Estoy sola
Una historia de una mujer sola .
He llegado a casa tarde, son las 22:30 de la noche, me calentaré algo en el microondas, y me iré a dormir. Tengo ganas de tocarme, hace días que no me doy una autosatisfación y no tengo novio, ni novia y los hombres que conozco ninguno me lo llevaría a la cama.
Me voy a mi dormitorio, me desnudo y quedo con el sujetador y un tanga rojo. Me tiendo en la cama, apago la luz, comienzo a acariciarme el pecho izquierdo, el pezón esta erguido. Hago lo mismo con el derecho. Junto mis senos. Son tan grandes que me inclino un poco y logro besar los pezones. Me gusta hacerlo. Mi tanga está húmedo. Me lo quito, me lo llevo a la nariz, me gusta a lo que huele, no lo puedo evitar, me lo pongo en la boca y absorbo su sabor. En ocasiones, pienso lo guarrilla que soy. Estoy encantada de ser así.
Enciendo la luz, abro el primer cajón de la mesita de noche y allí esta mi amigo " Pedrito”. Pedrito es un vibrador a pilas con mando a distancia, me encanta. Primero lo chupo con la lengua, lamo toda su longitud. Lo pongo en marcha, me acaricio los pechos, los pezones, el vientre, llego a mi pubis, lo deslizo suavemente en mi vagina y lo dejo dentro. Aprieto las piernas y lo quiero sentir, con el mando a distancia aumento la potencia de vibración. Estoy muy mojada, me encanta "pedrito”, no se queja, no huele mal y lo más importante no me deja a medias. Es importante que una no se quede a medias, entonces me pongo de mal humor. Y soy muy exigente. Quiero al menos dos orgasmos. Y este ya me viene, arqueo mi cuerpo. Estiro los brazos, y muerdo la almohada y ahhhhhhhh ¡Qué bien ¡¡¡¡ Lanzó un suspiro. Hoy estoy muy cansada, con un orgasmo ya tengo bastante. Me levanto de la cama, voy al baño y me lavo en el bidet.
Me pongo unas bragas blancas de algodón, un camisón blanco y me quedo en la cama, me cubro con las sábanas y apago la luz.
Por la mañana me levanto de muy buen humor, me ducho y cambio las sábanas de la cama. Huelen a lavanda, me gustan. Me visto y me voy al trabajo. Soy secretaria de un bufete de abogados y me gusta lo que hago y me lo paso muy bien. Sinceramente, me considero bisexual, pues una compañera no me importaría tener una aventura con ella, pero tengo muchos reparos. Y si me rechaza o el jefe se entera y me despide. He pensado otra alternativa. Pero ayer sola, me lo pase muy bien. Bueno ya me pensaré la alternativa.
El viernes por la noche, me vestí con unos leggins de cuero negro. Unos botines de unos 10 CMS de altura un top negro muy pequeño y no me puse sujetador. Cuando andaba las tetas salían por debajo del top, y eso me puso muy cachonda. La alternativa era ir a un bar de ambiente de lesbianas, pues me gusta ir. Me lo paso muy bien y tengo alguna amiga, muy amiga.
El bar esta lleno de chicas, todas beben y hablan entre ellas, yo me siento en una mesa en un rincón sola, me tomo mi Coca-cola Light. Y al rato una chica se sienta a mi lado y me dice:
Hola, soy Sonia, a ti es la primera vez que te veo por aquí.
Vengo alguna vez, aunque hace semanas que no me paso.
Sonia es una chica muy joven, debe de tener unos 19 años. Es morena, va vestida en un estilo gótico, me gusta. Es guapa y tiene estilo. Y lo que me gusta de ella, es que huele bien. Me acerco a ella y le doy un beso en sus labios. Mi lengua choca con la suya y me pone a 100. Le cojo su mano y la pongo encima de mi pubis, para que note que estoy empapada. Ella me sonríe y me dice:
Vivo cerca de aquí, ¿vamos a mi casa?
Si, Sonia, me gustas y hace tiempo que no estoy con nadie.
Salimos del bar, cogidas de la mano, las otras chicas nos miran, con cara de envidia, nos da igual. Una de ellas nos dice:
¿Os puedo acompañar? Me apetece un trío.
¡Qué chica tan directa y descarada! Pues por mi no hay ningún problema, además eres muy guapa y tienes unos senos muy grandes.
Vale, os acompaño, me llamo Begoña.
Begoña, iba vestida más o menos como yo, con unos leggins de color rojo, una camiseta y una chaqueta. Sus ojos son marrones claros, su cara redondeada y sus orejas pequeñas. En sus manos se ven unos anillos en cada dedo, Su pelo es moreno. Y debe de tener unos veinte y pocos años.
Llegamos a la casa de Sonia, es una planta baja con un primer piso, Hay un garaje y un pequeño patio que la rodea. Nos la enseña, hay una piscina detrás, no es muy grande, estamos en otoño y ya empieza a refrescar. Entramos en la casa. Subimos directamente a su dormitorio. Es una habitación grande, parece una suite, pues hay un cuarto de baño completo. La bañera es redonda. Sonia y Begoña, empiezan a besarse, yo me quito la ropa y quedo completamente desnuda. Tengo ganas de marcha.
Ellas me miran, se miran y me dice Sonia:
-! que directa eres muy guapa ¡
- Gracias.
Sonia se acerca a mi y me empieza a acariciar , me coge de la mano , me sienta en la cama , me abre las piernas , se arrodilla y empieza a acariciarme las piernas , sube con sus manos desde los dedos de los pies hasta mi pubis , cuando llega allí , me huele ; y me dice :
- ¡ me gusta ! .
Me coloca un dedo en el clítoris, lo toca, lo estimula y me dice:
- Estate muy quieta, hoy vas a ver las estrellas.
Begoña mientras tanto se ha desnudado y se ha colocado encima de la cama tendida. Me acaricia mis tetas y me dice:
- Tienes unos pezones muy bonitos, me los voy a comer a besos.
Begoña se agacha y empieza a besarme los pezones yo con una mano le busco su sexo, ella se coloca mejor para facilitarme mi tarea. Esta húmeda, empiezo a tocarla. Su clítoris esta hinchado. Y le digo:
Begoña, siéntate en mi cara, quiero chuparte.
encantada.
Begoña tienen un pubis depilado , y coloco mi lengua en su botón de placer , ella empieza a gemir y me dice :
- No pares , cariño , que bien lo haces ¡¡¡¡ No¡¡¡¡ ah¡¡¡¡¡¡¡ me vengo ¡¡¡¡¡¡
Begoña lanza un pequeño chorro , me gusta , ella se separa de mi y me besa en los labios y me dice :
Me ha gustado como lo has hecho , pero quiero más . Sonia sigue con su trabajo bucal en mi coño y ya me he corrido, pero ella sigue. Sonia se levanta, se va a un armario y saca dos strapones, uno para ella y otro para Begoña y me dicen:
¿te han follado alguna vez el culo?
No.
Pues hoy lo haremos. Te ataremos a la cama.
De un cajón de la mesita de noche, sacan unas esposas. Me las ponen en las muñecas y el otro extremo al cabecero de la cama. Las otras en los travesaños de la cama. Me da cierta libertad de movimientos, pues me puedo levantar y puedo abrirme de piernas. Bastante bien. Sonia empieza a estimularme el ano. Se agacha y me coloca su lengua, me hace un beso negro. Me gusta. Coloca un dedo, lo dilata y se levanta se ata bien el strapon a su cintura y muy despacio lo introduce. Begoña esta a su lado, con una botella de aceite para niños lo embadurna y la introducción es más fácil, yo me estremezco, arqueo mi espalda y Sonia lo introduce. Y me pregunta:
¿te gusta?
Si, me encanta.
Ya lo veo. Ahora haremos una cosa diferente. Begoña colócate debajo de ella y le introduces tu strapon en su coño. Haremos una doble penetración y nos moveremos a la vez.
Yo me iba moviendo y me daban mucho gusto, al final no pude más y me corrí, como si me hubiera meado encima. La cama quedo empapada de los jugos de nosotras tres.
Begoña, Sonia y yo somos ahora muy amigas, y nos reunimos con otras chicas y montamos unas historias muy divertidas y placenteras.