Estrenando el yacusi con el abuelo jubilado

Se sentó en el filo del yacusi con una pierna dentro y otra fuera y con todo aquello semirelajado descansando sobre este, a la vez que extendía su mano para invitarme me acercara.

Acepte la invitación de Diego para que viera al reforma del baño de su casa que había hecho recientemente donde me contaba había instalado una bañera de esas que hacen burbujas como el  la llamaba.

Me presente en su casa inocentemente bien vestida pensando saldríamos a cenar después de verla, cuando al abrir la puerta el andaba con un pantalón corto de esos que no llevan sujeción por dentro y sin camisa.

Digo lo de la sujeción porque marcaba con un rico balanceo al caminar su rico paquete y con el torso descubierto sin nada arriba.

Me dijo tranquila es que aún no me duche y por eso no me estoy vestido, pero en poco lo hago.

Pasamos al baño  y realmente lo había dejado espectacular con un yacusi enorme rodeado por espejos biselados y unos accesorios muy modernos en el resto de las piezas del baño  que me dejaron encantada, todo con una gran amplitud pues era el doble que el mío principal de mi piso.

Conecto el yacusi para que lo viera a la vez que decía, de camino aprovecho y me doy un baño rápido, quitándose sin ningún miramiento el pantalón rápidamente  y quedando como dios lo trajo al mundo…

Fui a decirle te espero fuera, pero al ver el rico balaceo de aquel rico instrumento que se movía al son del peso de su enorme  cabeza, dude y me quede mirando descaradamente.

El con una sonrisa enorme me dijo que aunque estaba arreglada y vestida  si me apetecía  estrenarlo entrara con él.

No, le dije… que al final se que me lías y se nos hace tarde, que te conozco picaron.

Bueno y que si se hace tarde, te preparo algo de cenar aquí y así disfrutas de la bañera  y seguro de algo más.

Se sentó en el filo  de la misma con una pierna dentro y otra fuera y con todo aquello semirelajado descansando sobre este, a la vez que extendía su mano para invitarme me acercara.

La vista era tan sexy que una no se pudo negar y me acerque con cierto reparo por si me introducía en el yacusi con toda la ropa.

Le dije, no me vayas a meter así en el agua… El  guaseando me dijo: tranquila lo de meterte va a ser otra cosa ahora déjame te quite ese vestido, no se te moje.

Me gire de espaldas para que bajara la cremallera y  lo soltara, cayendo este  sobre una alfombra a la vez soltó mi sujetador y bajo cuidadosamente el tanga que me había puesto esa noche, pues sabia a él le excitaba mucho.

Me ayudo cortésmente a pasar dentro y me agache a su lado entre el burbujeo toda desnuda, mirándolo como aún estaba apoyado   en el filo pero ya con las dos piernas dentro.

La estampa me pareció excitante pues en segundos aquel aparato ya había engordado un montón, aunque aún cabeceaba hacia el agua, cuando le dije ven y metete aquí conmigo.

Ummmmmmm resoplo  y dijo;- deja me recree viéndote, que como entre, este tiburón te va a devorar.

Déjame lo calme que veras no es malo y se porta bien… a la vez que alargue mi mano para agarrarlo y acercando mi boca para saborearlo.

Uffffff ummmm gemía cuando una intentaba tragarlo, cosa algo difícil por ser tan grueso aunque no cesaba en el intento.

A él le ponía loco esto y más cuando mi mano agarraba fuertemente los huevos sobándolos y tirando de ellos suavemente hacia abajo tensándolos.

Esto le hacía que palpitara aquel trabuco venoso que ya estaba en plena forma y que casi me hace vomitar cuando agarro mi cabeza y la atrajo hacia él, entrando la mitad de todo aquello hasta mi garganta.

Se dio cuenta casi me ahoga y la saco rápidamente, aunque yo desesperada me tire como una loba hambrienta a comérsela otra vez.

Ummmm como te gusta mi polla, no sabes lo que me alegra te encante y más con lo bien que la comes Rosa.

Es que es preciosa le dije, y además gordísima, es el doble que la de mi difunto marido y me tiene loquita  del placer que me das con ella…., mientras había parado un segundo para recuperarme de aquel atragantamiento.

Se deslizo hacia el agua y me atrajo hacia el pero girándome para que mi espalda quedara sobre su pecho  y así sus manos comenzaron a jugar con mis pezones y con mi sexo  doblemente mojado ya en esos momentos.

Sentía su polla dura y palpitando por mi trasero, mientras me estaba volviendo loca con el juego de pellizcos de mis pezones con una de sus manos y  la otra hurgando en mi sexo donde sus dedos entraban a su libre albedrio.

Me besuqueaba la nuca y el cuello a la vez que ronroneaba palabras calientes que aún me encendían más.

Me dijo, sientes como palpita mi polla por detrás de ti tesoro, porque te voy a follar aquí esta noche hasta que pierdas el sentido…. Este macho tiene ganas de hembra y veo tienes ganas de rabo y de una buena follada  y la vas a tener en toda regla.

Estaba tan caliente con aquellas caricias en mis pechos y sexo, que un orgasmo enorme me hizo levantar la cadera a la vez que unos gemidos largos y profundos delataban ese momento mágico.

Gire mi cabeza como una posesa para morderle en el cuello, acercando  el su boca a la mía para besarme fuertemente, entrando su lengua con una virulencia que acorralo la mía avasallándola dulcemente.

Me levante suavemente para sentarme sobre él, quedando su rabo por delante a la altura de mi sexo  que andaba abierto como una rosa en flor y agarrando este con mi mano, comencé a frotarme su enorme capullo por todos mis labios  introduciendo parte de la cabeza  en ellos.

Estaba tan salida que no me reconocía, pues andaba desmelenada como nunca me había visto antes.

Uhyyy que rico  y caliente este ese chochito que quiere rabo y del bueno… me decía mientras seguía   acariciando magistralmente  mis pezones y su aureola.

Me tenía tan excitada que  jadeaba como una perra en celo y esto lo ponía más caliente, manifestándose en la dureza de aquel rico apéndice.

Me levante un poco más y ayudándome de mi mano me lo introduje todo, dejándome  sentar sobre él, testando su rigidez.

Fue tan lujurioso el momento que  el perdió casi las maneras, pues me mordió en el cuello a la vez que agarro ahora con fuerza con sus enormes manos mis pechos estrujándolos  y sobándolos con frenesí.

Pensé me iba hacer daño pero el efecto fue lo contrario y un placer eléctrico  recorrió mi cuerpo  desde mi cabeza hasta mi sexo, explotando nuevamente ante mi sorpresa con otro rápido orgasmo.

Jamás me había corrido tan seguida y más con lo que quedaba, pues ahora el ayudado con sus manos y sabios movimientos de cadera me estaba follando con una maestría envidiable.

Chapoteaba una más que las burbujas  entre aquellos chorros de agua, ensartada hasta el fondo de mis entrañas por aquella enorme y gruesa polla que estaba haciendo las delicias en mi interior.

No sé si por los dos orgasmos o por el agua tibia y burbujeante, pero su rabo entraba y salía con una dulzura y un placer difícil de describir y más con la maestría que el demostraba con sus manos y sus expertos movimiento.

Como me vio algo agotada cabalgando sobre él tras varios y gozosos minutos, sabiamente me levanto y me puso a cuatro patas  como vulgarmente se dice, en el centro de la bañera, incorporándose y flexionando sus  piernas un poco para dirigir su grueso y deseosos   instrumento  a mi agujerito, taladrándome  de una certera estocada, para seguir con armoniosos movimientos que parecían una danza embrujadora.

Nos miramos ambos en unos de los espejos que envolvían el yacusi, observando una lo bien que follaba aquel semental, observando  asustada v como entraba y salía aquel enorme vástago de mi chochito; a la vez  sorprendida de la fortaleza de sus piernas en esa postura pues no cejaba de meter y sacar cada vez más fuerte sin perder el ritmo.

Notaba en su cara y su jadeante respiración  que estaba cerca de explotar, pues ya eran unos largos y gloriosos minutos bombeando con sabiduría y sumo placer dentro de mí, cuando mi cuerpo empezó a convulsionarse fuertemente preludiando  ese  momento culminante , a la vez que le dije sin miramientos: dámela toda,  dámela  damelaaaaaa…. Explotando en un orgasmo que me dejo medio muerta.

Pensé me iba a inundar o no sé si entendió mal mis palabras, cuando la saco con una de sus manos mientras la otra agarraba mi cabeza y poniéndome  su enorme capullo sobre mis boca, comenzando a soltar chorros de crema blanca y espesa,  que apenas podía tragar y degustar, y más cuando con sus fuertes espasmos, hizo que alguna ráfaga se perdiera por mi cara y pelo.

La sacudió con unos pequeños golpes y la exprimió con sus fuertes manos hasta que la última gota asomo por su punta.

La comí toda hasta que quedo como una morcilla relajada y exprimida, quedando ambos como dos pasas, ahora dentro del agua retomando fuerzas.

Paso medio hora hasta que salimos, ya con su apéndice mucho más natural y mi conejito recuperado de semejantes embestidas, cuando le dije que había puesto el listón muy alto esa noche follando ...Tomándose el cumplido como un reto para superarlo cuanto antes como bien me dijo entre risas.

Salí de la bañera y casi me caído del temblor de piernas que tenía, por lo que no me vi  capaz de salir a cenar fuera, decidiendo ambos ante mi estado pasar a su  la cocina y preparamos una reconstituyente cena,  que  adornada con una botella de vino hizo las delicias de la velada.

Me quede en su casa esa noche a dormir con él,   pero sin nada de sexo ya, pues aquel polvo había superado los umbrales del placer y me había dejado fundida sin ganas ni de pensarlo.

Por la mañana hubo un poco de juego y calentoñas, pero se quedaron ahí, pues le dije que tenía que hacer muchas cosas en el día y no podía permitirme el lujo de quedarme  en la cama rendida, aunque realmente era mi deseo.

Salí tras un buen desayuno que me ofreció el en todo momento desnudo para provocar mis más lascivos pensamientos  y ciertamente que lo consiguió, pues hubo momentos en los que en  mi mente se reflejaba aquel badajo enorme entrando en mi otra vez… pero me contuve, no sin un tremendo esfuerzo y dándole un beso enorme a él y una caricia con lengua a la rica cabeza de abajo me despedí de ambos por ese día.