Estudiando anatomia
Tenía un coñito delicioso, todo depiladito y carnoso, como a mi me gustan, le abrí las piernas muy bien y le empecé a besar y lamer las ingles el pubis, quería que se calentase mucho y que pidiese a gritos que se lo comiese.
Soy una chica de 19 años, mi nombre es Alejandra, soy una chica morena, mido 1.65, tengo unas grandes tetas y un buen culo, el pelo muy largo y los ojos verdes, me encanta llevar minifaldas y camisetas cortas con escotes enormes, soy muy coqueta y me gusta muchísimo que los chicos se volteen a verme y me piropeen, me hace sentir bien y deseada. Soy una chica bisexual, y a pesar, de que me gustan más los chicos, debo confesar que hay chicas que me vuelven loca, las chicas que me atraen son las exuberantes, las que tienen grandes pechos, buenas caderas, melenas largas
Soy estudiante de enfermería, y mi historia comienza el día que empecé el segundo curso. El primer día de clase pude comprobar que había muchas caras nuevas, entre ellas una chica, Zaila. Esa chica me llamó mucho la atención, era rubia, de grandes ojos azules, una melena preciosa, con grandes tetas, un culazo increíble, era la chica más guapa que jamás había visto, ese día llevaba un vestido muy muy corto, que dejaba ver unas piernas preciosas y con un escote de vértigo, llevaba unos tacones muy bonitos que le hacían el culo todavía más redondo se notaba que no llevaba sujetador, pues se podían notar sus pezones. Sólo con verla ya me había puesto caliente. Ese día no pude dejar de verla en todo el día, no podía prestar atención a las clases, me tenía embobada.
Pasaron los días y yo intentaba acercarme a ella cada vez más, aunque debo reconocer que ella no estaba muy por la labor de hacer gran amiga mía, si que nos llevábamos bien, pero de ahí a decir que éramos íntimas amigas había un gran paso. Cada noche me masturbaba pensando en ella, es que me tenía loca, me moría de ganas de verle el coñito y comérselo todo, nada me apetecía más que follármela. Asta soñaba con ella. Se había convertido en mi obsesión, y no iba a parar asta conseguir tener ese cuerpazo entre mis brazos.
Pasó el tiempo y yo cada día estaba más cachonda en clase, tanto que muchas veces tenía que ir al baño a masturbarme, no os podéis imaginar lo mojada que estaba siempre
Un día parece que mi suerte empezó a cambiar, había que hacer un trabajo de anatomía y la profesora nos puso en grupos de tres, tanta fue mi suerte que me tocó en su grupo!! Yo estaba que no me lo creía esta era mi oportunidad y no podía desperdiciarla nos había tocado hacer el grupo con un chico, Daniel, que la verdad no estaba nada mal, yo también le había echado el ojo, pero mi obsesión por Zaila no me dejaba pensar en nada más que en intentar conseguir tirarme a esa muñequita
Uno de los días que quedamos para hacer el trabajo Daniel llegaría más tarde, por lo que esa era mi oportunidad, tenía que intentarlo, sería ahora o nunca.
Quedamos en la facultad y nos fuimos para un aula pequeñita que estaba vacía. Ahora tenía dos horas antes de que viniese Daniel, por lo que tenía que darme prisa y no cometer fallos. Estábamos haciendo el trabajo y yo empecé a insinuarme, como hacía mucho calor las dos íbamos muy ligeras de ropa, pero aun así seguía haciendo calor, me sudaba el canalillo, cada vez estaba mas caliente sólo de pensar en lo que podía estar a punto de pasar, sentía como mi chochito se iba mojando cada vez más me decidí y le dije a Zaila que tenía mucho calor y que si le importaba que me quitase la camiseta, ella me dijo que no tenía ningún problema, que ella haría lo mismo porque tampoco aguantaba el calor, eso me puso malísima, pude ver sus preciosos pechos sólo tapados por un mínimo sujetador muy sexy de encaje, eran perfectos yo no aguanté más y empecé a tontear, primero le dije unos cuantos piropos, y ya cuando no pude más, se solté un beso increíble, y para mi sorpresa ella no se apartó, sino, que me correspondió, el beso fue uno de los mejores que me dieron en la vida, sentir su lengua jugando con la mía fue genial, no me podía creer lo que estaba pasando, no me pude resistir y le empecé a tocar los pechos, le quité el sujetador sin dejar de besarla y note como sus pezones estaban durísimos, esta perra también estaba tan caliente como yo y eso me excitó más bajé por su cuello besando y lamiéndolo asta llegar a sus enormes tetas, me puse a jugar con sus pezones, le daba pequeños mordiscos, pellizcos lametones ella me había metido la mano por debajo de la minifalda y me acariciaba por encima del tanga, que estaba empapado por mis jugos, de lo mojada que estaba. Le dije a Zaila que se acostase en la mesa del profesor y la terminé de desnudar, tenía un coñito delicioso, todo depiladito y carnoso, como a mi me gustan, le abrí las piernas muy bien y le empecé a besar y lamer las ingles el pubis, quería que se calentase mucho y que pidiese a gritos que se lo comiese. Ella también estaba mojadísima, yo me moría de ganas por comérselo bien, por meterle la lengua y saborearlo y ella estaba igual, empezó a suplicarme que se lo comiese todo y no me resistí a esas súplicas ni a ese precioso coño.
Que bien sabía!! Me encantaba, podía pasarme ahí abajo chupando horas y horas, la escuchaba gemir como una loca, parecía una perrita en celo, y me encantaba. Me encantaba su clítoris, esa bolita era preciosa, le daba pequeños mordisquitos y Zaila se retorcía de placer me encantaba meter la lengua por su agujerito, estaba tan mojada que empecé a meterle los dedos y cuando me di cuanta ya tenía la mano dentro ella gritaba de placer, me encantaba ver la carita que ponía. Mientras mi mano seguía moviéndose en su interior yo le chupaba el clítoris. Estuve así un buen rato, mientras se corrió varias veces. No se como, pero vi una regla que salía de uno de los cajones y la cogí, empecé a darle golpecitos en el coñito que parecieron en cantarle.
Entonces llegó el momento de cambiar los papeles y ser yo la zorra, me mando ponerme a cuatro patas y comenzó a golpearme con la regla en mi culito asta que empezó a enrojecer, a mi me encantaban, de vez en cuando me daba algún golpe en el coño. Me mando abrir bien las piernas y el culo en pompa y comenzó a chupármelo todo, me lamía el chochito, y el culo, entonces empezó a meterme un dedo en el culo. Empezó en un dedo y acabó con cuatro, mi culo estaba muy abierto, y me encantaba, me sentía una auténtica puta, entonces recordé que tenía unos juguetitos en el bolso y se lo hice saber a Zaila, ella rápidamente los cogió y me metió uno de mis grandes vibradores en el coño me lo metía y sacaba muy rápido, me llegaba asta el fondo, yo me sentía en las nubes, nunca me lo había pasado tan bien como hoy. Estábamos pasándolo tan bien que no nos dimos cuenta que Daniel había llegado y llevaba un tiempo viéndonos, tenía su polla en la mano y se estaba pajeando, era una polla enorme. Cuando nos enteramos de que estaba allí nos disculpamos pero él sólo se acerco a mí y me dijo, venga cómemela, chápale bien zorra, y tu Zaila síguetela follando que después ya voy yo a darle por el culo, yo estaba flipando, pero esas palabras solo consiguieron excitarme todavía más, si es que eso era posible le empecé a chupar la enorme polla a Dani como nunca había chupado, le pasé ,mi lengua por el capullo para que se calentara más, se la lamí de arriba abajo y finalmente me la metí toda asta la garganta, parecía increíble pero había conseguido metérmela enterita, mientras con una mano le tocaba sus enormes huevos. Zaila seguía metiéndome el vibrador mientras me lamía mi culito. Estuvimos así un buen rato, yo ya me había corrido un montón de veces y Dani estaba a punto de hacerlo así que paró y cambió de postura, le dijo a Zaila que se sentase en la mesa delante mía y que yo le comiese el coño y le metiese otro vibrador en el culo, mientras el me dejó mi vibrador en mi coño y me comenzó a metérmela en el culo, al principio me dolió un poquito, ya que su polla era demasiado grande, pero rápido me empezó a gustar, estaba disfrutando como una perra, entre el vibrador en el coño, la polla en el culo, comerle el coño a Zaila mientras le metía un consolador en el culo, y las palabras guarras que los dos me decían jamás había gozado tanto. Al cabo de un rato, cambiamos de postura, Zaila se puso boca arriba con el consolador en el culo mientras Daniel se la follaba por el coño y yo me sentaba en su cara finalmente y después de seguir corriéndonos un montón de veces, Daniel se corrió en nuestras caras, nos lleno todas de leche y nosotras terminamos besándonos y chupándonos toda la leche
Ese encuentro jamás lo olvidaré lo mejor de todo es que repetimos varias veces, nos convertimos en amantes y seguimos haciendo muchísimas locuras más. Y es que me encanta ser una guarra y una zorra. Espero que os haya gustado.