Estoy al 3%

El 3% es un día al mes.

La verdad es que cuando las cosas salen raras (por no decir mal)… pues salen rarísimas (por no decir peor).

¿Por que digo eso? … pues porque cuando me case hace unos años la cosa prometía bien; una pareja muy joven con dos trabajos seguros en medio de una crisis de empleo general, bastantee bien pagados, con casa gratis, coche y la consideración social de propios y extraños.

Una de las pocas cosas que no funcionaban de modo satisfactorio, era el tema del sexo.

Mi mujer, clásica ella, no era de un ardiente subido, pero accedía a mis requerimientos cada vez que se le pedía, que eran muchas.

Eso si, misionero y poco mas, nada de "extravagancias", incluso una vez me dejó hacerle una foto en ropa interior, ya ven.

Como es normal, con el tiempo vino un hijo, y el poco ardor que ella tenia se fue apagando; la verdad es que nunca lo he entendido y mas con la pandilla de amigos que teníamos entonces que calentaban con su sola presencia, de los ardores permanentes que tenían, el sexo era el tema número uno.

Pero las cosas se fueron enfriando y solo me quedó un consuelo muy pobre, muy pobre… un sábado de cada tantos, estando aún dormido, ella se subía encima mío, aprovechando esa pequeña erección que tenemos cada mañana, se penetraba y se corría mientras yo despertaba… bueno, la verdad es que yo creo que se corría, pues ya saben que hay muchos síntomas de ello y allí no aparecía ninguno.

Tras su corrida, volteábamos y yo la penetraba salvajemente hasta eyacular… unas veces ella sentía y otras no.

Se me ocurrió un día entre amigos pasados de copas, que salió el tema de la frecuencia de relaciones… fantasías aparte (a algunos hay que dividir por tres), todos andaban por varias repeticiones semanales, salvo yo, que muy callado escuchaba, cuando todos terminaron y nos preguntaron mi respuesta fue:

Estoy al 3%

Si echan cuentas, verán que eso representa un polvo al mes.

Pues la reacción de todos fue desde la risa más estruendosa a la incredulidad más humillante.

Podéis imaginar el efecto que sobre mi de aquello… y sobre mi mujer, , fui castigado claro, pues al mes siguiente mi rendimiento cayó al 0%; hasta llegué a temer que cada vez que saliera ese 3% a colación, me quedase sin mi paupérrima ración mensual de sexo.

No hubo forma de cambiar su conducta; seguía una vez al mes subiéndose encima y repitiendo la rutina, mas que echar doce polvos al año, eché uno y tuve 11 mas fotocopiados, nada de imaginación, nada de pasión.

Comencé a retornar a mi pubertad, mediante el sencillo método de las masturbaciones de emergencia.

Tal era el grado de excitación que permanentemente tenía, que empecé a pensar en aventuras extramatrimoniales o incluso en buscar el servicio-ayuda de profesionales.

Dándole vueltas al tema pensé en una posibilidad que nunca me pasó por la cabeza: que el fallo podría ser mío; empecé por ir con una profesional…pero la prueba no me sirvió, una chica tan sumamente amable y rica, que respondió con un entusiasmo digno de mejor causa a mi petición.

Y yo a mi vez, disfruté hasta el agotamiento después de tanto tiempo sin encontrar "apoyo" del otro sexo.

Con un público así no valía la prueba.

Eso si que empezó a matarme… hasta que conseguí la gran idea:

Probarla a ella.

Eso significaba autocolocarme los famosos apéndices craneales, de forma voluntaria y además sin posibilidad de queja en caso de catástrofe… ¿Cuál?, diríais, pues que ella se entusiasmara con mi "sustituto" y me dejara tirado.

Pero ante las grandes emergencias, me decidí a los grandes remedios, fijaros en mi intención:

Que algún tío se tirara a mi mujer y después me pasara el informe "técnico" correspondiente sobre la pasión o frío de ella.

No se que pensareis del tema, pero yo por lo pronto en un primer y honrado intento, le sugerí a ella el tema… me envió directamente a la mierda….

un intercambio… mas lejos aún.

un profesional… al confín del mundo de las mierdas.

¡¡¡nada!!!, no admitió nada.

Ahora creo que lo hice mal, ir directamente al grano, así que me propuse buscar al afortunado-desafortunado probador de esposas.

Primer razonamiento… debería ser alguien que le gustara, así la cosa sería mas fácil, pero ella nunca me comentó tal cosa, es mas confieso que desconozco el tipo de hombre ideal de mi mujer.

Segundo… que tuviéramos confianza en el… así que como siempre me alababa al marido de su hermana, que bueno, que trabajador…en todo menos en el sexo, y que además, lo conocíamos desnudo (y el a nosotros), de algunos días en playas nudistas; pues un día que estábamos solos tomando unas cervezas en el balcón, pues… ¡zas!.. lo solté:

  • Oye, te importaría acostarte con mi mujer…veras… (le solté la idea)

  • ¡¡¡Estas loco!!! ¿Qué pensaría ella.. que pensaría mi cuñada… que pensaría el reloj del campanario…? etc.

Total: petición no solo denegada, sino que tuve que tragarme una teórica sobre el precalentamiento de la mujer… (si el supiera que aun podría darle yo dos o tres trucos mas).

Me dio tal vergüenza que nunca he vuelto a intentarlo.

Y menos mal que me ha guardado el secreto… que igual me queman en la plaza.

En fin… aquí me tienen, sigo al 3%, sigo despertando un sábado al mes con mi cosilla metida en mi mujer….

Y sigo buscando al candidato que la pruebe.

Esta es mi triste vida sexual.