que considero fueron bastante ardientes esos momentos, al menos para mí y espero también para ustedes.

Salimos de vacaciones y fuimos a un lugarcito muy lindo, nos metimos a un hotel muy mono y pequeñito pero con amplios jardines y dos piscinas, el cuarto tenía todo el equipo necesario para pasarla bien sin necesidad de salir; un mini bar repleto de bebida, botanas y una cama king zize con pabellones transparentes como para una reina.

Nos cambiamos de ropa y yo me puse como de costumbre una mini chiquita y salimos al bar del jardín a tomar una copa, nos sentamos en la barra donde había en vez de sillas, unos bancos altos, de tal manera que ya sentada en uno de ellos, la mini permitía que se me vieran las piernas generosamente y aunque había muy poca gente por ser fuera de temporada, de vez en cuando pasaban cerca de nosotros más que nada americanos y volteaban a verme disfrutando del espectáculo que les ofrecía lo que el país produce, una mexicana a mucha honra y vaya que les gusta lo que está hecho en México ehhhh???? Jajajaja.

El mesero cuando fue a atender una de las mesas que estaba detrás de nosotros se percató de mi pequeño vestido y lo que había debajo de él por lo que a partir de ese momento nos dio una atención estupenda sirviéndonos las mejores botanas que tenían pero no frente a la barra, sino que se daba la vuelta para servirnos del lado en que estábamos sentados para mirarme continuamente las piernas cosa que yo agradecía con una sonrisa cada que nos servía.

Ahí estuvimos un buen rato hasta que llegó la hora de cerrar el bar y nos fuimos al cuarto porque queríamos dar la vuelta por el hotel para conocerlo y ver los jardines que eran exuberantes, amplios y muy bien cuidados, hacía mucho calor por lo que nos pusimos trajes de baño y yo me puse un bikinito muy chiquito, la parte de arriba apenas y tiene dos pedacitos de tela que me cubren los pezones y abajo en el calzoncito de la parte frontal, solo tiene una plumita que me cubre la vagina, pero cuando se moja la plumita, desaparece y da un espectáculo que les gustaría ver a más de tres.

Encima me puse una minifaldita muy pequeñita de mezclilla que no deja casi nada a la imaginación porque como estoy algo nalgoncita, por la parte de atrás se me sube la faldita y me deja las nalgas al descubierto, al verme en el espejo, me empecé a calentar y antes de salir, me quité de plano el calzoncito y salí así desnuda de la parte de abajo a pasear.

Esto lo hice aparte de mi calentura, porque sabía que en el hotel a esa hora (11:30 pm) ya no habría nadie; cuando recién salimos a pasear vi a un viejito gringo como de 80 años o más en una de las terrazas que me observaba pero me di cuenta que apenas y podía mantenerse en pie por lo que no le di importancia, paseamos por todos lados y mi esposo me empezó a tomar fotos por todo el lugar, me seguí calentando y me puse en muchas poses cachondas para que él se diera vuelo fotografiando mi cuerpo, de lejos en una terraza el viejito no perdía detalle y observaba atento todos mis movimientos jejeje si no estuviera de edad tan avanzada juraría que se estaba masturbando.

Cuando nos calentamos lo suficiente y ya no aguantábamos más, nos regresamos al cuarto para empezar a coger aprovechando todo el lugar, los sillones, la cama, el baño, la tina, todo lo que nos sirviera para variar posiciones y gozar al máximo del sexo.

Afuera del cuarto en el corredor había una hamaca por lo que apagamos la luz y salimos desnudos abrigados por la obscuridad y nos dimos cuenta que el hotel se había quedado sin clientes porque hacia donde volteáramos, se veía solo penumbras por la oscuridad que reinaba en todo el lugar y tomamos más confianza, (también me tranquilice porque me di cuenta que el viejito no había sufrido algún infarto al verme pasear semi desnuda del otro lado del hotel en el jardín).

Mi esposo se acostó a lo largo de la hamaca y yo abrí las piernas como cabalgando en esta y a mi esposo, con los pies en el piso, mmmm me di gusto clavándome y enterrándome su verga, me sentaba y me paraba, me volteaba y me volvía a clavar en esa estaca bien parada que soltaba gotas de lubricante en forma exagerada y mis jugos vaginales se mezclaban con los de él facilitando mas así la penetración que yo misma me hacía.

Me encanto esa posición porque yo era dueña absoluta de todo movimiento y mis chiches eran cachondeadas y mamadas por una boca ansiosa, caliente que me hacía estremecer de placer, me di el gusto de sentir mi sexo penetrado y me vine espléndidamente al poco rato emitiendo mi grito de placer pero en forma discreta, cuando sentí que él se venía, me senté de un golpe en su verga apoyando todo el peso de mi cuerpo para aplastar sus huevos y sacarle hasta la última gota de leche para recibir en lo más profundo de mi útero el semen caliente y espeso de él dentro de mí.

Nos levantamos después de reponernos, me puse únicamente un neglillé rojo transparente y nos dispusimos a dar otra vuelta por el hotel así desnudos abrigados por la penumbra caminamos un buen rato.

Al poco escuché un ruido que me puso nerviosa por lo que nos detuvimos a escuchar, pero al cabo de unos minutos de no volver a escuchar ni ver nada, seguimos caminando pensando en que había sido el viento, nos deteníamos a veces para abrazarnos, besarnos y cachondearnos los cuerpos para calentarnos de nueva cuenta, era maravilloso para mi pasear así semi desnuda por un lugar desconocido y lejano, sobre todo de nuestro cuarto que había quedado como a 50 metros atrás.

Me excitaba al máximo sentir la frescura del viento acariciar mis pechos y pezones libres, que se mecían con cada paso que daba, mis nalgas se movían y se balanceaban al ritmo del movimiento de  mis piernas al caminar y en mi vagina sentía el aire que soplaba por la brisa nocturna que rozaba mis labios vaginales húmedos ya de nueva cuenta, me parecía de lo más excitante que se puedan imaginar.

Continuamos con el paseo y de pronto me pareció distinguir a lo lejos una sombra que se movió y sin decir nada a mi esposo porque no tenía la seguridad, seguimos adelante y entonces nos dimos cuenta que era el velador del hotel, que me veía fijamente sin decir nada con una sonrisa cargada de morbo por el placer que le daba ver mi cuerpo semi desnudo frente a él y que desde luego que aunque estuviera oscuro, su vista se había acostumbrado a la penumbra y como la luna llena brillaba en lo alto del cielo, pudo ver perfectamente mi desnudez.

Seguramente al irse el último cliente (incluyendo al viejito), el mismo apagó las luces del hotel a propósito a sabiendas que solo quedábamos nosotros dos y posiblemente pensó que aprovechando la oscuridad pasearíamos desnudos por el hotel y sus jardines, pienso que lo más seguro es que nos vio desde que salimos del cuarto encuerados a coger en la hamaca y nos fue siguiendo durante el tiempo que dábamos la vuelta y se dio vuelo en estar viéndonos encuerados (bueno, a mi)  y cachondear.

Dentro de mi nerviosismo y temor, no se me ocurrió otra cosa más que contestar el saludo dándole las buenas noches imitándome mi esposo, el velador contestó el saludo diciendo

-Buenas noches tengan ustedes-

Mi esposo sin más que decir, reaccionó de inmediato dándome un jalón de la mano para emprender el regreso al cuarto en forma presurosa, llegamos con el corazón en la mano y comentamos lo sucedido, que era una lástima que esa persona haya interrumpido nuestro paseo que nos resultaba tan placentero y cachondo, ya calmados y fuera de todo peligro, nos volvimos a entregar a los brazos de cada uno y reiniciamos nuestra deliciosa labor de seguir haciendo el amor.

Cogimos como locos, variando de posición a cada momento, inventando los dos nuevas poses para darnos el mayor placer posible, al rato escuchamos un ruido fuera del cuarto pero no le dimos importancia sintiéndonos seguros por la puerta cerrada con llave y con un cerrojo adicional manual que solo podía quitarse desde el interior, pero observamos que en medio de la puerta había una rendija que unía la mitad de las dos maderas que la formaban y supusimos de inmediato que era el velador que nos había seguido y que veía lo que hacíamos por esa hendidura.

Comentamos en voz baja si apagábamos la luz para que no nos viera, pero decidimos vengarnos de él por habernos dado ese susto tremendo momentos antes y lo torturaríamos dejándolo ver todo lo que hacíamos, además ese hecho nos servía como un enorme incentivo para excitarnos más al sabernos observados, por lo que empezamos a practicar las posiciones más eróticas que se nos ocurrían sobre todo en las que se viera mejor mi cuerpo desnudo.

Nos colocábamos en medio de la cama donde la abertura coincidía para mejorar la vista de afuera hacia el interior, me ponía con las piernas abiertas frente a la puerta para que me observara todo lo que quisiera y hacerlo sufrir más por desear mi cuerpo, hicimos un 69 fabuloso, en donde él me lamía a todo lo largo de la rajita y yo le mamaba la verga y me la tragaba completa hasta topar mis labios con sus huevos, sintiendo como me abarcaba toda la boca y me llegaba hasta la garganta, le lamía las gotitas de lubricante que le salían por la rendijita de la cabeza y le relamía a todo el rededor de ella.

La verga de mi marido no es algo sensacional, pero si que es suficiente para que yo goce al máximo con ella, el la sabe usar muy bien y me da el placer que necesito, le mide más o menos 16 o 17 cm ya bien paradita) como yo estaba arriba de él con las piernas abiertas, cuando se le cansaba el cuello o la lengua por tanto lamer, chupar, mamar y succionar mi clítoris, recostaba la cabeza en la cama y abría la boca para recibir los flujos que emanaban de mi vagina en forma constante en forma de hilos continuos tal y como siempre me sucede cuando me caliento demasiado.

Yo estaba que reventaba de cachonda por mamarle la verga a mi marido, por sentir que me mamaba la rajita y sobre todo por saberme observada por el mirón furtivo, me movía a propósito para frotar mi coño en la cara de mi marido que chupaba y lamía como poseído y para que mis chiches se balancearan rápidamente con mis pezones endurecidos en las puntas para darle un espectáculo formidable al mirón que seguramente sufría fuera del cuarto al ver todo lo que hacíamos, yo a ratos me agarraba las dos chiches y las acercaba a mis labios y lamia mis pezones, para después continuar mamando verga hasta que entre mamada y mamada me saque de la boca la verga de mi marido y lo masturbe rápidamente provocando la salida de semen que rápidamente aproveche y me la volví a meter en la boca para saborear tan rica y nutritiva leche dejando escapar un chisguete de mi boca para que el mirón observara lo que me estaba tragando y enseguida me vine yo con un hermoso y delicioso orgasmo al saborear el líquido y sentir las contracciones de esa verga y cada que él aventaba un chorro, me sacaba un espléndido grito a mí de  placer.

A la mañana siguiente descubrimos que junto a la puerta estaba el piso pegajoso y no supe porque, Uds. si? jajajaja pobre velador, lo que debió haber sufrido, pienso que al menos se masturbo unas 4 veces o tal vez más, viendo un espectáculo muy bueno, (¡creo yo!).

Se me ocurre pensar que a lo mejor es algo que él hace continuamente y que la abertura en la puerta el mismo la hizo y cada que va una pareja a ese cuarto él va a observar, el cuarto es especial para parejas ya que como antes mencioné tiene una sola cama grande por lo que no es para familias, Uds. Mis lectores creen que es como yo pienso?

En los siguientes días, gozamos de la piscina y aunque ya había más gente en el hotel, no nos afectaba en nada para seguir con nuestras actividades sexuales, cuando me disponía a entrar a la piscina con mi bikinito, las personas del sexo masculino que me veían, se sentaban alrededor de la alberca, intentando ver en el agua transparente y cristalina mi cuerpo casi desnudo y esperaban pacientemente a que yo saliera del agua para ver mi vagina desnuda ya que la plumita habría desaparecido con el agua, pero para no recibir alguna llamada de atención por desnudismo por parte del personal del hotel, le pedía a mi esposo una toalla para cubrir mi casi desnudez, quedando los mirones frustrados jajajaja.

Durante el día sentía que me observaban, claro con ropa, que aunque era escasa no dejaba mucho a la imaginación y al menos no dejaba ver mis partes más íntimas, y note que el velador también “velaba” durante el día para disfrutar viendo mi cuerpo y revivir en su memoria los momentos íntimos en que me veía desnuda por las noches.

En una noche al disponernos a gozar nuevamente las delicias del sexo, sabíamos que el velador estaría presente de nueva cuenta en la puerta por lo que al saberlo, no volvimos a intentar salir del cuarto con el fin de evitar algún encuentro indeseable, por lo que haríamos el amor sin cansancio y hasta lo que nuestros cuerpos aguantaran.

Empezamos a besarnos y a tocarnos ya desnudos, luego salté de la cama, me puse de pie y me recargué en la puerta con el cuerpo de frente invitando a mi esposo a seguirme colocándose detrás de mí, yo recargue mi vulva a la rendija de la puerta y abrí las piernas dejándome penetrar por detrás en el culito sabiendo que el mirón se pegaría al máximo a ésta para verme el coño a escasos dos o tres milímetros por el espesor de la madera y que seguramente podría oler el perfume que seguía emanando de mi vagina incluso empapando la madera.

Yo sabía que intentaría meter su lengua por la hendidura para saborear aunque fuera una gota de mis fluidos mientras mi marido embestía con todo su peso mi caliente orificio anal y hacía que mi cuerpo completo chocara repetidamente a un ritmo constante contra la puerta que rechinaba por el peso de los dos amenazando con romperse.

Para dar más excitación a cada movimiento o acción y calentar más a mi marido y al mirón, empecé a gemir de placer, con cada embestida de la verga que me penetraba, yo jadeaba y pedía más, suplicaba diciendo:

-Méteme toda la verga hasta el fondo mi amor, empuja fuerte hasta sentir que tus huevos me golpean las nalgas, métemela toooda, goza mi culo, mi cuerpo, así, muévete más rápido, sácala casi completa y luego métemela de un golpe, lastima mi culo sediento de pito y de semen de macho, destrózamelo, rómpemelo, házmelo que sangre con tu verga, hazme tuya, gózame, disfruta mi cachondo cuerpo, rasguña mi espalda hasta sangrarla, apriétame las chiches, lastímame los pezones, exprímelos hasta que les saques leche, acaríciame las nalgas, las piernas, los brazos, no te detengas, cachondéame todo el cuerpo, bésame, sigue cogiéndome con todas tus fuerzas, quiero sentir esa verga de macho garañón que disfruta del culo de su hembra en celo, que le encanta sentirse penetrada por todos lados y sentir su hombría dentro de mí, échame toda tu leche adentro, vacíate en mi interior, quiero sentir nuevamente tu mágico semen golpear las paredes internas de mi culo caliente que palpita pidiendo más verga, no pares, sigue, no te detengas sácame el orgasmo más grande y deliciosos de mi vida.-

El arremetía golpeando mi cuerpo contra la puerta sin piedad y castigando mis nalgas fuertemente con cada golpe de su vientre abriéndome el culo al máximo con cada embestida de su verga, hasta que no pude soportar más y exploté con un orgasmo múltiple que me hizo gritar tan fuerte y repetidamente que parecía que me estaban matando, si matando pero de placer.

Pienso que esto representaba el mayor castigo que se le puede dar a un hombre que solo puede mirar sin poder tomar parte en este acto sexual, ¿no coinciden Uds, mis queridos lectores conmigo?

Yo seguía muy caliente y de inmediato me regresé a la cama siempre frente a la puerta y me puse en cuatro para que el tipo pudiera verme el chiquito y el coño al mismo tiempo además de las dos chiches colgando de mi pecho, mi posición era tal que debía verme el cuerpo completo desnudo y mi esposo aprovecho la posición y con la verga escurriendo de su lubricante y de mis flujos por la venida explosiva que momentos antes tuve y me la encajo en el coño, mmmm delicioso, nos movimos a una  posición inclinada hacia la puerta para que ni mi esposo ni yo tapáramos mi rajita con la verga de él entrando y saliendo, de tal manera que el mirón tuviera una vista total y completa de la escena y de nueva cuenta supliqué:

-Así, así amor, rómpeme el coño, hazme tuya siente mis labios vaginales abrazando tu deliciosa verga, métemela toda completa hasta que me salga por la boca para poder mamarla también al mismo tiempo que me coges, me muevo más y más rápido y fuerte para sentir como me partes en dos, mátame, métela toda y trata de meterme también los huevos mmmm me encanta sentir una verga bien parada, pelona y grande en el coño, méteme los dedos por el culo que mi clítoris esta que revienta de hinchado y caliente, frótalo fuerte, mas, quiero pensar que me están penetrando dos hombres al mismo tiempo por mis dos cachondos y calientes agujeros.

Esto lo dije a propósito para que el mirón reventara de calentura al escuchar que yo pedía dos vergas al mismo tiempo y no poder entrar al cuarto para metérmela también, incrementando así al máximo el castigo impuesto a él por lo que no soportó más y se atrevió a tocar la puerta (lógicamente con el propósito de que lo invitáramos participar en el festín de sexo que nos estábamos dando después de haber escuchado mi deseo) con el pretexto de que oyó mi anterior grito y dijo:

-Disculpen Uds, pero escuche un grito de mujer y vine a ver si necesitan algo o a alguien, esta todo ok?-

Yo tuve que reprimir mi risa al escuchar lo que dijo y sobre todo por la frase de “¿necesitan a alguien?” a lo que mi esposo le contesto:

-No amigo, gracias por su preocupación, pero es que mi esposa vio una cucaracha y gritó, pero estamos bien y no necesitamos nada-

Y para que no preguntara más yo también le respondí que todo estaba bien y que no necesitábamos nada ni “a nadie” , para remarcar que no sería invitado a ese festín de sexo jajaja y continuar torturándolo, pero él estaba demasiado caliente y quiso intentar otra cosa e insistiendo dijo:

-Pues si su esposa le tiene miedo a las cucarachas, si me permiten puedo entrar a deshacerme de ella-

Y mi esposo le contestó:

-No es necesario gracias que yo ya la he matado y la he echado por el bacín-

Los dos nos reímos en voz baja y en seguida me dispuse a darle un show a mi marido y especialmente al mirón y aunque torpemente, trate de imitar a una de esas chicas que bailan desnudas en los bares de table dance que pasan y que me gusta ver en la televisión en canales que pasan porno para aprender y decidí practicar uno de esos bailes cachondos, me puse un baby doll chiquito y transparente negro sin nada más por debajo, me aseguré que todas las luces del cuarto estuvieran apagadas y solo dejé encendida la del baño para que se me viera solo un poco de mi cuerpo y dejar mucho a la imaginación.

Bailé  moviendo todo mi cuerpo en forma muy sexi para que me disfrutaran los dos, después de un largo rato, de nuevo me clave en la verga de mi marido que estaba acostado en la cama colocándome de pie sobre él con las piernas abiertas y dejando nuevamente ver el escurrimiento en forma de hilos mis jugos vaginales que escurrían y mojaban las sábanas de la cama.

Cuando ya no pude aguantar más me vine tremendamente emitiendo mi sonoro grito acostumbrado de placer, que creo se oyó por todo el hotel en silencio ya que me salió desde lo más profundo de mi ser por la excitación contenida desde hacía tiempo ya y más por saberme observada por el mirón y a sabiendas de que mi grito lo encendería de nuevo al máximo, por lo que tal y como lo pensé, el velador volvió a hacer la lucha, la escena que acababa de ver había entrado por sus ojos y sus entrañas se revolvían de deseo por penetrar mi cuerpo y toco diciendo:

-Disculpen, ¿otra cucaracha?-

Y ahora yo contesté que sí, y habiendo sido esta respuesta ya escuchada por él, se jugó el todo por el todo y dijo:

-Disculpe Ud. Señora pero yo reconozco muy bien los gritos de una mujer y lo que yo escuche fue un grito de placer, no de miedo y …. Bueno …. Yo quisiera decirle que ….-

El pobre tipo estaba que se reventaba de caliente y no quería irse sin disfrutar ese cuerpo de mujer cachonda que no se cansaba de pedir verga por lo que atrevió al fin después de tanto tartamudear y dijo:

-Quiero suplicarle a Ud. y su esposo que me dejen tomar parte en lo que están haciendo, se los ruego, por favor, les aseguro que no se arrepentirán y yo no diré ni una palabra a nadie.-

A lo que nos reímos en voz baja de nuevo comprendiendo que nuestras acciones y propósitos habían surtido el efecto que esperábamos, ¡¡la venganza!! jejeje, por lo que mi marido le contestó:

-A si? y que supone Ud. que estamos haciendo, porque lo dice? o además en todo caso, como lo sabe? acaso nos está espiando por algún lugar? o como dice que sabe lo que hacemos-

A lo que de manera suplicante vuelve a insistir el tipo:

-Disculpen Uds, no sé nada ni estoy espiándolos, sólo supongo que hacen el amor por los gritos de placer que ha emitido su esposa toda la noche y que se escuchan por todo el hotel, como ya les dije, yo les suplico que me dejen participar con Uds, yo vi cuando entraron al hotel y me llamó la atención su señora porque es una mujer muy guapa con un cuerpo espectacular y al escuchar sus gritos de placer me he puesto muy excitado y por eso es que me he atrevido a pedirles que me permitan participar, Ud. señora créame que le gustará mucho hacer un trío porque disfrutará doblemente, ande convenza a su esposo y déjenme entrar o si no desean que yo participe, tan solo déjenme entrar para ver como lo hacen si?-

Mi esposo le contesta:

-Mire señor, no estamos haciendo nada más que ver la televisión y aunque  estuviéramos haciendo el amor, la señora es mi esposa y nadie puede tocarla más que yo, pues que se ha creído Ud. ya me imagino que después de vernos no solo entrar al hotel sino que la otra noche en el jardín también nos vio porque seguramente nos habrá estado siguiendo, cosa que nos molestó mucho ser observados por Ud. sin nuestro consentimiento, retírese por favor y no siga insistiendo o el día de mañana pondré una enérgica queja en la administración sobre Ud.-

El tipo no volvió a insistir ni a decir nada, por lo que apagamos todas las luces, pusimos unas sillas bloqueando la rendija de la puerta y seguimos cogiendo toda la noche hasta que después de varias veces, caímos rendidos los dos de cansancio y vacíos de leche.

Quiero confesarles que esas vacaciones fueron muy placenteras ya que tuvimos un incentivo especial que nunca antes habíamos vivido y que nos proporcionó el morbo necesario para hacer de cada noche algo especial y placentero que nos sirvió para sentir una excitación máxima y con la emoción de que alguien nos viera coger suponiendo que nosotros no sabíamos que éramos observados por lo que no existía peligro alguno.

Bueno mis queridos lectores, espero que les haya gustado este episodio de mi vida y con objeto de no aburrirlos me despido de Uds. deseándoles que todo les siga saliendo muy bien.

Esperen mi próximo relato que será una de mis fantasías en la categoría que corresponde si es que les gusta leerme.