Estrenando amo
Fantasias hechas realidad entre amo y sumisa
Durante mucho tiempo he fantaseado con encontrar a un hombre que me seduzca no solo con su apariencia física e inteligencia, sino también con la capacidad de saber tratar a una mujer, lo que se llama un Amo propiamente dicho.
Hace unos meses atrás me re-encontré con mi primer amor, el de la adolescencia y el que nunca se olvida. Los años pasaron pero si bien los sentimientos cambiaron porque la vida transcurrió, gratamente descubrimos que nos unen más cosas que los recuerdos, también las mismas inquietudes y preferencias sexuales. A él le gusta ser dominante y a mi sumisa.
Al principio comenzó como un juego, pero día a día nos fuimos involucrando más en estos roles y lo lúdico dio paso a la realidad.
Nuestros días comienzan con audios que le envió contándole lo mojada y excitada que estoy por él, y cuando me lo permite me acabo…tengo intensos orgasmos que se los grabo y goza con escucharme y se enorgullece de que sea tan puta y obediente. El placer que me hace disfrute es inmensurable, ya que siento y sé que soy su única y verdadera puta sumisa y para el estoy ahora escribiendo este relato.
Siempre compartimos nuestras fantasías pero no habíamos aun podido llevarlas a cabo, hasta el fin de semana pasado.
Me llamo por teléfono y me ordeno que lo esperase en la puerta de mi edificio, vestida como a él le gusta, un corsé negro, medias con portaligas, sin bragas, tacos altos y un abrigo sobre mi cuerpo.
Llego puntual, me subí al coche y sin mediar palabra me abrió las piernas y me metió dos dedos en la concha, quería saber si estaba pronta, pues como buena puta tengo siempre que estar mojada para él.
No sabía bien a dónde íbamos, pues no me lo dijo y tampoco me atreví a preguntarle.
Al rato llegamos a un barrio no muy decente, y entramos a un galpón…estaba todo desordenado, algo sucio y en un rincón había un sillón viejo y sucio.
Me dijo que me sentara y me quitara el abrigo. Obedecí su orden y me quede en silencio. Tras esperar unos minutos, llegaron tres hombres, no podía verlos pero si escucharlos y tuve la impresión que eran personas que él le debía favores.
Se acercó y me vendo los ojos con un pañuelo y me dijo…hace todo lo que te pida sin chistar.
Sentí un poco de miedo y aprehensión pero sé que todo lo que hace es por algún motivo y no debo protestar, pero confieso que no me sentía cómoda, ni segura.
Me recosté sobre el sillón con las piernas abiertas y unas manos, que no eran las de mi amo, empezaron a tocarme las piernas y escuchaba que le decían….trajiste a una putita para pagar tus deudas, veremos qué tan buena es, más te vale, de lo contrario te saldrá más caro aun..
Esas palabras pusieron mi piel de gallina, no sé bien si por temor que lo lastimaran o me calentó saber que dependía de mí para saldar su cuenta.
Unas manos fueron subiendo por mis piernas, abriéndolas aún más y metiendo dos dedos en mi concha…el estar con los ojos vendados me hacía sentir aún más impotente, trate de resistirme y le pedí por favor que no dejara que me cogieran ni me hicieran daño…me dijo que me callara y que fuese una buena puta.
Otras manos tocaron mis pechos, y tiraban de mis pezones, podía sentir las lenguas de esos hombres y sus dedos hurgar en mis agujeros sin piedad…me daban asco, pero el saber que mi amo dependía de mí, decidí dejarme gozar y hacerlo también yo.
Uno de ellos me metió un dedo en el culo y comenzó a pajearmelo al tiempo que decía, este culo me lo como yo…MI amo con una voz segura y sin titubear dijo ….el culo es mío y eso no lo negocio. Todos quedaron callados y a pesar de estar sobre mí como si fuese un animal al que iban a devorar…asintieron y mi ano fue zona prohibida.
Me tumbaron sobre el sillón y metieron dos vergas en mi boca, al tiempo que el otro chupaba mi concha con gran avidez, podía sentir esas pijas entrar y salir simultáneamente como si me cogieran y confieso que lo que al principio me dio repulsión me fue calentando y me entregue a disfrutar de esas manos que me manoseaban, de esas lenguas que me chupababan de esas pollas que follaban mi boca metiéndomelas cada vez más adentro hasta tocar mi campanilla.
Sentía la respiración de mi amo a mi oído y su voz ronca que me decía, lo estás haciendo bien mi putita, sos una buena esclava, obediente y calentona como a mí me gusta, déjate dar que el premio mayor será el mío.
Sus palabras fueron como un afrodisiaco, abrí aún más mis piernas, me comí esas pollas pidiendo leche, les chupe los huevos y me entregue como una buena puta.
Luego de dejar esos tipos satisfechos, mi amo me puso en cuatro, sentí como sus amos abrían mis nalgas y les mostraba mi ojete, y les decía, así se coge a una puta…de una estocada me metió su pija…podías sentir sus huevos golpeándome como queriendo entrar en mi culo también…cada empujon era una mezcla de dolor y placer.
Sus manos agarraban fuerte mis caderas y olas de goce inundaban mi cuerpo, podía escuchar a los otros hombres pajearse y alentarlo que me lo hiciera más fuerte. No quería que parase, lo sentía todo dentro mio, colmándome de goce y haciéndome acabar una y otra vez sin parar…su leche tibia me lleno el culo hasta rebosarlo. Saco su verga y me la metió en la boca para que se la limpiara, se estremecía cada vez que le pasaba la lengua.
La deuda quedo saldada y mi amo satisfecho con su puta y yo feliz de haberlo complacido.
Paula Poison