Eugenia mi tia

Siempre desde mí más tierna edad estuve obsesionado por el cuerpo de mi tía Eugenia, ella es la hermana menor de mi padre. Y desde que yo tenía doce años siempre que la veía terminaba haciéndome una paja en su honor.

Siempre desde mí más tierna edad estuve obsesionado por el cuerpo de mi tía Eugenia, ella es la hermana menor de mi padre. Y desde que yo tenía doce años siempre que la veía terminaba haciéndome una paja en su honor.

El tiempo paso y cuando yo cumplí los 25 por razones de estudio estaba en otra ciudad, lejos de mis amigos de toda la vida y lejos de mi familia mas directa.

Con motivo de mi cumpleaños mis compañeros de la facultad me organizaron un almuerzo, estaba yo saliendo para el lugar cuando suena el teléfono y era Eugenia. Me saluda por el cumpleaños y me pregunta que estaba haciendo, le conté que me estaba yendo para un almuerzo que en mi honor ofrecían unos compañeros de la facultad y ella se ofreció a acompañarme, eso si no tienes una conquista en mente me dijo.

Por supuesto que le dije que sería un placer muy grande que me acompañara, le dije que la pasaría a buscar en unos minutos, Eugenia me pregunto como debería vestirse para la ocasión, yo le conteste que se pusiera linda para mi, y luego colgué el teléfono.

Todo el camino hasta la casa de mi tía fui pensando en ella, en lo linda que estaba a pesar de que estaba por pisar los 40, ella esta divorciada desde hace unos tres años y desde entonces no le conocí ningún acompañante, ni nadie que apagara el fuego que debe arder en su interior.

Cuando llame a la puerta de su casa, me contesto que pasara que se estaba terminando de arreglar y que ya salía.

Cuando la vi aparecer se me quedo trabada la mandíbula de lo bella que estaba. Estaba deslumbrante con un vestido celeste que resaltaba cada centímetro de su cuerpo. Se veía maravillosa.

Le dije que estaba hermosa ella me dijo que eso le decía porque era su sobrino y que si fuera hermosa de verdad no tendría los periodos de abstinencia con los que contaba. Solo atine a decirle que todos los hombres de la región deben haberse quedado ciegos o se volvieron todos putos porque no se entiende como una mujer como ella estaba sola.

Ella se acerca a mí lentamente y abrazándome me dio un sonoro beso muy cerca de mi boca y muy sensualmente me canto el feliz cumpleaños mientras me abrazaba. Cuando terminó de cantar y sin despegarse del abrazo me dijo antes de que nos vayamos te puedo hacer una pregunta. Le dije que si, entonces ella se soltó y camino por el living como pensando lo que iba a preguntar.

¿De verdad te parezco hermosa? Me dijo, mientras se movía felinamente por el living.

Yo la miraba embobado por su belleza mientras pensaba que contestar para no parecer un desesperado, mirándola a los ojos le dije: si no fueras mi tía, si no nos estuvieran esperando y si supieras que no me rechazarías me tiraría ahora mismo encima de ti.

¿De verdad me lo decís? ¿No te parezco vieja?.

Eugenia por favor como se te ocurre, si estas hermosa, tu cuerpo no tiene nada que envidiarle a una de 20 y si a eso le sumas el morbo de que sos mi tía haces un cóctel mas que explosivo para mí.

Entonces ella hizo el gesto que yo esperaba para que nuestra historia cambiara para siempre. Se tomo el vestido y empezó a levantarlo hasta mostrarme su tanga de encaje blanco.

Se veía tan sensual con sus medias y portaligas blancas que mi pija creció aun más si se podía porque ya estaba cerca del tope.

Solo le dije mira Eugenia que si seguimos con este juego no va ha haber vuelta atrás y otra vez mi tía dio el paso que yo necesitaba que diera. Lentamente comenzó a sacarse el vestido.

Una vez que ella se queda solo con la tanga, las medias y el portaligas me dijo y tu piensas quedarte vestido o vas a venir por tu regalo de cumpleaños.

Con la velocidad de un rayo me desvestí y comencé a besar a Eugenia por todos lados, le acariciaba y dejaba que ella me acariciara todo mi cuerpo, me pidió que apagara el celular porque al almuerzo no iba a ir y de su casa iba pasar mucho tiempo antes de que pudiera salir.

Ante semejante invitación no solo apague el teléfono sino que hasta le saque la batería.

Nos devoramos en un 69 muy rico que nos hizo acabar antes casi de empezar debido a la abstinencia de ella y a la excitación mía.

La acomode en la alfombra y la penetre muy despacio, ella estaba tan mojada que no me costo nada la penetración, se sentía tan bien estar dentro de mi tía que cada envestida era como un boleto al placer. Que rica y que se movía. Cuando acabamos por segunda vez ella me empujo de espalda en la alfombra y se sentó muy despacio en mi pija tragándosela toda, me cabalgo durante un largo rato hasta que los dos volvimos a explotar en un interminable orgasmo.

Luego de eso nos fuimos a su habitación (perdón desde hoy nuestra habitación) donde seguimos cogiendo hasta bien entrada la noche.