Estoy al 3% (3: La historia de Juan)

Mi buen amigo Juan cuenbta la experiencia vivida con mi esposa.

ESTOY AL 3%

(3ª Parte - Relato de Juan)

Hola soy Juan, bueno, me encuentro un poco cortado, porque mi amigo… (me da corte decir el nombre), después de mucha insistencia, me convenció de que quería que hiciera el amor con su mujer.

Bueno ahí va la historia:

El día que me lo pidió, estuvimos tomando copas; aunque su mujer me encanta, no quería faltarle al respeto que se debe a un amigo, proponiendo unas relaciones mas que problemáticas.

Bueno, a los hechos

Después de tomar mil copas, cuando estábamos (el mas que yo) pasados mas que de sobra, pues viendo que el no podría llegar a casa, se me ocurrió acercarlo.

Al llegar a casa, (el casi se caía), lo deje en el sofá para ir a la cocina y preparar algo que nos ayudara (a el mas que a mi), a descansar mejor, eran las 4 de la mañana… no se por qué, pero se me ocurrió preguntarle por su mujer; el me contestó que estaba en la cama.. y yo como un tonto, fui al dormitorio a no se que.

Cuando entré y la vi, se me pasó la borrachera de golpe.. estaba sobre la cama (es lógico), recostada sobre su lado derecho, las piernas ligeramente dobladas , los brazos sobre la almohada; estaba totalmente desnuda… tenia un albornoz sobre los pies de la cama, señal de que salió del baño y debió quedarse dormida.

Me acerqué despacio, tenia miedo de despertarla, y debido a la luz difusa que entraba por la ventana, ella que es de piel muy clara, tenia el aspecto de ser una estatua yaciente de mármol blanco.

Estuve contemplándola unos minutos y el deseo empezó a crecer en mi, yo ya la había visto desnuda en la playa, pero allí con aquel ambiente, la cosa se me aclaró de golpe… ¡¡¡ella tenia que ser mía!!!.

Fui al salón, para aceptar la oferta de mi amigo, pero estaba donde lo dejé con la cabeza colgando del sillón, roncando como una motosierra en época de poda, con la boca abierta, una leve tirilla de baba le caía por la comisura.. en fin; un cuadro; así que para acallar mi conciencia, lo puse en una posición mas cómoda y le dije que si, que aceptaba la propuesta.

El naturalmente no dijo nada.

Y volví al dormitorio; allí, me senté en la cama junto a ella y estuve contemplándola tranquilamente por unos minutos.

Acerqué mi mano a su cadera, suavemente puse la punta de mis dedos sobre ella…. al sentir su piel, fui notando como un escalofrío me recorría todo el cuerpo y se concentraba en mi entrepierna, donde empezó a crecer una presión de lo mas agradable.

Fui pasando la mano desde la cadera hacia el hombro.. suavemente, casi sin tocarla.. me daba miedo despertarla, pero deseaba hacerlo.

Cuando llegué a la altura de su pecho, precioso pecho, que en aquel momento, a la luz de la luna parecía de marfil, no pude mas; lentamente bajé la mano y toqué aquella cosa tan bonita, suavemente fui desplazando el dedo hasta el pezón y empecé a tocarlo moviéndolo de un lado a otro, lo mas lento posible. Automáticamente, se puso erecto y duro.. me asustó aquello, ella podría despertarse.

Quede quieto un momento; porque ella aumentó la respiración y se puso boca arriba, ahora tenía todo el cuerpo a mi vista, estaba con los brazos a los lados, las piernas ligeramente abiertas.

Me levanté y la estuve mirando, ya no había vuelta atrás; seria mía aquella noche.

Cerré las cortinas y en la oscuridad volví a la cama y me desnudé.

Me senté a su lado nuevamente y así en la penumbra, puse mi mano sobre su monte de Venus; solo puesta, sin hacer presión alguna, automáticamente ella soltó un suspiro y las piernas se abrieron un poco.

Ya podía adivinar los pliegues de su vagina; estaban cerraditos, parecían una boca que invitaba a un beso.. me acordé de ciertos libros que tienen un nombre sugerente, sonreí.

Empecé a masajear suavemente, sin presión; solo un roce y las piernas se fueron abriendo poco a poco, parecía un guerrero medieval, abriendo las compuertas de una fortaleza, giraban los dedos y las piernas se abrían.

Cuando estaba pensando en como resolver aquello, porque no sabia como seguir, viéndola con la respiración anhelante y las piernas abiertas, subí la mano hacia sus pechos y al verle la cara, quedé aterrado.

¡¡¡Ella tenia los ojos abiertos y estaba mirándome!!!

Me quedé helado.

Lo resolvió de una forma feliz

Juan estoy dormida, ambos estamos soñando.

Y cerró los ojos.

Sabia que era yo, sabia que estaba allí, sabia que estábamos desnudos, pero ella estaba soñando..

Le di un ligero beso en los labios, ella no hizo nada.

Fui bajando los labios por su cuello, poco a poco, buscando sus pezones, los besé, los chupé, ella emitió un leve quejido.

Seguí bajando por su vientre besándolo lo mas levemente que podía, quería que imaginara que una pluma le recorría el cuerpo.

Llegue a su entrepierna y la fortaleza estaba totalmente rendida, tenia abierto el camino, totalmente abierto.

Fui besando suavemente su cuevita, noté sus jugos, disfruté de ellos, cuando comencé a jugar con la lengua, un estremecimiento recorrió su cuerpo, vi como agarraba las sábanas con ambas manos, había tenido un orgasmo.

Las piernas se abrieron totalmente, me estaba invitando y allí, sin pensarlo dos veces, introduje mi miembro, calido, amigable, tenia lo que nunca se me había ocurrido tener.

Durante unos momentos me quedé quieto, dentro de ella, viendo su cara, sus pechos, sus manos agarrando la ropa.

Y no pude mas.

Empecé un bombeo salvaje, dentro fuera, dentro fuera, cada vez mas fuerte, quería atravesarla, tenia que atravesarla.

Ella permanecía en la misma posición, agarrando las ropa de la cama, formando en sus manos, remolinos de ropa, los mismos que yo estaba formando dentro de ella.

Se corrió una, dos, tres veces…no lo sé; perdí la cuenta.

Hasta que yo mismo exploté dentro de ella, fue como si me rompiera por dentro, noté que me vaciaba.

Y exhausto, caí a su lado… ella soltó la ropa y quedo tranquila, respirando lo mas suavemente que podía, se notaba que se estaba controlando.

Y me quede como ella, boca arriba mirando al techo

me despertó la claridad que entraba por la ventana, no sabia donde estaba..hasta que giré la cabeza, allí estaba ella… estaba en casa de mi amigo, con su mujer al lado; oí un ruido, cerré los ojos, adiviné quien era, se marchó.. esperé un rato, no sabia que decir.. me levanté y lo encontré meditabundo en la cocina; me senté frente a el, me miró, le pregunté que había pasado.. sonrió… y aquella sonrisa, me animó a relatarle lo ocurrido.

Cuando terminaba la historia entró ella en la cocina, seguía desnuda; se sentó entre los dos, nos miro largamente, sonrió.

Empezó a contar su experiencia.

Cuando terminó, creo que mi amigo era feliz