Estoy por aqui
Una visita a la ciudad de una ex, que ahora esta casada, me llama para verme, poniendo en peligro mi relacion de pareja actual
ESTOY POR AQUÍ
Ring....Ring....Ring.... Era Viernes por la tarde, y sonaba mi telefono particular del trabajo. Nadie acostumbra a llamar los Viernes por la tarde, porque todos saben que estoy off hasta el Lunes a primera Hora.
Morgana en Pantalla.
MORGANA MORGANA MORGANA
(Flasheando, parpadeando al ritmo del Ring.)
Hace algunos años recibí un mail, firmado por Morgana . Fue,desde luego, una sorpresa.
Hacia mucho que habiamos perdido el contacto, pero ella –no se como- me encontró. De jovenes, estuvimos algun tiempo juntos, de pareja. Ella estudiaba la carrera en mi ciudad, y sus padres le pagaban un piso compartido con otras chicas. Era genial, porque noche si, noche no, acababamos en su cama fornicando salvajamente. Cosas de la edad.
Morgana es rubia, esbelta. Parece una belleza del Norte de Europa. Ojos color miel, y labios sensuales. Una figura que quita el hipo, y un pecho espectacular, al igual que su culo. Hizo deporte en su dia; Era, lo que se dice, una “tía buenísima”. Además, disfrutaba del sexo igual que un adolescente salido. No tenía remilgos; le gustaba. Le gustaba todo. En aquellos años en que las chicas eran tímidas y siempre te decian “NO” cuando querias correrte en su boca o encularlas, Morgana estaba deseando ser enculada, sentir la leche en sus intestinos, y comer polla hasta saciarse. Nadie lo diría, con ese aspecto de niña buena, de niña bien, que siempre tuvo, y sigue teniendo.
Cuando recibí aquel mail (hace años), yo tenía pareja. Morgana también, pero a ella no le importaba. Queria quedar conmigo. Queria follar conmigo. Pero yo era feliz con mi pareja, y no me apetecía serle infiel. Pero ya se sabe, pueden más dos tetas que dos carretas, y Morgana se las ingenió para seducirme, y pasar una temporada de folleteos salvajes, hasta que la culpa se apoderó de mí, y conseguí terminar con aquello.
-Han pasado 20 años, desde entonces.-
Y en estos 20 años, ha ocurrido de todo. Ella se casó, y tiene hijos. Yo también me casé, y tengo hijos. Pero en estos 20 años, en los que estuve emparejado con diferentes chicas, Morgana se las ingeniaba para aparecer en mi vida, calentarme como solo ella sabe hacerlo, y follar conmigo a su antojo, poniendo siempre en riesgo mi relacion de pareja en ese momento.
Ahora, sigue siendo igual. Esta casada, y yo también. Y soy feliz con mi pareja. Al menos, relativamente feliz (no se puede tener todo, ¿verdad? ).
En fin, que mi telefono sonaba esta tarde. Y era ella. No me atreví a descolgarlo. Pero tras unos minutos de pensar y pensar, me di cuenta de que mi esposa había tenido que ausentarse hoy, y no volvería hasta mañana. Eso me daba una oportunidad durante esta tarde-noche. Así es que la llamé yo.
Nada más descolgar me dijo “ Estoy aquí ”.
( Morgana y yo no vivimos en la misma ciudad)
-¿Qué quieres decir? -le pregunté-
“ Que he venido a pasar el finde a casa de mi amiga Berta. Hoy es el cumple de su hija, y he venido con los niños a pasar el finde con ella ”
-¿Puedes escaparte un rato?
Ella dudo un instante, y me dijo.... “ Si..., podria salir un momento a hacer cualquier gestion y le dejo a Berta los peques, pero no puedo estar fuera demasiado tiempo . “
-Ven a casa. Te espero. –le dije-
“ Y tu mujer ? “ (me preguntó)
-No vuelve hasta mañana. Ven rapido.
No tardó en aparecer. Mis hijos estaban con la niñera, y mi mujer no estaba. Así es que esperé a Morgana en la puerta, para que la niñera no la viera entrar, y la pasé a mi despacho. Vivo en una casa grande, y mi despacho está en una zona apartada, que me permite cierta intimidad.
Estaba espectacular, como siempre. Aunque ya es una mujer madura, los años no pasan por ella, y esta tan bella como cuando era una adolescente. Diría que está incluso más bella, morbosa y excitante.
Apareció como siempre, con esa cara de seriedad, distante, de chica que no ha roto nunca un plato, y me saludo timidamente y algo distante, con un beso en la mejilla muy formal, como si fueramos a tener una reunion de profesora-padre de alumno. Su ropa era informal. Vestía unos sencillos vaqueros, y una camisa algo suelta, pero con su colonia de siempre, oliendo maravillosamente bien, y que le daban un aire sensual, que te hacía pensar el típico “cometela-cometela”
Yo sabía que no tenía demasiado tiempo, así es que no debía perderlo, y le dije sin rodeos
-¿Quieres que te coma el coño, y te corres en mi boca?
(se lo dije de sopetón, sin anestesia),
y sin darle tiempo a pensar en nada le di un morreo impresionante y le metí la lengua para explorar en su paladar , que la pillo de sorpresa. Tan de sorpresa, que su lengua tardó unos instantes en reaccionar, pero acabó haciéndolo. Nuestras lenguas se entrelazaron, mientras yo la abracé por la espalda, y bajé inmediatamente mis dos manos a sus nalgas, y la pegué aun más a mi cuerpo.
Ella separó su rostro, sonrió y mirándome me dijo...
“Así, sin mas, directamente...?????”
Y le dije que si, que sólo de pensar que estaba cerca, me había puesto muy cachondo. Y además, llevaba dos semanas sin follar. Ella me contestó diciendo que llevaba mucho más tiempo sin hacerlo, y acto seguido fue ella la que me morreó.
Noté que pegó su pelvis a la mís, sintiendo mi bulto. Y me preguntó
“¿Cómo de caliente estas?”
e inmediatamente se agachó en cuchlillas, y me desabrochó en un micro segundo el pantalón, el cinturón, y me sacó la polla del calzoncillo.
Mi despacho no es precísamente cómodo. Es eso: un despacho. Con una mesa de trabajo, mi ordenador personal, algunas sillas y mobiliario de oficina, y un par de sofás (bastante incomodos) al fondo de la habitación.
Y alli estabamos, en mitad de mi despacho: yo de pie, con el pantalón abierto, y Morgana en cuclillas, con una mano agarrada a mi muslo, y su mano derecha sujetando mi polla para comprobar –por enésima vez- su tamaño, grosor y dureza. Empezaba a poner cara de vicio, sin parar de mirar a mi poya.
Mi poya no es pequeña. No puedo decir que es un poyón, porque es una poya del montón. Me la he medido varias veces, para cerciorarme que mide 19 cms. No es muy gorda, está proporcionada a su longitud, y estoy circuncidado. Lo que hace que sobresalga una cabeza redonda y brillante, muy acorde con el resto de la poya. Es una poya “bonita” y proporcionada, y se que a Morgana le encanta mi poya.
“¿la tienes más grande?”
-Como siempre, -contesté-
“mmm..., la recordaba más pequeña...”
No sé, para mi está igual que siempre -le dije- Igual es porque me he cortado los pelos que me sobraban por todas partes, y parece más grande.
Y mirándome a los ojos, se tragó la poya todo lo que pudo (mas o menos hasta la mitad de la poya) y no le entraba más. Eso me puso supercachondo. Siempre he fantaseado con agarrarle por detrás de la cabeza, y empujarle la cabeza hasta que su nariz tope con los pelos de mi pubis, pero nunca lo consigo con ella. (ni con nadie). En seguida le dan arcadas...
Pero aun así, le agarré la cabeza, por la coronilla, y empecé a bombearle la poya en su boca. Abrió su boca y se relajó lo que pudo, para dejar que me la follara por la boca, pero no duró mucho, porque en seguida me la agarró con una mano, y empezó a lamerme el tronco con la lengua por los laterales.
-Era yo quien te iba a comer el coño ¿recuerdas? -le dije-
Y ella me dijo....”déjame que te la chupe un poquito”..., así es que reculamos un poco, y nos acercamos al sofá, lo suficiente como para que yo elevara una pierna y la apoyara en el sofá, lo que facilitó que ella se me metira un poco más debajo, y empezara a chuparme las pelotas, mientras me pajeaba suavemente.
Sé que le va el vicio, así es que iba moviendo y acomodando, para acercar sus lamidas a mi culo. Eso me pone mucho, y más de una vez, ella me ha lamido el ojete, para ponerme la poya a tono, cuando ha querido seguir follando y yo ya estaba cansado. Así que no iba a ser la primera vez que me comiera el culo, y en eso estaba. Mientras me comía (tímidamente, de momento) el culo, yo me pajeaba, y empezaba a estar preparado para todo.
De repente me di cuenta de que empezaba a tocarse por encima del pantalón. Nunca le había visto hacer eso, me sorprendió, la verdad. Rapidamente, la tomé por las axilas y la ayudé a incorporarse, para sentarla, medio tumbada, en el sofá de mi despacho. Le desabroché el pantalón, y ella levantó ligeramente el culo, para que pudiera bajarselo. Vi algo que volvió a sorprenderme. Tenía una mancha de humedad en las bragas que parecía que se había meado un poco. Pero era que estaba cachóndísima. Me dio mucho morbo poner la palma de mi mano, sobre sus bragas mojadas, mientras volvia a comerle la boca. Esta vez, su lengua estaba ansiosa por jugar con mi boca, y con la otra mano, le acariciaba una teta por encima de la camisa, porque todavía no se la habia quitado, ni desabrochado un botón, cosa que comenzó a hacer ella. Con mi otra mano, le desabroché el sujetador, y se lo saqué; pero continuaba con la camisa puesta, abierta, y sus bragas mojadas.
Ahí vi sus tetas, que siempre me han gustado. Bajé a chuparle un pezón, mientras se le escapó un gemido. Le chupaba un pezón, y le acariciaba con mis mano su vulva, por encima de las bragas. Ella se movía en el sofá, como si bailara. Mi mano seguía el ritmo de sus caderas, que era un movimiento circular suave.
Decidí meter la mano por dentro de la braga, y de nuevo otra sorpresa. Tenía el coño sin depilar (cosa rara hoy dia), y a mi eso me encanta y me pone supercaliente. Quería verlo. Quería ver un coño peludo, como eran los conños hace 30 años, cuando era adolescente. Le bajé las bragas, y ahí estaba ante mi, ese chochete peludo. Tampoco era para tanto, pero tenía bastante vello, aunque, como eran rubios, no se notaban demasiados. Le separé un poco sus labios vaginales (con cierta dificultad porque estaban muy humedos y se me escapaban de los dedos) y acerqué mi boca para comermelos. Con el primer contacto de mis labios y mi lengua, ella se arqueó en el sofá y emitó otro caliente gemido. Empecé a comerle el coño sin compasión, mientras que con una mano le acariciaba una teta, y le pellizcaba el pezón. Ella se retorcía de gusto.
De repenté empecé a juguetear con un dedo en su ano, tratando de lubricarlo, y ella en seguida, se puso alerta, se le cortó todo, y me dijo
“ ¡ESO NO! ”
-Ya empezamos -pensé-
(Siempre igual, te dicen que por el culo nada, y al final las acabas enculando salvajemente, mientras se corren como posesas. Esta vez no iba a ser diferente, y pensaba reventarla por todas partes, así que no iba a dejar que me intimidara a las primeras de cambio y me cortara el punto)
Así es que comencé de nuevo a comerle el coño, a pellizcarle un pezón, y a meterle un dedo en su vagina. No tardo en ponerse a gemir, y a arquearse y moverse en el sofá como una serpiente. De repente, bailaba con sus caderas sobre mi boca, al ritmo de mi comida de coño...., se incorporó un poco...., agarró mi cabeza..., me la apretó un poco contra su chichi, y me dijo....
“ ...Ssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.......” ... ... “Mmmme coooooooorrrrooooooooooo.....
Aaaahhhhhhsssssssss..... quéeeee gusssstoooooooooooooo..... ”
Y se corió en mi boca, dejandome toda la cara pringada de una mezcla de su flujo, mi saliva, y su sudor. Se quedó rendida, medio tumbada en el sofá.
No le quería dar respiro, así es que me incorporé de rodillas, le agarré las piernas, y se las levante, sujetándola con mis brazos, y le metí sin compasión de una tacada mi poya hasta el fondo en su mojado coño. Entró perfectamente, debido a la lubricación extra, y ella con los ojos cerrados me decía ..., “ Aaaaahhhhh...., no puedooooooo...., esperaaaaaa..... ” Pero yo seguía bombeando ritmica y profundamente, sin compasión.
La verdad es que en eso tengo bastante suerte. Soy de esas personas que controlan muy bien el ritmo de la follada, y puedo correrme cuando quiera. Quiero decir que puedo estar bombeando mucho tiempo sin correrme, a menos que me concentre para decir, “ok, me voy a correr”. Eso a veces les gusta a las chicas, y a veces las desespera, porque se acaban cansando, y quieren terminar.
Así es que la tenía delante de mí, mientras la bombeaba, y seguía con la camisa puesta, entreabierta, mientras sus tetas asomaban y bailaban al ritmo de mis bombeos. Cuando empezaba a reaccionar y ha gustarle, le dije...
-Me voy a correr
Y ella me dijo
“ Si, venga..., correte ”
Y empecé a bombear más intensamente, y justo cuando me iba a correr, le saqué la poya, me acerqué a su cara, la agarré por la cabeza, y se la enchufé en su boca. En seguida empezó a mamar y saborear mi poya recién salida de su chorreante coño, y empecé a soltarle lefazos dentro de su boca. Leche que ella iba conteniendo en la boca, y saboreaba y saboreaba, para al final, mientras me miraba, se lo tragaba todo, con la boca entreabierta y mi poya aun dentro de su paladar.
Verla era un poema: Tenía puesta la camisa, y su cara llena de babas y restos de algo de semen. Sus muslos abiertos, también pringados, y su coño peludo, con los pelos despeinados y pringados.
Mi polla seguía dura dentro de su boca. Algo menos, pero dura al fin y al cabo. Sabía que con poco trabajo, estaría lista de nuevo.
Y le dije: - Te he dejado a medias
“ No...” (me repondió)
Pero sabía que si. Cuando ella estaba empezando a gozar la follada, a mi me dio por correrme en su boca. Al fin y al cabo, ella ya se había corrido antes en la mía, y así estabamos empatados.
Así es que me puse de pie, y le indiqué para que se diera la vuelta, y la puse sobre el sofá a 4 patas, en la postura de perrito, con el culo hacia fuera. Ella giró su cara para mirarme, y entonces volví a ponerle la poya en la boca para que me la engrasara. Me la chupó de nuevo, glotonamente (le encanta llenarse la boca de poya), mientras se apoyaba con una mano, y con la otra, sopesaba mis huevos, y alargaba uno de los dedos por detrás de los testiculos, para tratar de acariciarme el ano. Ella sabe que mi poya reacciona bien a esos estímulos, y así ocurrió. Cuando consideré que estaba bien engrasada de nuevo, me coloqué detrás de ella y le enfilé de nuevo la poya por el coño.
Ella me sujetó un brazo, y giró de nuevo la cabeza para decirme:
“ Despacio, suave... ”
Debió notar que me extrañaba, y sin preguntar nada me dijo:
“ Es que en esta postura, me entra muy dentro, y me haces daño ”
Cosa que me extrañó, porque, como ya he contado, no la tengo pequeña, pero tampoco es “el gran poyón del colorado”, y me extrañaba que me dijeran algo así (nunca me lo han dicho, ni siquiera ella en todos estos años, y recuerdo folladas salvajes con ella)
Así es que se lo hice con cuidado.
Primero me agarré de sus caderas, y empecé el movimiento. Cuando llevaba un ratito, y veía que ella se empezaba a animar, le solté las caderás, y echándome un poco hacia delante la agarré por las dos tenas, mientras continuaba con el mete-saca.
A ella le gusta que le acaricie las tetas, así es que comenzó a gemir más y de repente me dijo...
“ Dame fuerte...! Dame muuuuyy fffffuerteeeeee..... ”
Mientras ella misma se movía hacia mí, para que le entrara más mi poya
(¿Pero no decía que le dolía? -pensé-)
Así es que con una mano la agarré por un hombro, y con la otra mano, la agarré por los pelos, salvajemente, y empecé a bombearle con toda la fuerza que tenía
Ella gritaba y jadeaba....
“ ¡¡¡AAAAhhhhh....... Ahggggggggggggg...., Uffffffffffffffff, Ashhhhhhhhh......!!!! ”
Mientras yo le chistaba y le decía
-¡¡Calla!! Que nos van a oir ¡!!
Y ella seguía diciendo...
“ Ahhhhhhgggg....., fuerteeeeeeeeeeeee...., muy fuerteeeeeeeeeeeeee...... ”
Y me solté de sus pelos y hombró, mientras empezaba a dedearle el ano, y le daba caña con el bombeo...
Pareció perder algo de feeling, con ese movimiento por mi parte, así es que se giró a mirarme, (pero esta vez no dijo nada) y yo aproveché para meterle un dedo en la boca (el que estaba jugando con su ano) y ella lo chupó como si le fuera la vida en ello.
Yo seguía bombeando con ritmo. Tenía una mano en su cara, mientras ella me chupaba un par de dedos, y con la mano izquierda, la bajé, buscando su coño, y empecé a acariciarle el clítoris.
Aquello fue el detonante. A ella se le empezaron a entornar los ojos.
Me relajé en mi forzada postura, y empecé a meterle un dedo en su ano. Entraba con dificultad. Mientras me la follaba y le acariciaba el clítoris con la mano izquierda. Ella estaba como ida, y solo acertaba a balbucear algunas palabras
“ Diossssssssss...., Sssssiiiiiii, Ahhhhhhhhh..... ”
Mientras yo lo iba intentando ya con dos dedos, y seguían entrando con dificultad. Le escupía y echaba saliva para engrasarlo, pero aquel ojete no cedía demasiado. (La verdad es que siempre tuvo el ojete muy cerrado: Nunca fue facil encularla)
Me dijo...,
“ Tio ¡, Mmmme voy a correr..... ”
Le dije,
-Espera ¡ Aguanta un poco ¡
Ella me dijo
“ No se si puedo, no se si aguantaré... .”
Así es que me entraron las prisas y para desagrado de ella, le saqué la poya del coño y la enfilé a su culo. Noté en su cara que aquello no le gustó demasiado en ese momento.
Empujé...
No entraba...
-Mierda! No entra -dije-
“ Empuja suave, me dijo ella. Con cuidado. Ufff ¡! Me dueleeeeeeee. NO ¡! “
“ 11Sácala, Me duele, Me duele ¡! ¡!
Espera, aguanta -le dije- Ya está dentro la cabeza.
Me quedé quieto, para que ella se acostumbrara. Le miré la cara. La tenía arrugada, encogida. Me agaché un poco, me eché saliva en la mano izquierda, y comencé a acaricirle suavemente el clítoris, en circulos, con toda la palma de la mano. Ella pareció relajarse, y empecé a moverme muy poco y muy lentamente. Ella a veces encogia la cara, y yo iba echando saliva alrededor de mi poya, para que aquello se fuera lubricando mejor.
Seguía con mi movimiento circular en su clítoris.
Empujé un poco más, y ella se mordió el labio inferior y me dijo
“ Para ¡!. Me hago caca ¡! ESPERA ¡! ”
Y mi reacción fue meterle a fondo la poya en el culo, mientras le daba caña a su clítoris.
A ella se le torció el gesto, mientras decía
“ Ufffffffffff...., Ahhhhhhhhhhhh...., Sigueeeeeeeeeeeee..., Sigueeeeeeeeeeeeee”
Y empecé a bombearle el culo sin compasión, mientras le daba caña a su coño con mi mano.
Me corroooooooooooooooo, siiiiiiiiiiiiiiiii...., me corrooooooooooooooooooooo
Con tu poya en mi culo....!!!
Me corrooooooooooooooooooooo
Siguéeeeeeeeeeeeeeeeeee, Daleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Aaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Mientras yo le bombeaba poya en su recto, y le acariciaba su clitoris, que parecía derretirse en mi mano, y perder consistencia.
Estaba abatida, con la cara apoyada en el sofa, las tetas estaban tocando los cojines, y tenía el culo en alto, con su cara sudada, y una expresion de medio sonrisa y cansancio en su rostro.
Yo seguía con la poya a tope, bombeándola lentamente, mientras le agarraba de sus nalgas.
Le pregunté -¿Te duele, te molesta?-
Me dijo.
“ Ya no me duele nada ” “ Dale! ”
Seguí bombeando, y veía que por los lados de mi polla, aparecía algo de suciedad. No quería decirle nada para no cortarle el punto, pero empecé a concentrarme para correrme, y le dije
-Me voy a correr
Ella dijo,
“ Venga, correte, llename el culo de lech e”
Le dije -¿No quieres que me corra en tu boca? (mientras seguia bombeando)
“ No, llename el culo ”
Y empecé a descargar mi leche en su recto.
Ella notaba los apretones de mi poya para descargar, y decía
Ufff...., Lo noto ¡!
Mientras yo me corría.... y ella volteaba la cara para mirarme.
Se derrumbó y se tumbó boca abajo en el sofá.
Yo estaba tumbado encima de ella, mientras mi poya aun seguia dentro de su culo. Pero esta vez notaba como se iba desinflando rapidamente por momentos.
Nos quedamos así unos minutos, mientras haciamos bromas de algun tipo y nos reíamos. Nos había gustado.
Me levanté y vi mi polla manchada. No le dije nada, ella seguía tumbada boca abajo. Busqué unos kleenex y me limpié, y me acerqué a ella, le abrí las nalgas, y miré su ojete enrojecido, pero no estaba manchado. No obstante se lo limpie.
Me dijo.
“ Necesito ir al baño. Urgentemente ¡ ”
Obviamente, se hacia caca.
Esto era un problema. Porque aunque tenía un WC cerca de mi despacho, corríamos el riesgo de que la niñera o los niños “la descubrieran”. Se lo expliqué, nos vestimos, y salí a vigilar que no había nadie cerca. Los chicos jugaban en el salón y estaba seguro de que no nos verían. Así es que volví a por Morgana al despacho, y la acompañé al WC, y me metí con ella dentro, por si alguien venía, para contestar yo.
Ella me dijo
“ Salte. Necesito intimidad ¡ ”
Le expliqué la situación, y me dijo.
“ Es que así no voy a poder ”
Entonces la senté en el Water, me saqué la poya, y sin mediar palabra se la metí en la boca.
¡ Venga Chupa ¡!! -le dije
Y empezó a comerme la poya obscenamente. Le dije, venga, mea o haz lo que tengas que hacer, mientras la cogía por el pelo, y le metía aún más la poya en la boca.
Ella empezó a defecar, delante de mí, mientras me chupaba la poya. Estaba seguro de que eso no lo había hecho nunca. Era su primera vez (Aunque no la mía).
Me agaché un poco, y le dije a su oido
-Quiero correrme otra vez en tu boca
Y ella empezó a esmerarse. Con una mano me sobaba los huevos, Yo le follaba la boca, y ella, con su otra mano, me acariciaba el ano. Empezó a presionar un poco, como si apretara un botón, y en poco tiempo, me corrí en su boca. En la corrida, se me aflojaron las piernas (me pasa cuando me corro de pie), y casi pierdo el equilibrio y me caigo. Tuve que apoyarme en ella, que seguia sentada en el water.
Intento levantarse, y se lo impedí.
Espera –le dije-
Y me acordé de mi etapa de estudiante en el instituto, en cierta ocasión que me vi en una situación parecida, con una compañera de clase, en el wc de chicas. Tengo que mear.
Ella me espetó:
“ ¡ No pensarás mearme ¡! “
No –le dije-
Espera y abre las piernas (cosa que hizo, dejándome hueco)
Me concentré para mear, y apunté el chorro a su coño peludo.
Empecé a mear empapándoselo, y ella hizo algo que no me esperaba. Arqueó un poco la cintura, y ella misma se apunto la vulva hacia el chorro, para recibir mejor el impacto del chorro de meada en su coño, y pareció gustarle.
“ Mmmmmm, que gustito y que calentito ” (me decía)
Cuando terminé de mear, se metió la poya en la boca y me dijo
“ Te la voy a limpiar ”
Después de eso, se levantó del water al bidé, para lavarse. Se aseó todo lo que pudo y salimos, asegurándonos de que nadie nos viera.
“ Me voy rapido, no sea que me echen en falta en el cumple ”
Había pasado una hora o poco más.
-Vale, le dije
“Estoy aquí hasta el Domingo. A ver si puedo escaparme”
-Estará mi mujer –contesté-
-No sé si voy a poder.
“Bueno, ya nos llamamos ”
Y se fue, sin más. Nadie se enteró de que pasó por allí. Fue perfecto.
Espero que os haya gustado mi historia. Es 100% real.
Saludos de Bolasante , desde Cadiz, España.